Formas de ver y exhibir el patrimonio arqueológico indígena en dos museos de Bogotá (1938-1953)*1 Daniel García Roldan**2 Resumen Recibido: 22 de enero de 2016 Este artículo presenta un análisis histórico sobre la creación y los Evaluado: 25 de marzo de 2016 primeros quince años de historia de dos museos en Bogotá: el Aceptado: 1 de abril de 2016 Museo Arqueológico Nacional, fundado en 1938 y el Museo del Oro del Banco de la República, cuya colección se inició en 1939. A partir de la indagación en los contextos de formación de am- bos museos, así como de las formas de valoración y exhibición de lo que en ese momento se concibió como patrimonio arqueológi- co indígena, no solamente se pretenden comprender las circuns- tancias de ese pasado reciente del que aún hoy somos herederos directos, sino también ganar un lugar de observación que nos permita considerar críticamente las maneras como actualmente se presentan esos vestigios materiales ante nuestra mirada. Palabras clave: patrimonio arqueológico, Bogotá, Museo Ar- queológico Nacional, Museo del Oro. * Artículo de reflexión. Fruto del proyecto de investigaciónPolíticas y prácticas de la vida cultural en el centro de Bogotá, desarrollado en el Depar- tamento de Humanidades de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en colaboración con investigadores de la Universidad Central. Cómo citar este artículo: García Roldán, D. (2016). Formas de ver y exhibir el patrimonio arqueológico indígena en dos museos de Bogotá (1938-1953). Hallazgos, 13(26), 149-178 (doi: http://dx.doi.org/10.15332/s1794-3841.2016.0026.06). ** Maestro en Historia y Teoría del Arte, la Arquitectura y la Ciudad, de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor asociado, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Correo electrónico: [email protected], https://utadeo.academia.edu/danielgarciaroldan. Diagonal 61b No. 21-14 Apto 301 HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / Año 13, N.° 26 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 149-178 149 Formas de ver y exhibir el patrimonio arqueológico indígena en dos museos de Bogotá (1938-1953)* Ways of seeing and exhibiting the amerindian archeological patrimony in two museums of Bogotá (1938-1953) Abstract The following article presents an historical analysis about the Received: January 22, 2016 creation and the first fifteen years of history of two archeologi- Evaluated: March 25, 2016 cal museums in Bogotá: The Archaeological National Museum, Accepted: April 1, 2016 founded in 1938, and the Gold Museum, whose collection star- ted in 1939. Based on the inquiry of how these two museums were built, and their ways of seeing, valuating and exhibiting what it was considered archeological patrimony in that time, we pretend to understand that recent past we inherit directly, and also gain a point of view that allow us to consider the ways tho- se vestiges are exhibit today, within a critical perspective. Keywords: Archaeological patrimony, Bogotá, Archaeological National Museum, Gold Museum 150 Daniel García Roldan Formas de olhas e exibir o patrimônio arqueológico indígena em dois museus de Bogotá (1938-1953) Resumo Recebido: 22 de janeiro de 2015 Este artigo apresenta uma análise histórica sobre a criação e os Avaliado: 25 de março de 2015 primeiros quinze anos de história de dois museus em Bogotá: o Aceito: 1 de abril de 2016 Museu Arqueológico Nacional, fundado em 1938 e o Museu do Ouro do Banco da República, cuja coleção se iniciou em 1939. A partir da indagação nos contextos de formação de ambos museus, assim como as formas de valoração e exibição do que naquele momento foi concebido como patrimônio arqueológico indígena, não somente pretende-se compreender as circunstan- cias de esse passado recente do qual ainda hoje somos herdeiros diretos, senão também ganhar um lugar de observação que nos permita considerar criticamente as maneiras como atualmente se apresentam estes vestígios matérias ante nosso olhar. Palavras-chave: patrimônio arqueológico, Bogotá, Museu Ar- queológico Nacional, Museu do Ouro. HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / Año 13, N.° 26 / Bogotá, D. C. / Universidad Santo Tomás / pp. 149-178 151 Formas de ver y exhibir el patrimonio arqueológico indígena en dos museos de Bogotá (1938-1953)* Un contrapunto a manera y usos cambiantes y en ocasiones contradic- de introducción: México torios (Paz, 2006, p. 75-76). D.F. y las supervivencias del Uno de los aspectos centrales de las supervi- patrimonio arqueológico indígena vencias del pasado prehispánico en los pro- cesos de construcción de las naciones mo- Tal como lo narra Octavio Paz, la historia dernas, y que para el caso colombiano no ha moderna de la escultura de la diosa Coatli- sido analizado con suficiente profundidad, cue, la de falda de serpientes, sirve para com- es el que tiene que ver con las funciones que prender e imaginar en qué consiste el carác- el denominado patrimonio arqueológico in- ter superviviente del pasado prehispánico dígena cumple en las capitales de los paí- en América. Redescubierta por