Secuencia (2002), 52, enero-abril, 153-179 SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i52.764 Pablo I~ L11ua Doctor en historia por la Universidad Denis Diderot (Parfs VII). Profesor (Mai'tre de conferences), en la Universidad Parfs Sorbonne (Parfs IV) desde 1996. Entre SUS ultimas publicaciones destacan, "El 'civi­ Iisrno' y la sociedad nacional peruana" en Hans­Joachim Konig (coord.), El indio como sujeto y objeto de la historia latinoamericana, Vervuert, Frankfurt y Madrid, 1998; Con Aron Cohen y Rosa Congost, Pie­ rre Vilar, el intelectual y su memoria, Universidad de Granada, Parfs y Granada, 1999, 1 VHS­PAL, 121 min.; "Conventos, monasterios y propiedad urbana en Lima, siglo XIX: el caso de la Buenarnuerre" en Actas de/ XII Congreso Internacional de la AHILA, Oporto, 2001. Re sum en Abstract Elaboradas durante la iilrima fase del domi­ Designed during the last phase of spanish nio colonial espafiol, las propuestas del obis­ colonial rule, the proposals of Michoacan's po electo de Michoacan, relativas a la conser­ bishop­elect on the conservation and reform vaci6n y reforma de la propiedad en Nueva of property in New Spain represent a coher­ Espafia, representan un conjunro coherente ent and rich corpus which examines both y rico en donde se pueden examinar tanro el the rise of liberalism and the relations be­ surgirnienro del liberalismo como las relacio­ tween church and civil authority. These pro­ nes entre la Iglesia y el poder civil. Dichas posals also reflect the difficulties of the slow proposiciones reflejan tarnbien las dificulta­ transition from the old regime. des y la especificidad de la lenta transici6n hispanoamericana desde el Antiguo Regimen. Palabras clave: Key words: Abad y Queipo, liberalismo, Estado­Iglesia, Abad y Queipo, Liberalism, Church­State, transici6n, Antiguo Regimen, Valladolid de Transition, Old Regime, Valladolid de Mi­ Michoacan, propiedad. choacan, Property. Fecha de recepci6n: enero de 2001 Fecha de aceptaci6n: julio de 2001 Secuencia (2002), 52, enero-abril, 153-179 SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i52.764 Sociedad, reforma y propiedad: el liberalismo de Manuel Abad y Queipo, fines del siglo .xvrrr­comienzos del siglo XIX Pablo F Luna a especificidad del liberalismo his­ va Espana se prestan admirablemente panoamericano ofrece variados te­ para este tipo de ejercicio. Alabado por L rrenos de prospecci6n, tanto en lo su clarividencia y lucidez, denostado por que concierne a sus orfgenes coma en ser el "excomulgador" del patriota Hi­ lo relativo a su itinerario ulterior, du­ dalgo, la reflexion diversa y profunda rante la edificacion de las j6venes repu­ del que Ilego a ser obispo electo de Va­ blicas. Uno de esos campos de observaci6n lladolid de Michoacan en los momentos es la creciente tension que se produce en­ mas fogosos de la insurreccion inde­ tre el Estado y la Iglesia Cat6lica, dentro pendentista, es definitivarnenre un te­ de la sociedad colonial tardfa, y que tam­ rreno fecundo para nuestro prop6sito. bien se pone de manifiesto en el pen­ samiento de sus protagonistas respec­ tivos, individuales o de cfrculo. INTRODUCCI6N Tratandose de un objeto de estudio en el que las influencias foraneas pue­ Durante su larga estadfa en Nueva Es­ den ser preponderantes, conviene tam­ pana, entre 1784 y 1815, Manuel Abad bien detenerse en el analisis de las formas y Queipo1 fue ante todo un eclesiastico en que dicho liberalismo se cristaliza con­ cretamente, localmente, segun las cir­ 1 La producci6n bibliografica y la reproduc­ cunstancias peculiares, articulandose mas ci6n de los escriros de Abad y Queipo son relati­ o menos con la estructura mental y es­ varnente antiguos. Sefialemos especialmente la piritual previa; y ello, desde la segun­ obra de Fisher, Champion, 1955; precedida por da mitad del siglo XVIII. La propiedad, "Manuel Abad y Queipo", 1935, pp. 425­447. Se su reforma y preservacicn forman par­ trata aquf de la puesta en valor, a veces hasta el te integrante de dicha problernatica, exceso, de la lucidez y mirada premonitorias del tanto como la representacion de la so­ eclesiastico asturiano, gracias al analisis exhausti­ vo de sus escritos. Estos han sido objeto de varias ciedad, de su movimiento y crisis. recopilaciones y estudios, por lo menos desde Nos hemos propuesto plantearle es­ 1813. Sefialemos los siguientes: Brown, Estudios, tas interrogantes al eclesiastico astu­ 1947; Gonzalez, Historia, 1957, pp. 369­422; riano Manuel Abad y Queipo, cuya pre­ Menees, "Carras", 1946, pp. 1096­1133; Mora, sencia y desempefio en Michoacan y Nue­ Obras, 1963,pp.175­271. Secuencia, nueva epoca [153] nurn. 52, enero-abril 2002 SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales leal a la Iglesia cat6lica y a la corona mente la aplicacion de otros planes si­ espafiola y sus instituciones. Estirnan­ milares ulteriores, presentados par la dose "buen patriota", busco, mediante