El VIAGERO universal, ó Noticia del mundo antiguo y nuevo / obra recopilada de los mejores viageros por D.P.E.P.; tomo XI. - Madrid : Imprenta de Villalpando, 1797 384 p., A-Z8, 2A8 ; 8o Según Palau, 131464 las iniciales del comp. corresponden a Don Pedro Estala Presbítero. - Obra iniciada conforme a los escritos de Joseph de La porte y continuada, a partir del Tomo VI, con los relatos de otros viajeros. - Antep. 1. Africa-Descripdón y viajes 2. Afrika-Deskribapena eta bidaiak 3. Canarias-Descripción y viajes 4. Kanariak-Deskribapena eta bidaiak I. Estala, Pedro, comp. II. Laporte, Joseph de III. Noticia del mundo antiguo y nuevo R -6929 V .r § ^ < ? / ^ EL V IA G E R O UNIVERSAL. Q U A D E R N O XXXI TOMO x r. A / EL VIAGERO UNIVERSAL, Ó NOTICIA DEL MUNDO ANTIGUO Y NUEVO. OBRA RECOPILADA DE LOS MEJORES VIAGEROS POR D. P. E. P. T O M O X I. MADRID. IMPRENTA SE VILtASPANDO. 1 797 ' / a- B-© -3 2X C (0 ) EL VIAGERO UNIVERSAL, ó NOTICIA DEL MUNDO ANTIGUO Y NUEVO. CARTA CXL Continuación de Congo« J T rosiguiendo , Señora , la relación de los usos y costumbres que observé en Congo, no me parece debo omitir , que aquellos Ne­ gros no tienen médicos ni boticarios j y para todas sus enfermedades no usan de mas re­ medios que de ciertos simples, como raí­ ces y yerbas , que Ja experiencia les ha he­ cho reconocer por útiles. Añadiéndose á esto la sobriedad.de los habitantes, y lo saluda­ ble del,clim a, gozan de muy buena salud. En los reynos de Cacongo y de Angoy 6 VIAGERO UNIVERSAL, es costumbre no enterrar á un pariente , sin que primero se junte toda la parentela, aun­ que tengan que venir de larga distancia. Los funerales dan principio por sacrificar algu­ nas gallinas , con cuya sangre rocían la casa por dentro y fuera : después arrojan los cuerpos de las gallinas por encima del te­ chado de la casa, para impedir, dicen , que el alma del difunto no haga el zum bí, es decir, que no vuelva á asustar á los habi­ tantes con sus apariciones. Creen que el que viese el alma de un muerto , moriría al pun­ to , y esta falsa creencia se halla tan array- gada entre los Negros , que la imaginación ha producido á veces los efectos de la rea­ lidad. También creen que el primero que muere llama al segundo , principalmente si han tenido alguna enemistad en vida. Después de la ceremonia de las galli­ nas , continúan lamentándose y dando gran­ des alaridos sobre el cadáver; y si el dolor, por ser fingido, no les suministra lágri­ mas , se meten en las narices un poco de pimienta de Indias, que les hace derramar abundantes lágrimas. Después de haber estado gritando y llo­ rando por algún tiempo , pasan repentina­ mente de la tristeza á la alegría , haciendo un gran banquete á costa de los parientes mas cercanos del difunto. El cadáver, mien­ tras dura la función, permanece sin enter- RETNO DE CONGO. j rar , y no dexan de comer y beber sino para seguir el tambor , que va convidando á to­ dos á danzar, En efecto, tienen su bayle, y concluido éste , se retiran á los lugares se­ ñalados , donde todos los espectadores de ambos sexos se encierran juntos , y con la obs­ curidad se entregan á todos los desorde­ nes. Como la señal de esta ceremonia se hace al son de los tambores , es increíble la priesa que se da el pueblo á juntarse: las madres no pueden detener á sus hijas ni los amos á sus esclavos , porque en estas ocasiones las paredes y las prisiones son obs­ táculos muy débiles. Lo que parece aun mas estraño es, que quando muere el amo de una casa, su muger es abandonada indistintamen­ te á qualqutera que la solicita , con sola la condición de no hablar palabra mientras es- ten á solas con ellas. El Consejo de Congo se compone de diez ó doce personas , que tienen todo el favor del Rey, y á las qua~ les están confiados los negocios del Estado, el ramo de paz y de guerra, y la publi­ cación de las órdenes reales. El Rey tiene una Corte muy numerosa , compuesta en gran parte de su nobleza , la qual reside en palacio ó sus inmediaciones , ademas de una multitud de criados y dependientes. Un cuer­ po de Anzicos y otras muchas naciones hace la guardia al R e y , quien siempre lleva un vestido muy rico, que ordinariamente es de. 8 *EL VIAGERO UNIVERSAL, tisú decoro ó plata con un manto de ter­ ciopelo : adorna su cabeza con un gorro blan­ co , que es el distintivo de todos los nobles, á quienes favorece , y es esta una señal tan cierta de estar en su gracia, que al menor disguto la manda