EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES De Gran Depósito Distribuidor a Monumento Histórico Nacional GUARDAS_Layout 1 28/02/12 10:14 Page 1 GUARDAS_Layout 1 28/02/12 10:14 Page 2 EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES De Gran Depósito Distribuidor a Monumento Histórico Nacional REALIZACIÓN DE LA PUBLICACIÓN Edición AGUA Y SANEAMIENTOS ARGENTINOS AySA Dirección de Relaciones Institucionales Programa Fuente Abierta Autor Jorge D. Tartarini Colaboración Celina B. Noya Seguimiento Editorial Laura Ratto Diseño Gráfico Fontana + Franco Consultoría Et Diseño Retoque Digital Aldo O. Martínez Impresión Talleres Gráficos del Norte S.R.L. Primera edición – Primera reimpresión – 1.000 ejemplares Agradecimientos Nuestro especial agradecimiento a: Kirsten Boye Saetre, Marianne G. Boye y Petter Boye, por las imágenes y referencias del arquitecto noruego Olaf Petrus Boye. Arquitecta Lucía Juárez, por sus relevamientos documentales en asociaciones profesionales y archivos de fábricas de terracota en Gran Bretaña. Doctor Oscar A. De Masi Arquitecto Carlos A. Moreno Tartarini, Jorge Daniel El palacio de las aguas corrientes: de gran depósito a monumento histórico nacional / Jorge Daniel Tartarini; contribuciones de Celina B. Noya. - 1a ed. 1a reimp. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: AYSA Editoriales, 2017. 200 p.; 28 x 22 cm. ISBN 978-987-23826-7-4 1. Historia de la Arquitectura. I. Noya, Celina B., colab. II. Título. CDD 720.9 Queda hecho el depósito que prevé la ley 11.723. Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida la reproducción parcial o total de esta publicación por cualquier medio (electrónico, químico, mecánico, óptico o fotocopia), sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo sanciones establecidas por las leyes. EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES De Gran Depósito Distribuidor a Monumento Histórico Nacional ÍNDICE INTRODUCCIÓN 10 CAPÍTULO 1: ANTES DE LAS AGUAS CORRIENTES Del Buenos Aires colonial a la Gran Aldea 14 De la Revolución de Mayo a las aguas para locomotoras 26 CAPÍTULO 2: LAS PRIMERAS AGUAS CORRIENTES 1860: Una década de contrastes 36 John Coghlan y Murphy ( - ) 40 Hierro es Progreso 48 CAPÍTULO 3: EL PROYECTO DE BATEMAN PARA EL RADIO ANTIGUO La fiebre amarilla 52 Llega John F. Bateman 56 John Frederick La Trobe Bateman ( - ) 60 CAPÍTULO 4: EL GRAN DEPÓSITO DISTRIBUIDOR Un depósito de apariencia vistosa, en un barrio a la moda 72 Los primeros diseños 76 Carl August Bernhard Nyströmer ( - ) 86 Hacia el proyecto definitivo 90 La estructura de hierro 94 Terracota, sí. La versión final 100 La arquitectura porteña en los años ´ 104 Un Palacio de Terracota e Hierro 106 Olaf Petrus Boye ( - ) 108 La «terracotta» 116 Royal Doulton & Burmantofts 126 Los Escudos 128 El universo metálico 140 Pormenores de la construcción 158 Gran Depósito «Ingeniero Guillermo Villanueva» 168 Hermoso y útil, pero… 184 El Palacio de las Aguas Corrientes 188 BIBILIOGRAFÍA 194 ÍNDICE DE IMÁGENES 196 INTRODUCCIÓN A menudo, en la historia de las naciones existen obras singulares, poco comunes. Emprendimientos impares que aglutinaron el trabajo de generaciones y que, vistos desde el presente, resultan casi inexplicables a los ojos del observador. General- mente se trata de creaciones que, con el tiempo, han acrecentado su valoración y hoy forman parte del más rico patrimonio cultural de cada país. Entre nosotros, podríamos mencionar la fundación de la ciudad de del tiempo. Cinco años bastaron para que su construcción comenzara a llamar la atención de la opinión mundial y se convirtiera en un símbolo palpable de la mo- dernidad urbanística, del espíritu «positivo» del siglo y de la enorme audacia, op- timismo y fe en el porvenir de la Nación. en el campo del arte y la técnica, otra obra descollante: el Palacio de las Aguas Co- rrientes en Buenos Aires, motivo de la presente publicación. Esta pieza excluyente de la envergadura que alcanzaron las obras de salubridad en la Capital de la Na- ciudad con un Gran Depósito Distribuidor. actual avenida Callao, y más allá comenzaba a dispersarse en residencias aisladas de generosos espacios verdes, seguidas por quintas y chacras. El Gran Depósito llegaba a una ciudad que dejaba atrás la Gran Aldea la importancia de las Aguas Corrientes frente a los ojos de la población. 