¡Uy, El Apocalipsis Y Yo Con Estos Pelos!

¡Uy, El Apocalipsis Y Yo Con Estos Pelos!

José Ramón Enríquez ¡Uy, el Apocalipsis y yo con estos pelos! Mérida, 2019 1 Sobre el oscuro, se enciende el celular de La Gasolina que ilumina su rostro. Lo demás es silencio. Sube poco a poco la luz sobre un desastroso espacio en el cual todo está afectado. Escombros por doquier, mesas volcadas, cadáveres, sillas tiradas y todo revuelto. En algún lugar se encuentra La Doñita tratando de incorporarse. La Gasolina, tras quitarse algo de encima, comprende que algo terrible ha pasado. No se da cuenta de la existencia de La Doñita que se encuentra atrapada bajo de una viga. LA GASOLINA ¡Uy, el Apocalipsis y yo con estos pelos! Pausa. LA DOÑITA Puro polvo y cascajo y la putrefacción de los cadáveres. Pausa. LA GASOLINA ¿Y mi peluca, Dios, en dónde me pusiste mi peluca? LA DOÑITA Ahí, abajo de esos escombros, alcanzo a verla pero está toda despeluchada. LA GASOLINA (la descubre y la toma, sin ver a La Doñita) No me importa, Diosito, ahí poco a poco me la voy a ir peinando. LA DOÑITA Siempre tan hacendosa. LA GASOLINA Siempre, siempre. Ah y gracias, Señor, por contestarme en cuanto te invoco. Amén. 2 LA DOÑITA Estoy para servirte. LA GASOLINA Gracias, Señor... ¿o Señora? Porque con esa voz, Diosito santa... LA DOÑITA Es que no soy Diosito. Soy tu vecina. LA GASOLINA ¡La Doñita! Ya se me hacía a mí, porque Diosito nunca me ha hecho caso. LA DOÑITA Y menos si le pides una peluca despeluchada en medio de tanta destrucción y tanta muerte. LA GASOLINA (luego de intentar colocarse la peluca y renunciar a hacerlo) ¡No! LA DOÑITA Pero ayúdame, mijito, ¿no ves que una viga me tiene aplastada esta pierna y no puedo moverla yo sola? (Pausa durante la cual gime) ¡Ayúdame, mi amor! (Pausa. Id.) ¿No me oyes? LA GASOLINA Oh, pues, ahora estoy tratando de encontrar señal para el cel, antes de que se me acabe la batería. ¡Para avisar que estamos aquí abajo! LA DOÑITA ¡Pero ayúdame primero! LA GASOLINA No se agite, Doñita. Porque si se me agita demasiado, de nada va a servir que la ayude. No vaya a ser que cuando saque la pierna la vaya a tener toda rota y ensangrentada y yo no vaya a saber cómo curarla. Mejor estese quieta y déjeme buscar señal para llamar a la ambulancia. LA DOÑITA No creo que haya. LA GASOLINA ¿No ha oído pasar sirenas? 3 LA DOÑITA No creo que haya ni ambulancias ni señal para tu celular. LA GASOLINA Ay, mujer de poca fe. ¿Está segura? (Pausa durante la cual se convence) En ese caso, voy a tratar de ayudarla pero deje de quejarse no vaya a ser que con sus pujidos provoque más derrumbes. LA DOÑITA Sí, eso es, mijito, ayúdame. La Gasolina va a ayudar a La Doñita, con la peluca mal puesta y toda la ropa con la que dormía sucia y rasgada. Hacen esfuerzos entre las dos hasta que consiguen librarse de la viga. LA GASOLINA Ya estuvo, Doñita. Ya está libre. LA DOÑITA ¡Gracias a Dios! Ahora, ayúdame a encontrar mi bastón porque yo me caigo sin bastón y no va a ser fácil encontrarlo en medio de esta catástrofe. LA GASOLINA ¿No deberíamos decir Apocalipsis para estar más a tono con todo este espantoso tiradero en el que estamos? LA DOÑITA Apocalipsis, pues. La Gasolina encuentra el bastón de La Doñita, se lo entrega y la ayuda a levantarse. LA GASOLINA Mire, mire, suertuda. (Canturrea con la melodía de La Cucaracha) La Doñita, La Doñita ya sí puede caminar. Sólo le falta, sólo le falta... LA DOÑITA ¡Ay me caigo! LA GASOLINA No se cae. No se cae. Yo la sostengo. 4 LA DOÑITA Es que me voy de lado y me caigo cuando me agito... LA GASOLINA Pues no se agite. LA DOÑITA Me han hecho no sé cuántas pruebas del corazón y los pulmones y no pueden encontrarme nada. Son unos inútiles. LA GASOLINA Está más sana que yo. Pues qué bueno. LA DOÑITA Pero me voy de lado. LA GASOLINA ¿Usted fuma, Doñita? LA DOÑITA A mí nunca me gustó el cigarro. LA GASOLINA Pues yo fumo como chacuaco y por eso de vez en cuando me mareo un poquillo. LA DOÑITA Yo sin fumar ni nada, voy para abajo a la menor provocación. LA GASOLINA Ha de ser por la edad. LA DOÑITA Desde muy niña no veía bien y ¡cataplum! al suelo. Ya luego me pusieron los anteojos y empecé a caerme un poco menos pero sin perder la costumbre. LA GASOLINA Se le hizo vicio. LA DOÑITA (se ríe) 5 Eso, sí, feo vicio el de caerme. (Se sienta en donde puede) Mijito, ¿puedes acercarte para decirme de qué color se me está poniendo la pierna? No se me vaya a gangrenar. LA GASOLINA (la