Historía y Costumbres DE LOS HAN 05 COLECCION DE CUENTOS VIEJOS Y NUEVOS DICHOS y TIMOS GRACIOSOS MALDICIONES V REFRANES NETAMENTE GITANOS DICCIONARIO ESPAÑOL* GITANQ-GERMANE5C0 DIALECTO DE LOS GITANOS OBRA ESCRITA POR F. AV PABANÓ MONTANER y SIMÓN, editores • BARCELONA S.CflNetLAS DUKE UNIVERSITY LIBRARY Digitized by the Internet Archive in 2018 with funding írom Duke University Libraries ♦ * https://archive.org/details/historiaycostumb01paba HISTORIA Y COSTUMBRES DE LOS GITANOS F.. M. Pabanó HISTORIA Y COSTUMBRES // DE LOS GITANOS COLECCIÓN DE CUENTOS VIEJOS Y NUEVOS, DICHOS Y TIMOS GRACIOSOS, MALDICIONES Y REFRANES NETAMENTE GITANOS DICCIONARIO ESPAÑOL - GITANO - GERMANESCO DIALECTO DE LOS GITANOS OBRA ESCRITA POR F. M. PABANÓ EDICIÓN ILUSTRADA BARCELONA MONTANER Y SIMÓN, EDITORES CALLE DE ARAGÓN, NÚM. 255 1915 ES PROPIEDAD 3^7 ?]|| H CUATRO PALABRAS A MORO DE INTRODUCCIÓN Desde que el autor de este librejo era muy joven, un chaval, empeza¬ ron o llamar su atención los gitanos; entre otras razones, por su vida azarosa y vagabunda, por la prevención con que se les trata y se les juzga, y por su modo de ser tan di ferente de las démeos personas. Desde entonces, el que esto escribe se dedicó a estudiar con esmero los gustos, aficiones y costumbres de los gitanos, y sus comportamientos con el pú¬ blico y en las inti midades de la familia. Más tarde, azares de la vida llevaron al autor de esta pequeña obra a un contacto casi inmediato con aquéllos. En el espacio de treinta años se vi ó en un obligado y constante trato con la gitanería, como jefe que lia, sido de algunas prisiones; esta circunstancia le hizo poder observarlos en sus diferentes fases y tomar nota de sus rasgos más sa¬ lientes, de todo cuanto le ha parecido digno de mención, para conseguir una descripción acertada, en lo posible, del tifio que conocemos en Es¬ quina, muy particularmente. Sobre esa, base, y además o/yudado con el concurso de varios amigos, aprovechando largas residencias en Granada. en Córdoba y en lá capi- tal de Andalucía, verdadera Meca del gitanismo y de la, gente flamenca, lia, podido el que suscribe recopilar, sobre el terreno, lo más auténtico, lo méis genuino de la raza. Desde que en su mente surgió la idea de reunir estas impresiones en un libro, vino intentando que para ello le, ayudaran los propios morenos (1): les ha halagado, concediéndoles cuantos favores pialo, lesna socorrido en sus perpetuas y multiplicadas necesidades... ¡Empeño inútil!... Xada lia adelantado por tules medios: (1) los gitanos. 618369 6 CUATRO PALABRAS ningún gitano ni gitana se ha prestado a ello, ni por ruegos ni con promesas. El autor ha tenido que someterles, sin que se percataran del propósito, a rigurosas observaciones; y cuando ellos espontáneamente han proferido un dicho, un timo gracioso, una maldición, cualquier giro u ocurrencia chistosa, todo lo ha pillado al vuelo y tomado de ello nota en el momento. De sus reuniones y fiestas, de sus tratos de caballerías en las ferias, etc., de todo ha sacado partmo para coger a pulso algún fruto y poder acaparar una idea, sin que los mismos gitanos se hayan dado cuenta. Cuestión de tiempo y de paciencia. Esto constituye el tínico mérito del presente trabajo, que es una recopilación sistemáticamente ordenada de todas las expresadas obser¬ vaciones, a base de otras obras tenidas a la vista, y contrastando aqué¬ llas con cuantos escritos e impresos ha podido allegar (pue.s no en balde dijo un sabio, que los libros viejos se hicieron para los autores nuevos\ Para la historia de los gitanos, su vida y sus anteriores vicisitudes, según se relatan en este trabajo, ha. servido como base principal la atri¬ ta de don Francisco de Sales Mayo, con muchas notas pertinentes al ob¬ jeto, recogidas de autores de verdadera significación, que se citan en el texto. Es muy de lamentar que los cuentos, timos, etc., que se insertan, sea n más para oídos relatar de viva voz que para oirlos leer; a menos que la persona que los lea conozca bien la pronunciación, la entonación y el énfasis prosódico del lenguaje usado por los gitanos. Después de recoger cuanto ha oído en este género, pidiendo y moles¬ tando a amigos y conocidos, llegó a 'reunir la colección que tal vez no sea del agrado de los que lean; pero... valga la intención. Lo bueno que en ella se encuentre es de dos amigos (1) que antes han demostrado estas mismas aficiones. Sirvió como guía para el Vocabulario gitano-español y la historia del dialecto, especialmente la obra de Quindalé (Mayo), que es la auto- (1) A chipi callí (La lengua gitana), de don J. Tinco Rebolledo. Granada 1900. - Maldi¬ ciones gitanas de don M. Díaz Martin. Sevilla. 