Lemir 24 (2020) - Textos: 809-952 ISSN: 1579-735X ISSN: Primera parte de la Historia y Antigüedades de España de Lorenzo de Padilla según la versión de BNE MSS/2775 (Libro primero) Edición de Pablo E. Saracino (Universidad de Buenos Aires – SECRIT / CONICET) 810 Lemir 24 (2020) - Textos Lorenzo de Padilla Introducción1 Antes que nada, una enmienda en la datación Georges Cirot fue el primero que estudió la obra de Lorenzo de Padilla, Arcediano de Ronda († h. 1568), con un sincero interés filológico, sin acusarlo de mitómano, falsa- rio y demás atributos con los que la crítica para ese entonces se había ensañado2. El artí- culo ya clásico de 1914 da cuenta de los testimonios que el autor conoce de la obra his- toriográfica del Arcediano y como contribución novedosa da a conocer el manuscrito BNE MSS/2775 ( ), transcribiendo largos pasajes de los primeros folios de este códice N1 que el autor juzga como el transmisor de la versión más antigua de una obra que conocerá a lo largo de su extenso proceso de redacción al menos cuatro versiones (Saracino 2018). Es- te será para Cirot el texto a partir del cual se habrían derivado los demás testimonios, tanto los conocidos como los perdidos (Cirot 1914: 447), estos últimos deducidos de los datos que brinda una carta que Vázquez Siruela enviara a Nicolás Antonio en 16553. A partir del juicio de Cirot se ha considerado a como el transmisor de la versión «original» de la N1 crónica, lo cual, por otra parte, encontraba su asidero en la fecha que aportan dos testimo- nios de la tradición, hecho que creemos ha generado falsas certezas y malentendidos. Por un lado, tenemos la única copia directa conocida de , un ejemplar transcrito por Luis N1 María Ramírez y Las Casas-Deza en 1859 con el fin de ser incorporado a los fondos de la biblioteca de la Real Academia de la Historia: el manuscrito RAH 9/1932 (A). En su por- tada se especifica: «Copia fielmente sacada de su original, | el cual se escribió en 1538». El otro testimonio que nos brinda esta fecha es la única edición4 que la obra historiográfica de Padilla parece haber conocido, nos referimos al pequeño volumen que en 1669 José Pelli- cer publica del libro primero de las Antigüedades, en cuyo encabezado también se consigna la misma fecha: «De Don Lorenço de Padilla | Arçediano de Ronda, i Cronista del | Empe- rador Don Carlos Maximo | á Quien las Dedicó Año | M.D.XXXVIII» (Padilla 1669: A). Ahora bien, creemos que resulta crucial realizar alguna aclaración en torno al proble- ma de la datación del manuscrito , del cual presentamos aquí una primera entrega de N1 su edición integral, ya que nosotros mismos en formulaciones anteriores (Saracino 2018) hemos considerado como probable dicha fecha, cuando en rigor el estado actual de la in- formación disponible nos obliga a matizar aquellas afirmaciones y abocarnos a la inexcu- 1.– Este trabajo se realizó con la financiación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. For- ma parte de las metas previstas en los proyectos PICT 2017-3882 «La invención de la Historia: crónicas oficiales y relato en el contexto del reinado de Caros V. Antecedentes medievales y proyecciones renacentistas» y UBACyT 20020170200044BA «Fuentes antiguas y medievales en la fundación de la historiografía moderna: el caso de Lorenzo de Padilla», dirigidos por P. E. Saracino. Agradezco la ayuda de María López García, Juan H. Fuentes, Covadonga Valdaliso, Micaela Saracino y O. Soledad Bohdziewicz así como el apoyo incondicional de Leonardo Funes. 2.– Lorenzo de Padilla no ha gozado de gran reconocimiento por parte de la crítica especializada. De todos modos, en la línea del artículo de Cirot, debemos reconocer el que unos años más tarde presentó Francisco Bonet Ramón (1931- 33). Asimismo, cabe mencionar como aportes fundamentales la edición de Mañaricua de la Crónica de la Casa de Vizcaya (1971) y el excelente artículo de Salamanqués y Sánchez Medina (2008). 3.– La carta de Vázquez Siruela se publica en la obra póstuma de Antonio (1742: 24b-25b) y en Godoy Alcántara (1868: 21-26, n.). 4.– No tenemos datos para juzgar que hayan podido existir más ejemplares del impreso BNE R/29851 (R). Historia y Antigüedades de España (1ª parte) ed. de Pablo E. Saracino Lemir 24 (2020) - Textos 811 sable tarea de enmendar, si fuera posible, nuestras afirmaciones, en la que esperamos sea la última fase de esta investigación. En efecto, la fecha que Pellicer brinda para la crónica de Padilla es la de 1538, sin em- bargo, tal como señalan Salamanqués y Sánchez Medina, la versión publicada en el pe- queño volumen valenciano de 1669 no se corresponde con la presente en el manuscrito antiguo de la Biblioteca Nacional (2008: 2311). Lo que las autoras supusieron en aquel momento, con todo criterio, fue que el impreso podría corresponderse con una refundi- ción posterior de la crónica. En sintonía con dicha formulación, unos años más tarde un hallazgo de Charles Faulhaber consiguió echar luz sobre este asunto, el cual asimismo ya había llamado oportunamente la atención de Cirot («Qu´est devenu le Padilla que Pelli- cer considérait comme l´original?» 