Entre la ambición por el poder y la riqueza. El tortuoso camino de los Salazar y de los Oñate hacia las altas esferas de la sociedad novohispana Dr. Thomas HILLERKUSS Unidad Académica de Estudios de las Humanidades Universidad Autónoma de Zacatecas, México
[email protected] 1. Introducción La Nueva España del siglo XVI: tierra de innumerables conquistas y de una sangrienta guerra sin fin en el norte que con duras penas era financiable con los diezmos y quintos de la producción minera de los reales de minas de esta región. Civilizaciones milenarias que luchaban por sobrevivir y una hecatombe demográfica que redujo en 100 años la población autóctona de más de 22 millones a menos de un millón.1 Una tierra que estaba a meses de viaje de la madre patria, España, por lo que con dificultades el rey logró enviar un puño de funcionarios para gobernar y dar directrices duraderas en lo político, administrativo, civil, penal, social, financiero y espiritual. Una colonia con una sociedad naciente de estamentos y de mezclas de razas, un aglomerado de gente que era vigilado poco por sus gobernantes. La corrupción endémica afectaba a todos los estratos. Aquellos que tenían recursos y habilidades se enfocaban en una lucha a veces sin cuartel por poder, estatus y riqueza. No obstante, al mismo tiempo era una sociedad que supo darse una organización suficientemente viable mediante el parentesco, las alianzas, los grupos de interés y la fidelidad, enlaces sociales que todos conocían de antemano. Desde el primer momento hubo personajes emprendedores, los que tenían ideas capitalistas sin que existiera el capitalismo aún, pero también existía el páter familias que dominaba tanto a sus hijos como a sus numerosos sirvientes y criados y que buscaba, arreglando matrimonios convenientes, extender su poder sobre otros.