
Pablo Santiago ALICIA EN EL LADO OSCURO LA PEDOFILIA DESDE LA ANTIGUA GRECIA HASTA LA ERA INTERNET Índice Agradecimientos Preliminar necesario I Historia de la pedofilia. Un acercamiento La pederastia entre los griegos Las inscripciones de Thera El caso de Tebas Cómo se ejercía la pederastia ¿Había relaciones sexuales? Leyes que la regulaban Filosofía y pederastia. Sócrates Platón Otros autores griegos La pedofilia en los mitos. Ganímedes y Orfeo Algunos textos relativos a la pederastia El caso romano La vida cotidiana en las distintas etapas del Imperio Romano Catulo Tibulo Propercio Lucrecio Ovidio Horacio Virgilio Marcial Juvenal Césares pedófilos La pedofilia tras la caída del Imperio Romano La pedofilia en la Biblia Los judíos y la pederastia en su tradición Otras civilizaciones. El caso egipcio. Sociedades tribales Tribus africanas Otros casos extraños El caso afgano El caso Pitcairn Actuación de la Iglesia en Pitcairn II Personajes históricos sospechosos de pedofilia Mahoma Leonardo da Vinci Dante Alighieri Alonso Cano Lewis Carroll Felix Salten James Matthew Barrie Edgar Allan Poe Gandhi Balthus Marqués de Sade Oscar Wilde John Ruskin Antonio Machado Luis Cernuda Enrique III de Valois Roger Peyrefitte Mark Twain Antoine La Sale George MacDonald Jean Genet Hans Christian Andersen Benvenuto Cellini Enrique de Prusia Saikaku Ihara Miguel Ángel Buonarroti Jérôme Duquesnoy Molière Peter Ilich Tchaikovsky Lucrecia Borgia Francis Bacon (filósofo) Francis Bacon (pintor) Paul Gauguin Arthur C. Clarke San Agustín Gilles de Rais Isabel de Bathory Ramón Berenguer IV John Henry Mackay Bernard Law Mongotmery Wilfred Owen Baden Powell Walt Whitman Charles Spencer Chaplin Pierre Louÿs Apollinaire Henry Millon de Montherlant Arthur Rimbaud Vladimir Nabokov Jean Cocteau Stalin Miguel de Cervantes Alfred Krupp William Burroughs Sandro Penna Yukio Mishima En breve III La pedofilia como fenómeno psiquiátrico El DSM De degenerados a perversos y parafílicos Tipologías de pedófilos Características Cambios físicos Pedofilia como enfermedad Factores biológicos El síndrome de Peter Pan Influencias culturales Normalidad de la pedofilia El desahogo de Kinsey Los peligros de Judith Levine Teoría de la minoría sexual Otras teorías La historia del abusador abusado El factor de la curiosidad Últimos estudios sobre pedófilos y abusadores Abuso sexual infantil Definiciones de abuso Tipos de abuso sexual infantil El incesto Padre e hijo Madre e hijo Abuelos y nietos Primos y hermanos Tíos y sobrinos Familia incestuosa Las víctimas. Quiénes son y cómo quedan Qué es un niño. Edad de consentimiento Otras consideraciones sobre el consentimiento La visión de los pedófilos sobre el consentimiento Dónde se produce el abuso y quiénes lo perpetran Guarderías Iglesias y centros de culto religioso Maestros y similares Cuidadores y canguros Policías, soldados y fuerzas del Estado Los niños soldado Organizaciones no gubernamentales Profesiones preferidas por los propios pedófilos Causas del comercio sexual con niños Consecuencias del abuso. Cómo quedan las víctimas Efectos a largo plazo Situación de las investigaciones Soluciones contra los abusos Otras alternativas IV Pedofilia y religión Sectas y pedofilia Algunos casos Grandes religiones Judaísmo Islamismo Hinduismo Budismo Religiones escindidas del cristianismo Iglesia católica Crímenes silenciados, según Rodríguez El documento secreto de Juan XXIII Casos actuales, una panorámica Algunos ejemplos Autodefensa de la Iglesia católica Celibato y abusos Análisis de Bottari Enfoque de Pepe Rodríguez Otras teorías Abusos de menores y homosexualidad de sacerdotes Soluciones para el abuso de menores por parte del clero V La pedofilia en el universo Internet Internet. Mitos de pedopornografía y pederastia organizada Lugares de Internet donde se mueven los pederastas Pornografía infantil ¿Qué es pornografía infantil? Geografía de la pornografía infantil Niveles Formas de distribución. Dónde se consigue Anuncios en foros y web BBS Newsgroups Internet Relay Chat (IRC) IRC y chat unido al fserve IRC invisible Páginas web FTP P2P Últimos escondites de los pornógrafos infantiles Wi Fi Características de la distribución en Internet Intensidad de la pornografía infantil El caso Wonderland Otras experiencias Usos de la pornografía infantil Ciberadicción a la pornografía Asociaciones en contra de la pedofilia y la pornografía infantil Propuestas interesantes para combatirla Colectivos a favor de la pedofilia Supuesto incremento de abusos Los pedófilos según ellos mismos Mujeres pederastas Intereses de la policía Beneficios de la industria informática Detenciones de famosos Casos más célebres, en breve. Caso Dutroux Casa Pía Anexo documental Libros recientes relacionados con todo lo tratado en esta obra Películas normales preferidas por los