1914: 446), al hallar en los fondos de la Bancroft Li- 5 brary un manuscrito , este sí explícitamente fechado en «el presente de mill y quinientos y | treynta y ocho años» (f. 8r), cuyo texto hemos podido establecer que se corresponde plenamente con el del libro primero que Pellicer publica (Saracino 2016b), aunque en este caso se trata de un testimonio que conserva los cinco libros completos de la Primera par- te de Padilla. Concretamente nos referimos al manuscrito Bancroft Library BANC MS UCB 143 v.79 (B). Por lo tanto, de lo expuesto se deduce que la fecha que brinda Pellicer en su impreso de 1669 se refiere, lógicamente, al testimonio del manuscrito de la Ban- croft, el cual muy probablemente sea el que le haya servido de fuente directa, y ninguna relación tiene con el texto de . N1 En segundo lugar, nos queda por considerar la fecha, también de 1538, que nos brinda la copia de la Academia de la Historia, la cual es evidente que Ramírez y Las Casas-Deza no obtiene del manuscrito que está copiando, sino de la información brindada por Pelli- cer, a pesar de que reconoce no haber podido consultar dicho impreso, del cual sin em- bargo tiene noticia: Don José Pellicer publi|có en Valencia en 1669, otros dicen 1679, el primer libro que solo llega | hasta la toma de Sagunto, el que no hemos visto. Existen algunas | aunque pocas copias, y el original se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. Como vemos, Ramírez y Las Casas-Deza también consideraba que «el original» del texto de Pellicer es el códice que se guardaba en la Biblioteca Nacional y que él copia para la Academia de la Historia. El hecho de que dude respecto de la fecha de su publicación es un dato que nos permite pensar que en efecto no tuvo oportunidad de consultar ningún ejemplar impreso, ya que en el pie de imprenta del mismo no hay margen para imprecisio- nes respecto de la datación: «En Valencia, Año M.DC.LXIX». De todos modos, creemos que la información que la copia decimonónica brinda, tanto de la fecha del manuscrito «original» como de la del impreso, es heredera de referencias indirectas y no muy precisas del pequeño volumen de Pellicer. Por lo tanto, creemos que el problema de la fecha (su atribución equivocada, concreta- mente) se resuelve, a partir del reciente hallazgo de Faulhaber, de la siguiente manera: en primer lugar, Pellicer toma la fecha del manuscrito que edita (seguramente B, o a lo sumo una copia muy fiel de éste); luego Ramírez y Las Casas-Deza recibe este dato de alguien 5.– Francisco Bautista también ha señalado este manuscrito como perteneciente a la tradición de la crónica de Padilla (2016: 494). 812 Lemir 24 (2020) - Textos Lorenzo de Padilla que sí pudo consultar un ejemplar de Pellicer y lo plasma en la portada de su copia para la RAH, afirmando además que el manuscrito que copia es el original de aquel impre- so que desconoce y del cual no puede advertir su significativa discrepancia; finalmente, Cirot considera (no sin antes preguntarse por el paradero del original de Pellicer) a N1 como la versión más antigua, a partir de lo cual el manuscrito ha sido considerado como tal, cuando en realidad se trata de una datación que le cede a a partir de una serie de B N1 equívocos y de un oportuno desconocimiento del códice que hoy guarda la Bancroft que se extendiera por más de tres siglos. Ahora bien, por su parte, el testimonio de , si bien es claramente anterior a las N1 reformulaciones que la crónica asumiría durante el reinado de Felipe II6, no brinda in- formación certera que pudiera ayudar en su precisa datación, más allá de dos elemen- tos a los que debemos atender en esta oportunidad. Por un lado, en el segundo folio del manuscrito tenemos una dedicatoria al rey Carlos V, la cual se refiere al monarca en los siguientes términos: Al invictissimo Monarcha Carlos Primero d’este nombre entre de los re- yes | d’España y quinto del mesmo nombre entre los Cesares y quarto de los | triunphadores de Africa y quinto de la Galia cisalpina y quarto de la | Alemania. Patron y defendedor de la fee. Dedica la presente a su gran | Magestad su menor sieruo Don Lorençio de Padilla Arçediano de Ronda | en la Iglesia de Malaga (BNE MSS/2775, f. 2r) El texto, aunque perfectamente legible, se encuentra tachado y una mano posterior, que juzgamos del propio autor7, propone debajo una nueva redacción, que si bien no mo- difica en lo sustancial la anterior, nos brinda términos más precisos: Al invictisimo emperador Augusto Carlo Maximo, | Africano, Gallico, Toscano, Germanico, Saxonico, | rey d’España, patron y defendedor de la fe catolica.
Details
-
File Typepdf
-
Upload Time-
-
Content LanguagesEnglish
-
Upload UserAnonymous/Not logged-in
-
File Pages144 Page
-
File Size-