Spencer 1 Cuentos latinoamericanos y su representación de las mujeres Latin American Short Stories and their Portrayal of Women A reflection on the history of the Latin American Short Story and how the genre, as well as the role of women in these stories, have evolved through time. Allyson M. Spencer A Thesis Submitted in Partial Fulfillment of the Requirements for the Degree of Master of Hispanic Language and Culture Department of Modern Languages Central Connecticut State University New Britain, Connecticut April, 2009 Thesis Advisor: Dr. Gustavo Mejia Department of Modern Languages Spencer 2 Introducción En su artículo, “El cuento como género literario en América Latina” Mempo Giardinelli dice que “El cuento es el género literario más antiguo del mundo” (2) y sí, es la verdad. Desde el principio del mundo distintas culturas han usado los cuentos como una forma de historia oral para pasar información e historia de padre a hijo y este género siempre ha sido una parte fundamental de la vida. Sin embargo, no siempre ha habido reglas o métodos, aparte de un concepto abstracto de comunicar y recordar ideas. Desde entonces, el cuento ha cambiado mucho antes de desarrollar las características propias del cuento hispanoamericano de hoy. Esta tesis explica en qué consiste un cuento latinoamericano moderno; su historia, su definición y sus diferentes manifestaciones. Su definición puede entenderse como el resultado de muchos años de cambios sociales, políticos y económicos, a través de los cuales el cuento sufrió una evolución a fin de poder capturar lo bueno y lo mal de cualquier periodo. Gracias a una sucesión de éxitos y fracasos, el cuento latinoamericano desarrolló sus características actuales. También esta tesis reflexiona sobre la manera como, a través de su historia, los cuentos latinoamericanos han presentado a la mujer. La tesis va a explorar la Spencer 3 representación de la mujer en los diferentes periodos, y cómo el cuento, al igual que la representación de las mujeres, sigue evolucionando siempre. Esta tesis se concentra en el proceso de desarrollo del cuento y de la imagen de la mujer en su evolución hasta el día de hoy. A pesar de que existen cuentos desde mucho antes, la Edad Media ofrece un excelente punto de entrada para observar su historia, porque en esta época hubo avances formales que sobrepasan las historias orales propias de épocas anteriores. En efecto, durante esta época se escriben lecciones. Había lecciones breves para enseñarnos, literatura didáctica y formas de entretenernos. Juan Armando Epple sostiene que “fue en la Edad Media cuando se empiezan a discernir, en las expresiones narrativas, formas diferenciales de ficción breve, especialmente en la literatura didáctica” (Giardinelli 1). Desde entonces algo ha cambiado para diversificar y formar un tipo de literatura específica. Durante siglos la literatura produjo narrativas didácticas en forma de historias breves, cuentos orales, pero no fue hasta la Edad de las Exploraciones cuando la literatura empezó una nueva época y avanzó mucho. En “The Latin American Short Story: A Cultural Tradition,” Harriet Bauman dice que en este tiempo “The first Spanish settlers brought popular stories, legends, and Spanish folklore with them to the Americas” y señala que los indígenas también tenían sus cuentos y sus historias, no escritas, sino orales. Cuando los dos se mezclaron nuevas ideas nacieron, como resultado de la unión de las tradiciones e historias indígenas y las lecciones católicas europeas. Con razón concluye Bauman que las sociedades nuevas fueron, “a result of the fusion of the Spencer 4 different cultures” y que “During the Eighteenth Century, history, philosophy, and criticism became the literature of Spanish America” (2). Un desarrollo importante en la historia del cuento latinoamericano lo produjo la aparición de los cuadros de costumbres, que ofrecieron una manera de criticar en el Mundo Nuevo. Estos cuadros fueron escenas de la vida diaria y en las que se reflejaban los problemas del gobierno y los problemas de la sociedad. Durante el siglo XVIII el periodismo floreció y con él, la critica social. “When freedom of press became a reality, the sketches of manners and customs (cuadros de costumbres) became a means of criticizing the social conditions of the colonies, and a way to teach a lesson to the readers” (Bauman 2). Estos cuadros sirvieron de base para el cuento latinoamericano puesto que introdujeron una manera de expresar ideas, pero tal vez por primera vez, ideas en contra del gobierno. Esta combinación de periodismo y cuadro de costumbres trae la oportunidad de alcanzar un público mucho más amplio y darle el poder a la gente y buscar la oportunidad de cambios sociales. Sin embargo, es la introducción de elementos dramáticos en el cuadro de costumbres lo que permite la evolución hacia el cuento. En palabras de Bauman: “At the moment when a sketch became