revisa) Normal, normal. Nomás los arañazos. (Pausa) Voy a hacerme para allá. A ver si encuentro wifi. (Renuncia a buscar señal) Y ya se acabó la batería. LA DOÑITA (suspira) Tenía que ser. LA GASOLINA (suspira a su vez y se sienta) ¡Ay, Doñita, me duele la cabeza! Seguro es por el tremendo chingadazo este del Apocalipsis. Dicho sea con perdón lo de tremendo chingadazo. ¿No tiene de esas pócimas mágicas que antes de que todo se nos cayera encima me untaba en las sienes para los migrañones? LA DOÑITA Quién sabe dónde quedaron. LA GASOLINA Qué lástima, porque me siento como rata apachurrada. LA DOÑITA De todos modos, era nomás aceite de árnica. (Pausa) Pero ven acá, te masajeo las sienes y, de paso, te masajeo la frente que de algo ha de servir. Pausa. El masaje notaoriamente la alivia y la relaja. LA GASOLINA ¿Y qué nos pasó, Doñita? LA DOÑITA Lo que ya estaba escrito desde endenantes. Ya lo sabíamos. LA GASOLINA Usted que es bruja y profetisa ya lo sabía, pero yo que sólo soy una pinche travestí de esquina, ¿cómo había de saberlo? LA DOÑITA Profetisa... (Se ríe) Me podría hacer la interesante y ponerme a inventar argumentos para series de televisión con mi pobre vida. Que si mis libros herméticos heredados de cátaros y 6 templarios o de mis tatarabuelas, las brujas que volaban en escobas, pero, no, la cosa es mucho más simple. Nomás era cosa de oír las noticias y leer los periódicos. LA GASOLINA Pero usted sí es bruja, Doñita, ¿o no me echaba las cartas y me leía mi horóscopo? Y bien que me cobraba, Doñita, por hacerlo. LA DOÑITA Pero eso es otra cosa. Es vender ilusiones como los magos. LA GASOLINA Será otra cosa pero también cosa de bruja, ¿no? LA DOÑITA Bueno. De bruja, sí. Pero no de profetisa. Para profetizar el Apocalipsis que se nos vino encima bastara con esperar sentaditos a que termináramos de contaminarlo todo y, después, que estallara. LA GASOLINA Entonces, ¿fue un estallido? LA DOÑITA O fue el mar que creció desde los polos y se volvió tsunami. LA GASOLINA ¿Tsunami, pues? LA DOÑITA O las dos cosas. O las tres o las cuatro o las cien mil que hemos venido preparando tan pacientemente los humanos. No las brujas. Ésas no tenemos la culpa de nada. Además nuestras escobas nunca han sido de plástico porque las de plástico no vuelan bien. Así que no somos inocentes de todo este desastre. LA GASOLINA Mira nada más... ¡Una bruja santa que ni siquiera contamina! Ay, Doñita, no se haga de la boca chiquita. LA DOÑITA Volar en las escobas con la energía limpia de nuestros conjuros, ¿te parece peligroso para el medio ambiente, para el calentamiento global o para provocar tsumanis en el Pacífico y en el Atlántico al mismo tiempo? 7 LA GASOLINA Pues así visto, si en sus hogueras no usaban gasolina ni carbón, no, pues, no. Nada peligrosas. ¿Y por qué las quemaban, entonces, en la Edad Media? LA DOÑITA Y en el Renacimiento. Y ayer mismo en algún sitio del planeta, seguro que ardió una de nosotras. LA GASOLINA ¿Por qué, a ver? LA DOÑITA Te digo. Porque así de malvados son los hombres. Déjame ahora masajearte la nuca para sacarte las malas vibras LA GASOLINA (al sentir cosquillas cuando la toca en la nuca) ¡Uiiiiiii! LA DOÑITA ¿Te lastimé? ¿Tienes alguna contractura? LA GASOLINA Nop. Nomás que como sentí bonito y me gusta chillar. Chillona y cosquilluda que soy así desde chiquita. Y, ahora, más porque me siento como una pinche rata apachurrada que hace ¡uiiiiiii! ¡Uiiiiiii! ¡Uiiiiiii! LA DOÑITA Sí, sí, te oí desde el principio: ¡Uy el Apocalipsis! LA GASOLINA Y yo con estos pelos... LA DOÑITA Pero mejor no te gastes el oxígeno porque no sabemos cuánto va a quedarnos todavía. LA GASOLINA Eso sí. Chitón, chitón, para que el Apocalipsis se tarde más rato en apachurranos bien bien como a un buen par de ratas. LA DOÑITA 8 Mejor, tranquilito, tranquilito. (Pausa) Y sácame de una duda que nunca me he atrevido a preguntarte. ¿A ver, por qué tengo que llamarte así como te llamo? ¿No puedo llamarte por tu nombre, mijito? LA GASOLINA Si quiere dígame mijito. O dígame mi hijita o mi hijite, como sea su voluntad, que a usted de todas formas voy a contestarle. LA DOÑITA No. Si lo que quiero saber es cómo te bautizaron. LA GASOLINA ¿En la Iglesia...? Ubaldo. ¡Guácala! Pero fíjese que ahí sí no le contesto, porque me choca Ubaldo. Pero como la calle, que es la que cuenta, fue la que me bautizó como la Gasolina, y así es como me llaman, pues siempre le contesto.

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