personalidades c i ) Fernando Ayala: las luces malas del centro le hicieron meter la pata Indudablemente Fernando Ayala es una personalidad dentro del cine Las luces de Buenos Aires le hicieron argentino. Para bien o para mal. En sus comienzos fue considerado uno de los mal a Fernando Ayala (entrerriano, 62 intransigentes que estaba dispuesto a renovar el cine de su país. En años), uno de los nombres que con Torre Nilsson, en la década del '50, amenazó reno­ la actualidad es el autor de algunas películas de interés y es al mismo tiempo var al cine argentino. Quizás no han sido las lu­ director y productor de algunos de los peores ejemplos de un cine ces, sino la industria cinematográfica porte- comercial "a la porteña". En sus declaraciones insiste en no avergonzarse de ña lo que condicionó casi toda la obra del ninguna de esas actividades. La sospecha es que Ayala es hoy por hoy director a partir de 1964. Para Ayala la al­ un típico profesional, tal como se lo entiende en Buenos Aires, ternativa fue muy simple: consistía en per­ manecer dentro de la industria, aceptar las reglas del juego y jugarlas, o terminar como perdedor. Con Héctor Olivera forma en­ tonces el sello Aries, que veinte años des­ pués es la productora más sólida de la A r­ gentina y que entre otros méritos dudosos tiene el lanzamiento a la fama pública de Porcel, Olmedo y Susana Giménez. Los dichos y los pareceres de esos tres famosos son también una visible explicación de la solidez y el confort del sello Aries, siempre muy atento a las fórmulas exitosas, a los hoteles Alojamiento, a las desnudeces nun­ ca declaradas de sus actrices, a una cierta chapucería porteña que suele identificarse con el "cine comercial argentino". La pre­ cisión con que Ayala y Olivera se han in­ sertado en ese cine comercial puede revelar un olfato m uy preciso para saber qué hacer allí, un equivalente de lo que en países con una industria cinematográfica más evolu­ cionada (y quizás con otros-mercados) son películas evasivas o meros entretenimien­ tos. Sucede, quizás, que la evasión y el en­ tretenimiento porteños coincide con los Porcel y Olmedo y que las mujeres que gustan son como Susana o como otros es­ pecímenes derivados de la revista, un gé­ nero que sólo existe tal cual en Buenos Aires. La habilidad para manejar ese negd- cio indicaría también y de paso que Ayala y su socio Héctor Olivera se atienen a re­ glas de juego que no intentan modificar: mejorar el género, convertir la guaranguería en una diversión más inteligente, aceptar recursos de probada eficacia para que a PORCEL, OLMEDO, SUSANA PLATA DULCE ¿Los hombres piensan sólo en eso? Título significativo partir de ellos cambie el mercado no parecen dulce), con un dudoso conformismo en las figurar en los planes de Aries. Por el con­ entrelineas. Un diagnóstico primario de trario, esa vasta zona de la producción del esa conducta de Ayala como director es sello ha contribuido a degradar la así lla­ que el hombre nunca fue un luchador y se mada comedia cinematográfica "made ¡n conforma fácil. Otra explicación es que de Buenos Aires", probablemente porque el tanto hacer el juego, uno termina siendo objetivo casi exclusivo de ésa producción tahúr profesional y qué se le va a hacer. consiste en m ultiplicar ios panes y los pe­ Y es una lástima porque por el camino sos. de una carrera impotable e ¡nseguible hay En los años 60 Ayala explicó que el films que interesan o que por lo menos se sello Aries se proponía producir films co­ diferencian del cine profesional tan porteño. merciales para compensar los quebrantos Por eso una justificación piadosa sería que de las películas que ellos realmente que­ la culpa la tuvieron las luces del centro, rían hacer: era, según ese planteo, una lo que allí se entiende por "profesiona­ forma de financiar un cine de calidad que lism o", las supuestas reglas del mercado. por entonces parecía poco viable. En la CUANDO UNO ERA JOVEN.- Por década del '70, el volumen de produc­ entonces creía en el cine, en la crítica de ción se centra en el cine comercial y sólo costumbres, en planteos polémicos con en ratos de ocio Fernando Ayala y Héc­ David Viñas, que mantenía su fama de tor Olivera aparecen filmando obras de parricida y joven rebelde. De esa época son cierto empeño, enturbiadas a veces porque ocho películas de calidad despareja pero tienen un ojo puesto en la taquilla (Los de un interés semejante que hicieron pen­ viernes de la eternidad o en cierto modo la sar a los críticos en la posibilidad de que en oportunista La Patagonia rebelde), casi la Argentina el cine tuviera dos puntales (el siempre jugadas a no ofender a nadie (Plata otro, Leopoldo Torre. Nilsson,claro). La in­ dustria reconocía entonces sólo a pioneros (el negro Ferreira, Torres Ríos) y a una for­ Yo artista ma populista de comedia convencional y en El cine argentino tiene las virtudes última