NACIONES UNIDAS E Distr. Consejo Económico GENERAL y Social E/CN.4/2004/18/Add.1 8 de enero 2004 ESPAÑOL Original: FRANCÉS/INGLÉS COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS 60º período de sesiones Tema 6 del programa provisional EL RACISMO, LA DISCRIMINACIÓN RACIAL, LA XENOFOBIA Y TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN Informe del Sr. Doudou Diène, Relator Especial sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia Adición* MISIÓN A GUYANA Y TRINIDAD Y TOBAGO Resumen El Relator Especial realizó una misión regional a Guyana y Trinidad y Tabago del 14 al 25 de julio de 2003. La misión tenía principalmente por objeto examinar, en el contexto de una sensibilización de las Naciones Unidas sobre la urgencia de la situación en Guyana, el estado de las relaciones interraciales, ilustrado en especial por la gravedad de las tensiones entre las comunidades indo y afroguyanesas que provocaron violencias políticas durante las elecciones parlamentarias y presidenciales entre marzo de 2001 y julio de 2002. En este sentido y con una perspectiva de comparación que tiene en cuenta tanto la semejanza del pasado histórico -esclavista y colonial- como la composición sociodemográfica de Guyana y Trinidad y Tabago, el Relator Especial consideró conveniente trasladarse también a Trinidad y Tabago. El Relator Especial considera que su misión se inscribe también en el marco de la doble estrategia que ha concebido para aumentar la efectividad de su mandato. Inspirándose en el espíritu y la letra de la * El resumen del presente informe se distribuye en todos los idiomas oficiales. El informe figura en el anexo del resumen y se reproduce en el idioma en que se presentó y en inglés. Los apéndices se distribuyen en inglés únicamente. GE.04-10127 (S) 280104 220304 E/CN.4/2004/18/Add.1 página 2 Declaración y del Programa de Acción de Durban, y con la intención de aportar respuestas duraderas y en profundidad al racismo, la estrategia está dirigida no sólo a ampliar y reafirmar las respuestas jurídicas y políticas al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia que le son conexas, sino también a promover una mejor comprensión de las causas profundas, fundamentos, procesos y mecanismos, ideológicos, culturales y mentales mediante los cuales se perpetúan y renuevan la cultura y la mentalidad racistas y discriminatorias. El Relator Especial elabora en consecuencia un enfoque gracias al cual, en las sociedades multiétnicas de hecho, la lucha contra la discriminación racial debe ir unida a la construcción a largo plazo de una sociedad pluralista auténtica, a la vez respetuosa de las especificidades de las diferentes comunidades y deseosa de promover sus interacciones y su unidad. En Guyana, el Relator Especial ha comprobado la realidad profunda de la polarización étnica entre guyaneses de origen africano, indio y amerindio. Esta polarización, que encuentra su expresión más radical en la estructuración con predominancia étnica de los partidos políticos, se reproduce en la estructura del aparato del Estado, especialmente en el sector público, el ejército y la policía, y tiene un efecto profundo y duradero en los planos económico, social y cultural. Los distintos bloqueos, humanos, psicológicos, relacionales y culturales, generados por esta polarización no sólo han contaminado todas las capas y modalidades de la "convivencia" sino también han ahondado y reafirmado un estado de subdesarrollo económico y social perjudicial al conjunto de la población de un país que, no obstante, posee considerables recursos naturales, humanos e intelectuales. El Relator Especial comprobó, pese a todo, que esta polarización ha producido en todas las comunidades, y a todos los niveles, no sólo un sentimiento de odio entre las comunidades sino también una cultura de temor y desconfianza presente en todos los actos de la vida social. Ha comprobado asimismo a lo largo de sus encuentros y conversaciones, y a todos los niveles de la sociedad, la existencia de un sentimiento de pertenencia (a sense of belonging). La sociedad guyanesa es por tanto portadora, a nivel fundamental, de los sentimientos profundos de su pueblo, de los valores humanos necesarios para superar la polarización étnica y construir colectivamente un pluralismo auténtico a través del cual un equilibrio dinámico y creador podría permitir el reconocimiento, el respeto, la protección y la promoción de las especificidades culturales y espirituales y al mismo tiempo la promoción de los valores universales que son consecuencias de las fecundaciones cruzadas entre comunidades. Pero la condición necesaria para esta evolución reside, en último análisis, en la voluntad política de todos los dirigentes del país. La historia de Guyana es, de manera profundamente preocupante, el relato de la