Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes Estimados lectores: Traemos en este segundo tomo de las “Cartas desde París”, (el primero fue publicado al inicio de este año 2013), el material que quedó pendiente de agregar en dicho libro anterior. Por ello se acordó dividirlo en dos o más libros, ya que uno solo sería muy amplio. Hemos efectuado algunos pequeños cambios al inicio de las crónicas, los cuales no afectan su contenido periodístico. Les damos las gracias por la atención a las mismas, que como siempre, han sido escritas con cariño y amor Félix José Hernández Valdés y Europa Actualidad (A.F.I.Sc. eu’93) - 1 - Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes Este segundo tomo va dedicado a mis inolvidables: Adelina, Amelia, Anita, Estela, Gloria, Juana, María Eugenia y Rosita, que llenaron de alegría mi ya lejana infancia. - 2 - Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes PRÓLOGO No tuve la dicha de conocer en persona a la Sra. Ofelia Valdés Ríos, esa distinguida dama y gran madre de la que todos hablan; pero me permitió, allá por el 1975, conocer a su hijo, Félix José Hernández, joven fino, elegante, del que cualquier señorita se enamoraría y desearía que le pretendiera con ese porte de Lord inglés; siempre pulcro, y perfumado en aquella Cuba en decadencia; pero él sólo tenía ojos para Marta Fernández Sardiñas: El amor de su vida. Admiro en él el amor y respeto con el que habla de su madre, a tal punto que ya me creo que yo también estuve en la calle Soledad # 507, entre Zanja y San José, Centro Habana, Cuba, en la misma sala de la casa de Ofelia, compartiendo con ella y toda su hermosa familia. Conocí a Félix mientras era Profesor en la Ciudad de la Habana, en la misma institución que mi hermana Nery Moya. Ellos eran grandes amigos y me deleitaba ante las tertulias entre los dos. Me di cuenta desde la primera vez que lo escuché, que estaba en presencia de algo así como una enciclopedia viviente. Después de muchos años, ya en el exilio, mi hermana estableció contacto, para que mi esposo, mi hijo y yo, en uno de nuestros viajes, lo visitáramos a él junto a su familia, en esa hermosa ciudad que es París. Desde ahí nació una hermosa amistad entre nosotros. Me maravilla el ímpetu que pone al mostrarle la ciudad a cualquier persona, como si fuera la primera vez para él. Claro, bajo una condición: que el mayor interés sea depositado en la cultura y no en las compras. Siempre que se le visite no permite respirar, porque continuamente tendrá algo nuevo para mostrar en ese país tan maravilloso. Es genial ir a los museos o a cualquier punto de interés con él, porque conoce justo el mejor punto de entrada y así ahorramos largas filas. Mi familia y yo hemos viajado bastante y les juro que el - 3 - Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes mejor guía de turismo que hemos tenido se llama Félix José Hernández, ya que es quien mejor muestra y explica todo, sin que se le escape algún detalle. En algunas regiones de EE.UU. no estamos acostumbrados a caminar grandes distancias, porque vamos a casi todas partes en automóvil, unas veces por vagancia y otras por seguridad. El primer día que salimos a pasear con Félix, caminaba muy rápido y yo por tal de no quedar menos, corrí hasta más no poder detrás de él. Cuando regresamos al hotel, tuve que sumergirme en agua caliente dentro de la bañera, tomar un relajante muscular y recibir un suave masaje de mi esposo, para poder dormir. Concilié el sueño mientras rogaba para que lloviera y así no tendríamos que salir con él y podría irme de compras; ¡pero qué equivocada estaba!: Al amanecer, con tremendo frío, nos esperaba en el lobby como todo un gentleman. Tragué en seco, desayunamos y… ¡a la calle otra vez! Nos dio otra dosis elevada de cultura y a partir de ese día, hasta que marchamos a Italia, nosotros éramos los primeros en llegar al punto de encuentro acordado; nos mantenía en pie la curiosidad por lo que nos iba a mostrar. Después de esa primera visita a Francia, hemos realizado muchas más; pero tomo la precaución de entrenar dos meses antes, como si fuera para las Olimpiadas y así me retraso menos. Es importante tener en cuenta que hay que prestar mucha atención a todo lo que él explique; si no entiende: ¡pregunte!; porque cuando se terminan las visitas, invita a sentarse cómodamente en una terraza parisina a beber un café y como todo buen Profesor de Humanidades que es, hará un examen sobre todo lo que explicó. Si yo viviera en una ciudad como París, me sentiría igual de orgullosa que los