quitar á los que han te­ nido la desgracia de desagradarle. El Rey da dos audiencias publicas cada semana , pero solamente pueden hablarle en ellas los Señores ó principales. Quando va á la Iglesia , todos los Portugueses así Ecle­ siásticos como legos, tienen obligación de acompañarle á la ida y á la vuelta hasta la puerta de palacio, y esta es la única oca^ sion en que tienen esta obligación. Entre los medios que usa este Monarca para suplir con usurpaciones la cortedad de sus rentas , se cuenta uno muy extravagante. Quando sale de gorro blatico y acompañado de los principales de su Corte , manda que le lleven inmediato á él un sombrero, que se pone por algunos momentos , y encima el gorro, pero con tanto descuido, que el mas ligero viento se lo pueda derribar: en efecto, se le cae , acuden apresurados los nobles á alzarle , pero el Rey como resentido de esta desgracia , rehúsa recibirlo, y se vuelve afec­ tando mucho disgusto. Al dia siguiente des­ tina doscientos ó trescientos soldados para exigir del pueblo una gruesa contribución. Así que, el ponerse el Rey su.gorro mal ase- REYNO DE CONGO* 9 gurado es para el pueblo una de las mayo­ res calamidades. , Dígeronme que puede poner en campa­ ña exércitos inumerables, y hay quien ase­ gura que un Rey de Congo marchó contra los Portugueses al frente de 900$ hombres* como si fuera á conquistar todo el universo, sin embargo de que sus enemigos no pasa­ ban de 400 mosqueteros con solos dos ca­ ñones de campaña. A las primeras descar­ gas de metralla que estos hicieron, se es­ parció el mayor terror entre aquella confu­ sa multitud, y huyeron con el mayor desor­ den , quedando muerto el Rey en el campo de batalla. El modo ordinario que tienen de pe­ lear todas estas naciones 5 prueba que tie­ nen tan poco valor como disciplina. Quan- do se encuentran dos exércitos de Negros, empiezan ¿ disputar fríamente sobre el mo­ tivo de sus quejas : pasan sucesivamente á las amenazas é injurias, hasta que por úl­ timo, aumentándose por grados el calor de la disputa , vienen á las manos. Entonces empiezan á tocar los tambores, pero es tal la confusión que reyna en los dos exércitos, que apenas hacen la primera descarga, ar­ rojan los fusiles, porque es mayor su miedo, que el deseo' de hacer daño al enemigo. Ademas, su modo de disparar es muy poco peligroso: apoyan el fusil contra el pecho, lo EL vTAGE'RO UNIVERSAL, y disparando sin apuntar ^ las balas regu­ larmente pasan por alto , sin hacer el me­ nor „daño , á no ser por casualidad : á lo qual se añade, que unos y otros acostum­ bran tirarse á tierra, luego que ven el hu­ mo de la pólvora. Después se levantan y echan mano de sus arcos: quando están á alguna distancia unos de otros, arrojan las saetas h lo alto, creyendo que así hacen mas estrago al caer 5 pero quando están cerca, disparan en linea recta. A veces llevan em­ ponzoñadas las flechas, y el principal reme­ dio qyé aplican á la herida, es su propia orina. Van cogiendo todas las flechas que encuentran, para emplearlas contra los que las han tirado. En la sucesión al trono no hay orden constante, á lo menos eji términos que no puedan trastornarlas los grandes á su arbi­ trio , sin atender al derecho del primogé­ nito, ni á la legitimidad del nacimiento. Escogen entre los hijos del Rey al que mas veneran, ó al que creen mas capaz de go­ bernarlos yeces. desechan á todos los hi­ jos , para dar la corona á un hermano ó á un sobrino. En la coronación del Rey se acostum­ bra hacer una proclama que prueba bien claramente el crédito que los Portugueses se han adquirido en estos países ; un Rey de armas dice así en alta voz : «tít que REYNO DE COISÍGO. i r «has de ser Rey, no seas ladrón, avaro, ni «vengativo : sé amigo de los pobres; dá «limosna para el rescate de los prisioneros «y de los esclavos ; socorre á los desgracia- «dos ; sé caritativo para con la Iglesia; éssf «fuérzate á mantener la paz y la tranquili* «dad en este reyno > y conserva con fideli- «dad inviolable el tratado de alianza con ttí «hermano el Rey de Portugal.” Después dos nobles van á buscar al Rey, como si estuviese confundido entre el con­ curso, y encontrándole bien presto, le traen asido cada qual de un brazo: le sientan en el trono real, le ponen la corona en la ca­ beza, brazaletes de oro en las muñecas, y sobre los hombros un manto negro, que ha­ ce mucho tiempo sirve para esta ceremo­ nia.
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