Las Mocedades De Enrique Quinto

Las Mocedades De Enrique Quinto

I. LAS MOCEDADES BE ENRIQU.E QUINTO. COMEDIA EN TRES ACTOS. PERSONAS eTcIZÍ ler^erA° de In8Iaterra. Williant, ayuda de cámara de Enrique. &I favoriu de la Pnn- cesa. CoPp} Capitán corsario?*^ ^ & Bey, sobrina de Copp, Ly terc«o en el°piries • C3PítaI de In8laterra' E1 Act0 Prímerc 1 Palacio del Príncipe, y en la casa de Vinos de Copp ei segundo. acto primero. El Teatro figura una sala de Palacio¿ ESCENA PRIMERa. á los esposos que aman á sus mugeres, y en fin, jg'**'0*» / a Ceñir. esos chistes y esas gracias propias de vuestro carácter, dan muy suficiente causa ^T7uSlPli"ta* para que todos os miren como un hombre de extremada OÍ ? » malicia , y muy peligroso. i * ^osa extraña! Cond. Peligroso? amable Clara, que'h0 y° a SU marid° eso es darme vanidad. C/<¿ No qU1Cra? Ciar. Entendámonos; yo hablaba ,'Wo se trata en quanto á la sociedad. direTtamV°S 56 10 *mpidais Cond. Y bien, porque se acompaña ctameme , mas va nuestro Príncipe conmigo, porque me permite yaya ?iú° stra favorita maña con su Alteza a todas partes, P°ner siempre en ridículo donde diversiones halla, l 2 . Las Mocedades me juzgáis cómplice suyo y que el Príncipe es... en sus extravíos? Vaya, Cond. Amable, seria cosa graciosa generoso , siempre anda que yo á su lado tratara con jóvenes calaberas, de ser un grave Catón* y en esto lleva ventaja y censurar quanto haga. á la Corte de su esposas No Señora, eso queda pues ya veis que si se trata para aquellos, que no se hallan de pluralidad de votos, en edad de disfrutar mas locos que sabios se hallan. los placeres ; y en venganza Pero en fin, dexemos esto, se ocupan en criticarlos. y hablemos, preciosa Clara, Mas si la Princesa trata de nuestros proyectos. de culpar nuestra conducía, Ciar. Cómo... Riéndole* no es estraño que lo haga: pues que aun tienes esperanzas es regular que una esposa amorosas ? que no está muy obsequiada, Cond. Por qué no? se queje de su marido: el lustre de nuestras casas Pero vos, amable Clara, es igual, lo son los bienes, que disfrutáis su favor, ambos tenemos las gracias como yo logro la gracia de nuestros amos, y en fin, del Príncipe, me parece nuestra boda está ajustada tenéis experiencia larga como por razón de estado, de las cosas de la Corte si exceptuáis la viva llama para hacerme tan amarga de amor que en mi pecho enciende*1 censura: nuestros papeles vuestras prendas soberanas. son iguales: no se trata Ciar. Y qué pruebas me habéis dado sino solo de agradar. de esa pasión extremada Estaréis vos (verbi gracia) para que la crea yo? de buen humor; y con todo, Cond. Como qué pruebas, madam3? si veis triste á vuestra ama, pues que es una friolera, lloráis qual la Magdalena: que en medio de la ilustrada yo por mi parte , si se halla sociedad de este Palacio, el Príncipe muy alegre, sin reparar en la fama me rio , sin tener gana, que tiene vuestra virtud, y parecemos dos locos. sabéis que yo siempre hablaba i Esto es en buenas palabras de vos con muchos elogios? saber fingir, mas no importa: Ciar. Me elogiasteis? Todos, si tenemos maña Cond. A mas pasa para no perder el puesto mi fineza: Conocisteis que tenemos en la gracia la Duquesa , esa dama de nuestros amos, dirán sentimental y patética? que de esta ficción se saca Ciar. Qué la ha sucedido? mucho provecho, y que hacemos Cond. Se halla perfectamente en usarla. inconsolable: he reñido Ciar. Mas con esta diferencia, con ella. que la Princesa mi ama Ciar. O i patarata; es sensible, virtuosa, no lo creo. de los sabios apreciada. Cond. Os lo aseguro de Enrique Quinto. 3 por mi honor, ya está acabada Cond. Es cierto. la intriga de esos amores. Ciar. Juzgo , que de buena gana Ciar. Me haréis creer que no es chanza; la vierais á vuestro lado. pero cómo os sujetáis Cond. Y si es linda la muchacha á llevar la enorme carga me alegrará mucho mas; del yugo del matrimonio? pero de nuestra alianza Qué aventura es la que causa hablemos. una determinación Ciar. Querido Conde, tan violenta y tan extraña sois un loco; pero vaya, en vos? capitulemos los dos: Cond. La necesidad; si usando de la ventaja mi hermano ha muerto , y la casa que la amistad y el ingenio no tiene mas heredero os han dado sobre el alma que yo: ya veis, pues, madama, del Príncipe , conseguís que soy el último Conde dexe sus calaberadas de Rochester, y se traía y sus paseos nocturnos, de que no muera conmigo disfraces y extravagancias; mi familia. si conseguís restituirle Ciar. Es acertada á una esposa que le ama* esa determinación, en