EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN ESPAÑA 12 EL CERRO DEL REAL GALERA (GRANADA) Memoria redactada por Manuel Pellicer y Wilhem Schüle MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. DIRECCION GENERAL, DE BELLAS ARTES SERVICIO NACIONAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS RECIENTES PUBLICACIONES DE LA INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN ESPAÑA 1. LANCIA, por FRANCISCO JORDÁ CERDA. 2. HERRERA DE PISUERGA, por A. GARCÍA Y BELLIDO, A. FERNÁNDEZ DE AVILES, ALBERTO BALIL y MARCELO VIGIL. 3. MEGALITOS DE EXTREMADURA, por MARTÍN ALMAGRO BASCH. 4. MEGALITOS DE EXTREMADURA (II), por MARTÍN ALMAGRO BASCH. 5. TOSSAL DEL MORO, por JUAN MALUQUER DE MOTES. 6. A1TZBITARTE, por JOSÉ MIGUEL DE BARANDIARÁN. 7. SANTIMAMIÑE, por JOSÉ MIGUEL DE BARANDIARÁN. 8. LA ALCUDIA, por ALEJANDRO RAMOS FOLQUES. 9. AMPURIAS, por MARTÍN ALMAGRO BASCH. 10. TORRALBA, por F. C. HOWELL, W. BUTREZ y E. AGUIRRE. 11. LAS NECROPOLIS DE MERIDA, por ANTONIO GARCÍA Y BELLIDO. NOTICIARIO ARQUEOLOGICO HISPANICO Tomo V. Años 1956-1961. Dirección: INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS Medinaceli, 4. Apartado 1.039. MADRID EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN ESPAÑA 12 EL CERRO DEL REAL GALERA (GRANADA) Memoria redactada por Manuel Pellicer y Wilhem Schüle MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL.. DIRECCION GENERAL. DE BELLAS ARTES SERVICIO NACIONAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS DELEGACION DE ZONA DEL DISTRITO UNIVERSITARIO DE GRANADA EXCAVACIONES EN EL CERRO DEL REAL GALERA (GRANADA) Autorizadas por Orden de 6-X-1961. Financiadas por la Deutsctoes Forschungsgemeinschat y por el Servicio Nacional de Excavaciones. Directores: MANUEL PELLICER CATALÁN y WILHELM SCHÜLE. Colaboradores: ANA MARÍA MARTÍN, RENATE ROLLE, DIETES SCHMELZ, GABRIELA REISACII, M.« R. LUCAS DE VIÑAS y V. VIÑAS. El material se ha depositado en el M.useo Arqueológico de Granada. Depósito legal M» 12.783-1962. DIANA, Artes Gráficas. Larra, 12. MADRID. INFORME SOBRE LAS EXCAVACIONES EN EL CERRO DEL REAL, DE GALERA 1) ANTECEDENTES. Juan Cabré, en sus excavaciones del 1918, se dedicó casi exclusivamen• te a excavar los túmulos de las tres zonas de la necrópolis ibérica que se encuentran aguas arriba del pueblo actual de Galera, a los dos lados del río de Orce. En el despoblado del Cerro del Real, denominado por él "Tutu- gi", según la lápida romana mencionando la R. P. TUTUGI y encontrada en el mismo Cerro del Real, Cabré se limitó a excavar un templo romano, del cual hoy día no quedan más que unas basas de columna que evidente• mente ya no están "in situ". De esta parte de sus excavaciones no nos dio detalles, excepto un plano de la planta del mismo en su mapa general de los yacimientos de Galera. Para aclarar la extensión del yacimiento arqueológico nos dedicamos a recorrer todos los sitios mencionados por Cabré. En esta ocasión nos con• vencimos de la necesidad de levantar un nuevo plano general que compren• da el Cerro del Real, las tres zonas de la necrópolis y los yacimientos, más allá de la Cueva de los Cipreses (estos últimos no conocidos por Cabré), en total, un área de aproximadamente dos por cinco kilómetros de exten• sión (lám. 1). Dado el hecho del relieve accidentado del terreno, con una diferencia aproximada de 100 metros de altura, esta tarea ha estado fuera de nuestras posibilidades durante la primera campaña. Decidimos dejar tal proyecto, indispensable por el peligro de que desaparezcan varios de los yacimientos mencionados, para volver en la segunda campaña con el instrumental necesario para levantar tal plano. Este plano se está com• pletando actualmente. De momento nos limitamos a precisar la situación exacta de los cortes abiertos en un plano esquemático que adjuntamos (lá• mina 2). El problema que más interesa de Galera es el del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro, época hasta el momento poco conocida en An• dalucía Alta. Con este fin abrimos varias catas en diferentes sitios de la parte septentrional del Real (lámina 2). En una zona, la de los cor• tes I-IV-Vni-X, donde los estratos de aquella época están a poca profun• didad (1-3 m. bajo la superficie actual), destapamos una superficie en el nú- 3 cleo del poblado del bronce final que ocupaba la altiplanicie y las lomas del Real. Para precisar el sitio mas indicado de este sector de nuestras investi• gaciones iniciamos las catas I, II-III, V y VI. Las TT-TTT, V y VI resultaron demasiado estropeadas por las construcciones posteriores. Las catas VII y LX se abrieron en terrenos de mucho relleno con el fin de obtener una estratigrafía completa del Real. 2) TÉCNICA EMPLEADA. Siendo la estratigrafía muy complicada por los silos y los cimientos de las edificaciones romanas y árabes que en los sitios con relleno de poca po• tencia, como en la zona I-IV-VIH-X, penetraron en los estratos más anti• guos, abandonamos la técnica habitualmente empleada de