El Arte Del Pintor Lucien Simon En El Salón Dorado Del Jockey Club
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patrimonio El arte del pintor Lucien Simon en el Salón Dorado del Jockey Club Espacio habitual de brillantes recepciones y escenario en el que mensualmente se reúne la tradicional Mesa del Senado del Club, el Salón Dorado de la planta baja de la sede social luce en sus muros dos pinturas del artista francés Lucien Simon (1861-1945), que a través del tiempo, y por distintas sendas, fueron a reunirse en ese ámbito distinguido para deleite de quienes lo frecuentan. Por Roberto D. Müller ue Simon un pintor, acuare- Bretaña, se tornó evidente que “su talen- lista y dibujante de destacada to había encontrado su patria”, porque el trayectoria [ilus. 1]. Alumno primitivo país de los bigoudains lo había de Jules Didier, se perfeccio- entusiasmado decididamente y transfor- Fnó entre 1880 y 1883 en la Académie mado radicalmente su arte y su estilo. Julian. Hacia 1895, siguiendo la huella Ese mismo año, el crítico Huntly Carter abierta por Charles Cottet con su pintura escribió en The New Age que la inteligen- Enterrement en Bretagne –de sorpren- te mirada de Simon había sabido captar dentes tonalidades sombrías–, y junto tan expresivamente la vida diaria, que con André Dauchez, Xavier Prinet y René hasta parecían oírse los ruidos produci- Ménard, integró un grupo que dio en dos por los movimientos y el trajinar de denominarse la Bande Noire, que supo los protagonistas de sus pinturas. aprovechar los recursos de los impre- También los premios se multi- sionistas –especialmente sus rápidas plicaron a lo largo de su carrera; y pinceladas–, pero utilizando a la vez asimismo las exposiciones. En 1912 se colores mucho más oscuros y bruscos le dedicó una en las galerías parisinas de contrastes entre luces y sombras. Bernheim-Jeune, y la experiencia volvió Su esposa Jeanne, hija de Dauchez, 1 a repetirse, en igual escenario, en 1928 era originaria de Bretaña, de ahí que y en 1930. En 1925 expuso en la Galería Autorretrato. Museo de Bellas Artes de Lyon. Simon visitara a menudo esa región, Witcomb de Buenos Aires, y también se que lo fascinó e inspiró desde un pri- efectuaron muestras individuales en la mer momento, impulsándolo a radicarse dra, sus ceremonias religiosas. Su éxito Galerie Charpentier de París, en Londres, allí a partir de 1901. Su temática se vio se puso de manifiesto de inmediato. Las Venecia y Pittsburg. A la vez, continuaron entonces acotada, casi exclusivamente, a críticas periodísticas laudatorias sobre publicándose libros sobre su obra, tal el reflejar la dura vida de los campesinos y sus obras se multiplicaron. Ya en 1910, caso de Peintures et aquarelles de Lucien los marinos del Pays Bigouden, sus cos- Jean Valmy-Baysse le dedicó un estu- Simon, con prefacio de Louis Aubert tas abruptas, sus nubes caprichosas, la dio biográfico y artístico incluido en la (Paris: Armand Colin, 1924)*. Ocupó fornida complexión de sus habitantes, serie “Monographies illustrées des artis- algunos cargos públicos y académicos, sus curiosas vestimentas, sus rostros tes vivants”*, señalando que, desde el dirigió el Museo Jacquemard-André de curtidos hasta parecer tallados en pie- momento en que decidió asentarse en París, ilustró libros de autores franceses, 32 - REVISTA DE L JO C K E Y C L U B pero su aliento vital estaba dedicado de a diez años de su fallecimiento, se solían lleno a la pintura, acompañado en esa ofrecer conferencias y disertaciones pasión por su esposa Jeanne y su hijo sobre su arte, tal el caso de la impartida Paul, pintores también ellos. En 1931 por Jean Souverbie en la Académie des visitó Buenos Aires, donde expuso sus Beaux-Arts el 4 de diciembre de 1957. Sin pinturas y dictó varias conferencias embargo, el nombre de Lucien Simon fue sobre el arte francés contemporáneo en cayendo en un progresivo olvido y su pin- la Facultad de Filosofía y Letras, conclu- tura quedó relegada, como algo demodé, yendo su estadía en nuestra ciudad con ante el decisivo impulso de las vanguar- una disertación en el Instituto Popular dias de las primeras décadas del siglo de Conferencias del diario La Prensa, XX y las nuevas tendencias estéticas en pronunciada el 24 de julio con el título vigencia a partir de 1960. Solo comenzó Lucien Simon par lui même (cfr. Anales a ser revalorizado en 1981, gracias a una del Instituto Popular de Conferencias, muestra que se llevó a cabo en el Museo tomo XVII, Buenos Aires, 1932, pp. 161- de Quimper (la capital del departamen- 171)*. to de Finisterre, en Bretaña), y a otra 2 Todavía a mediados del siglo pasado, dedicada a Lucien, Jeanne et Paul Simon, 3 REVISTA D EL J O C K E Y C L U B - 3 3 patrimonio xxx