instancia conformista.Antes que sur­ y los defectos de nuestro país, que pre­ giera la generación del 60, el cine de Ayala y tende ser Europa y no es tan Europa TQrre Nilsson implicaba una renovación. La como para serlo, realmente. Reniega un personalidad de Ayala era también una pro­ poco de ser América y es un poco más mesa y lo que más impresionaba por enton­ EL JEFE América de lo que quiere ser. Especial­ ces era su adhesión más o menos apasionada Comienzos polémicos mente cuando decimos nuestro país, con un criterio totalmente unitario, antifederal o centralista. Hablamos de FILMOG RAFIA FERNANDO A Y ALA Buenos Aires y de sus aledaños y nuestro CORTOMETRAJES “Libreto de Fernando Ayala, David país no es sólo eso. Perón sirvió para Viñas sobre un cuento de David demostrar que nuestro país es mucho 1949 — El trasandino del Norte. Director, Viñas. Fotografía, Ricardo Younis. Fernando Ayala. Libreto de Fer­ Música, Lalo Schifrln. Con Alberto más que de lo que nosotros creemos. nando Ayala. Para Emelco Argen­ de Mendoza, Duilio Marzlo, Leo­ O mucho menos, tal vez... Es decir que tina. 10’. nardo Favio, Graciela Borges, Ores- 1950 — Vuelo 300. Director, Fernando Aya- tes Cavigiia, Luis Tasca, Ignacio pretendemos hacer un cine a la europea, la. Colaboradores, Brunengo-Seidel. Quirós, Ana Casares. 90*. pero lógicamente los europeos lo hacen Libreto de Fernando Ayala. 1959— El candidato. Director, Fernando 1958 — La organización SIAM. Director, Ayala. Libreto de David Viñas, mejor. Siempre tenemos miedo a lo na­ Fernando Ayala. Libreto de Fer­ Fernando Ayala sobre argumento cional, por el temor de caer en lo fá­ nando Ayala. Fotografía (color), de David Viñas. Fotografía, Amé- Ricardo' YYounis. o 20' rico Hoss. Música, Virtú Maragno. cilmente folklórico. Y, sin embargo, a 1959— Los que tuvieron fe. Director, Con Alberto Candeau, Duilio Mar- veces pienso que sólo llamaremos la aten­ Fernando Ayala. Libreto de Fer­ zio, Alfredo Alcón, Olga Zubarry, nando Ayala. Fotografía (color), Iris Marga, Guillermo Battaglia, ción en Europa el día que llevemos algo Ricardo Younis. 10'. Héctor Calcaño, Héctor Rivera. hecho lejos de nuestra ciudad capital. 1964 — Samba en colores. Director, Fer­ 95*. nando Ayala. Con Monsueto y Es- 1960 Sábado a la noche, cine. Director, Tal vez cualquiera de esas zonas sean cola do Samba. Japón y el tango. Fernando Ayala. Libreto de Fer­ para el criterio europeo más fácilmente Director, Fernando Ayala. Con nando Ayala, Rodolfo M. Taboada Ranko FuJIsawa, Iko Ayo. ballet sobre argumento de David Viñas. ubicables dentro de la imagen de la del Centro Oklnawense. Historia en Fotografía, Aníbal González Paz. Argentina, parte integrante de Sud cumbla. Director. Fernando Ayala. Música, Astor Piazzolla. Con Aída Con los Wawanco, Ménica Militan. Luz, Gilda Lousek, Domingo Alzu- América, que ese mismo criterio se ha Tres cuentos para el film Viaje de garay, María Luisa Robledo, Odet- creado. Y que tal vez sea la más acertada. una noche de verano. Libreto de te Lara, Luis Tasca, Héctor Rive­ Rodolfo M. Taboada. Fotografía ra. 105*. ( ... ) No me preocupa m ayormente (color), Alberto Etchebehere. 1963 - Paula cautiva. Director, Fernando la búsqueda de un estilo. Creo que el 1965 — Romántico. Director, Fernando Ayala. Libreto de Fernando Ayala, Ayaia. Libreto de Ariel Cortazzo. Beatriz Guido sobre "La represen­ estilo aparece solo, sin que lo busque­ Fotografía (color). Oscar Melll. tación" cuento de Beatriz Guido. mos. Lo podemos condicionar, hasta Música, Joaquín Prieto. Con Anto­ Fotografía, Alberto Etchebehere. nio Prieto, Amelia Bence, Juan Música, Astor Piazzola. Con Susana involuntariamente, al responder a nues­ Verdaguer, Son la, Rodolfo Crespl, Freyre, Duilio Marzlo, Lautaro tras tendencias. Un estilo depende de Renée Ollver. Episodio del film Murúa, Orestes Cavigiia, Leonardo La Industria del matrimonio. Favio, Fernanda Mistral, Crandall una formación cultural, de una posi­ Diehl. 101*. ción en la vida y en el trabajo en que se LARGOMETRAJES 1963 — Primero yo. Director, Fernando Ayala. Libreto de Luis Pico Estada está, de una serie de elementos, inclu­ 1955 — Ayer fue primavera. Director, Fer­ sobre argumento de Héctor Olivera. sive, de estados íntimos transitorios. nando Ayala. Libreto de Rodolfo Fotografía, Ricardo Younis. Mú­ M. Taboada. Fotografía, Ricardo sica, Oscar López Ruiz. Con Alber­ ( ... ) Creo que en la vida de un artis­ Younis. Música, Tifo Ribero. Con to de Mendoza. Susana Freyre, ta no puede haber una norma rígida, I Roberto Escalada, Analía Gadé, Ricardo Areco, Marllina Ross, Héc­ Dulllo Marzlo, Tomás Slmarl, Car­ tor Gancé, Dulllo Marzio, María ni etapas prefijadas, estáticas, deteni­ men Monteleone. 85'. Vaner. das. Puede ser peligrosísimo. Hablo de 1956 — Los tallos amargos. Director, Fer- 1964 — Con gusto a rabia.
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