limpiar los mu• ros y empleamos otra que permitía deducir las plantas y la técnica de cons• trucción de edificios por una serie de dibujos exactos de los cambios del color de la tierra en varias capas sucesivas, de poca potencia y minuciosa• mente limpiadas. Dado el hecho de la extrema sequedad de la tierra, al empezar nuestra segunda campaña en el mes de septiembre tuvimos que humedecer las sucesivas capas antes de excavarlas con grandes cantida• des de agua, puesto que esta técnica no es posible emplearla en tierra seca. Esto nos permitió excavar las casas de adobe del bronce final en la zona de los cortes I-IV-VTLT-IX, evitando la posible confusión de los silos y de edificaciones de época posterior. En los dos cortes con potente estratigrafía levantamos la tierra en capas de 10 centímetros de espesor aproximadamente. Las cerámicas de cada capa fueron recogidas separadamente; los perfiles, en el caso del corte VH, de más de 9 metros de altura, se limpiaron minuciosamente, permitiéndo• nos así dibujarlos con gran exactitud, de lo cual pudimos deducir una es• tratigrafía clara. Los estratos arqueológicos así obtenidos fueron nume• rados desde arriba hasta abajo. 3) CAMPAÑA DE ABRIL-MAYO 1962. El equipo de esta campaña estuvo compuesto de las siguientes personas: Doctor Wilhelm Schüle, de la Universidad de Gottingen. Señorita Pilar Acosta Martínez, de la Universidad de Granada. Señorita Ana-María Martín, señorita Renate Rolle y D. Dieter Schmelz, los tres últimos alumnos de la Universidad de Gottingen. En el corte II-III, de 2 X 6 m., tropezamos a 0,30 m. de profundidad con las piedras superiores de una construcción de sillares grandes, ibérica o romana, que se ve en el perfil oeste de dicho corte. Su dirección es N-S. apro• ximadamente. Formando ángulo recto con ésta, salía al extremo norte del corte otra pared, de piedra seca y de construcción irregular. El relleno en• tre estas dos paredes contenía cerámicas romanas e ibéricas mezcladas. Dicho relleno estaba perforado por cuatro silos, conteniendo cerámicas ro- •1 manas en su parte superior, y árabes en el fondo. En el fondo de uno de ellos salió el jarro árabe, casi intacto. La pared de piedra seca del norte del corte, siendo anterior al relleno, nos inclinamos a explicarla como pe• driza de época romana o anterior. Las dos construcciones descansan sobre un estrato de cenizas, el cual a su vez cubre una serie de estratos de arenas verdes, de poca potencia, separados por tres estratos finos de arena mez• clada con yeso o greda. Estos estratos, completamente estériles, cubren la greda viva. En su superficie se encontraron escasos materiales del bronce final. En el corte V tropezamos a poca profundidad con una pedriza romana. El relleno detrás de la pedriza contenía cerámicas del bronce tardío ibéri• cas y romanas mezcladas. Descansando la pedriza y el relleno en la roca viva,, no continuamos en este corte. El corte que daba los más interesantes resultados era el de los núme• ros I y IV del plano esquemático. Los estratos allí descubiertos eran los siguientes (para las medidas véanse los perfiles y plantas adjuntos): 1) Tierras aradas de superficie. 2) Estrato de tierras revueltas, con cerámicas ibéricas y romanas. 3) En este estrato salieron, entre muchos escombros y piedras suel• tas, los cimientos de una cabana, de paredes curvas, y restos dudosos de otra. Son de grandes piedras con relleno de barro de tapial. Las cerámicas encontradas en ese estrato son de un tipo argaroide, pero aparecieron tam• bién escasas cerámicas ibéricas y romanas, debido este fenómeno a unos silos, probablemente de época árabe, como los del corte II-III, cuya situa• ción pudimos localizar con exactitud en los estratos inferiores. 4) Este estrato dio partes de dos cabanas de paredes curvas y cons• truidas de tapial con grandes losas de piedra verticales en su parte inte• rior, evidentemente para evitar daños de goteras en las partes bajas de las paredes y para proteger su componente orgánico contra el fuego del hogar, ya que estas losas se encuentran preferentemente alrededor de los hogares que descubrimos en las dos campañas. En la casa oriental, el hogar estaba formado por un estrato de cerámica, de un metro de diámetro aproximadamente y junto a la pared de la cabana. Esta capa sirvió durante cierto tiempo de hogar. Más tarde este hogar con sus cenizas fue tapado por un suelo de barro y yeso que en la misma exten• sión se usaba de hogar. Las caras interiores de las paredes estaban revo• cadas con la misma mezcla de barro y yeso, como se ve claramente en el perfil N. del corte IV. El revoco de las paredes cerca del hogar y la capa de barro de éste estaban fuertemente cocidos. En la casa occidental, de la cual no entra más que una pequeña parte en el corte y cuya pared está cor• tada por uno de los silos árabes, la construcción de las paredes revocadas y de forma redonda u ovalada es igual que la de la casa anterior.
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