Replica a Los Comentarios De Canudo Et Al. a «Asociacion

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Estudios Geol., 60: 53-59 (2004) REPLICA A LOS COMENTARIOS DE CANUDO ET AL. A «ASOCIACION FAUNISTICA DE VERTEBRADOS MESOZOICOS DE LA LOCALIDAD DE GALVE (TERUEL)>> [ESTUDIOS GEOL., 58 (2002), 189-193] B. Sánchez Hernández * Una vez analizados los Comentarios a mi artículo lizó en el año 1958, difícilmente pudo llevarse a realizados por Canudo, Ruiz-Omeñaca, Barco, cabo el trabajo de campo, selección del área correc­ Cuenca-Bescós y Royo, sorprende el exceso de celo ta de prospección, estudio del material hallado y para descalificar un artículo que nunca pretendió excavación de la zona atendiendo a los resultados otra cosa -como se especifica claramente en su de las etapas anteriores señaladas, estudio del mate­ introducción- que ser una actualización temporal rial hallado, redacción del artículo y publicación de de la «Lista faunística de los vertebrados de Galve éste en ese mismo año. Parece razonable que todo (Teruel)>> realizada por los investigadores Buscalio­ ese trabajo le llevara un poco más de tiempo, posi­ ni y Sanz (1987). En esta publicación se pretende blemente años. Cabe señalar que algunos de estos clarificar algunas afirmaciones contenidas en dichos mismos autores aceptaban fechas aún anteriores Comentarios. para esa actividad, como se puede comprobar en la Guía del Parque Paleontológico de Galve (Teruel), cuyos autores son J. 1. Canudo, G. Cuenca Bescós y Fecha de inicio del estudio de los yacimientos de J. 1. Ruiz Omeñaca (1996), en donde señalan «Este Galve yacimiento (el de Las Zabacheras) lo encontró José María (se refieren a D. José M.ª Herrero, antiguo Canudo et al. afirman que es incorrecta mi afir­ propietario de la colección Herrero donada al mación del comienzo de los estudios sobre los Museo de Galve) a la orilla de la carretera de depósitos de Galve a principios del siglo xx, así entrada al pueblo, construida sobre el año 1934, y como la fecha de 1950 para el comienzo de las cuyo trazado cortó el yacimiento y cuantos materia­ excavaciones. Cuando señalé que «los restos de les aparecían eran transportados por los obreros Galve se estudian desde principio del siglo xx» se como relleno del firme, tras recuperar lo que quedó pretendía aludir al trabajo de los pioneros que acu­ fue restaurado y guardado. Se había encontrado dieron a los depósitos de la provincia de Teruel por primera vez en España un saurópodo [...]». atraídos por su riqueza paleontológica. Otros inves­ tigadores (don Luis Alcalá, en prensa) citan fechas aún más anteriores (concretamente los siglos XVIII o Correcciones a taxones mal nombrados XIX) a la mencionada, de acuerdo con los datos faci­ litados por el Director de la Fundación Conjunto En la tabla I corrigen erratas en los nombres de Paleontológico de Teruel. los taxones. Algunas son correcciones de algún Igualmente, señalan la fecha de finales de la error ortográfico que en otras partes de mi artículo década de 1950 como la de comienzo de los estu­ están correctamente nombrados. Son los casos de: dios, citando erróneamente la publicación de Fer­ - «Clase Mamalia» que corrigen como «Clase nández Galiano (1958). El número 20 de la revista Teruel consta de 238 páginas y 37 láminas. La Mammalia». Con ese mismo nombre la señalo en el publicación aludida se extiende de la página 201 a resumen que encabeza mi artículo. la 203, y no de la página 1 a la 3 como mencionan - «Infraorden Anguilomorpha» que corrigen como «Infraorden Anguimorpha» nombre idéntico en su cita bibliográfica. No obstante, dado que la publicación definitiva de Fernández Galiano se rea- al que se recoge en la página 190 de mi artículo. * Dept. ofEarth Sciences; University ofBristol; Wills Memorial Building; Queen's Road; Bristol BSS IRJ. U.K. glbsh@bris­ tol.ac.uk. 54 B. SANCHEZ HERNANDEZ - Familia «Scindae» que nombran como «Scin­ los autores señalan en los comentarios -Barco, J. L. cidae», igual que se recoge en la página 191 de mi (2003)- ya que hay error en el paginado, así como artículo, donde aparece correctamente nombrado en la decimoctava -Kohring, R. (1990)- donde dos veces. repiten la misma falta. También deben corregir la - Género «Machimisaurus» que nombran como cita decimocuarta -Crusafont, M. y Gilbert, J. «Machimosaurus», nombre idéntico al que aparece (1976)- donde se menciona mal al segundo autor. en la página 191 de mi artículo. Así como la decimosexta -Rahn, G. y Rahn, R. - Género «Paredotherium» que nombran como (1992)- que presenta error en el volumen por ellos «Parendotherium», igual que se recoge en la señalado; por no entrar en los fallos cometidos en página 190 de mi artículo. los títulos que aparecen en otros idiomas. En el caso de la «Superclase pisciformes», que los autores tachan de invención, la denominación de «Superclase pisciformes» la he tomado del trabajo Coincidencias con la lista faunística de Ruiz de Buscalioni y Sanz (1987). Omeñaca (1996) En este punto cabe señalar que, en la tabla I que estos autores definen como «denominación correc­ En otro punto de los Comentarios señalan mi lis­ ta», se observa un error