TE M.R. 2020 David Ricardo Martinez Romero.Pdf
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CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SUPERIORES EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL MATEHUALA POBLAMIENTO E INCORPORACIÓN DE UNA ZONA DE FRONTERA DE LA AMÉRICA SEPTENTRIONAL A LA MONARQUÍA HISPÁNICA, 1600–1750 T E S I S QUE PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR EN HISTORIA P R E S E N T A DAVID RICARDO MARTÍNEZ ROMERO DIRECTORA DE TESIS: DRA. VALENTINA GARZA MARTÍNEZ MÉRIDA, YUCATÁN. DICIEMBRE DE 2020 COMITÉ DE TESIS Dra. Valentina Garza Martínez Directora Dr. Carlos Macías Richard Sínodo Dr. Juan Carlos Ruiz Guadalajara Sínodo Dr. Salvador Alfredo Álvarez Suárez Sínodo A mis abuelos A mis abuelas A mi padre A mi madre A mi hermana Agradecimientos Esta tesis está dedicada a mi familia: mis abuelos, mis padres y mi hermana. Familia, ustedes me han apoyado en todas mis decisiones por más disparatadas, impetuosas o temerarias que fueran, y eso lo llevo en el corazón. Gracias a ustedes estoy aquí. Por ustedes aprendí a hablar, a andar, a reír, a soñar, a entregarme, a amar la vida y cada día lo recuerdo y lo valoro. Abuelo Juventino, fuiste un pilar, lo sigues siendo, y sé que en algún lugar te pongo una sonrisa muy grande. Abuelo Nicolás, a veces te me desdibujas como en un sueño, pero estoy seguro de que habrías reído mucho con mis historias. Abue Ofe, gracias a ti nunca me siento sólo, a veces creía que tus brazos medían diez metros porque me atrapabas completamente con ellos. Abue Vicenta, cómo agradecerte que día a día acaricies mi corazón, y que hoy, me ilumines por completo con una sonrisa. Papá, creo que podría escribir más cuartillas de las que ya escribí y no terminaría de decirte lo mucho que te agradezco y te quiero. Eres mi guía y mi aspiración desde que tengo memoria, hoy más que nunca. Madre, tú me has dado tanto y cómo te lo agradezco. Cuánto te quiero. Eres mi mentora. Hermana, soy afortunado de contar con una amiga, maestra y modelo a seguir en una sola persona. Te admiro. También quiero agradecer y decir lo importante que son para mí, mi cuñado Paco, mi madrina Dolores y mis tíos Carmen, José Luis, Lilia, Mari, Pilar, Rafa, Víctor y Gaby. De la misma forma todos mis primos y primas, en especial a Camila, MariJo, Gerardo y José Luis. Ustedes me acompañan y alumbran el camino que recorro. En un plano académico, pero igual de emotivo, quiero agradecer a la Dra. Valentina Garza Martínez por la confianza en este proyecto, su dedicación, ánimo y total entrega. Sobre todo, por querer establecer una dinámica de equipo desde el inicio: Valentina, sin tu apoyo esta tesis difícilmente habría encontrado un buen camino, en verdad, muchas gracias. De igual forma quiero agradecer al Dr. Juan Carlos Ruiz Guadalajara, que me apoyó desde el día uno, mostró una entrega absoluta con esta investigación y que es parte fundamental de este equipo, sin duda, uno de sus cimientos: Juan Carlos, has sido un maestro y un gran amigo, de corazón muchas gracias. En el mismo tenor quiero agradecer al Dr. Carlos Macías Richard, que tuvo aportaciones muy valiosas y participó con este equipo desde que iniciamos el proyecto. También, agradezco al Dr. Salvador Álvarez, porque me ayudó a reflexionar varios puntos relevantes de la investigación y me llevó a replanteamientos. Un agradecimiento especial a la institución donde pude desarrollar mis estudios de doctorado, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Unidad Peninsular. Pero, qué es una institución sin la gente que la conforma, por eso, agradezco a todos los profesores que dedicaron tiempo, paciencia y entusiasmo en sus seminarios. También, a todo el personal administrativo, entre ellos a Paulina Nava, que hasta el día de hoy sigue apoyándonos para resolver distintas dificultades. De igual forma, a todo al personal de las bibliotecas del CIESAS, en particular al de la Biblioteca Peninsular y al de la Biblioteca de la Ciudad de México. Igualmente, quiero mencionar a esos cómplices de estudio por su vitalidad, enseñanzas y amistad, en verdad, ha sido un gusto conocerlos: Teresita Hernández, Eunice Cruz, Paulina Pezzat, Rodrigo Ramírez, Leonardo Chávez, Wendy Pérez, Luis Ortiz, Rodrigo Véliz, Ruth Hernández, Octavio Hernández, Abel García, Fernando Soria y Carlos Gutiérrez. Esta tesis no se habría realizado sin la beca provista por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), por lo que reconozco ese apoyo y la confianza. De la misma forma, la labor de los historiadores sería imposible sin todo el personal que se desempeña en los Archivos donde se resguarda la información que permiten nuestro oficio, por ende, es muy importante resaltar su dedicación. También, agradezco al personal de la Biblioteca Rafael Montejano y Aguiñaga del Colegio de San Luis, en particular a la licenciada Araceli Carrillo, porque pasé largas