instrumentalización política del factor étnico por todos sus dirigentes políticos, cualesquiera que sean las tendencias ideológicas. La identidad del gueto se sustituye, como último instrumento de poder, a la ideología progresista y unitaria inicial de los padres fundadores de la nación guyanesa, Cheddi Jagan y Forbes Burnham, cuya ruptura y prácticas políticas consecutivas se encuentran en el origen de la dinámica infernal de polarización étnica. Pese a su contribución histórica innegable a la liberación y construcción de la nación guyanesa, y en la realidad del conjunto caribeño, el fracaso de esos padres fundadores es no haber sido capaces de sentar, a largo plazo, los fundamentos de una nación unida, igualitaria y democrática. Esta instrumentalización de la etnicidad, alimentada y a veces favorecida por los pensadores ideológicos de la guerra fría y las estrategias imperiales y regionales, se ha convertido literalmente en una cultura política de rapiña, cuyo objetivo último es únicamente la conquista y conservación del poder. La violencia política y social, con sus connotaciones étnicas, ha constituido, en este contexto, uno de los principales factores de inseguridad social e igualmente emocional y mental. La polarización étnica de las principales instituciones responsables de la ley y el orden, la policía y el ejército, constituye un importante factor en la agravación del clima de inseguridad profundamente vivido por todas las comunidades. El pueblo guyanés, cualquiera que sea la comunidad a la que pertenezca, se encuentra profunda y perdurablemente de rodillas en cuanto hace a la seguridad de su vida cotidiana, su estabilidad social, su equilibrio E/CN.4/2004/18/Add.1 página 3 emocional y su desarrollo económico, y tiene una conciencia aguda de encontrase en la situación de víctima emblemática de prácticas políticas realizadas en su nombre. El Relator Especial se ha visto llevado, en consecuencia, a evaluar, a través de estas conversaciones, las dimensiones de un sentimiento profundo de "cansancio" moral, emocional y político a todos los niveles de la sociedad guyanesa, frente a las consecuencias individuales y colectivas de la polarización étnica. Por lo demás, el Relator Especial ha observado con grandes esperanzas que su visita ha coincidido precisamente con la instauración de un nuevo clima político que por su naturaleza puede cortar, en profundidad, esta dinámica destructora. Las autoridades guyanesas, en especial el Presidente de la República y los dirigentes de la oposición, entre ellos el jefe del principal partido de la oposición, comunicaron al Relator Especial su voluntad de acabar con esta herencia mediante reformas políticas consensuales con la idea de establecer las bases de una colaboración democrática entre el Gobierno y la oposición para transformar, por fin, a la supervivencia, el bienestar y la "convivencia" del pueblo guyanés en el elemento central de la práctica política. Un comunicado firmado conjuntamente por el Presidente Jagdeo y el jefe de la oposición, Sr. Corbin, el 6 de mayo de 2003, constituye a este respecto la expresión solemne del necesario compromiso político, al más alto nivel, para garantizar el funcionamiento de la democracia, la paz y el desarrollo en Guyana. Por lo que hace a Trinidad y Tabago, el Relator Especial considera que pese a haber heredado la misma población multiétnica y una sociedad resquebrajada por el enfrentamiento entre comunidades y la discriminación racial, la polarización étnica es, comparada con Guyana, menor en este país. Al terminar su visita a Trinidad y Tabago, el Relator Especial desearía subrayar el papel capital que desempeña el diálogo interreligioso en las situaciones de tensión interétnica y de construcciones identitarias de guetos marcadas por la imbricación de la raza, la cultura y la religión. Los dirigentes de las principales religiones y tradiciones espirituales de este país han aprendido muy pronto la importancia de los peligros de la polarización étnica y encendido el contrafuego de la promoción de sus interacciones y de la proximidad de su mensaje espiritual, mediante encuentros personales y la participación recíproca en sus respectivas ceremonias litúrgicas así como mediante declaraciones conjuntas sobre las grandes cuestiones sociales del país. Estos dirigentes religiosos han sacado a la luz, en último análisis, una notable pedagogía de la "convivencia" poniendo en práctica la primera acepción de la palabra "religión": unir y no disociar. De ello resulta que, pese a las similaridades históricas, demográficas y en ciertos aspectos políticas entre Guyana y Trinidad y Tabago, este último país se sitúa, por lo que hace a interacciones individuales y prácticas religiosas, en una dinámica multicultural cierta.
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