UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA Departamento de Literatura Española,Sección de Filología Hispánica TESIS DOCTORAL El teatro de Cervantes MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR William Stapp Moody Madrid, 2015 © William Stapp Moody, 1981 DP WLlTlam Stapp Moody ^ O tcnse C E R w v . Z - o ^ MOO E t. TEATRO DE CERVANTES DepartamenCo de Literatura Espanola Secci«5n de Filologfa Hisp^nica Facultad de Filologfa Universidad Complutense de Madrid 1981 @ William Sl,app Moody Edita e imprime la Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. Servicio de Reprograffa Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, 1981 Xerox 9200 XB 4 8 O Deposito Legal: M-8037-1981 nrmoDuccioN Las comedias de Cervantes dejan a este lector inquiète, con la sen- sacion de que algo no esta bien, ^ Dirla la verdad si afim ara qua al no ser del gran Cervantes, no volveria a preocuparme de ell as mas alia de una pri­ mera leotura, eso es sin tomar en cuenta el que tenga el honor de ser el autor de varias inovaciones teatrales. Pero es esta conciencia del rango del autor que eleva la sensacion de inquietud al nivel de asombro. iComo es posible que a gran Cervantes tropezase al proponerse escribir comedias? Si Aristoteles 2 acierta al declarar que el asombro es el comienzo de la ciencia, estamos en buen camino. Hemos de proguntamos el porqué de esta aparente desavenen- cia entire las partes constituyentes de las piezas individu ales. Pero, ies légitima esta manera de procéder? Karl Vossler nos explica que lo "dispar" era lo normal en el teatro de los siglos XVI y XVII.^ Lo milagrero y lo mundano, lo maravilloso y lo cotidiano, lo mltico y lo blblico, todo se reunla y se posibilitaba bajo una capa de realismo crédulo. 1 Tengo que confesar que sufro del "desagiato" que Elisa Aragone Temi desaprueba en los extranjeros. Studio suUe Comedias de Lope de Vega (M essina-Plrenze; Casa E d itric e D'Anna, 1971), pâg. ü l. 2 Metaflsica. Libre I, Cap. II. También repite Ortega el mismo afrolsmo en La Rebelion de las Masas, "Sorprenderse, extranarse, es comenzar a entender. Ës el déporté y el lujo especlfico del intelectual," Obras Ccmpletas. 9 Vols. (Madrid; Revista de Occidents, 1962 V. IV), pâg. lli/j. 3 Lope de Vega y su Tiempo (M adrid: R evista de O ccidents, ipho). Gap. X III. - s - -Il- Nunoa a l a d isp arid ad abre la s puerfcas mi corto ingenio y hallalas contino de par en par la consonancia abiertas (Via.1e d e l Pamaso» 9 7 )' EL discrete es concordancia que engendra la habilidad el necio disparidad ue no hace consonancia ?La E h treten id a, I, U96) Dame una voz al caso acomodada, una s u t i l y bien cortada pluma, no de aficion y de pasiôn Uevada, para que pueda referir, en suma, con purlslmo y nuevo sentimiento, con verdad cl ara y enterez a sma (Via1e, 93) iC6mo pueda agradar un desatino, si no es que de propôsito se hace, mostrândole el donaire su canine? Que entonces la mentira satisface, Cuando verdad p arece, y e s ta e s c r ita con gracia, que al discrete y simple aplace (Viaie. 85). Sierapre hay que mirar lo que escribe Cervantes con circunspecciôn, pero vereraos que estas palabras concuerden con lo que hace también. Evi- tando de memento el problems semântico,^ se nota una destacada preocupaciôn de la ociosidad en ocho discursos (l6lL)del padre Pedro de Guwnén que tiende a mostramos un pueblo escéptico, por lo menos en ciertaa materias. "... que bondad podrâ tener su acciôn? Si la que représenta a la Virgen Santlsima nuestra Senora, y el que al caste Joseph, ambos no son muy castes, y se estân pidiendo zelo en el teatro, porque miran al otro y a la otraj y cuando la que figura a nuestra Senora, cuando responde al Angol, ' Como puede ser esto An gel s an to, que no conozco varôn, ' causa ris a y escamio en el auditorio, como ya se ha viato alguna vez, iqué devociôn puede esto causar?" El subrayado es ralo. Citado por Elisa Aragone, pâgs. 2li y 25* 7 De aqui en adulante todas las referencias a las obras de Cervantes serân a las Obras Complétas, ediciôn de Angel Valbuena Prat (Madrid; Aguilar, 19 /46), salvo en el caso de las comedias y en los especialraente notados. 