
LOS DERECHOS HUMANOS EN EL DEPARTAMENTO DE MAGDALENAMAGDALENA VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO VICEPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA Director: Carlos Franco E. Coordinador Área de Políticas y Coordinación Interinstitucional: Tomas Concha Coordinadora Observatorio de Derechos Humanos: Ana Silvia Linder Diseño carátula: Patricia Lora Diagramación: Patricia Lora MAGDALENAMAGDALENA Para entender la evolución del conflicto en el departamento del Magdalena es conveniente intentar dividir su territorio en tres "subregiones geográficas" que a pesar de no ser excluyentes entre sí presentan características topográficas particulares y dinámicas productivas predominantes, las cuales se han constituido en uno de los factores determinantes en la presencia y el accionar de las organizaciones armadas al margen de la ley en el departamento. La primera región se encuentra enmarcada entre la ribera del río Magdalena y Las Colinas y el Valle de Ariguaní[1] y se caracteriza por ser una área en la que predomina el latifundio ganadero, el cual ha sido durante décadas fuente de financiación de los grupos armados a través del cobro de "impuestos", el secuestro y la extorsión a ganaderos. De otro lado, los municipios que conforman la zona bananera[2] del Magdalena localizada en la cara oeste del piedemonte de la Sierra Nevada de Santa Marta y la ecorregión de la Sierra[3] que hace parte de la jurisdicción del departamento, han presentado durante los últimos años el mayor número de acciones armadas del departamento. A pesar de esto, no es posible realizar en este análisis tal diferenciación regional, ya que la mayor desagregación de la información disponible para el departamento llega solo al nivel municipal y, tal como se mencionó anteriormente, la Sierra Nevada y la Zona Bananera poseen varios municipios en común, cuyas zonas altas hacen parte de la primera y las zonas planas de la segunda. Sin embargo, sí es posible observar en el análisis que en la mayoría de los casos son los municipios de estas dos subregiones los que presentan mayores índices de violencia y no los de la parte predominantemente ganadera. Lo cierto es que las autodefensas que operan en el departamento han ido presionando cada vez más el desplazamiento de los grupos guerrilleros y del ELN hacia la parte montañosa de la Sierra, mientras que las autodefensas además de manejar gran parte del negocio del narcotráfico de la Sierra dominan también la mayor parte del resto del departamento. Sin tener en cuenta los altos índices de violencia que alcanzó el departamento del Magdalena en la segunda mitad de la década de los 70 con la aparición de la “bonanza marimbera”[4], éste se había caracterizado hasta mediados de la década de los 90 por ser uno de los departamentos menos violentos de la Costa Atlántica. A pesar de lo anterior, la guerra que se presenta entre guerrilleros y autodefensas en la actualidad ha llevado desde la segunda parte de la década de los 90 a un recrudecimiento del conflicto. [1] La cual comprende los municipios del Cerro de San Antonio, Concordia, Pedraza, Zapayán, Tenerife, Plato, Santa Bárbara de Pinto, San Zenón, San Sebastián, Guamal, Santa Ana, El Banco, Pijiño del Carmen, los municipios de Sabanas de San Ángel, Chivolo, Nueva Granada, Algarrobo, Santa Ana, Ariguaní, Pivijay y El Piñón. [2] Comprende principalmente la parte baja de los municipios de Ciénaga, Aracataca, Fundación y el nuevo municipio Zona Bananera. [3] La parte del departamento del Magdalena correspondiente a la ecorregión de la Sierra Nevada de Santa Marta comprende el área norte de los municipios de Ciénaga, Aracataca, Fundación, Zona Bananera y Algarrobo y el Distrito Especial de Santa Marta. [4] Nombre con que se denominó la proliferación de cultivos y tráfico de marihuana. EvoluciónEvolución deldel conflictoconflicto armadoarmado Grupos guerrilleros La aparición de los primeros frentes de las FARC en el departamento del Magdalena estuvo determinada por los lineamientos trazados en la VII conferencia de comandantes de la organización, llevada a cabo entre 1981 y 1982, en la que se enfatizó la importancia de los factores militares de la organización, razón por la cual se adoptó una estrategia de crecimiento orientada al desdoblamiento de los frentes ya existentes que se financiaría principalmente a partir de recursos provenientes de la coca. De esta forma las FARC hacen presencia en el departamento entre 1982 y 1983 a través del frente 19, creado inicialmente como parte de un corredor que une la ruta del sur del Cesar, pasando por Ocaña hacia la región del Catatumbo y el norte del Cesar hasta terminar en el Magdalena, entre la Ciénaga Grande y la Sierra Nevada de Santa Marta. Posteriormente y de manera gradual, fueron creándose diferentes núcleos en el departamento, estableciéndose principalmente en las cuencas de los ríos Fundación, Piedras, Aracataca, Sevilla y Río Frío, afectando los municipios de Fundación, Ciénaga