ese caso os prometo... p«ro yo hasta aquí pensaba Cond. Yo reformador, madama! que teniais una sobrina. qué dirán los cortesanos! Cond. Puede, pero no sé nada, queréis que exponga mi fama, con todo , algunos parientes por hacer que... debo tener; pues mi hermana, Ciar. Yo os conozco, a quien nunca conocí, Señor Conde, y sé que nada cometió la extravagancia os es imposible: el amo de casar con un sugeto como á un tierno amigo os trata: que no la igualaba en nada: vos sois un hombre instruido: A Indias marchó con su esposo, además teneis la gracia y luego tuvimos carta ó el don de decir verdades, de que los dos habian muerto. y verdades muy amargas; . Mi hermano , como se hallaba de modo, que aunque se sientan, el gefe de la familia, se rien como una chanza. y gobernaba la casa, Cond. Oh! no olvidéis otra gracia no quiso reconocer que tengo. el fruto de esta alianza, Ciar. Qual es > que él llamaba extravagante, Cond. La maña porque mi señora hermana de hacer que se me destierre no casó con otro Conde. algunas quantas semanas Yo hice diligencias varias, cada año. después de muerto mi hermano» Ciar. Y si la muger para saber dónde para que vos pretendéis se allana aquesa pobre sobrina, á sufrir estos desaires...? pero todaS fueron vanas, Cond. Vaya, combatís mi alma de modo , que no es posible por lo qual juzgo que ha muerto. que resista; ya es de Clara Ciar. Si vive, y pobre se halla, será compasión. este corazón. * Las Mocedades Ciar. Ah Conde, que le causase disgusto, s¡ el corazón igualara lo que ahora placer le causa. vuestra cabeza..! En fin vamos, Buscaremos este medio; ha de quedar aceptada la acción es de la mas alta mi proposición, ó no? moral , y me costará Cond. Pues que lo queréis me basta, perder por ella la gracia qualquier que sea el peligro del Principe, mis pensiones, que en este negocio haya, y pasar por... Cosa rara me sacrifico gustoso. es el mundo. Yo en mi vida Voy á complacer á Clara,. hice mas que extravagancias un Principe á corregir, y locuras , y con todo y que aborrezca sus raras tengo sentada mi baza aventuras y disfraces; de hombre de bien; y una yez, mas ya veis que mi esperanza uua no mas, que se trata será.... de ser hombre de razón, Ciar. Conseguir mi mano. me expongo á pasar la plaza A Dios Conde , voy prendada de ridículo: no importa, de vuestra condescendencia, sea lo que quiera, mi alma y comienzo a creer que me ama no abandonará la empresa; vuestro corazón , pues veo y las locuras que me haga sacrificar en mis aras... cometer mi juicio , luego Cond. Nada menos que el furor entre los brazos de Clara, de su Alteza, y luego vaya le toca al amor por fuerza, á decir que yo no sé pues que son por él, premiarlas. quererla bien... fase Clara* ESCENA IIL ESCENA II. Bicho y Eduardo* El Conde. Cond. Intrincada tond. Ola, mi recomendado es la empresa. Convencer aquí se acerca; qué cara á un joven que 'libre , vaga tan macilenta , Eduardo, por los campos del placer, qué tienes? y traerle á las estancias Eduard. No tengo nada Suspirando. sombúas de la razón: Señor Conde. volver á una esposa el alma Cond. O , suspirito! y el corazón de su esposo, para un page es demasiada por cierto que es delicada melancolía : será la comisión y aun penosa; por casualidad, que te hallas fuera de eso , Enrique ama enamorado ? demasiado sus placeres Eduard. Así es; y aventuras, para que haya decidme , no es la desgracia esperanza de... con todo, ma_y°r que puede contarse? á la verdad, en sus varias S.ñor , yo qUe me preciaba aventuras solo halla de insensible; yo que era diversiones... si encontrara vuestro modelo , y que gracias algún peligro... En efecto, ? c'ertas aventurillas, si esto fuese, se lograría iba ya cobrando fama del de Enrique Quinto¿ mayor atolondrado Cond. Vaya, vaya, conozco que amas de veras, ccZ°u enamorarmee" h Corte ? > ahora saIg5 * Cowá- Hombre ! pues que das pruebas tan claras de ridículo. Acabemos: fs Pos‘ble te propasas vive en Palacio cu dama? basca ese punto?punto ? Eduard. No señor. ¿ditard. Ay, Señor! Cond. Pues donde vive? *l es que de mi no se apiada Eduard. Su deliciosa morada yuestro corazón , yo voy es una casa de vinos. a quedar sin honra y fama; Cond. Ah, Ah, qué locura! a combatir con un hombre Eduard. Calla, e m mÍVUÍC¡° W* haya; y qué extraño es que allí viva? ' fiel, el ñus amante, su tío puso la casa de vinos que hay en el barrio <W- E1 mas enfadoso : vaya de Sontivarlz , de gran fama 'Ste "»1 « epidemia, ? «gun aquí se propaga.

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