dayron robles y el límite de NÚMERO los récords 12 © zardoyas TROVA la fortuna «siento que del idioma no tengo más BÉISBOL los 29 derecho que del béisbol el de servir de cara a las 13 con honestidad» © archivos periódico juventud rebelde olimpíadas de beijing ¿qué es ser 14v.i.p. en cuba? 03• JULIO 2008 • • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • pág. pág. ESTIMADO(A) LECTOR(A): Tal como se esperaba han llegado muchas cartas a nuestra redacción para respaldar o cen- 2 6 surar al conocido cantante de reguetón EL DIABLO ILUSTRADO EL DIABLO EQUIPO CUBA Baby Lores. La sección La Esquina Ca- pág. pág. liente –ahora en las páginas finales–, prioriza ese debate, porque supera en interés e importancia a cualquier otra 5 10-11 temática. Algunos tópicos abordados no son estrictamente artísticos, pero nos parecen pertinentes. Esta vez ini- ciamos un acercamiento crítico a los dramatizados cubanos de la televisión. Es solo el comienzo, vendrán otros tex- en busca tos en próximas ediciones. Y hablamos de la novela «hacemos más de música: la que hace Buena Fe, y perdida otro tipo de arte» la que compone el quijotesco Diablo Ilustrado. Tenemos para ustedes un re- galo especial, en vísperas de las Olimpia- das de Beijing: las fotos en colores y algu- nos datos de cada uno de los prese- leccionados del equipo Cuba de béisbol. MÚSICA No dejen de escribir. Sus opiniones son BUENA FE TELEVISIÓN importantes. Gracias una vez más. CM CUBANAS TELENOVELAS EDITORIAL © josé luis fariñas © emilio herrera TELENOVELAS CUBANAS el cuento de nunca acabar PEDRO DE LA HOZ denominaba soap opera, aquí se orientó Ya no son tantos los que se obnubilan nes narrativos anteriores, aplaudió hasta más hacia la sucesión folletinesca de ori- ante la opción extranjera, como sucedió el delirio; otro, educado en una sensibili- NI POR EL PROBADO LINAJE de haber gen latino que a la traslación del drama al aparecer La esclava y Doña Beija. Se le dad diferente, mucho más actual, encon- tenido como antecedente la más exitosa teatral o a la emulación con la épica fílmi- toma el pulso a sus tramas, se siguen de tró rancias aquellas pretensiones. producción radiofónica en el continente, ca desde la pantalla doméstica. cerca, se debaten y gustan, pero no hacen Sin embargo, no se pueden desde- aquella que a lo largo de los 40 y los 50 Ni por jugar con factores identitarios: falta encuestas –que las hay– para llegar a ñar logros en algunas telenovelas de movilizó el interés publicitario de las tramas cubanas, ambientes cubanos, per- la conclusión de que la mayor avidez se corte historicista. El eco de las piedras, empresas jaboneras e hizo correr ríos de sonajes cubanos, en el pasado y en el pre- concentra en la producción vernácula. de Abraham Rodríguez, fue un muy lágrimas a hipnotizados radioescuchas sente, unas veces con apegos documenta- Ciertamente esta última ha padecido serio intento por insertar en la pauta TELEVISIÓN que esperaban día a día el desenlace de les; otras, con variaciones ficcionales, de falta de sistematicidad en la produc- telenovelera agudas cuestiones relacio- LA CALLE una enfermedad o el encumbramiento de pero siempre en un espacio donde son ción. Desde los 90, una y otra vez los nadas con nuestra identidad sociocultu- DEL MEDIO un personaje desde la pobreza hasta la alta reconocibles nación y nacionalidad. directivos del medio han tratado de rever- ral. Pasión y prejuicio, de Eduardo JULIO, 2008 sociedad, en tramas suculentamente servi- Ni por mantener atada a la audiencia tir esa situación, pero una maraña de fac- Macías, atemperó las exigencias del das por escritores de sumo oficio, incluso como opción número uno de entreteni- tores objetivos e impertinencias subjeti- género a conflictos relacionados con el 2 innovadores e interesados en la realidad miento nocturno, ahora tres veces a la vas se han interpuesto en la salida regular entendimiento de la moral en la vida social como el inefable Félix B. Caignet o semana, en horario estelar, privilegiada de la novela cubana. republicana. No se le hizo justicia al el trío de ases femenino integrado por Iris frente a informativos y retransmisiones de La crisis casi permanente de produc- mejor producto de los últimos tiempos: Dávila, Dora Alonso y Delia Fiallo. programas de corte educativo en los cana- ción ha incidido no solo en la rebaja de la Al compás del son, de Rolando Chiong, Ni por haber inaugurado en América les nacionales de la competencia, única- calidad media de los materiales, sino tam- penetrante fresco de las segunda y ter- Latina la caracterización de un género mente interpelada en épocas de definicio- bién en necesaria sintonía mediática cera décadas del siglo pasado y sensible que, si bien estaba presente en la misma nes en las Series Nacionales de Béisbol. entre el emisor y el espectador. Si hay un homenaje al papel de la música tradicio- matriz de la televisión