Steven Tyler Con La Colaboración De David Dalton

Steven Tyler Con La Colaboración De David Dalton

www.elboomeran.com ¿ACASO MOLESTA EL RUIDO QUE RETUMBA EN MI SESERA? Memorias roqueras Steven Tyler con la colaboración de David Dalton OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 1 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com ¿ACASO MOLESTA EL RUIDO QUE RETUMBA EN MI SESERA? Memorias roqueras Steven Tyler Traducción de Ignacio Juliá BARCELONA MÉXICO BUENOS AIRES OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 3 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com Semiprólogo Si eres martillo, todo te parece un clavo. Si eres cantante, todo te parece una canción. «La vida es corta. Rompe las reglas, perdona con rapidez, besa lentamente, ama de verdad, ríe incontrolablemente, y nunca te arrepientas de nada que te haga sonreír.» No somos seres cuantifi- cables; no existe una tabla para medir el deseo. Cuando las rugien- tes llamas de tu corazón se hayan consumido en rescoldos, ojalá te encuentres casado con tu mejor amiga. Corazonada, conjetura, ins- tinto… una alianza ciega con cualquier cosa puede llegar a matarte, y recuerda siempre… Canta como si nadie pudiese oírte; vive como si el cielo estuviese aquí en la Tierra. Me gustaría decir algo pro- fundo y sin sentido, como «sé fiel a tu propio ser», pero la verdad es que, lo primero que deberíamos hacer, es MATAR A TODOS LOS ABOGADOS. Cuando era un crío y pertenecía a una pandilla, mi presun- to mejor amigo, Dennis Dunn, me golpeaba en el brazo diciendo «¡pásalo, mamón!». Así que me volvía hacia Ignacio y le arreaba en el brazo, «¡Pásalo!». Ignacio se giraba hacia Footie y le golpeaba en el brazo, y Footie le pegaba a Raymond, quien a su vez… me golpeaba a mí de nuevo. Todo se reduce a pelear por una posición. Más tarde comprendí que estar en una banda de música no era muy diferente. Sólo que en mi nueva pandilla, Brad le atizaba a Tom, Tom le daba un golpe a Joey, Joey pegaba a Joe y Joe me propinaba un puñetazo a mí (en la boca), y ésta es la forma más dulce que se me ocurre de con- tarte lo que pasa en todas las bandas que han existido (por lo menos en aquéllas que duraron más de diez años y tuvieron la oportunidad de emitir luz). 5 OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 5 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com ¿Acaso molesta el ruido que retumba en mi sesera? Recuerdo que una vez mi madre, al contarle que quería ser como Janis Joplin, me dijo: «Si emites la luz, serás la diana de los mie- dos, dudas e inseguridades de los demás. Si eres capaz de sopor- tarlo, Steve, mi pequeño Skeezix [personaje de los cómics Gasoline Alley], puede que tengas tu Blue Army [club de fans de Aerosmi- th]». ¿Lo adivinas? ¡Conseguí ambos cañones! También querría manifestar aquí, vecinos y conocidos, que mi viaje vital no me ha llevado a un lugar donde deshonrar, desmoralizar o dañar a nadie… Así que, todos VOSOTROS, los que habéis alborotado mi pluma- je y me habéis hecho daño por ser un niño inquisitivo o un artista hipersensible y tocacojones, recordad que, como decían sobre Mongo en la película Sillas de montar calientes, si le disparáis a Ste- ven, sólo vais a lograr que se enfade. Cuando eres joven, lo experimentas todo por primera vez, y, puesto que te ocurre a ti y de un modo tan natural, sencillamente es… y haces tu camino pleiteando a través de ello. En la madurez, discutes cada jodida cosa, y pierdes una enorme cantidad de energía discutiendo los porqués de todo. Anhelas encontrar a ese ángel de la tormenta que extraerá tu fuego interno. Empiezas a creerte que has logrado superar seis décadas porque hay un ángel en tu hombro. Por eso compongo canciones; porque he vivido los cambios que van de no saber NADA a saberlo TODO, y ahora, a mis sesenta y tres años, vuelvo a NO SABER NADA. Y, cuando tu mente se vacía del llamado conocimiento, es libre para usar la imaginación. Como dijo una vez Albert Einstein: «La imaginación es más importante que el saber.» La radio emite tu canción; la melodía es tan pegadiza que se arrastra hasta el interior de la gente que la escucha y cambia su To- talidad. ¡Y ellos se ponen a cantarla! Te has metido en su interior. Les has hecho el amor. Te has inmiscuido en su alma… y viceversa. Es como un vujà Dé, y ahí es cuando se manifiesta el milagro… estáis intercambiando rostros, lugares, espacios y bendiciones. 