La verdadera "ópera de cuatro cuartos" Una aproximación a la etapa Félix Grande de la «ópera flamenca» 92 • D ONDE enterraron al capricho o sus gustos. Histo­ bi..'rnas andaluzas donde el (. Tenazas? Descanseen riar al Oamenco en su versión vino es barato y donde los pa­ paz sea donde sea. Mas la pre­ interna, en sus movimientos rroquianos ritualmente se be­ gunta es otra: durante varias defensivos, en sus retiradas bl:!n su pobreza en la madruga­ décadas, ¿dónde enterraron al ante las agresiones mistifica­ da. La supervivencia del cante flamenco? ¿Quién se acordaba doras, es imposible. Ese ani­ nos ofrece dos planos: en uno de él ? ¿ Cuálesde sus discípulos mal de rumia extraordinario, sobreviven como pueden los envejecían esperando tiempos cuando se adviene malherido, canlaores; y «como pueden» me,¡ores? ¿Qué tabernero mi­ se oculta, se restaña, se cura, quiere decir, a veces, prostilU­ tológico guardaba en el lugar convalece, se fonalece y vuelve yendo el cante; en otro plano más silencioso de la casa el an­ a aparecer. Lo que sucede du­ sobrevive el cante, encerrado tiquísimo, amarillo diploma rante sus desapariciones lo ig­ en sus míseras y seguras topo­ de los cantes? La historia pú­ noramos: sólo sabemos que granas y guardado para Igunos blica del flamenco comienza durante esas convalecencias se centenares, quizá no más de un con el siglo XIX y nunca es alimenta de raíces. Se vuelve centenar, de andaluces a quie­ invisible. laque tal vez nunca dejó de ser: nes el orgullo, el suyo y el del La historia interna del fla­ una anacoreta de música. Des­ cante, no les, consiente ceder menco comienza entre los conocemos dónde se oculta una herencia expresiva a la vo­ pliegues más secretos del si­ exactamente ese animaJ que, racidad de.-' una demanda cuya glo XVIlI, aparece a la luz de como la libertad, es a la vez nlosofía es casi siempre la tri­ forma ocasional o tangencial, frágil y eterno. Pero lo sospe­ vialización. desaparece, vuelve a reapare­ chamos: en sus antiguas cue­ En ocasiones se oculta tan in­ cer. Es un Guadiana sucesivo. vas horadadas sobre la roca de tensamente que parece que ha Historiar al flamenco en su los pueblos andaluces serra­ muerto o que se va a morir. La dimensión pública y más o nos (en una de esas cuevas ru­ historia de los disfn.lladores menos popuLar es posible; miaba el cante Manolito el de de ¡ na menco está llena de tales cada cual repasa esa historia María, hasta que se mLlrió), en sobresaltos. Ya en 'J 88J Demó~ como cree conveniente., de algunos patios de vecindad, en filo lemia que el cante se exte­ acuerdo con su ideología, su talo cual gitanería, en las la- nuara y desapareciera. En ENTRO GRANADA , , ARTíSTICO Af.40 1922 CONCURSO DE "CANTE JONDO" 1 a ..... d ••4 Junio 1~22. , • Diploma concedido a Manolo Caracol, en 1922. La lirma da. Pre"danle del Jurado e. I1 de D. Anlonlo Chacón. 9~ 1922 Falla temla lo mismo. En la dél.:ada de los veinte, y cen formas que en su propio Ambos desconocían la terrible desde entonces hasta la década proceso alcanzarán categoría voluntad de salud que no de los cincuenta, la trivializa­ flamenca: la malagueña, los abandona al cante nunca. clon sera más vasla y no fandangos mismos, aOamen­ Cuando Demófilo conversaba creará practica mente nada. cados o gitanizados, los cantes con Silverio V con Juanelo de En el siglo pasado, desde la de las minas. Desde los años Jerez, el rastrillo de los Café­ ilustre tradición del fandango veinte, el proceso de compra· cantantes arrumbaba a los andaluz, con mayor o menor venta dejará menos margen a cantes básicos. a l tiempo que dosis de acarreo morisco, na­ la creación. Sobrevendrá la dictadura del fandango dcsla· imponía (a veces, no lo negue­ cortadi1.as (Canario Chico, El Cm/arlo. mos, con fortuna) los cantes Amonia la tk &,/ Roque. El Loco Mateo, vazado o superbarroco, la vi­ derivados y aún los cantes ad­ LtJ Rubia, etc.). En aq~/1a ¡poca. ciu­ dalita, la guajira, la casi pesti· ramente. pareciera que sólo aql4elJos que lente milonga (2). venedizos: más espectacula­ se entregaron COtl riesgo e intensidad al res, menos íntimos. Más co­ fluir de la ~'ida, fueron/os que tUl'ieron el .Se creó y prohijó un cante merciales, menos desgarrado­ titulo de cut/tuares flamencos (... ). De un mero repaso biográfico de la época se ve (sintetiza González Cli ment) a res. Con todo, a l café-cantante cómo elmfortlmio jalorlaba los andares imagen y semejanza de la sen­ se le pudo llamar .tremendo de aquella grey camaora. Un mal S;,IO sibilidad burguesa: los fan­ confesionario profano_ (1). gel,eral impregnaba, dinamos gremial­ merte, la "ida a;:nrDsa de aquellos fla­ danguillos. Todo este proceso (1) Mas atros hemos dedicado unas mencos tremebundos. lAscoplasacusatl culmina en la ópera fl amen­ pdgimu a la etapa de los cafés­ nombres y h«hos concretos. Hab,a can­ ca». y añade que lo flamenco tes sólo posibles para U1/ determ;,lado cantantes. En ellas hemos se,ialo.dQ los «vuelve a repugnar a la 'sensi· aspectos chsfallorables)' los aspectos po­ camaor. Era directlsima la fuente dra­ sitivos. Recordemos de nuevo esa epoca matica (... ). El came ochocemista era bi li dad media'. Se piensa que co" 10. ayuda de mws lineas de Gon;:dle;: más grito que. gorjeo, mas llamo que na­ darle beligerancia comporta Climem; _En la epoca primitiva o ro­ rración, mds arte a puertas cerradas que una manera de volver a la ca­ márltica del cante flanU'nco, el cantaor esce,togra{ia teatral. Antes.loscamaores sólo tema q~ tra;:ar 1m autorretrato se se.ntaban para introverrir~, para re­ rreta, a los Siete Niños de Eci- para imprimirle poder 1 drama al jípío godearse en e/,mpulso de lo más entra­ ( ... ). Los cantaores eran todos ellos e¡em­ ,¡aL El café-cCHltante era WI tremendo (2) C~nta Josi Bias Vl!'ga que Man~l plario de congojtlllumana. Tenian sobre 'confesonario pro{m/o_. Retengamos Escacena .fue qllien popularizó la mi­ SI una intensa tú,ea biogrdfica. Sus vi­ 'esta Interpretación de aquella etapa. Ello longa.más famosa; nos referimos a Juan das. conocidas en detall/!, mett'l'1 un repe­ "OS ayudard a allscufrarle su decadencia S imón e.1 enle.rl'llldor. mifotlga q~ luzno grande en el alma, por b negras \' a la época de w 6pel'lll name.nea. aprendió escuchando a los toreros meji­ canos que vll,ieron a Espalia oon Ro­ dolfoGaona hacia elaño 191 J. LtJ popu_ laridad del tema culmina con fa puesta en escena del drama La hiJa d e Juan S imón , orig,,/al de José Maria Granada )' N. M. Sobrevilla, estrenada en Madrid, en el Tea/ro de LtJ LtJtina, el 28 de m.aY9 de /930 por la compañia dramática de Manrlque Gil. En el reparto figuraban los siguiertes artistas; LtJ Anda/ucita, La Gabriela, El Sevi/Io.nito, Niño de Alma­ dén, Niño de 10. Puma del Angel y Josi Onega. Tras el hito popular de esta obra teatral se reali:.ó una pe/(cula imerpre­ tada por AngefiUo, que también g01.Ó del fal'Or del público». Cualquiera de noso­ tros, por algún e,/igmdtico y mayúsculo pecado, hemos llegado a padecer el agra­ vio de aquellas infernales eslrOfas y el castigo de la imposible estética gutural de Angelillo. tan apoyada en lo q~ mI muy preciso baldista ha podido deno­ minar _bravuconadas de. gaznate_o Tal strip-tea." mandibular conseguird ofender fas oídos, y hasta los o;os, de tres o CL/IUro dicadas. Estos crueles, pero de todos modos aminorados juicios, son u­ tensivos a las vidalitas, las gua;iras o aquellos cantos tipo _Era IIn j(Udín sOt,riente, I UD. una tranqllila (u.ente I tk cristal, I y era a su borde asomada luna rosa inmaculada Itk un rosal». LtJ ane­ mia expresiva de esta copla entre botá­ nica)' rococó es una muestra pálida ckla anemia expresiva con que era interpre­ tada y con que Sl!' nos atontletlló d,uante años, sin tenercompasion ni siquiera dl!' los niilos que escuchábamos desde la ge­ Ileralo gamllero. ;1 ni siquiera de los ancianos! 94 ja, a Carmen, cuando precisa­ últimos años de su vida hemos frankestein «andaluzado» y mente es la única escapatoria. sido testigos de su fracaso en sin tornillos: Matrona refiere El pueblo-masa, de contragol­ teatros andaluces, donde el el horror de la última gira de pe, se va haciendo los mismos público mayoritario prefería a Chacón: le •••surgió Vedrines ascos. Las siguiriyas de,iando los entonces maestros nuevos con la Copla Andaluza; llevaba paso al garrotín, los martine­ del fandango». Murió el 21 de veinte artistas y los llevó, con tes a la zambra presuntuosa­ enero de 1929. En su tiempo de escenario y to, a las plazas de mente sinfónica, don Antonio canlaor respetado, la siguiri­ toros y tuvo aceptación. Y, cla­ Chacón a Pepe Blanco (3), la ya había sido sustituida por la ro, este Vedrines pues quiso Niña de los Peines a Juanita cartagenera y la malagueña, llevar a Chacón y lo contrató Reina, Venta Eritaña al Teatro que él ayudó a imponer y que pa la agrupación unos años an­ Calderón. de Madrid. e 1Jipío al llegaron a llevar su nombre; en tes de morir,yconellosseenro­ CIIgaiterismo». Clirnent llama su tiempo patético, su mala­ ló. Pero las masas profanas «gaiteros» a los cantaores gueña, su cartagenera, dejaron -sin esperarlo-empezaron a «que se entregan a un verdade­ paso a la milonga, a la colom­ hacerle desaires, y hasta algu­ ro éxtasis del gorjeo.
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