Últimos Encuentros Enero En esta Edición La esquina del Chivo Comentarios Noticias Las Llamadas Dichos y Frases Hechas Y otras yerbas 2016 nº165 1 Año Boletin Informativo Cultural del Club Uruguayo de Rio de Janeiro 26 Últimos Encuentros (cont.) Febrero 2016 nº165 2 Año Boletin Informativo Cultural del Club Uruguayo de Rio de Janeiro 26 Los mejores cuentos del mundo Por Jaime Clara ivimos rodeados de rankings, índices y tablas de - Wakerfield - Nathaniel Harwthorne (Estados Unidos, posiciones. Que el país con más corrupción, que 1804-1864) Vel menos carnívoro, que la mejor canción o el top ten de la rosca con chicharrones. - El regalo de navidad - O. Henry (Estados Unidos, 1862-1910) También en literatura, cine o cualquier otra disciplina artística. Nos encanta tener tablas de posiciones para - El árbol - María Luisa Bombal (Chile, 1910-1980) todo. Seguramente no haya que tomarlas con demasiada - La perspectiva Niesvki - Nicolái Gogol (Ucrania, solemnidad, mucho menos como una verdad revelada, 1809-1852) sino que deberían ser tomadas como un divertimento, para la discusión. Porque, lo que es seguro, jamás nos - La tercera orilla del río - João Guimaraes Rosa (Brasil, podríamos de acuerdo todos en el ranking perfecto, sea 1908-1967) cual sea la categoría. Hace un par de semanas, le pedí al crítico literario de Sábado Sarandí, Rodolfo Fattoruso, - La ley de la vida - Jack London (Estados Unidos, que ya que él creó un curso que bautizó “Los mejores 1876-1916) cuentos del mundo para soportar el verano”, que elabo- rara una lista, sobre cuáles son, a su criterio, los mejores Claro que yo agregaría uruguayos, y alguno más. En cuentos del mundo. mi lista, seguro, no faltarían estos cuentos y autores, que reseño sin orden de jerarquía: Me consta que el pedido era harto complicado, porque se trata de algo casi imposible, poder reducir a alrededor de - Casa tomada - Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984) una docena, la historia de la narrativa breve. Además, la - El galpón - Horacio Quiroga (Uruguay, 1878-1937) lista sería polémica, como todas las listas, y como suele ser el estilo de Fattoruso, sábado a sábado en su Biblio- - Jacob y el otro - Juan Carlos Onetti (Uruguay, 1909- teca Sarandi. Compartiré pues, su selección como forma 1994) de provocación, de propuesta, para que cada uno de los lectores, podamos estar de acuerdo o no con su lista. - La pradera - Ray Bradbury (Estados Unidos, 1920- 2012) Según Rodolfo Fattoruso, los mejores cuentos del mundo son: - Rodríguez - Francisco Espínola (Uruguay, 1901-1973) - El collar - Guy de Maupassant (Francia, 1850-1893) - El viaje hacia el mar - Juan José Morosoli (Uruguay, 1899-1959) - La tristeza - Anton Chéjov (Rusia, 1860-1904) - Un cuento de coraje - Mario Arregui (Uruguay, 1917- - El ahorcado del puente del búho - Ambrose Bierce 1985) (Estados Unidos, 1842-1914) - El nadador - John Cheever (Estados Unidos, 1912- - Un recuerdo navideño - Truman Capote (Estados Uni- 1982) dos, 1924-1984) - La perla - Yukio Mishima (Japón, 1925-1970) - El sur - Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1914) Ni son todos los que están ni están todos - Una rosa para miss Emily - William Faulkner (Estados los que son. Pero, insisto, se trata de pro- Unidos, 1897-1962) vocar y alentar la lectura, la difusión de la - El poeta - William Somerset Maugham (Francia, 1874- narrativa y de la ficción. Si estás de acuer- 2016 do, bien, si no estás de acuerdo también. 1965) nº165 3 Año Boletin Informativo Cultural del Club Uruguayo de Rio de Janeiro 26 La Esquina del Chivo En el fondo de todo recuerdo Claro que es el Colorado. La na- estaba Mateo, con una fuerza riz más gorda, los ojos menores que no supe explicar. Tanto escondidos bajo cejas espesas, tiempo detrás del tiempo, mis poco pelo, blanco, ni siquiera seis años, miedos y lágrimas. uno con el rojo-fuego de antes. Mateo estaba allí con su meñi- Abrazo fuerte y demorado. - que mocho. Cuando entré en la Que tal unas grapas? - el con- sala de clase me abrazó, peque- La melancolía vite viene de los años mozos. ño como yo, y fue el consuelo Después de la cuarta copa la que me amparó de ausencias lengua desata. Motiva risas y primarias: la casa, los juguetes sensaciones de ausencia. Los del cuarto, mi madre, durante recuerdos tristes se infiltran, las horas del primer día de serpentean entre imágenes clase. Me atacaron locuras de confusas, y ofrecen el toque de viejo. Me dije: “vamos a visi- una emoción delicada. Erinalde tar el pasado sobre un trasero es dueño de una memoria en- aplastado”. Avión Río - Porto vidiable. Me pone al día de los Alegre. Después, una noche Por Héctor Civitate amigos vivos. De los fallecidos, en ómnibus. Vi Montevideo me da fechas y causas con