ATILIO GARCIA Rigentes De Boca Alcanzaron Esa Nó­ Alcance

ATILIO GARCIA Rigentes De Boca Alcanzaron Esa Nó­ Alcance

K X HISTORIA DEL FUTBOL URUGUAYO Jueves 22 de Enero 1970 DIRECTOR Franklin Morales ASESOR DE LA DIRECCIÓN Eduardo Gutiérrez Cortinas AYUDANTE DE LA DIRECCIÓN Rafael Bayce DIAGRAMADO Horacio Anón EDITOR Julio Bayce Editores Reunidos Cerro Largo 949 Tel. 8.03.16 Montevideo. Uruguay DISTRIBUCIÓN GENERAL Arca S. R. L. Colonia 1263 Tol. 8 32 00 DISTRIBUCIÓN INTERIOR, QUIOSCOS Y CANILLITAS Distribuidora Uruguaya do Diarios y Revistas Ciudodela 1424 Tel. 8:51.55 e publicidad Vértice Solís 1563 Tel. 9.13.22 impreso en Uruguay por Impresora Rex S. A Gaboto N? 1525 — Teléfono 4 90 48 Mecho el depésito de ley. - Amparado en el Art. 79 de la Ley 13 349 (Comisién del Papel) Copyright EDITORES REUNIDOS LA DIRECCIÓN NO COMPARTE NECESARIAMENTE LA OPINIÓN DE LOS AUTORES. No liéty receta definida, única para perpetrarle como goleador. Aquí los caminos suelen ser distinto*. Pero por encima de estilo* y de época*, sobre su figura campea un inseparable álito que lo* hace milagroso* creadores de alegrías para colectividades entera*. CARATULA PEDRO PETRONE RICARDO LOMBARDO Sin presunción literaria y sólo con des. Recién entonces nos ubicaremos crear un estilo de convivencia. En el propósito de un repaso, abrimos el en aquellos días festivos, cuando to­ un clima pintoresco, familiar, huma­ cuaderno asignado a los goleadores. do se interrumpía para acumular los no, matizado también de inquietudes La misión consiste en aproximarnos primeros peldaños de la historia que y sobresaltos, como aquellos cuando a las grandes figuras, sentir el eco recordamos. se oía zumbar un taponazo, y el de su gloria y andar por caminos De ahí el encanto de las memo­ estallido de vidrios y gritos de ve­ radiantes de un proceso que no se rias, inefable modo de recorrer un cinos que reclamaban contra el detiene. Todos cuantos han dado bri­ itinerario, aun cuando la verdad y culpable del destrozo. ¿Seria acaso llo a nuestro fútbol no podrán ser ’a justicia aparece siempre en com­ un futuro goleador? ¿Qué exige la abarcados, sin embargo. A la vez, pañía del relator. calificación de “goleador” ? ¿Poten­ bien vale expresar que no seria po­ Los goleadores son los más fuer­ cia, codicia, ubicuidad, valentía, in­ sible acercarse a estas evocaciones, tes creadores de emociones, los que tuición? —quizás algunas muy trajinadas se asemejan a un gigante. ¡Qué po­ Sí, por supuesto, todo ello. Pero pero todas magistrales en la subli­ der tienen, capaces de alzar multi­ algo más: una técnica ejecutiva. midad del esfuerzo,— sin sentir un tudes! ¿Y cómo es que han logrado ¿Cuál entonces? ¿ La de José Pien­ mucho de melancolía. Aparecen esa dimensión? ¿Acaso fue posible dibene, la de Pedro Petrone, la de hombres que crearon inmensas ale­ madurarlo en sus correrías juveniles Atilio García? grías colectivas. A veces prolonga­ en las callejuelas y en los baldíos? Fueron distintas, y todas adqui­ das, otras hondas, algunas efímeras. Seguramente en esos primeros rieron magistral dimensión. Hemos Al volver en el tiempo hasta cabría días generaron modalidades y su­ citado tres estilos. Académico y su­ impregnar el ambiente de poesía, des­ gestivas vocaciones. Y esto era muy til, uno; de potencia y velocidad, el lizar estrofas que se confundan con natural en aquel pasado cuando el otro; de fuerza y tenacidad, ei el paso de días iniciales tan humil­ bullicio del fútbol había llegado a restante. EL PRIMER GOLEADOR émulo para las juventudes futbolís­ Carlos B. Carlomagno atleta y ticas. Su atracción personal era in­ futbolista de aquella primera época, Desde los albores del siglo llegan mensa. Grande, fuerte, solemne en nos contó cierta vez: “Allá al tér­ los ecos de Juan Pena. Un atleta su porte. Dominaba su maciza y mino de la primera década del siglo, criollo de los primeros tiempos. Sal­ cimbrante estructura, una cabeza en un partido de Peñarol y Central, taba, corría, en Montevideo Cricket altiva, un rostro sereno, serio, im­ vi a Piendibene convertir un gol Club. Allí logró transformarse en perturbable. Imponía respeto. Su hermoso, deslumbrante, y sin em­ el adelantado del fútbol uruguayo. campaña es una sucesión de geniali­ bargo me pareció sencillo. Piendi ¡Cómo habrá descollado Juan Pena dades que integran un anecdotario. había llegado hasta los backs con entre los “ingleses locos”, que En sus 20 años de actividad, muchas la pelota dominada. Hizo un esquive cuando surge José Piendibene de veces interrumpida, que comenzó en para su izquierda. Casi se dejó ir forma tan resplandeciente, comien­ 1908, tenemos registrados 277 goles en su carrera. Como si erróneamente za a llamársele “Penita”! Pero Pien­ de Piendibene. de los cuales 28 fue­ cerrara el ángulo de tiro. Balmelli dibene no llega a ser un imitador, ron convertidos en partidos inter­ el arquero de Central, se volcó en­ sino por el contrario, un