su E y jér e co c il s de mp i ño ro t h a m o 0 is C 0 o 2 y su Ejé 1 r 8 0 10 - 201 e e co c il s d mp i ño ro t h a m o 0 is C 0 o 2 1 81 10 0 - 20 “Vista Panorámica de la ciudad de Santiago, tomada desde el castillo Hidalgo del Cerro Santa Lucía” del pintor (TCL) Carlos Wood Taylor (Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna) JORNADA JORNADA DE HISTORIA MILITAR V Y VI JORNADA DE HISTORIA MILITAR DE HISTORIA MILITAR V Y VI “Batalla de Chacabuco” Óleo sobre tela del pintor José Tomás Vandorse C. (1850) Museo Histórico Nacional Zenteno 45, entrepiso sur. Santiago. 6932603-6932375 [email protected] 2009 - 2010 Jornada de Historia Militar (V - VI) © Departamento de Historia Militar del Ejército Registro de Propiedad Intelectual n° 191.255 Derechos reservados. En esta publicación se respetaron las opiniones, el estilo de redacción y cita de cada uno de los autores que participaron en las jornadas de Historia Militar del Ejército. Diseño e impresión: Salesianos Impresores S.A. Impreso en Chile / Printed in Chile 1° edición Noviembre, 2011 V JORNADA DE HISTORIA MILITAR 8 DE OCTUBRE DE 2009 ÍNDICE Quinta Jornada de Historia Militar Apertura Conferencia Inaugural de la V Jornada de Historia Militar ............................ 7 Subsecretario de Guerra, Gonzalo García Pino Presentación de la V Jornada de Historia Militar ..........................................13 Presidente de la Academia de Historia Militar General Waldo Zauritz Sepúlveda Situacion del Sur de América antes de la Emancipación. 1808-1810 ..............19 Julio Retamal Ávila España en los Planes Napoleónicos .............................................................. 29 Enrique Martínez Ruiz Diálogo Hispanoindígena en la Frontera de Chile: Los Parlamentos en el Siglo XVIII ................................................................ 53 Luz María Méndez Beltrán Ejército y Milicias en Chile. 1750-1800 .......................................................... 89 Francisco Balart Páez Las Reales Cédulas y Ordenanzas Españolas: Su aplicación en el Ejército Real ................................................................... 99 Rodolfo A. Ortega Prado El Reclutamiento en las Milicias del Reino de Chile ...................................125 Juan Guillermo Muñoz Correa APERTURA Conferencia Inaugural de la V Jornada de Historia Militar Gonzalo García Pino Subsecretario de Guerra Agradezco al Jefe de Estado Mayor General del Ejército, General de División Juan Miguel Fuente-Alba Poblete por esta invitación a participar en la inauguración de esta V Jornada de Historia Militar que, próxima a celebrarse el Bicentenario de la República, se abocará a pensar el Ejército Pre-Republicano, entre los años 1750 a 1810. Historia, militares, republicanismo y bicentenario son las palabras claves sobres las cuales quiero reflexionar para destacar la importancia que atribuyo a este encuentro. Parto por el momento de la duda y de la crítica, tiempo propio del pensamiento académico el que los congrega. En efecto, hacer historia en la Escuela Militar puede ser objeto de duda y de abierta crítica, pues para cierta escuela historiográfica este hacer supone objetividad, es decir, “extinción del yo”; una suerte de “visión pura”, en la que el historiador adopta una actitud de perfecto distanciamiento y se abstiene de intervenir en su objeto de estudio. Es un espectador ausente del campo de batalla. Además debe ser imparcial al momento de describir lo investigado, pues debe renunciar a tomar partido, alabando o condenando a los actores del drama histórico. ¿No interferencia e imparcialidad son posibles en una historia que se escribe en torno a una Academia de Historia Militar?. Antes de responder, digamos que no cabe duda que los militares pueden hacer historia. Se nos vienen a la memoria inmediatamente Alejandro Magno, sentando en Europa y Asia las bases del mundo greco-romano de la antigüedad. Napoleón Bonaparte, es un “Robespierre a caballo”, acabando con el antiguo régimen y cimentando un mundo más secularizado, ilustrado y liberal. Es más, hay militares que escriben la historia. Pienso en Jenofonte, tras participar en la Expedición de los Diez Mil, relató en su Anábasis la forma como esta se abrió paso a través de 1.500 km de territorio hostil hasta conseguir volver a Grecia. Alejandro Magno consultó durante su invasión a Persia este excelente escrito, que lo ayudó a tomar las decisiones estratégicas y tácticas adecuadas para vencer. Lo mismo podemos decir de Julio César y su Comentario de la guerra de las Galias. El libro es frecuentemente loado por la claridad y pureza del latín. Nos enseña de pueblos y costumbres hoy desaparecidos y nos describe lejanas geografías. Sin ~ 7 ~ Jornada de Historia Militar (V - VI) perjuicio que fue un hábil instrumento escrito en tercera persona para hacerse un elogio personal y contribuir a los objetivos políticos de César. Entonces, los militares no sólo han contribuido a hacer historia, sino que han escrito bellos e importantes libros de historia. Debo agregar una