franceses, porque desde que vas a cruzar la calle o avenida que menos te imaginas, puedes leer placas que identifican que allí vivió Víctor Hugo o cualquier otro renombrado artista. Jardines de Versalles, Museo El Louvre, Museo D’Orsay, Los Inválidos, La Ópera, El barrio de Montmartre, el de Montparnasse, La Catedral Notre Dame, El Arco de Triunfo, Los Campos Elíseos, cenar en La - 4 - Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes Torre Eiffel, pasear por el Sena en un barco, mientras cae la tarde. En fin, junto a Félix, nunca se descansa, a pesar de todo lo que sabe, le gusta que todos sean partícipes de lo que él puede disfrutar a menudo. Se inició en la escritura sin pensar en premios literarios, lo cual hace que sea ingenioso y natural en su prosa a la hora de presentarnos sus viajes o sus recuerdos y las experiencias que ha adquirido. Posee una vasta cultura. Sin dudas tiene que escribir para vaciar su mente. Él no pregunta, va al lugar y conoce por sí mismo; luego opina. Sabe buscar inspiración en los lugares más recónditos; cualquier cosa lo inspira. Cuando nos informamos en sus crónicas sobre determinado país, ciudad, iglesia, monumento, pintura, literatura o visitamos en persona cualquier lugar que él describe, lo que inicialmente nos resultó quizás insignificante, nos damos cuenta inmediatamente que allí hay un gran valor ya sea histórico, religioso, literario, cultural, etc. No se guarda para sí todo lo que aprende, al contrario, lo comparte con todos. Yo lo veo como un gran Buró de Turismo. Siempre que vamos a viajar, me comunico con él y le consulto qué debemos visitar; jamás ha fallado. Cuando viajo he llegado a lugares donde me parece que ya he estado, al observar detenidamente, me doy cuenta entonces que leí una crónica escrita por Félix antes de llegar al lugar. Félix tenía un gran sueño: Ser libre y vivir sin temores; encontró su camino al exiliarse en Francia. Ama la libertad a plenitud. En sus geniales crónicas, combinando magistralmente el lugar que nos describe, evoca perfectamente la belleza de nuestra Cuba antes del 1959, a través del pueblo de Camajuaní, las calles habaneras, el Tennis Club, el Paseo del Prado, etc.; así como una crítica perenne al régimen castrista, para que el mundo no olvide que todavía en América existe un país que anhela vivir democráticamente. En los más de cincuenta y seis países que ha visitado, sabe adaptarse a lo que se le presenta, busca más allá de los lugares privilegiados. Le desagrada todo lo - 5 - Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes banal. En cierta ocasión que visitó, junto a su esposa, la hermosa isla caribeña de Puerto Rico, donde resido; los llevé, temprano en la mañana, hasta la hermosa zona colonial, patrimonio de la humanidad: El Viejo San Juan y los dejé allí para que libremente ellos experimentaran y disfrutaran del día. Les mostré en el mapa que todas las áreas eran seguras, menos un barrio, que está fuera de las Murallas y les advertí que no debían entrar, debido a la fuerza que tiene ahí la delincuencia y ¿qué creen? ; fue el primer lugar hasta donde arrastró a Marta. Cuando regresé por la tarde a recogerlos, me narró feliz, cómo entró, entrevistó a personas y se sentó en la sala de la casa de una Sra., la cual los invitó amablemente con toda la sencillez del mundo, a compartir un delicioso café boricua. Yo quedé anonadada. Cuando recibo alguna de sus crónicas la abro expectante como una novia, esperando carta de su amado, cuando te metes en ellas, puedes leer su elegancia, es su voz, es como si él estuviera hablando en persona y cuando termino la releo hasta quedar repleta de la historia, cultura, etc., de ese lugar. No es necesario ver fotos hechas con cámaras; la magia de sus palabras te hace sentir junto a él y Marta, sin estar ahí. Te envuelve de tal manera en sus intensas narraciones que no puedes parar de leer y cuando terminas, te provoca ansiedad porque Félix viaje y escriba su habitual carta a Ofelia. Cuando quiera Ud. viajar lejos, sin moverse del lugar donde se encuentre, le invito a que lea sus crónicas. Cuando el famoso escritor español Camilo José Cela (1916-2002), dijo estas famosas palabras: “La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir”. Sin saberlo se estaba refiriendo a este excelente Periodista que tenemos en Félix José. - 6 - Cartas desde París -- Segundo tomo -- (Serie: CARTAS A OFELIA) ©Félix José Hernández Valdes Maribel Pérez Moya, nació el 29 de enero de 1957, en la provincia de Las Villas, Cuba.
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