10 | Y para ello se acudió a un singular palacio de aire francés, revestido por cientos de miles de piezas de terracota traídas desde Europa, perfectamente embaladas e iden- modelo para armar a gran escala ocultaba una sorpresa mayúscula: una megaes- La historia que aquí presentamos habla del proyecto y ejecución de esta excepcional obra. De su «catedral» de hierro fundido interior y de su ecléctica hoy guarda para propios y extraños un monumento que a través de los años cam- exterior. Con el tiempo, su utilidad se fue resintiendo debido al espectacular cre- cimiento de la ciudad y al avance tecnológico, hasta llegar a su completa desafec- En la actualidad sus entrañas atesoran un patrimonio tan valioso como el agua original: la memoria de las obras de salubridad, presente en los tes- timonios, documentos y actividades que desarrollan un Museo del Agua y de la Historia Sanitaria, una Biblioteca especializada en Historia Sanitaria y Ciencias del Medio Ambiente, y un Archivo Histórico de Planos de características únicas en nuestro país. Tales los tres pilares constitutivos de «Fuente Abierta», el Pro- grama de Integración Cultural creado por Agua y Saneamientos Argentinos, sanitario nacional. Una tarea que hoy forma parte sustantiva de su identidad y que le permite –día a día– cimentar su presente y proyectar su porvenir. | 11 Capitulo 1_Layout 1 28/02/12 10:17 Page 12 CAPÍTULO 1 Capitulo 1_Layout 1 28/02/12 10:17 Page 13 Capitulo 1_Layout 1 28/02/12 10:17 Page 14 CAPÍTULO 1 ANTES DE LAS AGUAS CORRIENTES Del Buenos Aires colonial a la Gran Aldea Un lugar sin «corrupción de ayres, ni de aguas» Habían pasado poco menos de trescientos años desde su fundación, cuando Buenos Aires en 1869 se convertía en una de las primeras ciudades de América con un sis- tema de aguas corrientes. Para alcanzar este vital adelanto, la ciudad debió recorrer un dificultoso camino, en el que se fueron sucediendo infinidad de iniciativas ten- dientes a mejorar la calidad del agua utilizada por su población. Ideas, proyectos y propuestas que no encontraron vías de realización pero que, en su devenir, fue- ron abonando el terreno sobre el que se hicieron realidad en el último tercio del siglo xix las anheladas aguas corrientes. Un logro que tuvo como detonante la pre- sencia dramática de las epidemias y que encontró respaldo en los decisivos avances de la ciencia médica, la tecnología y el higienismo a nivel mundial. En oportunidades anteriores nos hemos referido a esta etapa fun- dacional de nuestro saneamiento, en especial durante el año del Bicentenario patrio, a través de diversas publicaciones y exposiciones1. En esta ocasión, aunque 1 Se trata de los trabajos: Histo- rias del Agua en Buenos Aires. es el Palacio de las Aguas Corrientes el que merecerá toda nuestra atención, acu- De aljibes, aguateros y aguas corrientes (2010, 160 pags.) y diremos a ellas en distintos pasajes del presente trabajo. Lo hacemos en el conven- Documentos para la Historia del Saneamiento Argentino (2010, cimiento que, de su lectura, se desprenden claves que permiten comprender mejor 308 pags.), editadas por Agua y Saneamientos Argentinos la historia de nuestras primeras aguas corrientes y, por sobre todo, del proyecto y (AySA), que también tuvo a su cargo las exposiciones sobre construcción de esta excepcional obra. Buenos Aires y el Agua. 1810 – 2010, desarrolladas en el Palacio Decíamos entonces que la presencia del inmenso estuario del Río de las Aguas Corrientes y la Planta Potabilizadora General de la Plata tuvo un papel protagónico en la fundación y emplazamiento de la «Ciu- San Martín, Buenos Aires, en el marco del Programa de Integra- dad de la Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Ayres». Su proximidad, ción Cultural «Fuente Abierta». atendía a lo indicado por las Ordenanzas de Población, dictadas por la Corona Española en 1573 para las fundaciones en el Nuevo Mundo, en lo referido a la exis- tencia de una fuente abundante de agua dulce que atendiera las necesidades de sus habitantes. Estas disposiciones, también conocidas como Leyes de Indias, se refe- rían además a los beneficios de contar con tierras fértiles libres de pantanos para el cultivo y la cría de animales, en las que no existiera «corrupción de ayres, ni de aguas»2. Principios que parecen haber guiado a Juan de Garay, cuando en 1580 2 chueca goitia, fernando. Breve historia del urbanismo. definió la traza de la futura ciudad, localizando el Puerto y el Fuerte en un terreno Madrid. Alianza. 1970. 2ª ed. barrancoso y anegadizo sobre la ribera, junto a la Plaza principal. 14 | EL PALACIO DE LAS AGUAS CORRIENTES Capitulo 1_Layout 1 28/02/12 10:17 Page 15 En p. 12 y 13: La calle de la Alameda, óleo del pintor 1. La destrucción del fuerte de Corpus Christi por los dinamarqués Rudolf Carlsen, 1845. El primer paseo por- timbúes, según el grabado de Ulrico Schmidel, en su teño, en la zona de las actuales avenidas Leandro N. obra «Viaje al Río de la Plata», editada por primera Alem y Corrientes. Paseantes y jinetes, junto a carretones, vez en 1567. La presencia constante e inevitable del lavanderas y pescadores. Al fondo, la silueta del Fuerte. estuario signó cada una de las experiencias de quienes transitaron o habitaron Buenos Aires desde tiempos remotos. 1 CAPÍTULO 1: ANTES DE LAS AGUAS CORRIENTES | 15 Capitulo 1_Layout 1 28/02/12 10:17 Page 16 2. Aguatero cargando su tonel en el Río de la Plata. Pintura de Carlos E. Pellegrini, 1831.
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