Junta Central de Sevilla, en 1809. SUS analisis y propuestas, afianzar y acre­ Se opone de forma general a las cons­ centar la riqueza y el poder de la mo­ tantes exacciones operadas por la metro­ narqufa. Su mirada abarco toda la reali­ poli y sugiere, en reiteradas oportuni­ dad del imperio, tanto la peninsular dades, que el esfuerzo de guerra recaiga como la americana. tambien (y en mayor medida que en Por esa razon tambien foe un crfri­ America) sabre las fortunas peninsula­ co y reformador e invoc6 reiteradamen­ res. Con lo gue le da a su perspectiva te la necesidad de promover, segun sus reformista una amplitud a la escala del rerminos, un "gobierno justo, liberal y imperio, en la gue se modificarfan las benefice", superior al vigente. Nova­ relaciones enrre la rnetropoli y las po­ cilo en expresar una opinion contradic­ sesiones americanas. Si sus propuestas roria, escogiendo a sus interlocutores en­ de reforma roman par lo general el me­ tre las autoridades mas importantes del diano plaza como horizonte, tarnbien es imperio y el virreinato. Exigente de res­ capaz de proponer soluciones puramen­ puestas y replicas, no escondi6 su satis­ te coyunturales. Concibe, por ejernplo, faccion ante el reconocimiento publico.f alternativas fiscales posibles, de corto No duda, por ejemplo, en oponerse plazo, ante los apuros belico­financie­ a la consolidaci6n de 1804 porque pro­ ros de la monargufa. voca, en su opinion, la paralizaci6n de Al manifestar y fundamentar abier­ la actividad novohispana, con perjuicios tamente sus puntos de vista, con una evidentes para la Iglesia, el virreinato y transparencia casi ejemplar, el eclesias­ el conjunto del irnperio.> Rechaza igual­ tico asturiano permite que se pueda re­ constiruir su esguema doctrinal, irn­ 2 pregnado de ideas nuevas y antiguas, Hijo natural, aunque de padre noble, ruvo al mismo tiempo que sea posible ob­ que luchar durante muchos afios contra el estig­ ma original de nacirniento, al que opuso esfuer­ servar sus evoluciones, silencios y con­ zos y acumulaci6n de meritos como bazas para su tradicciones, en un periodo decisive de ascenso y promoci6n en el seno de la Iglesia. De­ la historia novohispana. Sorprende tam­ bi6 defender en Madrid, en 1806­1807, su carre­ bien, por ejemplo, la modernidad de ra y beneficios eclesiasricos, enturbiados por acu­ su estilo. Si hace amplio uso de formu­ saciones y rumores diversos, derivados de dicha las tradicionales de cortesfa para diri­ "rnancha" de origen, hasta que recuper6 con ere­ girse al rey y a las autoridades oficia­ ces su perdida reputacion y la corona lo restirny6 les, espafiolas y novohispanas, ello no en SUS derechos suspendidos. No sera la unica vez le impide el empleo de la argumenta­ en que deba encarar el cuestionamienro de su es­ d6n directa, el razonamiento pedag6­ tatuto y dignidades. Su itinerario parecera signa­ do por esta marca inicial. 3 La bibliograffa sobre la consolidaci6n en sentir durance la insurrecci6n indepen<lentista. America es diversa. La aplicaci6n de la medida Vease entre otros, Hamnett, "Appropriation", 1969, puso bajo tension las relaciones entre Nueva Es­ pp. 85­113; Lavrin, "Execution", 1973, pp. 27­49; pana y la rnetropoli. Sus consecuencias se dejaron Wobeser, "Origen", 1999, pp. 189­214. 154 PABLO F. LUNA gico, deductivo e hipotetico y la nume­ posrnvo colonial de la corona. De la raci6n sisternatica de los parrafos, lo que misma rnanera, su apoyo a la liberali­ hace que sus diferentes documentos zaci6n de los intercambios es manifies­ publicos adquieran la tonalidad de la to, pero su liberalismo peculiar, como declaraci6n polf tica moderna. lo veremos en su mornento, no es dog­ Fino observador de la sociedad y la rnatico sino pragrnarico y, por ejernplo, economfa coloniales y de la psicologfa no sacrifica a los productores y consu­ de sus habitantes, Abad y Queipo ocu­ midores novohispanos en aras de una pa, durante 30 afios, diversas funciones libre circulaci6n a ultranza. en la organizaci6n interna del obispa­ Si es defensor de la inmunidad per­ do de Michoacan, con el apoyo y reco­ sonal del clero, en 1799,6 acepta en nocimiento de sus superiores,4 llegan­ cambio la evoluci6n regalista del siglo do a ser miembro del Cabildo eclesias­ XVIII y el lugar preponderante del so­ tico y luego obispo electo.> lo que le berano y el Estado en el seno de la mo­ permi te fundamentar sus afirmaciones narqufa. Esta aceptaci6n es total du­ con argumentos de primera mano. rante la ocupaci6n napole6nica, cuando En canto que juez de testarnentos, afirma que la salvaci6n del pueblo y la capellanfas, fondos eclesiasticos y obras naci6n dependen del soberano (y la Jun­ pfas de dicho obispado, cargo que desem­ ta Central), a quien se supeditan en pefia de manera ininterrumpida duran­ definitiva todos los privilegios e inmu­ te mas de 20 afios, examina (y determi­ nidades existentes.
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