tercera consideración que revela la importancia de esta Quinta Jornada de Historia Militar y la Academia que le da sustento. A través del arte militar no sólo se conquistan tierras, se defienden soberanías o se ejercer imperios y dominaciones, sino que también se cambian las ideas y costumbres de los pueblos. En efecto, cuando el filósofo Jorge Millas exponía a sus alumnos, en la década de los cincuenta en la Universidad de Puerto Rico, su historia espiritual de Occidente, sostenía algo en lo que lo seguimos y por eso lo citamos: “Las ideas viven no sólo de su verdad, sino también de su poder dinámico. Una noción o un principio que, por triviales, dejaron ya de interesarnos y no incitan ni a pensar ni a obrar, han comenzado por eso mismo a valer mucho menos, aunque su verdad permanezca intacta”1. Y así concluía lo siguiente: “Una idea vive, así, de dos condiciones: de nuestro creer que es verdadera y de su capacidad para enriquecer la experiencia, impulsándonos a obrar”2. Mucho se ha escrito de la formidable voluntad de dominación político- militar del pueblo de Publio Escipión Africano y Julio César. Mas Jorge Millas reclama que “Roma mandó en el mundo antiguo por tener legionarios, sino que, más bien, tuvo legiones para mandar. En otras palabras, se proveyó de los medios del poder porque quiso poder. Tras del legionario y del gobernador romano había un designio, una voluntad de poderío”3. El ideal político de Roma es la creación de una comunidad universal de hombres y mujeres regidas por el derecho. Mommsen señaló con elegancia que “a dondequiera que fuese el legionario romano, le seguía, pisando sus talones, el maestro de escuela griego, que era, tan conquistador como aquél”4. Son los ideales de estoicos greco- latinos y de los profetas judeo- cristianos los que llevarán al genio político romano a proclamar la ciudadanía a todo el imperio y crear un derecho universal. El Ejército de Eisenhower, Marshall, Patton y MacArthur no sólo acabaron con el régimen nacionalsocialista alemán y el imperialismo nipón. Además en esas distantes latitudes sentaron las bases de democracias liberales, economías de mercado, reformas agrarias y federalismos políticos que engendraron sociedades formidables que paradojalmente terminarían por amenazar, treinta años después, la hegemonía 1 Millas, Jorge: Ensayos sobre la historia espiritual de Occidente: Editorial Universitaria: Santiago de Chile: 1960: p. 11. 2 Ibídem, p. 11 y 12. 3 Ibídem, p. 89. 4 lbídern, p. 95. ~ 8 ~ Conferencia Inaugural de la V Jornada de Historia Militar económica norteamericana. Menos suerte tuvieron los pueblos de Europa Central y Oriental pues tras el Ejército Rojo de Stalin llegaron las ideas del partido único y la economía centralmente planificada que tan malos frutos ahí generaron. Vuelvo al momento de la duda y de la crítica. Cuando los militares participan de la historia, haciéndola y luego escribiéndola, rompen con el principio de la no interferencia. No puede ser de otro modo. Su vocación es de acción y no de contemplación, actor comprometido y no espectador desinteresado. Sin embargo, ¿pueden y deben rompen con el principio de la imparcialidad? ¿Qué valor tendría la apología histórica de militares alabando a los suyos? Poético quizás, pero historiográfico ninguno. Sé bien que ustedes coincidirán conmigo en que si bien aquí no puede haber objetividad como no interferencia, sí debe haber imparcialidad entendida como no discriminación consciente y arbitraria. En efecto, y como lo recuerda Hannah Arendt a quien seguimos en este aspecto, “La imparcialidad, y con ella toda la historiografía verdadera, llegó al mundo cuando Homero decidió cantar la gesta de los troyanos a la vez que la de los aqueos, y proclamar la gloria de Héctor tanto como la grandeza de Aquiles. Esta imparcialidad homérica, de la que hizo eco Heródoto, quien puso manos a la obra para evitar que “queden sin gloria grandes y maravillosas obras, así de los griegos como de los bárbaros”, aún es el tipo de objetividad más alto que conocemos”5. Entonces, siguiendo en la línea de quien Cicerón llamó Padre de nuestra historia, debemos escribir una historia en que las grandezas del vencedor no oculten sus miserias, ni los méritos del vencido. ¿Es que acaso la buena historiografía nacional alabando a Arturo Prat no deja de elogiar el genio naval y la caballerosidad heroica de Miguel Grau? Aprovecho en este momento de saludar al Sr. Enrique Martínez Ruiz, de la Universidad Complutense, quién nos hablará justamente desde España como se vivió este momento histórico previo a 1810. Aún más, volviendo a la gran filósofa judeo alemana, “Los griegos descubrieron que nuestro mundo común se ve siempre desde un número infinito de posiciones diferentes, a las que corresponden los más diversos puntos de vista”6. Es decir, historiadores y políticos atenienses en el ágora descubrieron ese maravilloso hecho que la humana realidad es plural y diversa y se construye en torno a mil visiones y opiniones.
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