Breve historia del Rugby en el Colegio (y el OGC) Year 9 | November 2017 Year letter Entrevista a Lidia Frascarelli Año 9 News Breve historia del Rugby en el Colegio (y el OGC) [ por John Lees, Manuel Zaratiegui y Stanley Nash ] Los comienzos El OGC fue fundado por Canon Stevenson en 1908, con el objetivo de reunir a los ex alumnos para apoyarse mutuamente y a su Colegio. El tiempo del Canon, desde 1898 a 1935, fue marcado por su impron- ta como hombre religioso (capellán de la Iglesia Anglicana de Todos los Santos en Quilmes), educador (Director del Colegio), y activo sostén de la actividad deportiva, tanto en el Colegio como en la comunidad. Durante su tiempo como Director, el año 1923 marcó dos cambios importantes en el Colegio. El primero fue la división del alumnado en cuatro “houses” bautizadas Lockwood, Farran, Cutts y Agar. El segun- do la introducción del rugby en la escuela. Esto era una novedad. Has- ta ese momento, en los colegios de origen británico, se jugaba fútbol durante el otoño e invierno; el rugby era sólo un deporte de club. A partir de 1920 en que el fútbol comenzó a ser un deporte rentado, su utilización como herramienta formativa en los colegios entró en duda, por lo tanto St George’s tomó la iniciativa e incorporó al rugby como deporte, medida que inmediatamente siguieron los demás colegios. Al principio esta nueva actividad contó con muchos detractores que favorecían la práctica de fútbol, pero con el tiempo, y considerando las ventajas que ofrece como deporte escolar, al crear espíritu de equipo, favorecer la integración de los distintos tipos físicos y fomentar la amis- tad con los adversarios, este fue ganando su lugar. Las prácticas se realizaban dos veces por semana y durante 1924 en la que se consideró la primera temporada oficial, se jugaron los prime- ros partidos inter-house. Más aún, el 6 de octubre coincidiendo con el 25 aniversario del cColegio, los alumnos disputaron su primer partido contra el Old Georgian Club integrado por jugadores de primera y se- gunda división – en el que fue el primer partido de rugby jugado en la historia del St George’s College y que iba a dar origen a la competencia anual entre los alumnos y el club, uno de los principales eventos del calendario Georgiano. La pasión por el Rugby dentro del Colegio fue creciendo cada vez más al punto de que al egresar, muchos alumnos se incorporaban a los equipos que militaban en las primeras y segundas divisiones de la Unión, y de allí a los seleccionados de Provincia, Capital, Argentinos o Extranjeros, representando de esa manera a St George’s College. En 1931, los alumnos comenzaron a ser entrenados por el profesor J. Sampson, ex jugador del Belgrano Athletic Club y como consecuen- cia de eso, para 1932, el Colegio contó con un poderoso equipo que mereció los elogios de los medios periodísticos. La desaparecida “Re- vista Rugby” afirmaba, “Puede decirse, sin lugar a duda, que la clase de rugby que se juega en el Colegio San Jorge, es superior a lo que se ve en la mayoría de los partidos del campeonato local. Su estilo abierto hace resaltar la belleza del rugby football. “ Durante esta brillante temporada San Jorge arrasó contra todos sus adversarios (ganó 18 de los 19 partidos que jugó) inclusive contra los experimentados Old Georgians por lo que a fines de 1934 se resolvió inscribir a un equipo en la Unión de Rugby del Río de la Plata. Este conjunto brillante, por ser nuevo, comenzó jugando en tercera división pero rápidamente ascendió a primera alcanzando grandes lo- gros y consagrándose campeón en 1937, 38 y 39. La guerra complica todo La Segunda Guerra Mundial interrumpió todo. Muchos ex alumnos se alistaron en el ejército y los que quedaron en el país, no tenían el mismo ánimo que antes de la guerra. Los alumnos apenas egresaban también se enrolaban y partían rumbo al Viejo Continente. Aun así, entre los que quedaban en el Colegio, el espíritu de lucha se mantenía, tanto que en 1944, por pri- mera vez, el Colegio participó de un “torneo intercolegial de rugby” y se consagró campeón, venciendo en la final al Colegio Nacional de San Isidro en su propio campo. Terminada la guerra el equipo del OG club se fue re armando. Hasta ese entonces sus prác- ticas se realizaban en San Martín, en el campo de juego del Central Argentino pero en 1947 el Board of Governors les autorizó a utilizar un espacio del Colegio en el área en que ahora se ubica el Kinder, donde, gracias a donaciones, se construyeron un Pavillion, cancha y vestuarios. Fue en ese lugar en el que se destacaron muchos ex alumnos jugadores como Barry Holmes (luego de trayectoria internacional ), que ya en 1945 con 17 años jugaba en la Primera de Old Georgian. Pero hubo