8 A veces se siente tentado de dudar del sentido aceptado de la con­ cord ancia, la verosimilitud y sus sinônimos, pues, preceptistas y artistas. - 5- por la concordancia de las partes constituyentes^ de una obra artlstica, por tanto no se puede alegar una falta de sentido crltico en Cervantes. Hay otro motive por el cual no funciona en el caso de Cervantes la explica- cion de un exagerado perspectivisme. Las incongruencias de sus comedias aunque tecnicamente las mismas que las del teatro de sus contemporâneos, sus t an ci almente son distintas. Por ejemplo, tecnicamente el bobo o el gra- cioso con sus antecedents s en Sempronio y Parmeno de La Celestina y llevado a su cumbre con Lope, tiene su parentesco con Buitrago, Madrigal y Pedro de ürdemalas. Sin embargo, los caractères graciosos de las comedias de Cervan­ tes tienen la peculiar eualidad de estar desligados de todo. No tienen due- no Caballero ni dueno ideolôgico. Los de Lope sirven para contrastar lo caballesco en sus duenos; el gracioso cervantino no esta ligado con nadie y contrasta con todo y todos, siendo portador de todos los puntos de vistas y représentante de ninguno. Esto lo veremos detail ad amen te en el anàlisis de las comedias. Baste lo dicho de momentx) para motivar nuestra aseveracion de que no se puede descartar lo incongruente en las comedias de Cervantes como fértil camino de investigaciôn alegando una falta de sentido crltico que lo pem itiese. Ademâs lo "incongruente" en Cervantes no es lo mismo que en otros comediSgrafos de la época. Es mas: la mi sma falta de fé en lo teorizantes y practicantes todos hablan de ella cuando de hecho pareoen las obras de verosimilitud. Séria necesario un estudio mucho mâs vaste que la de Margaret Bates, "DiscreciéiV in tte Works of Cervantes (Washington, D.C.: The Catholic University of America fress, para aclarar el problema semântico ocasionado por la "disparidad" entre la teorla y la praxis. Pues se trata no solo de Cervantes sino de todos los del Siglo de Oro. 9 No puedo aceptar del todo la teorla de Américo Castro de que la coq- gruencia sea entre autor y pûblico, El Pensamiento de Cervantes (H^Jrld. 1925), pâg. w . ' - -6 - incongnionte como eloment-o propio del universe artlstico,^^ ha de condicionar su apariencia en las obras de Cervantes y prestarles un ambJente especial que, a voces rebasa los limites de lo real, creando un ambiente que anticipa el de los Suenos de Quevedo, y los Esperpentos de Valle Diclan, o los "Caiiri- chos" de Goya. 10 Tengo l a im presion que l a f a l ta de congruencia en e l mundo c o ti­ diano también le desasosiega a Cervantes profundamente. CAPITUIX) I CERVANTES Y LA PRECEPTIVA DRAMATICA Si Ta a servir de algo un estudio de las ideas cervantinas sobre el teatro, no s6lo tiene que hacerse cotejSndolas con la preceptive dramâtica de toda la época renacentista tanto italiana c o t io espanola sino también con el teatro de Cervantes, eso es, la praxis. De poco servlrâ fabricarse formulitas en el aire para saber qu6 personaje cervantino hable por su autor,^ y aunque pudiera establecerse esto, menudo trabajo costarla no confundirse en el laberinto de opiniones contradictorias de cada uno. Hay que saber cuâles eran las ideas de los dramaturgos-teorizantes y las de los preceptistas teéricos. S6lo entonces podrâ verse la relacién entre éstas, las de Cer­ vantes y la teorla dram&tica que informa sus comedias. Hay una clara trayectoria de la teorla dramâtica espanola de los siglos XVI y XVII que va de los preceptos establecidos "a priori," de los cuales habla que deducir los particulares, a las generalizaciones sacadas "a posteriori," bas ad as en la experiencia, que no pretendlan ser reglas fijas. Se marcha de la verdad basada en la "Autoridad" a la verdad emplrica. En realidad, este desarroUo acusa el mismo proceso que tenla lugar en la cul- tura en general y en las ciencias en particular durante el mismo perlodo. G alileo ( 156L-I6L2 ) se metié en dificultades con sus colegas y la Inquisi- cién por querer efectuar una separacién entre la verdad segfin la "Autoridad" y la verdad deducida de los fenémenos objetivos. No es del todo casual que 1 Véase E. C. Riley, Teorla de la Novel a en Cervantes (Madrid: Taurus, 1971), pâg. 56. -7 - -B- f4 )arezca la Invectiva a 3.as conedias que prohiblo Tralano y apologia por las nuestran (1622) nada mao que dloz anoo mas tarde rpie el Discorao Interno alle choae cho stanno on su I'acqua (l6l2). Si Galileo rooomendaîia que la verdad fisica se basara en la observacion y en oxiierimentos, no hacla menos FVancisco de Barreda respecto de las comedias. "Ks el arte una obaervancia atenta de ejemplos graduados por la experiencia y deducidos a método y majes- tad de leycs."^ La teorla dramatic a, pues, acusa un paralelo inequlvoco con las preocupacionco filosoficas y cinntificas de la éj)oca. La teorla dramatica se ha enfocado desde varias perspectivas. Don Marceline Menéndez y Pelayo dividj.6 a los comentai'istas entre los precep- l istas clâsicos y los lopis bas.
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