azar en 1790 ses hispanoamericanos. No es gratuito, por debajo del piso de la Plaza Mayor de Ciu- ejemplo, que en el libro La ciudad de México, dad de México, la enorme piedra esculpida una historia, Serge Gruzinski decida abordar fue llevada a la Universidad Real y Pontifi- la historia de Tenochtitlán, no al comienzo cia Universidad, aunque por poco tiempo, sino en la mitad de su libro; es decir, como ya que los “doctores” decidieron volverla si “la ciudad” y el pasado mexica tuviesen a enterrar al considerarla una ofensa a “la un lugar central en el tiempo histórico de la idea de belleza” y una amenaza, pues su ciudad moderna; como si no les bastara con presencia podía animar antiguas creencias. el espacio incierto de los comienzos, y pre- En 1804 Humboldt, de paso por la ciudad, firieran ocupar el lugar imaginario, aunque solicitó verla, pero luego la estatua volvió al siempre actual, de los orígenes. Al revisar subsuelo; solo después de la Independencia las relaciones entre la historia de la arqueo- fue desenterrada definitivamente, aunque logía y la historia de Ciudad de México, durante un tiempo permaneció olvidada y Eduardo Matos Moctezuma presenta un parcialmente oculta. Sin precisar una fecha, cuadro similar (Matos, 1998). La capital de Paz nos cuenta que más tarde se hizo visible Nueva España, y posteriormente el Distrito “como una pieza de interés científico e his- Federal, están marcados por el redescubri- tórico” y solo desde hace algunas décadas miento, la exhibición pomposa o marginal ocupa un lugar central en el Museo Nacio- y el estudio riguroso de enormes estatuas nal de Antropología de México, convertida que se encontraron bajo el suelo del centro en una “obra maestra”. Así, en un proceso de la ciudad o en sus alrededores, a causa hecho de apariciones y ocultamientos, de de diversas obras públicas. Pocos meses “muertes” y “renacimientos”, no solo la es- después de que Coatlicue fuera descubier- cultura de Coatlicue, sino también muchos ta, hallaron la Piedra del Sol, conocida po- otros objetos de las sociedades indígenas pularmente como el calendario azteca. Esta que habitaron y habitan territorios ameri- enorme escultura estuvo adosada a uno de canos han abandonado paulatinamente “el los muros laterales de la catedral durante territorio magnético de lo sobrenatural” casi un siglo, hasta que en 1895 conquistó para entrar de manera intermitente “en los un lugar en la sala de monolitos del Museo corredores de la especulación estética y an- Nacional. Algo similar ocurrió con la Pie- tropológica”, acompañados de significados dra de Tizoc encontrada en 1791. Con ellas 152 Daniel García Roldan nacieron, según Matos (1998), los primeros informales que narran una historia glorio- tratados de arqueología en México (p. 28). sa de los “antepasados” a pocos metros del museo, donde se encuentra la fuente deco- Sin embargo, y de acuerdo con varios pun- rada con la maqueta de la gran Tenochtitlán tos de la perspectiva de Federico Navarrete, (Rosas, citado en Sunkel 2006, p. 260). lo que ha nacido y se ha consolidado es una arqueología “monolítica”, asociada de ma- Estas tensiones con respecto al significado y nera demasiado estrecha a las instituciones al uso del pasado indígena, que tuvieron y y al poder estatal, y con ello a su perspec- aún tienen lugar en los museos e institucio- tiva instrumental del patrimonio indígena nes de varias ciudades hispanoamericanas a como símbolo de la nación (Navarrete, ci- partir del siglo xx, son las que se pretenden tado en Gnecco et al., 2010, 67). Ello expli- estudiar en este artículo, haciendo enfoque ca, por ejemplo, los grandes esfuerzos que en el caso de Bogotá. En esta ciudad, la rea- convergieron en la recreación del Museo parición del pasado prehispánico de la que Nacional de Antropología en su sede de los aún somos partícipes tuvo lugar a partir de bosques de Chapultepec en 1964, que con 1938, luego de la exposición arqueológica su montaje apuntó (tal como lo interpretó etnográfica que organizó Gregorio Hernán- Néstor García Canclini) a contraponer la dez de Alba con motivo de la celebración del monumentalidad y la miniaturización, y iv centenario de la fundación de la ciudad. los objetos indígenas del pasado con los del No sobra agregar que este acontecimiento presente, con lo cual se creó un mosaico que estuvo envuelto en una ola general de trans- simboliza, con una pretensión de totalidad, formación con respecto a las formas de con- al pueblo mexicano (García, 2001, p. 169). cebir y atesorar el patrimonio arqueológico Asimismo, esa arqueología “monolítica” indígena, tanto en el continente americano como en Europa. El médico y etnólogo Paul impulsó los posteriores trabajos de excava- Rivet, que ejerció una gran influencia en la ción en el centro de la ciudad a partir del arqueología, la etnología y la antropología hallazgo en el subsuelo del Zócalo en 1978, latinoamericanas durante la primera mitad de la enorme escultura de Coyolxauqui, hija del siglo xx, fue el gestor de la creación del de Coatlicue.
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