Voces del Ande Ensayos sobre onomástica andina Colección Estudios Andinos 3 Dirigida por Marco Curatola Petrocchi Voces del Ande Ensayos sobre onomástica andina Rodolfo Cerrón-Palomino Voces del Ande. Ensayos sobre onomástica andina Primera edición: agosto de 2008 © Rodolfo Cerrón-Palomino, 2008 De esta edición: © Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2008 Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú Teléfono: (51 1) 626-2650 Fax: (51 1) 626-2913 [email protected] www.pucp.edu.pe/publicaciones Imagen de cubierta: Martín de Murúa, Historia y Genealogía de los Reyes Incas del Perú, Manuscrito Galvin (1590) Diseño de interiores y carátula: Fondo Editorial Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. ISBN: 978-9972-42-856-2 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2008-09067 Impreso en el Perú – Printed in Peru Índice Presentación 9 Equivalencia de signos y abreviaturas 13 Parte I Léxico cultural e institucional 17 Aimara 19 Quechua 33 Amauta 51 Tucuyricoc 63 Yanacona 75 Apacheta 89 Tocapu 99 Soroche 111 Surumpe 121 Jora 129 Calapurca y no carapulca 141 Chirimoya 153 Parte II Toponimia quechumara 161 La naturaleza probatoria del cambio lingüístico: a propósito de la interpretación toponímica andina 163 La toponimia como fuente de usos gramaticales arcaicos y como registro cronológico de mudanzas idiomáticas 181 Morfemas aimaras arcaicos en la toponimia centro-andina: los sufijos –y, –n, y –ra 193 Sufijos arcaicos quechuas en la toponimia andina: los morfemas –ş y –nqa 209 Hurin: un espejismo léxico opuesto a hanan 225 Collana, Payan y Cayao: los clasificadores de los ceques 245 Cuzco: la piedra donde se posó la lechuza. Historia de un nombre 259 Ollantay: de topónimo a antropónimo 291 Lima: oráculo antes que río hablador 305 Las etimologías toponímicas del Inca Garcilaso 313 Murúa y sus etimologías toponímicas 351 Índice de términos 381 Bibliografía 385 PRESENTACIÓN «En las Etimologias, i derivaciones conviene ir con tiento». Bernardo de Aldrete ([1606] 1993: III, XI, 347) El último cuarto del siglo pasado constituye un punto de inflexión decisivo dentro de la magra tradición de estudios filológicos del área andina, hasta entonces desprovista de toda base lingüística sólida, y, en consecuencia, librada a la fantasía irrestricta de sus improvisados cultores.1 En efecto, en el periodo finisecular mencionado comienzan a aparecer, aquí y allá, trabajos léxico- semánticos referidos al universo religioso cultural del mundo andino que, esta vez rompiendo con la práctica tradicional, aprovechan el alto grado de desarrollo y sofisticación que alcanzaron los estudios diacrónicos de las lenguas andinas mayores, en la segunda mitad del siglo XX (el quechua) y finales del mismo (el aimara). Pero también, coincidentemente, a raíz de otra preocupación no menos importante e igualmente postergada hasta entonces: las ediciones, esta vez con el rigor mínimo exigido por la crítica textual, de algunos de nuestros tratados coloniales más importantes.2 Es verdad que tales trabajos priorizan los aspectos semánticos de los nombres examinados, dejando de lado los relativos a la textura formal de los conceptos analizados, que, en el mejor de los casos, apenas son tomados en cuenta. Con todo, es justo reconocer que con estudios como los mencionados se sentaban 1 Una excepción a la regla, aunque con las limitaciones propias de la época, constituye el valioso trabajo de Tschudi ([1891] 1918), cuyo esfuerzo, consistente en el estudio del vocabulario institucional andino, no tuvo sin embargo seguidores por espacio de una centuria, con la nota singular de Imbelloni (1946), que constituye una gota de agua en el desierto. 2 Nos referimos, concretamente, a los estudios filológicos de Taylor, iniciados en la década del 70, y culminados después, ya en el presente siglo (cf. Taylor 1999), en conexión con su versión de los mitos de Huarochirí (cf. Anónimo [1607] 1987), y a los de Itier (1993), a propósito de los himnos quechuas de la Relación de Joan de Santa Cruz Pachacuti ([1613] 1993). En la misma línea, aunque con proyecciones extra-andinas que, por lo mismo, ponen en riesgo su control filológico, se inscriben las propuestas etimológicas de Torero (1990) en relación con los nombres panandinos de las divinidades de los Andes centrales. Voces del Ande. Ensayos sobre onomástica andina las bases para el trabajo etimológico futuro, teniendo a las disciplinas filológicas y lingüísticas como sus pilares fundamentales, y buscando superar la vieja práctica del ejercicio puramente especulativo e impresionista al que nos tenían acostumbrados por igual tanto nuestros lexicógrafos tradicionales como los científicos sociales del área, para quienes simplemente no existiría una lingüística andina o, a lo sumo, ella se habría estancado en el siglo XIX. Pues bien, en línea con la nueva orientación bosquejada, y con la ventaja de contar con un panorama más claro de la historia y evolución de nuestras lenguas mayores, ofrecemos