y Aracataca, a través de lo cual lograron fortalecerse mediante el cobro de impuestos y vacunas a los ganaderos y empresarios de la zona bananera y a los campesinos y agricultores de la parte montañosa de la Sierra Nevada. El ELN hizo su aparición en el departamento en la primera mitad de los años 90 con la creación del frente "Francisco Javier Castaño", también como respuesta a una política de desdoblamiento de frentes, trazada por la organización en la reunión nacional de héroes y mártires de Anorí en 1983. A través de esta política, el ELN pasó de tener 3 frentes a principios de la década de los 80 a 46 en 1996. Además de los municipios de Ciénaga y Fundación, entre los cuales se desplaza el este frente, el ELN ha creado núcleos en los últimos años en los municipios de Pivijay, Remolino, Sitio Nuevo, Cerro de San Antonio, Ciénaga Grande y la zona limítrofe con el departamento del Atlántico, en los que opera a través del frente "Domingo Barrios". A pesar de lo anterior y como se mostrará más adelante, la actividad militar del ELN en el departamento ha sido durante el periodo estudiado (1998 -2003*[1]) inferior a la de las FARC, lo cual puede deberse a factores tales como su dificultad para insertarse en la población y su debilidad ante fuerzas adversarias, que llevaron a la casi desaparición de la organización en el departamento de Córdoba y a una significativa disminución de sus acciones en los departamentos de Sucre y Guajira. Autodefensas Al igual que en el caso de la guerrilla, las autodefensas en el departamento del Magdalena surgieron como estructuras para hacer frente a los grupos delincuenciales que aparecen como consecuencia de la "bonanza marimbera". Uno de los grupos más importantes se localizó en el municipio de Ciénaga, específicamente en el corregimiento cafetero de Palmor el cual se constituyó durante la bonanza en un importante lugar de paso para el comercio de marihuana, lo que llevó a un elevado crecimiento de la región y a que muchas de las personas que se habían enriquecido de este comercio se quedaran en la región y adquirieran fincas. En la segunda parte de la década de los 70, como respuesta a actividades de boleteo desarrolladas por un grupo proveniente de Planadas, Tolima, se había organizado ya una estructura denominada “defensa civil", que más tarde como consecuencia de la fuerte inseguridad y de presiones de las FARC se organizara como una autodefensa. Esta organización fue la causante a mediados de la década de los 80 de innumerables muertes en el departamento, principalmente en Ciénaga, mientras que en este período se fortaleció prestando sus servicios a bananeros y ganaderos de la zona plana. Sin embargo, a mediados de la década de los 90 las FARC lograron sacar a esta organización de Palmor. A partir de 1995 comenzó a operar en el Magdalena, así como en otros departamentos de la Costa Atlántica (Cesar, Bolívar y Sucre) el grupo de autodefensa liderado por Carlos Castaño en Córdoba y Antioquia, con lo cual se desató en la región una oleada de matanzas de campesinos. Actualmente operan en el departamento tres frentes que tienen injerencia en la casi totalidad del departamento, exceptuando las partes más altas de la Sierra Nevada, las cuales se han convertido en el principal frente de combate entre la guerrilla y autodefensas: i) el frente Jhon Jairo López[2] al mando de Rodrigo Tovar Pupo, alias El Papa, Don Jorge o Cuarenta, el cual cuenta con aproximadamente 300 hombres; ii) el frente de resistencia Tayrona (Los Chamizos) que opera también en los departamentos de Cesar y Guajira, al [1] El asterisco (*) indica proyección de los datos a diciembre de 2003 con base en la información disponible a octubre de este año. [2] El cual actúa en los municipios de Plato, Chivolo, San Ángel, Pivijay, Salamina, Cerro de San Antonio, El Piñón, Fundación, Algarrobo, El Banco, Guamal, Zona Bananera, Sierra Nevada y el perímetro urbano de Santa Marta. mando de Hernán Giraldo Serna, alias El Patrón, con un pie de fuerza cercano a los 150 hombres; iii) el frente de contrainsurgencia Wayuu, al igual que en el caso anterior con injerencia en los departamentos de Cesar y Guajira, con aproximadamente 80 hombres, y iv) el grupo Chepe Barrera, al mando del comandante que le dio el nombre a este grupo y que actualmente es el tercer jefe paramilitar del departamento. Cuentan con un pie de fuerza cercano a los 100 hombres y operan en el sur del Magdalena. A pesar de ser aún Hernán Giraldo el comandante en el papel del frente de resistencia Tayrona, este se encuentra desde febrero de 2002 bajo la dirección de Jorge Cuarenta. A finales del año 2001 Salvatore Mancuso y Carlos Castaño comisionaron a Cuarenta y alias Treinta y Nueve, para combatir a las autodefensas de Hernán Giraldo y declararon objetivo militar a su jefe militar, Jairo Pacho Musso, quien se encontraba encargado del manejo del negocio del narcotráfico en la Sierra Nevada.
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