Stephen King
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Stephen King Relatos Raros de Ficción Vol. 1 Contenido Los relatos aquí publicados no pertenecen a ningun libro “oficial” de Stephen King, sino que son relatos publicados en revistas, recopilaciones, diarios y otros medios masivos. Junto a cada relato habrá una reseña referida a la primera publicación de éste. ____ Johnatan y las brujas 3 Gente, lugares y cosas. Vol. 1 5 El hotel al final del camino 5 ¡Tengo que escapar! 7 La cosa al fondo del pozo 8 El extraño 9 La expedición maldita 10 El otro lado de la niebla 11 Nunca mires detrás tuyo 12 En el submundo del terror (Yo fui un profanador de tumbas adolescente) 13 El piso de cristal 26 Slade 33 El compresor de aire azul 44 El gato del infierno 52 La familia King y la bruja malvada 63 La noche del tigre 69 Skybar 79 Antes de la función 90 El duende 125 Las revelaciones de Becka Paulson 128 Los reploides 141 Una tarde en lo de dios 153 El asesino 157 El sueño de Harvey 159 Pelotón D 165 Un pez gordo 171 Chinga (Maleficio) 179 Créditos 206 Johnathan y las Brujas (Johnathan and the witchs) (Stephen King escribió el siguiente relato cuando tenía nueve años. Recien fue publicado en 1993, en el libro “First words: Earliest writting from favourite contemporary authors”) Había una vez un muchacho llamado Johnathan. Era inteligente, atractivo y muy valiente. Pero Johnathan era el hijo del zapatero. Un día, su padre le dijo, “Johnathan, debes irte a buscar tu destino. Ya eres lo suficientemente mayor.” Siendo un muchacho inteligente, Johnatan sabía que lo mejor sería pedirle un trabajo al rey. Así que partió. En el camino, conoció a un conejo que era un hada disfrazada. La asustada criatura estaba siendo perseguida por cazadores y saltó a los brazos de Johnathan. Cuando los cazadores llegaron hasta Johnathan, él señaló en una dirección y gritó excitadamente, “¡Por allá! ¡Por allá!” Cuando los cazadores se fueron, el conejo se convirtió en hada y dijo, “me has ayudado. Te concederé tres deseos. ¿Cuáles son tus deseos?” Pero a Johnathan no se le ocurría nada, así que el hada acordó a concedérselos cuando los necesitara. Así, Johnathan siguió caminando hasta que llegó al reino sin incidentes. Entonces fue hasta el rey y solicitó trabajo. Pero, para su suerte, el rey estaba de muy mal humor aquel día. Así que decidió ventilar su ánimo en Johnathan. “Sí, hay algo que puedes hacer. En la Montaña contigua hay tres brujas. Si puedes matarlas, te daré 5,000 coronas. Si no puedes hacerlo, te haré decapitar! Tienes 20 días.” Y con estas palabras, despachó a Johnathan. “¿Ahora qué voy a hacer?” Pensó Johnathan. Bien, debo intentarlo. Entonces, se acordó de los tres deseos que le habían concedido y se dirigió a la montaña. *** Ahora Johnathan estaba en la montaña y estaba a punto de desear tener un cuchillo para matar a la bruja, cuando escuchó una voz en su oído, “La primer bruja no puede ser apuñalada.” La segunda bruja no puede ser apuñalada o asfixiada. La tercera no puede ser apuñalada, ni asfixiada y es invisible. Con este conocimiento, Johnathan miró en derredor sin ver a nadie. Entonces recordó al hada, y sonrió. Se fue en la búsqueda de la primer bruja. Finalmente, la encontró. Estaba en una cueva cerca de la falda de la montaña, y era una vieja de aspecto maléfico. Él recordó las palabras del hada, y antes que la bruja pudiese hacer otra cosa que echarle una fea mirada, él deseó que pudiera ser asfixiada. Y ¡Helo ahí! Estuvo hecho. Después subió en busca de la segunda bruja. Había una segunda cueva en lo alto. Ahí encontró a la segunda bruja. Estaba a punto de desear que pud iera ser asfixiada, cuando recordó que no podía ser asfixiada. Y antes que la bruja pudiese hacer otra cosa que echarle una fea mirada, deseó que fuera aplastada. Y ¡Helo ahí! Estuvo hecho. Ahora solo tenía que matar a la tercer bruja y podría obtener las 5,000 coronas. Pero mientras subía la montaña, se preguntaba en la forma de hacerlo. Entonces se le ocurrió un plan maravilloso. Después, vio la última cueva. Esperó fuera de la entrada hasta escuchar los pasos de la bruja. Entonces recogió un par de rocas grandes y deseó. Deseó que la bruja fuera una mujer normal. Y ¡Helo ahí! Se volvió visible y entonces Johnathan la golpeó con las piedras que llevaba. Johnathan cobró sus 5,000 coronas y él y su padre vivieron felices para siempre. Gente, lugares y cosas. Volumen 1 (Peoplle,, pllaces and thiings.. Voll..1) (Los siguientes siete relatos pertenecen a “Gente, lugares y cosas. Volumen 1”, el cual fue publicado en colaboración con Chris Chesley (un amigo de la infancia de King). Constaba de 8 relatos escritos por King, 9 por Chesley y uno en