temporadas en este recinto y se convirtió en una especie de segundo hogar. Gracias por todo el apoyo y la paciencia Ara. También, y con particular énfasis, menciono a toda mi gente, porque sin ustedes tendría poco sentido el andar. A mi ahijado, porque, aunque estoy lejos, me enorgullece saber que cada día eres mejor. A Mar, por ser como eres, por brillar con esa luz y enseñarme tanto. A Arturo, mi hermano y compadre, qué te puedo decir, ha sido el gusto de una vida recorrer el camino contigo, por mucho. A Iván, otro de mis entrañables hermanos —que, por fortuna, hay muchos en esta lista— por tu entereza, sinceridad y gran, en verdad, gran amistad. A Magali, por ser una amiga tan entrañable y valiosa en mi vida. A Cristina, por tu amistad, hermandad, lecciones y también, por tantas carcajadas. A Toño, por el gusto de recorrer esta aventura contigo, hermano. A Dhink, por enseñarnos a nunca claudicar, infatigable hermano guerrero. A Laura, por recordarme con tu enorme alegría que este es un lugar mejor. A Edgar, entrañable hermano de tantas épocas. A Chío, por tu sonrisa y el flamenco. A Beto, porque Oaxaca y Canadá serán nuestras. A Cepeda, por ser de esos hermanos que siempre están presentes. A Javo, por el béisbol y las pláticas, aunque sean breves. A Karsis, por ser la vieja escuela y la pura hermandad. A Juan Manuel, por extender su mano sin importar qué. A Ken, porque nos sigues abrazando con tu música. A Pavel, por las risas, los regaños y la buena vibra. A Ari, por tu sincera y bonita amistad. A Hugo, por las historias y los buenos chistes, también por los malos. A Dierk, por ayudarnos a ver otros horizontes. A Joel, el “gordo” que nunca abandona a un amigo. A Isaac, viajero irreverente y hermano. A Tore y Paty, porque desde que los conozco los valoro mucho. A Esmeralda, por ser una gran y sincera amiga. A Demian, por el aprecio que genera. A Mónica, por sostenerme en más de una ocasión. A Benjas, por no claudicar. A Norma, gran amiga tapatía e historiadora. A Irais, por tantos y tan buenos recuerdos. A Luis, Maritza y el pequeño Mateo, por abrirme su corazón de par en par. A Juanita, por los consejos y la gran amistad. A Ivonne, gran amiga zacatecana. A Liz, por tu forma de ser, como tú, pocas personas. Y por supuesto, a todas sus familias, pues tengo el gusto y honor de conocerlas. También, quiero agradecer de todo corazón a Sonia de Otto, gran amiga y compañera, y a todo el equipo de OraWorldMandala, en particular a Javo y a Anaid. Con ustedes he crecido y me da mucho gusto saber que somos más los que queremos cambiar el mundo, sobre todo por medio de la Ahimsa: ¡Jai Jagat! ¡Victoria al Planeta! A todos ustedes: ¡INFINITAS GRACIAS! Resumen Esta investigación tiene por objetivo estudiar el proceso de poblamiento de una región de la América septentrional y cómo, por medio de este, se pretendió incorporar a la población y el territorio de dicho espacio a la Monarquía Hispánica. El periodo de estudio —que abarca de finales del siglo XVI a mediados del siglo XVIII— responde a que, durante ese lapso, se caracterizó como una región fronteriza, en la que faltó un control hegemónico hispánico, porque, si bien hubo una evidente presencia, tampoco se pudo suprimir los elementos que le dieron ese carácter de fronterizo. Así, el eje rector de este trabajo es la zona de frontera de Matehuala, que en sus inicios fue una hacienda de labor y posteriormente se convirtió en el epicentro de múltiples disputas relacionadas con la fundación de un pueblo de indios, San Francisco de Matehuala, en lo que participaron los dueños de la hacienda, la gente del pueblo y varios vecinos advenedizos, involucrándose al virrey, la Audiencia de México, la Audiencia de Guadalajara, los gobernadores del Nuevo Reino de León, los alcaldes mayores de Charcas y los asentistas de las Salinas de Santa María y del Peñol Blanco. En consecuencia, hemos privilegiado ahondar en el rol que desempeñaron los distintos actores sociales que habitaron esta región —en particular en Matehuala y sus alrededores— para conformar las condiciones fronterizas que perduraron por casi siglo y medio. Índice Mapas, tablas, croquis, cuadros y fotografías 4 Siglas 6 Introducción 7 Los inicios de la investigación 12 Problemática de estudio 14 Marco teórico–conceptual 17 De los indios “chichimecos” negritos 35 Balance historiográfico 36 Métodos y fuentes 45 Estructura de la tesis 49 1. Los indios de la América septentrional: reflexiones y movilidad poblacional 51 1.1 La supuesta “Licencia" para poblar de 1550 presentada en 1788 51 1.2 La problemática con las clasificaciones de los indios del septentrión 56 1.3 Los orígenes de “Mateguala” 69 1.4 Los guachichiles del altiplano durante la segunda mitad del siglo XVI 76 1.5 La movilidad de los negritos y borrados de la Sierra Madre Oriental 85 1.6 Notas sueltas respecto a los nombres de los grupos indios 94 1.7 Consideraciones finales 97 2.