1901. - Los cuentos puestos en romance, para variar un tanto la forma del original, llevan los del primer autor citado, una T al final, y los dd segundo la D inicial. De este mismo profundo observador y saladísimo sevillano son la ma¬ yoría. de las maldiciones y timos que se insertan. A MODO DE INTRODUCCIÓN 7 ridad indiscutible; valiendo también los Vocabularios de A. de C., Campuzano, Jiménez, Mas y Prut, y el Diccionario de 'Lineo, ya citado. Para las voces de gemianía intercaladas, y la historia de la jerga fueron auxiliares las obras Los Rufianes de Cervantes, del Sr. Hazañas; El Delincuente español de don R. Salillas; El arte de robar, de Camán¬ dula; la primera edición del Diccionario de la Academia y el de la len¬ gua castellana, de Caballero; que textualmente reproducidas traen las roces de esta jerigonza. La razón tenida en cuenta para mezclar en el Diccionario las voces de la jerga germanesca entre las de caló, ha sido la dificultad para des¬ lindar cuáles de ellas pertenecen puramente a uno u a otro lenguaje. Es imposible, para algunos vocablos, saber dónde acaba el q*xló ni dónde empieza la gemianía; si bien hay ciertas palabras que indistintamente se 'Usan en los dos dialectos para expresar un mismo significado, se¬ gún ya se dice en la tabla final del Diccionario Español GITANO-GER- MAXESCO. Al repasar cualquiera de ambos Diccionarios ha de notar el lector, a primera vista, que los participios o adjetivos que en nuestro idioma terminan en ado o en ido, al pasar al caló pierden la d intermedia, transformándose en áo, ío, a pesar de que parece deberían llevarla, porque el «dialecto gitano sigue la misma escritura, ortografía y demás estructura gramatical que el castellano.» Quindálé escribe en su Diccionario: acatáo = asociado. capaschináo = circundado o circunciso. charláo = loco. majaráo = bendito o bendecido. diñáo=dado. pandeláo = oprimido. Lo mismo ocurre con el sustantivo pereabaor=enterrador; y con otras varias voces. Sin duda que al escribir tedes palabras omitiendo la d, se tuvieron presentes las corruptelas y vicios de pronunciación, que tanto abundan en el modo de hablar del vulgo español, y particularmente entre los ha¬ bitantes de Andalucía; que es la región donde los gitanos encontraron mayores facilidades para el arraigo de su lenguaje y de sus inclina¬ ciones. 618369 8 CUATRO PALABRAS Por igual motivo de articulación, en las voces que en caló f/germanesco sr debieran escribir con 11, esta letra se susbtitnye por la y, por lio dar los que hablan estos dialectos a la primera su verdadero sonido de 11 que debe tener, y sí el de y. Por último, el ramillete de maldiciones de Augusto Jiménez y las décimas del año 1800, que se insertan después de los cuentos, todo ello escrito en gitano, pueden servir romo ejercicios de entretenimiento al lector que los quiera traducir id castellano. Sevilla 8 de Junio 191 j. Grupo de gitanos LOS GITANOS i SU ORIGEN Muchas y muy diferentes son las versiones que desde antiguo se han venido emitiendo acerca de la raza gitana; innumerables las noticias que de sus individuos, falsas o verdaderas, se han pro¬ palado. Unos autores los suponen oriundos de Turquía, otros de Ar¬ menia, de Bulgaria, de Rumania, de Arabia, de Tartaria, de Nubia, y muchos los creen originarios de Egipto; no faltando algunos que los hacen descender de los primeros pobladores de España, o de los moros expulsados de nuestra península. Existe una leyenda religiosa que trata de explicar la forma errante de vida de los gitanos, diciendo que «son los descendientes IO V. M. PABANÓ de los judíos que crucificaron a Cristo...» Este es un argumento absurdo, de tan escasa solidez, que no debe rebatirse; pues, a más de no presentar pruebas concretas, la misma afirmación envuelve una candidez maliciosa, a la que no se debe prestar el menor crédi¬ to. Pero..., ¿qué más? ¡Si hasta del mismo Judío Errante ha queri¬ do alguien hacerlos sucesores!... No faltan escritores que opinan, con cierto fundamento, que los gitanos proceden de aquellas tribus que vinieron el año j55 a la península siguiendo a Abderrahmán, primer rey de Córdoba, desde los desiertos del Yemen y comprendidas en el califato de Egipto; a las cuales para distinguirlas de los moros venidos de los reinos de Eez y^ de Marruecos, se les conocía con el nombre de egipcios. Des¬ pués de la caída de los tronos de Sevilla y de Córdoba, los maho¬ metanos vencidos, pertenecían en su mayor parte a aquellas tribus de origen egipcio, y bajo tal denominación fueron habitualmente conocidas estas bandas errantes y fugitivas, que la suerte de la guerra agolpaba de una a otra provincia, sin darles tiempo de esta¬ blecerse ni aclimatarse. * Otro autor nos manifiesta a los gitanos como el residuo de las diferentes razas extranjeras que vinieron a mezclarse y confundirse en España, y de cuya mixtura se originó un pueblo distinto del indígena; Algunos eruditos han supuesto también que los gitanos proce¬ dían de los judíos perseguidos en 1348; cuando, de resultas de una mortífera peste extendida por toda Europa, fueron éstos acusados de haber envenenado las fuentes y cisternas, para deshacerse de los cristianos; como si ellos mismos no hubiesen sido víctimas a la vez de aquella enfermedad mortal.
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