LA HEREDAD DE AGUAS DE ARUCAS Y FIRGAS: LA GRAN OLVIDADA Autor: Sara Henríquez Montesdeoca Asignatura: Geografía e Historia Curso: 4º B ESO Colegio La Salle Arucas. Gran Canaria Junio de 2016 Miles de personas han sobrevivido sin amor; ninguna sin agua". W.H.Auden. “No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños”. Cicerón ÍNDICE PÁGINA Introducción 4 El agua como bien escaso y esencial para la vida 5 El agua en Canarias 7 La Propiedad y Gestión del agua: Heredamientos, comunidades de regantes y estrategias 8 de medidas y distribución La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas 9 Función agrícola, doméstica y social de la Heredad de Aguas 10 La heredad y los lavaderos 12 La heredad y los molinos 13 La heredad y el desarrollo del sector agrario 13 La heredad facilita la gestión del tiempo a los Aruquenses 16 La Heredad y el desarrollo de las vías de comunicación 16 Edificio social de la Heredad. 17 La Heredad contribuye a la reforestación forestal 18 Consideración personal 19 Referencias bibliográficas 18 Introducción Durante estos años de educación infantil-primaria y secundaria, nos han hablado de nuestra Ciudad de Arucas y de parte de su Patrimonio Histórico-Cultural. Este aprendizaje ha sido completado con visitas guiadas a la Iglesia, al casco histórico, al yacimiento arqueológico de La Cerera, entre otras. La Iglesia situada en el casco histórico que se empezó a construir en 1909 y finalizó en 1977, de estilo neogótico y construida con piedra azul de Arucas, pone de relieve la habilidad de los labrantes y es el símbolo por excelencia de nuestra ciudad. Otro emblema de esta ciudad es la fábrica de Arehucas, desde el año 1884, que cuenta con la bodega de ron más grande y antigua de Europa y que nos recuerda uno de los cultivos más relevantes de Arucas en tiempos pretérito “la caña de azúcar”. El Casco Antiguo de la ciudad, declarado Conjunto Histórico desde el año 1976, destaca por una arquitectura de transición entre los siglos XIX y XX. De ahí que escuchemos como emblemas de esta ciudad “Arucas, ron, piedra y flor”. Cuando el profesor de historia del Colegio La Salle, nos planteó realizar un trabajo de investigación relacionado con esta temática estuve algo perdida, pues al comentarlo con mis compañeros/as de clase se repetían las ideas “La Iglesia de Arucas”, “La Casa de la Cultura”, “El Ayuntamiento” entre otros. También pensé en realizarlo sobre el Colegio Sagrado Corazón o el propio Colegio La Salle, por mi relación personal y por tratarse de instituciones centenarias que han desarrollo una gran labor educativa contribuyendo al desarrollo cultural, social y económico de los aruquenses. Después de muchas reflexiones, me planteé por qué durante estos años no había tenido la oportunidad de conocer la historia de otra institución de nuestra ciudad, La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas. Solo conocía su nombre y su sede social, un edificio modernista situado en el casco histórico cuya arquitectura y reloj no pasa desapercibida. Al mismo tiempo, pensé en qué medida había contribuido ésta con sus infraestructuras hidráulicas en el desarrollo económico y social de Arucas, al tratarse de una institución relacionada con la gestión del agua y ésta ser necesaria para cualquier tipo de asentamiento y supervivencia. Esta idea se la expuse a mi profesor y él vio viable dicho trabajo. - 4 - Por este motivo, me planteé conocer cómo y cuándo había surgido lo que hoy conocemos como la Heredad de Aguas y Firgas, así como su contribución en el desarrollo de la localidad, convertida en Ciudad, en el año 1894, por la Reina Mª Cristina por su crecimiento y laboriosidad. El agua como bien escaso y esencial para la vida Hace tiempo que me intriga todo lo que rodea a la propiedad y gestión del agua en nuestra comunidad. Tras conocer las diferentes islas de nuestro archipiélago había observado la orografía de éstas y la escasa vegetación como en Lanzarote, Fuerteventura así como en la zona sur del resto. Me planteaba como se obtenía este recurso tan necesario para nuestra su- pervivencia pues las lluvias eran escasas. Un día de camino al sur de nuestra isla, observé las enormes chimeneas de la potabilizadora, a la salida de la ciudad de Las Palmas, y pregunté a mis padres cuál era su función, mi sorpresa fue la respuesta de ellos. Desde ese momento to- mé conciencia de la disponibilidad limitada de este bien tan escaso en nuestro entorno y de la necesidad de los canarios de innovar en tecnología con el objeto de paliar la escasez de preci- pitaciones y vegetación que retuviera la humedad ambiental. El agua, el elemento clave para la subsistencia de la vida, ha sido siempre indispensa- ble para la viabilidad y desarrollo de toda civilización. Por sus particulares propiedades físicas y por sus cualidades para disolver y transportar otras sustancias, no es extraño que en ella se haya originado y desarrollado la vida, que tenga un significado espiritual tan profundo en la mayoría de las religiones y que sea tan particularmente susceptible para acciones