pedófilos Bibliografía básica Índice onomástico Agradecimientos Este libro no sería posible sin Maite, apoyo fundamental desde hace más de una docena de años. Gracias por ser mi baluarte. También tengo que citar a María Teresa y Alejandro, por acogerme como hijo. Y, cómo no, a toda la familia y amigos que supieron estar. Gracias a todos ellos por ser inductores emocionales de esta obra. Entre los inductores intelectuales cotidianos debo mucho a: Tino, por su Goma 2; Tatiana Mozart; Mary Carmen y sus muñecos; Maly la del viento; Javi «el fittipaldi»; Teruca la pacifista. No olvido a Carlos y Azu, por avalarme; a Edu y Mar por «torronear»; a Pedro y Elvi por la sonrisa de Susanita; a Alberto Cairo por hacerme ver que amigo no es sólo una palabra. A mis amigos de Soto, como el poeta sudafricano Matthew Robert Marsh; Danilo Huertas, el tironero cojo del chinchón; a Óscar Morejudo, por hacerme flipar; a Sergio Cobo, el ecuatoriano de los sobres; a Ricardo Barbastro, el del sky surf; a M.A.N.G. (D.E.P.) por aguantar dentro y no poder saber quién eras realmente; a Mohamed Belaziz, por no concederme esa entrevista sobre Al Qaeda; al Opus Dei, por intentar captarme; a Sensei, el congoleño, por sus clases de tai chi; y, cómo no, a Juan Ramón Ayala Cabero, por dejarme tirado ante un juez ignorante y un fiscal del Opus Dei cuyo único argumento fue una cita bíblica y latinajos mal puestos. No puedo olvidar a los compañeros de profesión que aún creen en la presunción de inocencia y a los jueces que aún respetan el principio in dubio pro reo. En cuanto a los inductores intelectuales ya consagrados, no puedo dejar de citar a Xosé López, por ser siempre un ejemplo para mí como periodista; a Günter Wallraff por hacerme querer ser un reportero indeseable como él; a Arcadi Espada por sus «ánimos»; a Pepe Rodríguez por contestarle a «Carmiña Burana»; a Juan Cruz por su lección sobre la arena; a Manolo Rivas por su agricultura literaria; a Ryszard Kapuscinski por descubrirme a Herodoto, que iba, veía y contaba; a; a Iñaki Gabilondo por el agua caliente; a Antonio Escohotado por su Historia general de las drogas; a Xan Campaña por su amor a la enseñanza de la literatura; a Manuel Gándara por la ortografía; a Ian Gibson por liarme sexualmente; a Krishnamurti por la paz que me transmitió desde que lo descubrí; a Lewis Carroll por el título y a Luisa Castro por su «clarividencia». Preliminar necesario «Con las medidas que toman los adultos para negar la satisfacción de la curiosidad infantil, los niños pueden comprender legítimamente que su curiosidad es censurable; y por las explicaciones que se les ofrece para constreñirlos –explicaciones llenas de agujeros– ¿no deducirán que no son respetados como agentes morales? ¿Podría el daño ético hecho al niño en el proceso ser más duradero que cualquier daño que sufra de donde quiera que la curiosidad le lleve más tarde?» J.M. Coetzee. Premio Nobel de Literatura Los niños son y serán siempre el futuro de la sociedad. Como parte frágil de la misma y como miembros a menudo poco tenidos en cuenta, están expuestos todavía a mayores peligros que los que integramos el mundo de los adultos. El cariño o amor por los niños que supone literalmente la palabra de origen griego «pedofilia» sirve para nombrar uno de estos peligros que acechan a los más pequeños. Al mismo tiempo, la pederastia es un fenómeno antropológico que ha estado presente, de una u otra forma, en muchas culturas y sociedades. Este libro es fruto de una investigación periodística de varios años, no una improvisación oportunista. Pretende mostrar todos los puntos de vista, todas las luces que se puedan arrojar sobre un asunto que en la mayoría de las ocasiones pasa inadvertido y sólo es tratado de soslayo en titulares sensacionalistas que llevan a la confusión y a crear alarma social. Como explica la periodista catalana Margarita Rivière, uno de los retos del periodismo debe ser acoger la voz de los ciudadanos silenciosos. Y tan ciudadanos y tan silenciosos son los pedófilos como los niños, pese a quien pese. El abuso sexual sobre los niños, la pornografía infantil, el incesto con menores y las diversas perversiones y actitudes que se reflejan en este texto constituyen un tabú para la mayor parte de la gente. Se crean leyendas para meter miedo a los niños, hombres del saco, se habla de pervertidos, pero pocas veces se llama a cada hecho por su nombre. Los niños siguen siendo tratados como tontos en todo lo que se refiere al sexo, la información que se les proporciona bordea el mito y la poesía y se les despoja de una buena arma para defenderse de abusadores y pedófilos. En cuanto a estos últimos, ni se ofrecen soluciones a su problema (se cree que con la cárcel tienen bastante) ni se conciencia a la sociedad para
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