anglosajona, que le Ni por todas esas cosas, o quizá por género que demanda mantener una diná- nal en la cultura cubana. ellas mismas, la telenovela cubana deja mica inmediata entre lo que ocurre en la En lo tocante al reflejo de la actuali- de ser pasto de polémicas e insatisfaccio- pantalla y la reacción de los espectadores, dad, propuestas innovadoras no han fal- nes en la calle, en los centros de estudio ese es la telenovela. tado. La de mayor alcance, Doble juego, y trabajo, en tertulias familiares y, no fal- El público también oscila entre el de Rudy Mora, por haber transpuesto, tara más, en el seno del propio medio gusto por las llamadas tramas de época y con mirada atenta y despuntes lingüísti- televisual. el abordaje de la realidad contemporá- cos atendibles, el umbral de los conflictos El público exige y compara. Por nea. Como hay fallas en la producción, la generacionales de carácter ético-social, momentos exagera la nota nostálgica y alternativa es a cara o cruz, no existen latentes en medio de la transformación echa de menos producciones de años posibilidades de satisfacer paralelamente de la vida cotidiana en estos años. La de atrás que no siempre, estoy seguro, pasa- ambas opciones. La frecuencia trisema- mayor carga polémica, La cara oculta de rían a estas alturas la prueba del tiempo. nal también conspira contra la fluidez la luna, más por la novedad de su conte- Tiene ante sí, días alternos, una tele- argumental. Haga el experimento y deje nido –visualizó, no siempre con justicia, novela extranjera, generalmente de factu- de ver una telenovela una o dos semanas: el abanico de la orientación sexual–, que ra brasileña, con el sello de Rede Globo, lo más probable es que no hayan avanza- por la realización, afectada por el desor- una de las más florecientes y establecidas do demasiado los acontecimientos. den productivo que obligó a sus realiza- industrias del ocio en América Latina, que A nuestros escritores les cuesta traba- dores a fragmentar las historias. a diferencia de la mexicana (desde hace jo –o no se les estimula– a trabajar por Últimamente se ha insistido en acer- buen rato dependiente del sector hispano equipos. Parte del éxito de las telenovelas car la telenovela a la realidad, con muy de Estados Unidos) guarda cierto pudor brasileñas reside en la repartición consen- desiguales resultados. Con Oh La Ha- estético, que desata con rigor en las pro- suada de labores: un escritor aporta el bana, propuesta que Abraham Rodríguez ducciones que clasifica como miniserie. núcleo central y otros diversas subtramas. no pudo concretar en vida, la que siguió Si acaso Colombia, entre nosotros, ha Existe incluso el oficio de dialoguista. sobre los bomberos y ahora con Polvo en hecho la competencia, con aquella gusta- En un momento determinado pareció el viento se ha confundido una premisa da Café con aroma de mujer y algún que que iba a producirse un revival en el len- básica en la construcción dramática: vero- otro material medianamente aceptable. guaje. Primero con Sol de batey en los 80; similitud y realidad. Una historia verosí- Cuando México, no en plan de seria después, más cercano en el tiempo, con mil necesariamente no es aquella que novela histórica, como El carruaje, Tierra brava. Hubo, sin embargo, una copia a pie juntillas lo que pasa a la vuel- asomó en la pantalla –recuérdese Gotita disfunción generacional: una parte del ta de la esquina. Si el arte fuera así, basta- de gente– fue como para echarse a llorar. público, formado en el gusto por patro- ría con copiar fragmentos de la vida. CM © zardoyas en la calidad de lo que se escribe y se rea- liza; una mirada más desprejuiciada e inci- Dramatizados cubanos siva al entorno; mucha más originalidad y frescura, sin que haya que hacer concesio- nes a la simplificación y la bobería. en TV: esperando el salto Sería ingenuo pretender separar los YURIS NÓRIDO dos aspectos: la buena televisión no se casos se trate de abordajes francamente aseguramiento material imprescindible hace solo con deseos o buenas intencio- LA FIDELIDAD DEL PÚBLICO CUBANO al edulcorados o hasta distorsionantes), para alcanzar los niveles de factura –esce- nes. Tampoco se puede ignorar la mejor teledramatizado nacional ha sido puesta a hablados en su idioma, interpretados por nografía, vestuario, calidad de imagen– tradición nacional, ni las mejores expe- prueba más de una vez: producciones rostros familiares. que exhiben las grandes trasnacionales. riencias de otras latitudes. mediocres o francamente insuficientes no En Cuba, donde las telenovelas y No significa, sin embargo, que haya No se puede desconocer el importan- han faltado en la parrilla de programa- demás series de televisión son –como el que renunciar a una factura digna, decoro- te rol de la televisión en la formación de ción a lo largo de estos años.
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