El Paraíso Restaurado © Sharon North
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EL PAR AÍSO R ESTAUR ADO una teología biblica de dominio DAV ID CHILTON El Paraíso Restaurado © Sharon North. Todos los derechos reservados. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida ni transmitida en medio alguno (electrónico, mecánico, fotocopia, cinta magnetofónica u otro) sin el permiso previo de los editores, excepto para breves citas en reseñas. Citas de En la Encarnación, por St. Anastasio (traducidas y editadas por la Herma- na Penélope Lawson, C.S.M.V.; Nueva York: MacMillan, 1981) y reimpreso con el permiso de MacMillan Publishing Company. Traducción: Rosa María Sánchez Rosete Edición: Roger M. Oliver Book Design: Kyle Shepherd para Darlene TABLA DE CONTENIDO Prólogo ix parte uno UNA ESCATOLOGÍA DEL DOMINIO 1. La Esperanza 3 parte dos EL PAR AÍSO: EL PATRÓN PARA LA PROFECÍA 2. Como Leer la Profecía 17 3. El Tema del Paraíso 25 4. La Montaña Santa 31 5. El Jardín del Señor 41 6. El Jardín y el Horrible Desierto 51 7. La Nube Ardiente 59 v VI — El Paraíso Restaurado parte tres EL EVANGELIO DEL REINO 8. La Venida del Reino 69 9. El Rechazo de Israel 79 10. La Gran Tribulación 87 11. Viniendo en las Nubes 99 12. El Surgimiento del Anticristo 109 13. Los Postreros Tiempos 119 14. La Restauración de Israel 129 15. El Día del Señor 137 16. La Consumación del Reino 147 parte cuatro ESTUDIOS EN EL LIBRO DE APOCALIPSIS 17. Interpretando el Apocalipsis 157 18. El Tiempo Está Cerca 165 19. Un Breve Resumen de Apocalipsis 177 20. La Bestia y el Falso Profeta 183 21. La Gran Ramera 195 22. El Reino de Sacerdotes 203 23. La Nueva Creación 211 parte cinco HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA 24. Cumpliendo la Gran Comisión 221 Apéndice A: La Escatología de Dominio: Un Resumen 233 Tabla De Contenido — vii Apéndice B: Josefo en la Caída de Jerusalén 247 Bibliografía Selecta 313 Indíce 321 PRÓLOGO Este libro fue escrito tanto como una introducción general de la escatología Bíblica como una forma de leer la Biblia; la primera considero, surge de manera natural de la segunda. También sirve como un prólogo para un trabajo personal mayor (que está en proce- so), un comentario acerca del libro de Apocalipsis. Por esta razón, el presente libro no pretende responder a todas las preguntas concebibles acerca de la profecía. Aquellos quienes deseen encontrar más acerca de la perspectiva presentada aquí, deberán con- sultar la bibliografía. Aunado a mi comentario, existen muchos otros trabajos de escatología en diferentes niveles de preparación, los más destacable son los del Rev. James B. Jordan (Mateo 24) y el Rev. Ray Sutton (Daniel). Muchos lectores encontrarán (eso espero) el material acerca del Jardín de Edén fascinante, así como me pasó a mí la primera vez que escuché las lecciones de Jim Jordan acerca del tema en 1977. Por eso estarán contentos de escuchar que su libro Árboles y Espinas, un estudio exhaustivo de los patrones Edénicos, está pronto a ser publicado. Recomiendo ampliamente este trabajo. Otro erudito, cu- yos estudios me han influenciado, es el Dr. Meredith Kline, su libro Imágenes del Espíritu es una obra maestra de la Teología Bíblica. (Me apresuro a señalar, claro está, que no es responsable de ninguna de mis conclusiones) Las citas Bíblicas por lo general son de la Nueva Versión Ameri- cana Estándar, incluyendo sus notas al margen; en algunas ocasiones ix X — El Paraíso Restaurado he alterado las citas un poco en favor de una interpretación más literal. Estoy muy agradecido con varios buenos amigos, quienes me han dado su consejo y ayuda durante el proceso de escribir este libro. El primero entre ellos es mi publicista, el Dr. Gary North, quien me pidió originalmente que lo escribiera y cuyas sugerencias fueron constantemente fructíferas y desafiantes. El manuscrito fue leído por los pastores de la Iglesia Presbiteriana Westminster (Tyler, Texas): el Rev. Lewis Bulkeley, el Rev. Robert Dwelle, el Rev. James B. Jordan y el Rev. Ray Sutton; sus ideas teológicas han influenciado virtual- mente cada página de este libro. Otros que leyeron el manuscrito y aportaron comentarios in- valuables fueron el Rev. Mark House, pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana (Manhattan Beach; California); Spencer Roundtree, un anciano gobernante de la Iglesia del Redentor (Placerville, Ca- lifornia); James Whitacre, un compañero de la Iglesia Presbiteriana Westminster y el Rev. George Grant, pastor de la Comunidad de Creyentes (Humble, Texas). Aunado a sus críticas enriquecedoras (que ofreció con gran desprendimiento), George diseño la portada del libro, el trabajo de arte fue realizado por Randy Rogers, también de la Comunidad de Creyentes. También me gustaría agradecer a la Comunidad Reformada de Oakton (Oakton, Virginia) por