une famille d’artistes, realizada en París, en la galería de Philippe Heim, en 2002. Ese mismo año se publicó una ambiciosa monografía generosamente ilustrada fir- mada por André Cariou (Lucien Simon, Plomelin: Éditions Palantines, 2002)*, autor que también organizó una nueva exhibición en el Museo de Quimper, que se mantuvo abierta al público entre el 30 de junio y el 2 de octubre de 2006, vol- viendo a actualizar la figura del artista y renovando el interés por su obra. En nuestro medio, Simon gozó de un gran prestigio. El Museo Nacional de Bellas Artes logró reunir cinco piezas suyas entre óleos y acuarelas, y muchos fueron los coleccionistas argentinos que se sintieron atraídos por su pintura, entre ellos don Francisco Llobet (1883-1939), 5 que llegó a poseer doce obras del artista Boceto para Le Pardon. Colección particular. y las difundió por medio de una muy cui- dada publicación titulada Lucien Simon: su vida y su obra (Buenos Aires, 1932)* S de “Simon” [ilus. 4]. Esta pieza, fecha- expliquen cómo llegó la obra a Buenos [ilus. 2], que incluye un certero estudio da en 1895, se presentó al año siguiente Aires o dónde y cuándo se integró a la crítico sobre la trayectoria y el estilo del en el Salon de la Société Nationale des colección Llobet. En tren de suposicio- pintor, firmado por el propio coleccio- Beaux-Arts de París y despertó algunas nes, podemos pensar que la adquirió en nista, a quien se le deben, asimismo, los críticas feroces debido a su oscura tona- París, en la venta de Madame X, que se breves comentarios antepuestos a cada lidad, contribuyendo a la reputación de llevó a cabo los días 16 y 17 de diciembre una de las reproducciones de los cua- la Bande Noire. Sin embargo, también de 1919. En esa oportunidad, según se dros, entre los que se destaca uno que el le deparó elogios, como el de François señala en el Dictionnaire de Benezit, se artista pintó especialmente para Llobet: Thiébault-Sisson, quien, al reseñar las vendió, en la suma de 6300 francos, una Polistas en Buenos Aires, obra que realizó obras expuestas en el Salón, advirtió que obra titulada Pardon en Bretagne, que durante su visita a nuestro país y que es Charles Cottet no se hallaba solo en su bien podría haber sido la que ahora nos la que cierra dignamente el interesante afán por registrar los rústicos y a veces interesa. Esta referencia no pasa de ser opúsculo editado por Llobet. trágicos aspectos de la vida bretona, una especulación; en cambio, sí sabemos sino que tenía algunos seguidores que, con certeza que existe un estudio previo como él, honraban a la pintura france- a la ejecución definitiva de la pintura –un sa, y ese era, precisamente, el caso de óleo sobre tela de 46 x 55 cm– que hoy Simon, “en quien habíamos depositado se conserva en una colección particular bellas esperanzas, concretadas ahora [ilus. 5]. 4 por su Pardon de Tronoan…” (Le Salon Cabe advertir algo sobre su título y Centrando nuestro interés en de 1896, Paris: Boussod, Valadon & Cie., el tema representado. El Pardon era y el catálogo, podemos decir que, de 1896, pp. 90-91)*. El cuadro se expuso es una procesión tradicional que sale de entre todas las piezas excepcionales un año después en San Petersburgo, en las iglesias regionales –en este caso de que lo componen, se destaca una que oportunidad de una muestra organizada Notre-Dame-de-Tronoën, en la comuna siempre fue considerada como un tra- por la Cruz Roja Internacional, y posi- de Saint-Jean-Trolimon– para solicitar bajo fundamental del pintor: Pardon blemente fue en esa ocasión cuando la indulgencias a favor de los pescadores de Tronoan-Lanvoran [ilus. 3], un óleo adquirió Pavel Kousnetzoff, profesor en ausentes, así como también en beneficio sobre tela de apreciables dimensio- la Academia Imperial de Bellas Artes de de los campos yermos u otras necesi- nes (156 x 193 cm) que ostenta, abajo y Moscú, personaje que más tarde se radi- dades colectivas. Según decía Llobet en hacia la izquierda, la tradicional firma có en Odessa. No conocemos otros datos su comentario, los penitentes iban en del pintor, con una L superpuesta a la sobre su trayectoria y procedencia que hileras, “con cruces procesionales y 34 - REVISTA D EL J O C K E Y C L U B patrimonio delgados cirios, guiados por una mis- la zona [ilus. 6]. Resta aún aclarar a qué ma idea de purificación, hasta los viejos se refiere el Lanvoran del título de la monumentos de los caminos”. Ante esos obra. Según Cariou, esa palabra querría calvarios de piedra, la multitud elevaba decir “santuario de San Voran o Moran”, “sus cánticos y rogativas, expresión con- y Simon habría sido el único en asociar centrada de las preocupaciones y dolores a dicho santo con la iglesia de Notre- de todos”.