contaminan- tes. Desde los canales de riego contiguos al Nilo, hace más de cinco mil años, el hombre ha ideado las formas más ingeniosas para aprovechar un recurso del que no puede prescindir, ha analizado dificultades y soluciones para la provisión de los grandes núcleos urbanos, la entre- ga de caudales a las pequeñas y grandes extensiones de cultivo, a la industria, a las activida- des mineras, a la producción hidroenergética. Se ha enfrentado de diversas maneras con la escasez, la sobre abundancia y la mala calidad, ha construido obras hidráulicas para encauzar, regular, corregir y manejar el recurso, a fin de dar respuesta a las necesidades básicas5. A toda esta gama de acciones para el conocimiento y manejo del agua, germen de vi- da, en las tres últimas décadas se ha agregado la necesidad de enfrentar seriamente el deterio- ro del recurso por la persistente acción contaminante de las actividades humanas. Algunos de los factores contaminantes son incontrolados por el hombre, pero otros dependen directamen- - 5 - te de su acción. Los desechos industriales, domésticos y agrícolas pueden transformar los la- gos, ríos y arroyos en cloacas a cielo abierto, y los acuíferos en inservibles para cualquier uso (cuya percepción no es inmediata por la lentitud de la dinámica subterránea). No únicamente la contaminación produce deterioros. Cuando se implementan progra- mas de riego mal diseñados y no se planifica adecuadamente el uso del agua, los efectos son: la revenición, salinización, desertificación y erosión. Lo resultante, es la pérdida de capacidad productiva de los suelos que lleva inmediatamente a la escasez de alimentos, situación grave en un mundo con un crecimiento poblacional cercano a los 90 millones de habitantes por año. Satisfacer las necesidades humanas respetando los términos económicos, ecológicos y políticos que impone el agua, conlleva un trato totalmente nuevo de este elemento. A lo largo de la historia, nuestra filosofía de tratamiento del agua ha sido la de apurar hasta el límite, disponiendo de los recursos naturales en cualquier medida que lo permitieran las posibilidades ofrecidas entre ellas la tecnología. La sociedad moderna ha dado en considerar el agua como un recurso que está a nuestro alcance inmediato y sin limitación, en lugar de un elemento vital básico que sustenta el orden natural del que dependemos5. Colocar los problemas del agua en el centro de la discusión nos remite seriamente al quiebre del hombre con la naturaleza, a la pobreza y la mal nutrición que asola a gran parte de la humanidad, y a las crecientes inequidades en el orden internacional. No debemos olvidar que cada vez son más los invitados a la mesa del mundo y son mayores sus necesidades y legítimas aspiraciones y que el agua, elemento básico para cual- quier forma de existencia, que surte acueductos, sistemas de riego, minería e industria, gene- ración de electricidad, vía de transporte y comunicación y, además, el principal escenario donde desarrollamos nuestro ocio y descanso, está repartida de manera desigual o con un aprovechamiento inadecuado (se despilfarra, se malgasta o se contamina) dividiendo a los hombres en privilegiados o no. La vida en nuestro planeta surgió del agua y desaparecerá cuando ésta nos falte. Tan evidente y rotundo enunciado sirve para delimitar el lugar que ocupa un elemento que siempre ha sido inoloro, incoloro e insípido pero que ahora, además de indispensable, es inapreciable e insuficiente. Nuestra agricultura, nuestras ciudades y nuestras industrias están estrechamente vincu- ladas al agua y su existencia estaría amenazada si perdiéramos la capacidad para regularla y manejarla: en lugar de estar constantemente tratando de abarcar más, hemos de empezar a mirar hacia nuestro entorno; nuestras regiones, nuestras comunidades, nuestras casas y noso- - 6 - tros mismos, a fin de hallar maneras de satisfacer nuestras necesidades al tiempo que respe- tamos las funciones básicas de sostén de la vida que el agua desempeña. La situación mundial en relación con los recursos hídricos es de una gravedad inocul- table; la escasez, el mal uso y la también mayoritaria creencia popular acerca de su abundan- cia, han determinado una excesiva y desaprensiva utilización del recurso lo que plantea una grave y creciente amenaza para la seguridad alimentaria, la salud humana y los ecosistemas de los que dependen aquellos. La crisis hídrica es, en estos momentos, una de las mayores preocupaciones ambienta- les y podría señalarse que asumirá niveles de mayor criticidad, lo que la convertiría de hecho en la crisis ambiental por excelencia del siglo XXI. El agua en Canarias Los primeros colonizadores de Canarias, probablemente púnicos establecidos, en Ru- bicón, Lanzarote, unos siglos antes de Cristo, en actividades pesqueras, perforaron los prime- ros pozos-aljibe que aún subsisten, muchos años antes de establecerse la sociedad indígena canaria.
Details
-
File Typepdf
-
Upload Time-
-
Content LanguagesEnglish
-
Upload UserAnonymous/Not logged-in
-
File Pages21 Page
-
File Size-