San Baudelio de Berlanga (Soria): la reposición de las pinturas murales de la «palmera» 1 MARGARITA GONZÁLEZ PASCUAL Instituto del Patrimonio Histórico Español 1 Este texto recoge las opiniones de «[...] esa ermita, olvidada en medio del monte..., ha lle- todos los que han formado parte en gado verdaderamente por milagro hasta nuestros días, este proyecto: Instituto del Patrimo- acudamos a su conservación los que amamos el arte.» nio Histórico Español (Margarita González Pascual, técnico-restaura- M. A. ÁLVAREZ y J. R. MÉLIDA (B.S.E.E., 1907, XV, 155) dora); Dirección General de Patri- monio y Promoción Cultural de la Junta de Castilla y León (Carlos Te- jedor Barrios, técnico-restaurador); Museo Numantino de Soria (Elías Resumen sición que posibilitara la completa adaptación Terés Navarro, director); Unidad téc- e integración de la decoración mural transferi- nica del Servicio Territorial de Cul- El objetivo principal de este artículo es dar da en su complejo marco arquitectónico. tura de Soria (José M.ª Rincón Ar- a conocer la intervención realizada sobre las El rasgo más sobresaliente y lo que siem- che, técnico-arquitecto; empresa restauradora CORESAL (Lucrecia pinturas trasladadas de la bóveda nervada pre ha llamado la atención al entrar en el in- 77 Ruiz-Villar y Javier García Vega, téc- de la iglesia de San Baudelio (Casillas de 4 terior del templo es la gran palmera central nicos-restauradores); arquitecto res- Berlanga, Soria) para su reubicación en su (Romera, 1884, p. 331), cuyo tronco es una taurador (Francisco Yusta Bonilla). contexto original. imponente columna de 1 m de diámetro y 2 Aunque la ermita de San Baudelio Esta actuación no debe entenderse como 5 m de alto, aproximadamente, del que de Berlanga es un BIC inmueble con una acción aislada, sino como parte del Pro- arrancan ocho ramas en forma de arcos de categoría de Monumento (declarado en 1917), creemos que reúne todos yecto de Conservación Integral del «Sitio herradura peraltados. Histórico»2 de San Baudelio donde diversas los requisitos para ser considerado Estos nervios enjarjados, al disponerse ra- «Sitio Histórico», ya que su entorno entidades administrativas han colaborado diados –cuatro en las aristas y cuatro en la paisajístico y arqueológico es de una para la consecución de un fin común: recu- mitad de los paños–, diseñan una bóveda es- gran belleza e interés. perar y revalorizar la imagen de este emble- quifada compartimentada en ocho plemen- 3 Los análisis recientes de dendro- mático bien cultural, único en nuestro pa- tos que cubren la nave de planta rectangular cronología y radiodatación proponen una datación para la construcción de trimonio histórico-artístico, tanto por su (aproximadamente, 8,50 m x 7,50 m). peculiar estructura constructiva de traza la iglesia en el tercer cuarto del si- Entre las enjutas de los arcos, coronando glo XI, entre 1051 y 1070 (ALONSO y mozárabe, como por su fascinante micro- el fuste del pilar, se construyó un insólito otros, 1997, pp. 249-263). El inte- 3 cosmos pictórico de estilo románico . cubículo interior con bovedilla de nervios rior se decoraría más tarde cuando el entrecruzados de tradición hispanoárabe, de territorio se estabiliza bajo influencia 2,15 m de altura, que se comunica con el aragonesa con la definitiva repobla- Breve descripción espacial ción de Alfonso I de Aragón c. 1125 exterior por ocho lumbreras rematadas por (SUREDA, 1998). Queremos describir, de manera breve, las exi- pequeños arcos de herradura (fig. 1). 4 Símbolo del martirio de San Bau- gencias espaciales con las que nos encontra- Este singular espacio, al igual que todos delio (ANÍBAL y MÉLIDA, 1907, mos a la hora de estudiar un método de repo- los demás paramentos de la iglesia, se realzó p. 152, nota 1). Figura 1. Vista de la «palmera»: a) Situación antes del arranque, en 1965; b) después de retacar la bóveda, en 2001; c) una vez reubicadas las pinturas, en 2002. Fotos del IPHE. a) b) c) con pinturas dispuestas según las pautas rít- miento que durante décadas sufrió el edifi- micas marcadas por la estructura arquitec- cio6. Los desequilibrios estructurales, junto INTURAS MURALES DE LA «PALMERA» tónica de la que son «parte integrante» a las continuas filtraciones a través de su de- AS P (Mora, 1984, pp. 1-7). Subrayamos, una fectuosa cubierta –que propiciaron el creci- vez más, este concepto convencidos de que miento de vegetación–, dieron lugar a im- la mejor manera de comprender los valores portantes lesiones en las fábricas. REPOSICIÓN DE L de este interesante y atractivo conjunto pic- La alteración de la parte superior de los SAN BAUDELIO DE BERLANGA (SORIA): SAN BAUDELIO LA tórico es su contemplación en el ámbito pa- muros de mampostería construidos en pie- ra el cual fue concebido, lugar donde real- dra de toba caliza –muy porosa y ligera– 78 mente adquiere relevancia y significado. aparejada con mortero de cal y arena, pro- vocó que éstos dejaran de contrarrestar efi- cazmente los empujes de los arcos de la pal- Intervenciones históricas mera, desorganizando el complejo y frágil en el monumento sistema estructural. Los movimientos origi- 5 Sobre la problemática de los trasla- La primera intervención que promovió la nados se manifestaron en una serie de grie- dos de pintura mural vid. BRAJER, Dirección General de Bellas Artes en el in- tas horizontales en el punto más débil del 1999, pp. 63-68. 