su ayuda en la publicación de este libro. De formas muy numerosas para ser mencionadas estoy en deuda con el trabajo paciente y dedicado de dos secretarias eficientes del Instituto para la Economía Cristiana: Mrs. Maureen Peters y Mrs. Brenda West. En cada etapa de la producción su ayuda ha sido inva- luable y es profundamente apreciada. Finalmente, estoy agradecido con mi esposa Darlene, quien ama- blemente me ayudó a lo largo de todo el proyecto. Debido a que su amor es una muestra constante del Paraíso Restaurado, este libro está dedicado a ella. parte uno UNA ESCATOLOGÍA DEL DOMINIO Aquí te sentarás encarnado, aquí reinarás Tanto Dios como hombre, Hijo tanto de Dios como del hombre, Rey universal ungido; a ti te doy todo el poder; reina por siempre, y asume Tus méritos; debajo de ti, como Cabeza Suprema, reduzco Tronos, Principados, Potestades, Dominios: Toda rodilla se doblará, de los que están en el Cielo o en la Tierra o debajo de la Tierra en el infierno. John Milton, El Paraíso Perdido [3.315–22] Cuando el sol sale, la oscuridad ya no prevalece; cualquier parte que quede por ahí de ella es expulsada. Así también, ahora que la divina epifanía de la Palabra de Dios ha tenido lugar, la oscuridad de los ídolos ya no prevalece y todas las partes del mundo en todas las direcciones son iluminadas por Su enseñanza. Atanasio, En la Encarnación [55] 1 LA ESPER ANZA Este es un libro acerca de la esperanza. Por mucho tiempo, los Cristianos se han caracterizado por la desesperación, la derrota y el retraimiento. Por mucho tiempo, los Cristianos han prestado aten- ción a la falsa doctrina que enseña que estamos condenados al fraca- so, que los Cristianos no pueden ganar – la noción de que, hasta que Jesús regrese, los Cristianos constantemente perderán terreno con el enemigo. El futuro de la Iglesia se nos dijo, es un constante desli- zamiento a la apostasía. Algunos de nuestros líderes tristemente nos informaron que estamos viviendo en “la era laodicense” de la Iglesia (una referencia a la iglesia “tibia” de Laodicea, de la que se habla en Apocalipsis 3:14-22). Todo nuevo brote de guerra, todo incremento en las estadísticas del crimen, toda nueva evidencia de la ruptura de la familia, muchas veces era extrañamente visto como progreso, un paso más hacia la meta esperada del colapso total de la civilización, una señal de que Jesús vendría a rescatarnos en cualquier momen- to. Los proyectos de acción social eran vistos con escepticismo: mu- chas veces se asumía que cualquiera que intentara mejorar el mundo realmente no creía en la Biblia, porque la Biblia enseñaba que tales esfuerzos estaban destinados a lo fútil; como lo dijo muy bien un famoso predicador, “No pules el cobre en un barco que se hunde.” Ese dicho estaba basado en dos suposiciones: en primer lugar, que el mundo no es nada más que un “barco hundiéndose” y en segundo lugar, que cualquier programa organizado de reconstrucción Cris- tiana sería nada más que “pulir el cobre.” El evangelismo era una invitación para unirte al lado de los perdedores. 3 4 — El Paraíso Restaurado Esto estaba enraizado en dos problemas. Uno era un punto de vista falso de la Espiritualidad. La idea no bíblica de que la “espiri- tualidad” implica que el verdadero hombre “espiritual” es la persona que es una especie de ser “no-físico,” quien no se involucra con las cosas “terrenales”, quien no trabaja ni piensa mucho y quien dedica la mayor parte de su tiempo a meditar acerca de cómo preferiría estar en el cielo. Sin embargo, mientras que esté en la tierra, tiene un deber principal en la vida: Ser pisado por amor a Jesús. Desde este punto de vista, el hombre “espiritual” es un débil. Un perdedor. Pero por lo menos es un Buen Perdedor. La enseñanza de la Biblia es muy diferente. Cuando la Biblia usa el término Espiritual, generalmente está hablando del Espíritu Santo (por eso uso la E mayúscula). Ser Espiritual es ser guiado y motivado por el Espíritu Santo. Esto significa obedecer Sus órdenes como es- tán registradas en las Escrituras. El hombre Espiritual no es alguien que flota en el aire y escucha voces extrañas. El hombre Espiritual es un hombre que hace lo que dice la Biblia (Romanos 8:4-8). Por lo tanto, esto significa que se supone que nos involucremos en la vida. Dios quiere que apliquemos los estándares Cristianos por todas par- tes en todas las áreas. La espiritualidad no significa retraerse y reti- rarse de la vida, significa dominio. La confesión Cristiana básica de fe es que Jesús es Señor (Romanos 10:9-10) – Señor de todas las cosas en los cielos y en la tierra. Como Señor, ha de ser glorificado en todas las áreas (Romanos 11:36). En términos de la Espiritualidad Cristiana, en términos de los requerimientos de Dios para la acción Cristiana en cada área de la vida, no hay razón para el retraimiento.