a discussion with a dramatic element, the short story was born” (2). Después del auge y desarrollo de la literatura costumbrista durante el siglo XIX, el cuento moderno latinoamericano se desarrolló muy recientemente en el Siglo XX. Hubo muchas causas para este cambio, la economía y la política mundiales y la filosofía de otros escritores de este periodo. La industria editorial hizo posible imprimir y compartir ideas en masa por medio de revistas. Pero aunque fue posible copiar Spencer 5 información, las revistas no eran un medio apropiado por su falta de espacio y por eso los cuentos tenían que ser breves. Muchos libros que conocemos hoy fueron publicados capítulo por capítulo en una revista o en un periódico por primera vez. Giardinelli dice, “Las revistas fueron, y todavía son, no sólo pioneras sino el mejor vínculo entre autores y público”. Él cree que “eso dio lugar al florecimiento del cuento latinoamericano” (2). A pesar de la innovación de aquel entonces, otras influencias empujaron el crecimiento del cuento en Latinoamérica. La influencia de los grandes maestros en las formas narrativas lleva a resaltar que el arte narrativo “consiste en la brevedad y concisión (precisión)”. Unos de esos grandes escritores fue Edgar Allen Poe, quien en 1846 publicó su “Filosofía de la composición” donde explicó su “modo preciso” (1) y su teoría de cómo debe escribirse un buen cuento. En ese ensayo, Poe resalta tres aspectos muy importantes. Primero, el cuento debe ser corto. Poe cree que “There is a distinct limit to all works of literary art- the limit of one sitting” (1). Poe cree que todos cuentos deben tener un efecto emocional. Por eso no tienen que ser largos y complicados, sólo necesitan alcanzar su lección al fin. Un autor debe escribir un cuento solamente después de pensar en este efecto emocional y cuando sabe como va a terminar. Poe se usa su poema narrativo “The Raven” como buen ejemplo explicando que sólo consiste en ciento ocho líneas. Segundo, el escritor debe escribir el cuento pensando en el fin y dirigiendo el cuento en una manera determinada. Poe lo llama, “Unity of Effect”. Antes de escribir “The Raven” sabe que iba a usar un pájaro demoniaco y que quiere terminar cada estrofa con la expresión, “Nevermore”. Poe usa este leitmotiv, una idea que recurre por todo el Spencer 6 poema, para ampliar el suspenso. Todo el tiempo él sabía adonde iba el cuento y usa la frase para terminarlo. Nevermore, “should involve the utmost conceivable amount of sorrow and despair” (6). Y finalmente, debe usar un método analítico. Poe usa pasos progresivos. Escribe y rescribe. Para escribir “The Raven”, dice, “the work proceeded, step by step, to its completion with the precision and rigid consequence of a mathematical problem” (2). En su “Philosophy of Composition” Poe explica por qué eligió una frase o una palabra en “The Raven”, por qué, y cómo avanza el cuento. Todo tiene un lugar y tiene una razón. Poe cree que el escritor no debe ser espontáneo. Todo debe tener un significado y un sitio específico en el cuento y sus caminos. Deber explicar algo, y evocar algo, pero traernos al final. Horacio Quiroga es un cuentista Uruguayo que tiene una gran influencia en los cuentos hispanoamericanos y quien recibe, a su vez, una gran influencia de los pensamientos de Poe. En “El manual del perfecto cuentista” dice que hay unos “trucs de oficio” (327). El coincide con Poe en que un cuento debe ser corto y que no debe tener elementos que puedan confundir al lector. También describe como los autores buenos, “Comenzaremos por el final” (328). Además de estos principales fundamentales, Quiroga piensa que un buen autor debe tener una razón para todo y no tener nada extra. Dice que, “Las frases breves son indispensables para finalizar los cuentos de emoción recóndita o contenida” (328). No debe usar demasiadas palabras ni adjetivos. “Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable”, e insiste, “No abuses del lector” (336). Tiene que dar la información, adjetivos y trama importante y no debe dar más que lo necesario. Para Spencer 7 resumir, “en la literatura, el orden de los factores altera profundamente el producto” (334). Varios años más tarde, aparece la influencia del cuentista argentino, Julio Cortázar, quien nos pintó una visión más emocional del cuento. En “Algunos aspectos del cuento”, describe como los cuentos que escribe Cortázar “se oponen a ese falso realismo que consiste en creer que todas las cosas pueden describirse y explicarse como lo daba por sentado el optimismo filosófico y científico del siglo XVII” (2). Aunque concede que es necesario expresarse en un cuento dice que “existen ciertas constantes, ciertos valores” también. De acuerdo con Poe, Cortazar creyó que un autor debe tener un plan. Un desarrollo, una síntesis, “un clímax” (5). Describe un buen tema como “el sol” (8).
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