cervantistas 1 4/8/01 19:33 Página 415 GOYA, AUTOR DE DOS IMÁGENES DE DON QUIJOTE Isabel Escandell Proust En la exposición de 1905 de la Biblioteca Nacional1, para conmemorar el tercer centenario de la publicación del Quijote, se reunió un importante número de obras de arte con imágenes relativas a la novela, entre ellas dos estampas de Goya, identificadas como La Aventura del rebuzno y La Visión de don Quijote2. En el catálogo de la exposición se indicaba de la primera que, partiendo de un dibujo de este pintor, se había realizado un grabado para la edición de la Academia de 1780 que al final no se incluyó. Aún son dos imágenes poco conocidas, de importancia menor entre otras obras de Goya, y envueltas de cierto misterio. Este estudio aborda las dos imágenes en su contexto histórico- artístico, e intenta deshacer la visión romántica en torno al pintor y a sus obras. A MODO DE INTRODUCCIÓN Afinales del siglo XVIII e inicios del XIX los españoles conocían a Goya como pintor religioso, retratista, diseñador de cartones para tapices, como autor de sus aguafuertes Caprichos (1799) y Tauromaquia (1816) o de las estampas sobre cuadros de Velázquez, que se anunciaron en la prensa madrileña. Es probable que solo sus amigos íntimos conocieran su obra pictórica más ima- ginativa, sus dibujos satíricos sobre temas religiosos o políticos o las series de grabados Desastres de la Guerra y Disparates, ediciones póstumas de 1863 y 1864.3 Ahora, sus dibujos y estampas se custodian en importantes museos, y a pesar de la extensa bibliografía sobre Francisco de Goya todavía quedan temas por estudiar. Esta investigación se centra en las dos imágenes, una estampa y un dibujo, relacionadas con Goya4 y que ilustran escenas del Quijote. Goya fue el inventor y autor de un dibujo que con posterioridad fue grabado por José Joaquín Fabregat, tal y como se especifica claramente en la parte inferior de la estampa. Del dibujo original de Goya nada sabemos, pero sí del destino de esta estampa como ilustración para la edición del Quijote a expensas de la Real Academia5 en 1780, y de la que puedo ofrecer una datación inédita. La segunda imagen que Goya nos propone sobre el Quijote es un dibujo, actualmente en el British Museum, del que Felix Bracquemond realizó un aguafuerte que fue publicado por Vicente Carderera en la Gazette des Beaux-Arts de 18606, poco antes de las ediciones póstumas arriba mencio- nadas, pero en unas fechas en las que franceses e ingleses conocían y apre- cervantistas 1 4/8/01 19:33 Página 416 416 Isabel Escandell Proust [2] ciaban los Caprichos y las litografías de las corridas de toros7, y que las pinturas de Goya se encontraban en París o Londres formando parte de desta- cadas pinacotecas. Este artículo de Carderera reúne asimismo la primera infor- mación relevante sobre los dibujos de Goya, que entonces se hallaban en cuatro colecciones principales y eran de difícil acceso. El dibujo de Goya sobre el Quijote a simple vista tiene la factura propia de su autor, y ciertas similitudes con la serie de estampas los Caprichos que es necesario matizar. Estas dos imágenes de Goya sobre el Quijote están al margen de su obra artística conocida y mayoritaria, son producto la primera de un encargo y la segunda de sus intereses e inquietudes personales; por ello se analizan estas cir- cunstancias tan diferenciadas a fin de contrastarlas y situarlas conveniente- mente en relación con el marco cronológico y artístico de su autor. LOS INICIOS DE GOYA Goya se instaló en Madrid a comienzos de enero de 1775, procedente de Zaragoza8. Por esas fechas, la Real Casa estaba decorando de nuevo los apo- sentos reales con tapices, y Francisco Bayeu, pintor y cuñado de Goya, que participaba en la ejecución de los ciclos de cartones para los tapices debió intervenir para que Goya recibiera algunos encargos, ya que se conserva la primera y temprana cuenta que nuestro pintor presentó a la Real Casa por cinco cartones; está datada en mayo de 1775 y es la primera referencia a su trabajo en Madrid, bajo la protección y supervisión de Bayeu, que propor- cionó el esquema general para los cartones y condicionó a nuestro pintor a tenor del resultado final9. Con anterioridad el joven Goya había estado en Madrid y se había pre- sentado sin éxito a los concursos de pensiones de la Academia de San Fernando de 1763 y 176610. Desde 1766 hasta 1771 no hay noticias de él, pero en ese último año estuvo en Roma, tal vez gracias a la intervención del pintor neoclasicista Mengs11, de gran renombre y actividad en Madrid por esos años. En 1772 Goya estaba de nuevo en Zaragoza y recibía un encargo para pintar un fresco en El Pilar y otro en la Cartuja de Aula Dei (1772-1774) que