cuando, en una de las tado como prácticamente idéntico a la lista faunísti• correcciones que pretenden realizar, ponen la abre­ ca de los vertebrados de Galve proporcionada por viatura usada por mí: «Gen.» en cursiva (<<Gen. Ruiz-Omeñaca en 1996, señalando como evidencia Carcha...» lo corrigen como «Gen. Carcha...»). No que hasta «las erratas que presenta» se encuentran obstante, las reglas del Código Internacional de en mi artículo. En esta corrección cometen el error Nomenclatura Zoológica rechaza poner el término de querer hace propietario a ese autor de términos, «género» o sus abreviaciones en cursiva. «erratas» y conceptos que pertenecen a otros inves­ Respecto a la acusación de haber «inflado artifi­ tigadores muy anteriores a su tesina, como son los cialmente» el número de taxones «al haber obviado casos siguientes: las sinonimias sin razón justificada (ver Buscalioni - Mencionan como «evidencia» el hecho de y Sanz, 1987; Canudo et al., 1997)>>, debo señalar recoger en mi clasificación Orden Crocodilia en que ambos artículos han sido consultados y mencio­ lugar de Crocodylia. En la página 65 del trabajo de nados en mi trabajo (el primero de ellos utilizado Buscalioni y Sanz (1987) se menciona Orden Cro­ como referencia básica). De esta forma se han reco­ codilia exactamente como se recoge en las pági­ gido las sinonimias que he considerado razonable­ nas 189 y 191 de mi trabajo. Aún así y consciente mente expuestas; como se verá más tarde al tratar el de la posibilidad de mencionar tal orden como Cro­ género Acrodus. codylia, también uso esta opción en las páginas 190 y 192; en este caso como superorden Crocodylo­ morpha. Creo que el mantener la nomenclatura Correcciones a las referencias de algunos usada por Buscalioni y Sanz en una publicación de taxones 1987 no es, ni mucho menos, una evidencia de coincidencia con la lista faunística de Ruiz-Omeña­ Los autores señalan como error en las referen­ ca (1996). cias de algunos taxones el hecho de no indicar la - Citar el Orden Chelonia en lugar de Chelo­ publicación donde se citan por primera vez. A este nii, se denuncia como otra evidencia. Como se respecto debo decir que en ningún caso menciono señala en mi artículo, tal clasificación se llevó a que los autores indicados son los que citaron por cabo atendiendo a la realizada por el Dr. Michael primera vez la presencia de tales taxones en Galve. J. Benton (1995). En la página 317 de este libro, se Se recurrió a mencionar como publicaciones aque­ pueden leer exactamente los mismos términos, llos artículos donde se respalda la existencia de tal «Orden Testudines (Chelonia)>>, que se recogen en taxón en los depósitos de Galve, lo que entiendo mi trabajo. suficiente para cubrir el objetivo del artículo, que - Con respecto a las otras dos «evidencias» era elaborar un compendio de diferentes taxones (clasificar Machimosaurus como Goniopholididae citados por diversos autores para los yacimientos y mencionar el género «Carchadontosaurus» en de la localidad de Galve, a fin de obtener una lugar de Carcharodontosaurus) no se aceptan visión general del potencial fosilífero de la locali­ como tales, ya que en el artículo se señala, junto a dad mencionada. cada uno de estos taxones, las referencias de No obstante, a propósito de errores en citas biblio­ donde se han tomado, referencias que son muy gráficas, se aconseja que revisen la séptima cita que anteriores a 1996. REPLICA A LOS COMENTARIOS DE CANUDO ET AL. 55 Discordancia en el número de taxones para depósitos de Galve Paulchoffatia, Kuehneodon aparecidos en Galve y Galveodon). Igualmente Kielan-Jaworowska y Ensom (1992) citan dos características de la morfolo­ En alusión a los ocho géneros de mamíferos que gía dental para caracterizar a Plagiaulacidae (Pla­ los firmantes de los comentarios advierten en Galve giaulax y Bolodon están incluidos en ésta), incluyen­ y no los catorce mencionados en mi trabajo, hay do a Eobaatarinae (Eoobatar y Parendotherium, que decir que las referencias que estos autores men­ entre otros géneros que agrupa esta subfamilia), dife­ cionan para respaldar su propuesta de ocho taxones renciándolos de los miembros de Allodontidae. también son citadas en el artículo cuya clasificación Por su parte, el género Bolodon es atribuido por de mamíferos tachan de errónea. Esto quiere decir algunos autores a su propia familia Bolodontidae que ya fueron consultadas esas fuentes pero en nin­ (McKenna y Bell, 1997, los cuales consideran a gún caso me han convencido. Por lo cual se opta Parendotherium herreroi un estadio juvenil de por los catorce taxones citados, rechazándose la Loxaulax valdensis). McKenna y Bell (1997) consi­ sinonimia que los firmantes defienden. deran a la familia Eobaataridae sinónimo de Bolo­ Sinonimia también rechazada en recientes publica­ dontidae y contemplan a Bolodontidae formada por ciones entre las que se pueden citar Hahn y Hahn los géneros Loxaulax (considerado por ellos como (1990), Hahn Y Hahn (2000), Kielan-Jaworowska y sinónimo de Parendotherium), Eobaatar, Bolodon Hurum (2001), McKenna y Bell (1997), Wang et al.

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