creador, nacionales, sólo compromisos ofi­ tonces, cubriendo más su valla. Pero un maestro. Su técnica constituye ciales o de cierta trascendencia. el remate que se aguardaba con la 171 Fue el 13 de julio de 1926: Pief.dibene, inclinado, observa su obra ante la impotencia de Ricardo Zamora. zurda de Piendi demoraba. Se des­ zó a sortear adversarios con tal moria: “Habiamos interpretado que lizó aún, y de pronto, con el empeine acierto y claridad, que le fue posible en ese match se jugaba el prestigio de su pie derecho “cacheteó”. La llegar hasta la valla adversaria v del fútbol uruguayo. No podíamos pelota d.bujó en el aire casi un semi­ convertir. retacear esfuerzos ni descuidar deta­ círculo para caer en la red, cerca Pero, detengámonos en el gol sen­ lles. Estábamos frente a un adver­ del otro poste. Seguro que, esa 'arde, sacional de aquella tarde del 18 de sario fuerte y astuto. En una especie no fui el único que salió de la can­ julio de 1926, con el que quebró la de cónclave, de ésos que formába­ cha dispuesto a imitarlo. ¡Cuántas resistencia del famoso guardameta mos para conversar sobre nuestros veces lo ensayé! Cada vez. sin em­ del Deportivo Español. Hay que planes, llegó la conclusión que te- j J barro, me csuKaha más dificil el subrayar la incertidumbre creada niamos que actuar sin demoras, ju- I •nter.to. Llegué a pensar que hasta en el ambiente en aquel momento. gando la pelota de primera, para L * podía ser un arte propio del “maes­ El Deportivo había llegado al Plata, evitar el choque violento, con quie- l tro”. no sólo para exhibir la “furia espa­ nes poseían, como principal virtud, : Aquel gol convertido en el Parque ñola”, sino también reclamando una su fuerza física. Esto significó, en Central al “Divino” Zamora, sólo superioridad que entendían sólo ha- realidad, introducir una variante er. | podía lograrlo quien poseyó, entre . bía sido arrasada por la selección la modalidad muy arraigada. Al tér­ tantas habilidades, la de “cachetear" celeste en su gira por la península mino del primer tiempo seguíamos el balón, según la expresión popu­ hispánica, y en la misma Olimpíada lar de la época . con la perfección de 1924 Innegablemente poseían que lo hacía Esa forma de cambiar grandes jugadores. Es cierto tam­ rapiichosamente el giro de la pe­ bién que prevalecían con potencia lota. ha perdido sus cultores. Era un física extraordinaria. Aquellos goles ejercicio bien criollo, que al ser exhi­ convertidos por Petrone a Zamora, bido por un crack tan admirado en presencia del propio Rey Alfon­ romo Piendibene. hallaba buenos so XIII, habían dejado "sangre en imitadores en aquellas generaciones el ojo" a los fanáticos. En esa gira fútbol..ticas. La “cortada” era igual­ por el Plata buscaban la revancha. mente peculiar en los movimientos Y se sintieron felices en su primer del “maestro”. Otro de los términos partido aquí. Vencieron a Nacional, que anduvo en boga muchos años. 1 a 0. La noticia, como era lógico, El ingenio popular ponía nombres a provocó en España enorme entusias­ ¡as jugadas más características. Lue­ mo. Tenía las características de una go, la terminología comenzó a ser hazaña. El Deportivo, el mismísimo dictada por los técnicos. ¿Quiénes del “Divino” acababa de vencer en no conocían las famosas “cortadas” su propio reducto a los campeones de Piendi, los pases de “muleta”, el olímpicos. Se señalaba que Nacional remate de “cachetada” que hemos se había integrado por la casi tota­ - lado, la "jopeada”, el cabezazo en lidad de jugadores de la selección ", ■alomita", la “escoba” de Andra- uruguaya, aunque en realidad no fue de? El frentazo de Piendibene eia asi. Entre otros faltó también Pedro seco, incontenible. El dribbling, ele­ Petrone. En Montevideo trascendió gante. cadencioso Cuentan los abue­ la celebración española. Quedaba los, que en » n match en Bc’vedere aún *. ■» revancha con Peña rol. en 1912 frente a Nacional, tomó la • ,*'o de los actores de la jornada. pelota en puestos defensivos comen­ Peregrino Anselmo remueve su me­ cero a cero. Comprendíamos que cen, a ellos no les gusta, porque gué cerca de Piendibene. La devolu­ estábamos envueltos en una lucha quedan burlados y no pueden man­ ción de Suffioti no demoró. Con la dura, equilibrada y riesgosa. Volvi­ tener las posiciones defensivas". pelota en el aire sentí la imperativa mos al vestuario pensando que ten­ Hizo otras indicaciones más, ha­ voz de Piendi: "déjala”. Me detuve. dríamos que agotar los esfuerzos blando paternalmente, según su El se adueñó del balón con seguri­ para contener al rival. Se tornaba modalidad. Salimos a la cancha más dad. Siguió unos pasos más para muy difícil. Piendibene parecía me­ reconfortados. Pronto me di cuenta. quitar de acción al back Urquizú y ditar mientras descansaba en su Piendi tenía razón. Me pude ir bur­ realizó el movimiento clásico de banco. De pronto se puso de pie.

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