una asomado en las primeras casas precisión sorprendente. Pre- hicieron rebeldes. A renovar! Se me ocurre pensar que vine y en un gris claro de madruga- gunto por Mateo. El Colorado Conquistar la Utopía! atrás de un intento imposible. da. Durante el viaje rescaté el sonríe al recordar aquel defen- Tal vez por eso tanto había mate. La yerba me ofreció el Los que aun estamos, nos apol- sor de causas perdidas. pensado en Mateo. Al fin y al amargo que mitigó la fatiga. tronamos. Nada continúa sien- cabo fue el punto inicial de la – Gran Mateo – dice, y suelta un Mal dormir y un par de rodillas do. La intransigencia de ayer, madeja. El personaje que te silencio largo – No sé. Desapa- jodidas. Aunque por poco tiem- hoy es una puerta abierta a inicia en la alteridad. Lo que reció en el golpe del 73. Unos po, estaré en mi viejo paisaje. la moderación. Estoy sentado estaba fuera de mí, nunca ima- dicen que lo mataron. Otros en un bar de 18 y Tristán Nar- Apartamento de hotel barato, ginado, amparando la angustia que enloqueció en las brumas vaja, frente a la Universidad. calor y moscas incluidas. La de experimentar lo nuevo. de algún calabozo. La noche se Poca gente en esta mañana de soltería enseñó soledad, pero estiró demasiado. Las grapas y lunes. Dos discuten fútbol en El día está lindo y el punga fue esta es diferente. La distancia el sueño inducen a la despe- la mesa de al lado. Un viejo detenido. Todo vuelve a la cal- conserva los amigos idos, y dida. El Colorado pregunta si mastica pausadamente, cositas ma. Nada aproxima a esa me- aquí su partida no tiene re- quiero encontrarme con los que de aperitivo. Cinco jóvenes de drosa alegría de ver la violencia medio. Hay un extraño vacío. vienen sobrando. Digo que no. traje, discutiendo estrategias de de cerca. Cuando salgo, veo Lo siento en las esquinas, en Es mejor el recuerdo, lejos de venta. Una parejita de narices los jóvenes de traje volviendo los bares que fueron, sus mar- lo ajeno de este tiempo. pegadas. Irrumpen gritos en la a sus rutinas, el viejo amargo, quises barrocas, hoy límpidas calle. Corren a un punga. La la pareja en su plena volupia. El día siguiente llueve. Para- y concretas con un linear mo- gente se aglomera para ver lo “Esto es la paz” - pienso - “La guas en manos, salgo por la derno, aburrido. La gente que que la mídia acostumbra contar. diversidad y el entendimiento avenida. Mis zapatos chapo- pasa se inauguró lejos de mí. Los jóvenes se ríen viendo las posibles”. tean en charcos de veredas mal Me dejaron sin la comodidad peripecias del perseguido. Los conservadas. Cuando llego a de una misma cultura. La di- Todos los días alterno el paseo. únicos serios somos el hombre Tristán Narvaja miro en frente cotomía se evidencia. Treinta Un día al Parque Rodó, otro del aperitivo y yo. la Universidad, palco de viejas y cinco años en mi tierra y rengueando por 18, del Obe- trifulcas. Entro en el bar. Hoy treinta y cinco en Brasil, aun- - Estos no tienen conciencia de lisco hasta la Independencia. faltan los jóvenes de traje y que el tiempo oriental me llegó nada - su voz expone amargura. La rambla en Pocitos y la Ciu- las discusiones de fútbol, pero primero. Se afincó, intransi- Después dice incoherencias. dad Vieja en el Centro. Antes están el anciano y los enamo- gente, pero ahora se queda en Veo sus ropas precarias, el ros- gastaba un saludo cada media rados. El viejo del aperitivo, Río. Extraña, mi melancolía. tro sombrío, los quesitos y sal- cuadra. Ahora, claro, no conoz- parece agobiado. Alza el brazo Frente a la antigua casa se chichas cortados, papitas fritas, co a nadie. Estoy mirando una y llama al mozo con la mano. evidencia. Travesuras, risas y maníes y otras cosas masticadas vidriera, cuando alguien me Más allá de la piel transparen- enojos, quedaron adheridos con dientes escasos. “Cada am- nombra. Lo miro sin reconocer. te de venas verdosas y arru- a la puerta, al zaguán, a cada biente corresponde a su época” Me dice: gas de tiem- pared. Son voces que surgen - pienso inmediatamente. En – Sos vos. No sos? po, sabe dios de ausencias, de luchas que Uruguay, el mundo está más desde cuando, ya no son. Éramos otros. Dife- sereno a pesar del incidente – Soy – respondo – Y vos? es su meñique rentes, altivos. En el sesenta y en plena avenida. Absurda mi – El Colorado Erinalde. No te mocho el que 2016 ocho los ecos de Francia nos melancolía. Se identifica con la acordás? me está espe- nº lucha más que con su ausencia. 165 4 rando. Año Boletin Informativo Cultural del Club Uruguayo de Rio de Janeiro 26 Comentarios Por Héctor Civitate Me pregunto hasta donde llegará la soledad de los hombres, su ambición, su falta de fe en un nuevo proyecto.
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