en el presente volumen un conjunto de 23 ensayos de corte etimológico dados a conocer previamente por el autor en los últimos siete años, los más de los cuales aparecieron en la sección de «Onomástica An- dina» de la revista Lexis, del Departamento de Humanidades de la PUCP, y del Boletín, de la Academia Peruana de la Lengua (Española). Redactados en forma independiente, aunque guiados por una misma preocupación, los trabajos que presentamos, luego de haber sido revisados, ampliados, actualizados, y hasta parcialmente refundidos, integran ahora un solo texto orgánicamente consti- tuido, cuyo eje central gira en torno a la etimología formal y semántica de los nombres estudiados. Ahora bien, por razones de índole temática, el contenido ha sido dividi- do en dos secciones: una primera, en la que, precedidos por sendos estudios glotonímicos, el del aimara, en primer lugar (ensayo 1), y del quechua, en una segunda instancia (ensayo 2), se examinan, por un lado, términos relativos a las instituciones del incario (ensayos 3-7), y, por el otro, vocablos propios de la cultura andina que fueron asimilados dentro del castellano (ensayos 8-12); y una segunda, en la que se ofrecen estudios toponímicos de diverso alcance: de índole general (ensayos 1-2), de carácter diagnóstico (ensayos 3-4), de orden clasificatorio (ensayos 5-6), de naturaleza puntual (ensayos 7-9), y, finalmente, de tipo cronístico, a propósito de las obras de Garcilaso (ensayo 10) y de Murúa (ensayo 11).3 3 Con excepción de los ensayos I: 2, inédito, y II: 5, aparecido en un volumen especial de homenaje, el resto de los trabajos fueron publicados, algunos de ellos con títulos ligeramente diferentes, en las revistas mencionadas previamente. Las referencias respectivas son las siguientes: I: 1 (BAPL, 44, pp. 129-150, 2007); I: 3 (BAPL, 34, pp. 221-235, 2001); I: 4 (BAPL, 42, pp. 209-226, 2006); I: 5 (BAPL, 43, pp. 149-169, 2007); I: 6 (BAPL, 38, pp. 69-85, 2004); I: 7 (BAPL, 40, pp. 137-152, 2005); I: 8 (BAPL, 36, pp. 225-239, 2002); I: 9 (BAPL, 37, pp. 133- 144, 2003); I: 10 (BAPL, 35, pp. 141-158, 2002); I: 11 (BAPL, 41, pp. 149-165, 2006); I: 12 (BAPL, 39, pp. 147-161, 2005); II: 1 (Lexis, XXIV: 2, pp. 373-396, 2000); II: 2 (Lexis, XXIX: 1, pp. 111-124, 2005); II: 3 (Lexis, XXVI: 1, pp. 207-226, 2002); II: 4 (Lexis, XXVI: 2, pp. 559- 577, 2002); II: 5 (El hombre y los Andes, Tomo I, pp. 219-235, 2002); II: 6 (Lexis, XXIX: 2, pp. 285-303, 2005); II: 7 (Lexis, XXX: 1, pp. 143-184, 2006), también aparecido en Revista Andina, 10 Presentación En relación con los trabajos enumerados, aparte del sustento empírico de corte lingüístico y filológico en el que se respaldan, no hace falta señalar que son varias las hipótesis centrales que los subyacen, dándoles una misma temática en torno a la cual gravitan: la «biografía» de los nombres seleccionados. De todas ellas, quisiéramos destacar aquí solo algunas de las más recurrentes: (a) la natura- leza poliglósica de la onomástica andina, en cuya creación intervinieron muchas lenguas, de las cuales apenas sobreviven actualmente el aimara y el quechua; (b) la falacia del «quechuismo primitivo» del antiguo Perú y la veracidad de la tesis del aimarismo pre-quechua del mundo andino; y (c) la falacia del origen cuzqueño del quechua y la verdad del aimarismo de los incas históricos. El lector podrá juzgar hasta qué punto todas estas hipótesis están debidamente respalda- das por un cúmulo de evidencias, muchas de las cuales, para hablar únicamente de las de orden lingüístico, se presentan a lo largo de los trabajos ofrecidos. Si tales tesis resultan convincentes, como esperamos que lo sean, entonces se estará de acuerdo con el autor en que, en vista de los argumentos expuestos, ha llegado la hora de «reescribir» nuestra historia, hasta ahora llena de mitos y distorsiones, empleando esta vez la lingüística y la filología como herramientas heurísticas en el develamiento del verdadero pasado andino. Volviendo a la estructura del presente volumen, debemos señalar que, al final del mismo, ofrecemos un índice, si bien no exhaustivo, de los términos (léxico institucional, cultural y propiamente onomástico) estudiados o citados a lo largo de todos los trabajos. La naturaleza parcial de la lista obedece al hecho de que se han incluido en ella, aparte de los nombres tratados de manera pun- tual, solo aquellos que han sido objeto de algún análisis hecho, ya sea al pasar, o en alguna acotación especial. De todas maneras, esperamos que la lista ofrecida resulte lo suficientemente útil a la hora de consultar el libro. Resta, pues, señalar nuestro agradecimiento a los colegas y amigos tanto nacionales como extranjeros, entre los cuales figuran no solo lingüistas sino también historiadores y arqueólogos del área andina, que, a lo largo de todos estos años, han hecho posible el trabajo etimológico, hasta ayer disperso, y que ahora ponemos a su disposición en un solo volumen.
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