denotan influencias italianas12. En julio de 1773 se había casado con Josefa Bayeu, hermana de Francisco Bayeu, y en enero de 1775 se trasladaba a vivir a Madrid. Entre los años 1775 y 1780 realizó cartones para la Real Fábrica de Santa Bárbara, su principal actividad remunerada13 y el origen de cierto prestigio entre los pintores14. También, por iniciativa personal, decidió realizar nueve grabados de algunos cuadros de Velázquez que se encontraban en el Palacio Real; se anunciaron las estampas dibujadas y grabadas al aguafuerte por Goya en la Gaceta de Madrid el 28 de julio de 177815. Es un ejemplo más de cómo su trabajo se ajustó en la década de los setenta al gusto de sus clientes, respe- tando la técnica de dibujo y los efectos del claroscuro propios de Velázquez. Esta empresa de reproducir pinturas de la Colección Real era del gusto de los cortesanos, y Goya buscó la aprobación de la Academia de San Fernando al presentar allí ocho láminas16. Por esas mismas fechas grabó el aguafuerte El ciego de la guitarra, en el que retoma el cartón original con este tema que cervantistas 1 4/8/01 19:33 Página 417 [3] Goya, autor de dos imágenes de Don Quijote 417 había entregado a la Real Fábrica de Santa Bárbara el 27 de abril de ese mismo año17. Aunque fueron sus primeras experiencias conocidas con grabados demostró conocer perfectamente su técnica. Este es el contexto cronológico de la estampa la Aventura del rebuzno que Goya inventó y dibujó y José Joaquín Fabregat grabó, entregado a la RAE el 11 de abril de 177818. Esta fecha, inédita, se especifica en los libros de actas de la RAE. He realizado un seguimiento y vaciado de las noticias que, en las actas, se dan sobre la edición del Quijote que auspiciaba la Academia, desde la fecha en que se acordó su edición, 11 de marzo de 177319, hasta las últimas cuentas con el impresor Ibarra el 9 de enero de 178120. Desentrañar la historia de esta edición, con sus retrasos e incumplimientos y la intervención final de la Real Academia de San Fernando, es un relato necesario para situar y valorar esta estampa dibujada por Goya que no se incluyó en la edición final del Quijote. Con ello pretendo deshacer la imagen romántica de Goya enfrentado a las Academias y proponer otras razones para la exclusión de esta estampa. LOS PREPARATIVOS DE LA EDICIÓN DEL QUIJOTE DE LA ACADEMIA (1780) A pesar de la indudable importancia de los preliminares y vicisitudes rela- tivos a la primera edición del Quijote de la RAE, no se ha publicado hasta la fecha una relación exhaustiva21 de los datos presentes en los libros de actas de la Academia. En consecuencia, buena parte de la información que sigue es inédita. La primera noticia constatada, del 11 de marzo de 177322, es la del acuerdo para realizar una edición del Quijote, pues los académicos consideraban que siendo muchas las que se han publicado del Quijote no hay ninguna buena ni tolerable23. Además de especificar el formato de la edición y la calidad del papel se menciona la necesidad de láminas inventadas para la propiedad de los ropages y abiertas por los mejores profesores de la Academia de San Fernando. En el prólogo a la edición de 1780 se insiste sobre estas dos cues- tiones, la necesidad de una nueva edición que tuviera en cuenta criterios de corrección filológica, y en la fidelidad de las láminas, que debían reproducir con exactitud la indumentaria y otros elementos históricos propios de la época de don Quijote. En los meses siguientes de ese mismo año se realizaron otras disposi- ciones sobre los tipos de letras elegidos a partir de las muestras del impresor Ibarra24, y se nombró a tres académicos25 para resolver todas las cuestiones relativas a la edición; se trataba de Manuel de Lardizábal y Uribe, Vicente de los Ríos y Juan Trigueros. Poco después26 se seleccionaban 33 de 66 episodios para que se realizaran las estampas, al ser esos los más adecuados y que expre- saban con más viveza y propiedad el carácter de don Quijote y de Sancho Panza. Se nombraban grabadores a Manuel Salvador Carmona, Jerónimo Gil, Francisco Montaner y Joaquín Ballester, al tiempo que se definía el trabajo de cada uno. Para los dibujos propusieron a Fernando Selma por ser el mejor y por estar desocupado27, y le dieron los asuntos por escrito con toda indivi- dualidad estudiados en la misma obra, para que así salgan los dibujos con la mayor perfección que sea posible28. A este buen propósito se unió otra inicia- cervantistas 1 4/8/01 19:33 Página 418 418 Isabel Escandell Proust [4] tiva: se realizaron unos bustos en barro29 de los principales personajes del Quijote que debían servir como modelo para las láminas.
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