más, dos Old Georgians Ricardo Handley y Ronnie Foster formaron parte del seleccionado argentino que jugó contra los Junior Sprinboks el 19 de junio de 1965 y que dio origen a Los Pumas. Y esto fue sólo el comienzo, poco a poco se hizo habitual proveer de juga- dores al seleccionado argentino. En 1967, por ejemplo, se sumó a Los Pumas Dudley Morgan, seguido por Tommy Harris-Smith en 1969, Mike Morgan en 1971 y Eduardo ‘Winnie’ Morgan en 1972. Vale decir que en 1971, seis Pumas eran OG’s, entre ellos los tres hermanos Morgan. Marcelo Campo fue el último Puma jugador del primer tramo del OGC en la UAR, apareció en 1978 y jugó hasta 1987, siendo Guido Petti el último jugador egresado del Colegio en vestir la camiseta del seleccionado nacional. A pesar de los éxitos logrados a lo largo de los años, en 1980 el OG Club debió retirarse de la Unión (UAR). Esto fue resultado directo de su política de restringir a sólo ex alumnos de St George’s College el acceso a sus equipos. El rugby se popularizaba cada día más, y el club no lograba reunir un equipo completo entre los egresados. Vale recordar que en esos años se gra- duaban entre 20 y 30 alumnos por año; de esos, algunos se iban a estudiar al exterior, algunos iban al campo y otros no eran rugbiers. Se contaba entonces con tan solo doce potenciales ju- gadores para la Primera y Tercera lo que era poco para llegar al mínimo que pretendía la Unión, que además cada vez era más exigente. La desvinculación de la UAR no impidió, sin embargo, mantener la tradición de jugar al menos dos partidos al año con los alumnos del St George´s College; el club, además, entregó el Pavillion al College para el uso de actividades deportivas, aunque los socios lo podían seguir utilizando cuando lo necesitaban. Durante los 90 hubo un intento de volver a jugar en la unión pero lamentablemente este no prosperó. Nuevos aires En el año 2009 el Colegio resolvió incrementar el tiempo dedicado a la práctica deportiva, incorporando los días sábados a su curricula. Esto con el fin de inculcar los valores del trabajo en equipo. En noviembre del 2010 la comisión directiva del Colegio inició contacto con el Club a fin de canalizar los equipos juveniles en un torneo competitivo y a este fin aunar esfuerzos. En 2011 comenzaron las charlas entre todos, los directivos del Colegio, la gente del club y los ex alumnos para cumplir el sueño de volver a la UAR. Jaime Campo actuó de enlace, para ese entonces él estaba armando con unos amigos un equipo para chicos humildes en Berazategui; y como ya tenía experiencia en gestión ante la URBA ayudó con el tema. 2011 fue el punta pie inicial de la vuelta tan esperada de aquella camiseta blanca, con el dragón en el pecho, que volvería a vestirse para ser defendida y bien representada. Ese año el Club presentó una Menores de 15 en el torneo de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), que era dirigida por Gastón Antozzi y Leo Barceló. El proyecto original se basaba en sumar todos los años una división nueva hasta lograr tener una primera en 10 años o más. La noticia, junto a los buenos resultados de un promisorio equipo, llegaría a oídos de todos; particularmente a los de dos ex alumnos, fanáticos del rugby: Manuel Zaratiegui (camada 2010) y Stanley Nash (camada 2008). Al escuchar el buen trabajo que se estaba ha- ciendo formando juveniles, ambos contando con previa experiencia en otros clubes de rugby, ellos plantearon la importancia de crear un plantel superior que sirviera como una base de apoyo para esos jugadores en un futuro; principalmente para cuando terminaran el colegio, que diera la posibilidad de continuar jugando con compañeros y amigos de toda la vida. Rápidamente, para poder desarrollar la idea y juntar fuerzas, sumaron al proyecto a Isidro Couñago (camada 2009) y Franco Di Pace (camada 2011). Luego de varias reuniones informales, concretaron reunirse formalmente con la dirigencia del Club para poder exponer esto. John Lucas, Roberto Watson, Gustavo Paissan y Jaime Campo representando al club les pidieron algo relativamente simple: juntar 30 firmas con gente comprometida a formar parte del equipo. Robert Watson recuerda: “Les puse impedimentos. Quiero 30 jugadores, pero la lista con nombre, apellido y número de documento. No quería cometer errores del pasado. Luego les pedí conocer a todos, armé una reunión en Gutiérrez. Llegué tarde porque pensé que iba a ver cinco tipos y ahí estaban los 30.” Y efectivamente así fue, llegada la fecha determinada, en el salón de reuniones del Club House, en Juan María Gutierrez 3829, había 30 chicos sentados, mirando una presentación, dispuestos a sumarse a esa aventura.
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