6 La primera referencia sobre su pre- mueble se remonta al año 1965. El antiguo conjunto, esto es, en el encuentro del aba- caria situación es del año 1907 (ANÍ- Instituto de Conservación y Restauración nico de los arcos con el cubículo central BAL y MÉLIDA, 1907, p. 148). Pero, de Obras de Arte (ICROA), actual IPHE, (figs. 1 y 2). Por otra parte, y en consecuen- habría que esperar a su declaración tras realizar una visita técnica, acordó que cia, el mortero –soporte de la pintura– per- como M. N., en 1917, para que se era necesario trasladar las pinturas que aún dió su función sustentante. Su decohesión y tomaran las primeras y «tímidas» me- quedaban en la bóveda, antes de acometer separación, causó la desgraciada caída de va- didas de conservación. Así, hay cons- tancia de que en 1920 la Comisión la restauración arquitectónica. Esta decisión rios paños de pintura con la desaparición de Provincial de Monumentos de Soria, tan drástica debe entenderse como la única la mitad superior de las escenas de los ple- encargada de la inspección, costeara solución posible para su preservación5. No mentos, e incluso, la casi totalidad de las del la limpieza de las pinturas del testero obstante, siempre se tuvo en mente que, muro noreste. del ábside –ocultas por un enlucido una vez concluidas las obras, las pinturas de yeso y tras un retablo–. Estas la- volverían a colocarse en su lugar original. Historia material de las pinturas bores, así como sus copias, fueron de la bóveda encargadas al restaurador E. Segura. La explicación de cómo se produjo ese (GARNELO, 1924, p. 100; SÁENZ, alarmante estado de conservación hay que Creemos necesario reconstruir cómo se 1959, p. 238; SANTOJA, 1994, p. 52). buscarla en el abandono y falta de manteni- llevó a cabo aquella ingente operación de 31 m2 a la plementería). En general, las lí- neas de corte coincidían, bien con grietas existentes, bien con líneas de separación de bandas decorativas. Esta precaución posibi- litó –en el remontaje– que las uniones fue- ran menos evidentes y, por tanto, fácilmen- te integradas. En el caso de las grandes composiciones de los plementos, debido a sus dimensio- nes, éstas fueron divididas en cuatro (ple- mentos 5, 7 y 8), tres (plementos 4 y 6) y, excepcionalmente, en un solo fragmento (plemento 1). Esta última pieza de 375 x 170 cm, nos ocasionó un problema de ma- nejabilidad a la hora de su instalación in si- tu obligando a fraccionarla en cuatro partes (fig. 3, dibujo 2). Aquel arranque tuvo dos consecuencias, por un lado, en el muro permanecieron te- 7 Figura 2. Detalle de la «palmera». Estado de conser- nues restos de la capa pictórica –a modo de Los trabajos de arranque fueron vación antes del traslado de las pinturas, en 1965, y des- improntas 8–, debido a que en esas zonas la realizados por los técnicos A. Balles- pués de la reubicación, en 2002. ter Vaquero y J. Ballester Espí. pintura estaba bien adherida al enlucido; y, 79 8 Siguiendo a los profesores L. y P. por otro, algunos fragmentos se separaron MORA (1984, pp. 12-13) pensamos salvamento, a fin de que se entienda algu- con parte de su mortero a causa de su esca- que la impronta no debe entenderse nas de las dificultades de nuestra inter- so agarre al soporte arquitectónico. Esto úl- como «una fuerte impregnación del vención y el porqué de la metodología timo favoreció que se conservaran todas las enlucido por la pintura» (SÁNCHEZ, adoptada. capas de policromía. 1959, p. 165), pues como explican estos autores: «las trazas de color, tan El proceso de extracción7 siguió la técnica Cada uno de los fragmentos fue siglado frecuentemente visibles sobre el en- italiana del strappo según los consejos del según el espacio original que ocupaba pre- lucido tras el proceso de strappo, no maestro florentino L. Tintori –quien estuvo viamente fotografiado desde diferentes son pigmentos que han penetrado en invitado en aquella primera inspección– (Tin- puntos de vista. Esta documentación de la base; sino que son el resultado de tori, 1963, pp. 118-122; Tintori, 1989, pp. 6- archivo ha sido totalmente imprescindible la escisión de la capa pictórica, debi- 29). Este método consistió en la adhesión con para el estudio de ubicación in situ, ya do a la mayor resistencia de la piel superficial.
Details
-
File Typepdf
-
Upload Time-
-
Content LanguagesEnglish
-
Upload UserAnonymous/Not logged-in
-
File Pages22 Page
-
File Size-