colaboración. Dos de los relatos escritos por King (“Estoy cayendo” y “La deformación dimensional”) se perdieron y no se sabe nada de ellos) El hotel al final del camino (The hotell at the end off the road) - ¡Más rápido! – dijo Tommy Riviere - ¡Más rápido! - Lo estoy poniendo a ciento veinte – dijo Kelso Black. - Tenemos a los polis encima nuestro – dijo Riviera – Ponlo a ciento cuarenta. Se asomó por la ventanilla. Detrás del automóvil que huía se encontraba un patrullero, con la sirena aullando y las luces rojas destellando. - Voy a doblar en el camino lateral de allí adelante – gruñó Black. Giró el volante y el automóvil se internó en el tortuoso camino de grava. El policía uniformado se rascó la cabeza. - ¿A dónde se fueron? Su compañero frunció el entrecejo. - No lo sé. Simplemente… desaparecieron. - Mira – señaló Black – Hay unas luces enfrente. - Es un hotel – se asombró Riviera - ¡Un hotel, en este camino perdido! ¡Tiene que funcionar! La policía nunca nos buscará allí. Black clavó los frenos sin importarle los neumáticos del automóvil. Riviera se inclinó sobre el asiento trasero y aferró una bolsa negra. Empezaron a caminar. El hotel parecía una escena sacada de la época del 1900. Riviera pulsó la campanilla con impaciencia. Apareció un anciano. - Queremos una habitación – exigió Black. El hombre los contempló en silencio. - Una habitación – repitió Black. El hombre se dio vuelta para volver a su oficina. - Mira, viejo – dijo Tommy Riviera – Eso no se lo perdono a nadie. – Extrajo su treinta y ocho – Ahora mismo vas a darnos una habitación. El hombre parecía dispuesto a seguir su camino, pero por último pronunció: - Habitación cinco. Al final del pasillo. Como no les ofreció firmar el registro, ellos subieron. El cuarto estaba vacío salvo por una cama doble de hierro, por un espejo resquebrajado y un empapelado mugriento. - Aah, qué basura de cuarto – dijo Black, asqueado – Apostaría a que hay tantas cucarachas aquí que se podría llenar un bidón de veinte litros. Al despertar a la mañana siguiente, Riviera no pudo salir de la cama. No podía mover ni un músculo. Estaba paralizado. Entonces el viejo se dejó ver. Tenía la aguja que acababa de aplicarle a Black en los brazos. - De modo que está despierto – dijo – Queridos míos, ustedes dos son los primeros agregados a mi museo en veinticinco años. Pero se conservarán bien. Y no morirán. Irán a parar al resto de la colección de mi museo viviente. Unos hermosos especímenes. Tommy Riviera ni siquiera pudo expresar su horror. ¡Tengo que escapar! (I’’ve got to get away) ¿Qué estoy haciendo aquí?», me pregunté de repente. Estaba terriblemente asustado. No podía recordar nada, pero aquí estaba yo, trabajando en la línea de montaje de una central atómica. Todo lo que sabía era que me llamaba Denny Phillips. Era como si me acabara de despertar de un sueño apacible. El lugar estaba vigilado y los guardias portaban pistolas. Tenían la apariencia de ser de negocios. Había otros trabajadores y parecían zombis. Parecían prisioneros. Pero no importaba. Tenía que descubrir quién era yo… qué estaba haciendo. ¡Tenía que escapar! Empecé a cruzar el piso, y uno de los guardias gritó: - ¡Vuelve aquí! Corrí por la habitación, me abalancé sobre el guardia y salí por la puerta. Oí el estallido de las pistolas y supe que me estaban disparando. Pero el pensamiento persistía: ¡Tengo que escapar! Había un nuevo grupo de guardias bloqueando la otra puerta. Pareció que estaba atrapado, hasta que vi una pértiga balanceándose. Me agarré de ella y fui proyectado cien metros hasta que aterricé. Pero no terminó bien. Había un guardia allí. Me disparó. Me sentí débil y mareado… me sumergí en un abismo grande y oscuro… Uno de los guardias se quitó la gorra y se rascó la cabeza. - No sé Joe, no sé. El progreso es una gran cosa… pero que x-238ª… Denny Phillips…, son unos buenos robots… pero se desorientan una y otra vez, y parece como si estuvieran buscando algo… casi humano. Oh, está bien. Pasó un camión que en un costado decía: REPARACIÓN DE ROBOTS ACME. Dos semanas más tarde, Denny Phillips estaba de nuevo en el trabajo… con una mirada ausente en sus ojos. Pero de repente… Sus ojos se aclararon… y el persistente pensamiento volvió a él: ¡¡TENGO QUE ESCAPAR!! La cosa al fondo del pozo (The thiing at the bottom off the wellll) Oglethorpe Crater era un niño horrible y miserable. Adoraba atormentar a perros y gatos, arrancarle las alas a las moscas, y observar cómo se retorcían los gusanos mientras los estiraba lentamente. (Esto dejó de ser divertido cuando se enteró de que los gusanos no sienten dolor.) Pero su madre, que era tonta como ella sola, no advertía ni sus rarezas ni sus demostraciones de sadismo.