6 OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 6 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com Semiprólogo Padre de cuatro hijos (los amores de mi vida), autor de cancio- nes, tengo un doctorado de Berkeley y otro de UMass, Boston, y soy poeta, pintor, adicto a las drogas, una persona que aprende algo nuevo cada día, desde el Hogar para los Recientemente Saludables de Malibú hasta cenar con el jeque Nion en Abu Dhabi… y ahora… ¿escritor? ¡Debes de estar de broma! RoMANces. SeMÁNtica. Exó- tico, neurótico, ¡lo que quieras! ¿Te molesta el ruido de mi cabeza… ya? ¿Sí, en serio? Pues diría que empezamos bien. S.T. 7 OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 7 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com 1. Visionario periférico Nací el 26 de marzo de 1948 en el Hospital Policlínico del Bronx. Tan pronto como pude viajar mis padres se trasladaron a Sunapee, New Hampshire, a las pequeñas casas de campo que alquila- ban cada verano, una especie de posada anticuada, sólo que era el año 1950. Me pusieron en una cuna al lado de la casa. Apareció una zorra y pensó que era un cachorro, me agarró por el pañal y me arrastró al bosque. Crecí junto a los animales y los niños de los bosques. Escuché tantas cosas en el silencio de los pinares que supe que más tarde en mi vida debería rellenar ese vacío. Lo único que sabían mis padres es que yo estaba ahí fuera en alguna parte. Una noche me oyeron llorar, pero cuando llegaron adonde yo estaba sólo vieron un gran agujero en el suelo, que pensaron era la guari- da del zorro. Cavaron y cavaron, pero lo único que encontraron fue el agujero de la madriguera de conejos por la que yo había caído: como Alicia. Y como Alicia entré en otra dimensión: la sexta (la quinta ya es- taba adjudicada). Desde entonces, puedo acudir a ese lugar siempre que quiero, porque conozco el secreto de los niños de los bosques; hay tanto en el silencio cuando sabes qué escuchar… Lo que baila entre la psicoacústica de dos notas cualquiera y lo que se lee entre líneas es similar a la yuxtaposición de lo que ves cuando te miras al espejo. Mi vida entera la he pasado bailando entre esos dos mundos: la REGIÓN DE GOA, la Esfera-Más-Remota y… el DESAFORTUNA- DO ESTADO DE REALIDAD. En esencia, me considero un visionario periférico. Oigo lo que la gente no dice y veo lo que es invisible. Por la noche, al estar hecha nuestra percepción visual de barras y conos, si vas por un camino oscuro, el único modo de verlo es dirigir la atención a los lados y observarlo con tu visión periférica. Pero ya nos 9 OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 9 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com ¿Acaso molesta el ruido que retumba en mi sesera? extenderemos sobre ello a medida que progresemos, retrocedamos y divaguemos. Cuando finalmente me sacaron del agujero del conejo, mis pa- dres me trajeron de vuelta a la tercera dimensión. Como era natural, estaban preocupados, pero yo temía decirles que nunca me había sentido más cómodo que perdido en aquellos bosques. En Manhattan vivíamos en la calle 124 con Broadway, no muy lejos del Apollo Theater. Harlem, tío. Si los primeros tres años de tu vida son los más importantes para tu formación, entonces seguramente yo debí de escuchar esa música, y me inspiró el ruido que salía de aquel teatro. Tenía más alma que San Pedro. Hace unos años volví al Apollo, y vi el parque donde mi madre me llevaba en cochecito. Mi primer recuerdo visual es de AQUEL PARQUE: los árboles y las nubes pasando sobre mi cabeza como si yo flotase sobre la tierra. Ahí estaba yo, un niño de dos años en proyección astral. A los cuatro años, recuerdo ir a por un galón de leche con dos monedas de veinticinco centavos, andando de la mano de mi madre a través de pasillos y pasajes del sótano de nues- tro edificio, y pasar por túneles al edificio contiguo donde estaba la máquina expendedora de leche. Yo pensaba que estábamos… Dios sabe dónde. Podría haber estado en Marte. Ah, era el mis- terioso mundo de la infancia, en el que siempre hay alguien que te lleva de la mano a través de oscuros pasajes hacia un mundo nuevo que espera que se encienda la hiperactiva imaginación de un niño. Mi madre encendió el fuego que me daría calor el resto de mi vida. Me leía parábolas, las Fábulas de Esopo y Los cuentos de así fue de Rudyard Kipling. Cuentos para niños y poesía infantil de los siglos xix y xx: Hickory Dickory Dock, The Nursery Rhyme Book de Andrew Lang, Hans Christian Andersen, Little Black Sambo de Helen Bannerman. ¡Buenísimos! ¡Olvida La gallina de los huevos de oro! Mi 10 OS MOLESTA EL RUIDO_T_MD_V03.indd 10 14/07/14 21:03 www.elboomeran.com Visionario periférico madre siempre me leía todas esas historias antes de dormir.

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