EN AR #01 2016 Diciembre TE EN AR TE 2 Paisaje: Paisaje II: La naturaleza Fotografía Editorial como origen no literal DI Es Baluard. Gordillo, Nekane el aviador Aramburu, CE sin límites directora “Creemos ser nosotros mismos y somos una tribu urbana absolutamente Abejas. estereotipada” Tocar Apicalipsis Marina Nuñez a Renoir Mil historias Bitácora en un avión EN AR TE 3 E cisamente para conseguir una mayor que por él mismo. Toda una hazaña difusión de sus contenidos. Con un que ha contado con el patrocinio de la diseño muy sugerente y, sobre todo Fundación ENAIRE. muy artístico -porque fundamental- Recientemente, han pasado a for- DI mente hablaremos de arte- la revista mar parte de la Colección ocho ilus- mostrará en cada número diferentes traciones de la artista Marina Núñez. aspectos de la rica y variada colección Con esta excusa, hemos aprovechado ENAIRE de arte contemporáneo. Co- Beatriz Montero de Espinosa para entrevistarla en su casa de Ma- menzamos con La naturaleza como drid e intentar conocer de prime- TO origen, un recorrido por las obras de urante este último año, la Fun- ra mano los secretos de su universo dación ENAIRE ha iniciado la Colección que reproducen o alu- creativo. den a paisajes. Un reportaje realizado una nueva etapa que no sólo Y una última recomendación: no D por Paloma Esteban, conservadora de ha afectado al cambio de nombre de deje de leer el relato Mil historias en Pintura del Museo Nacional Centro RIAL Fundación Aena a Fundación ENAI- un avión, de Alicia Giménez Bartlett, de Arte Reina Sofía. RE, sino también a la renovación de ganadora del Premio Planeta en 2015 sus actividades para hacerlas más di- No nos olvidamos en la revista de y una de las escritoras de novela ne- námicas y atractivas atendiendo a su otra de las líneas de actuación de la gra más internacionales gracias a su primer y más importante objetivo: Fundación, el fomento de la difusión personaje de la inspectora Petra De- conservar el extenso patrimonio cul- y conocimiento del transporte aéreo licado. tural y artístico de ENAIRE, forma- y de sus infraestructuras, con la en- Confiamos en que disfrute con este do por una colección de arte de más trevista a Miguel Ángel Gordillo, el primer número digital, una revista de mil obras, y acercarlo a un público primer español al que se le concede el sobre todo de arte -aunque no sólo- cada vez más amplio. permiso para sobrevolar la Antártida y les invitamos a que la compartan en al frente del proyecto Sky Polaris con Con esta idea, inauguramos la Re- la red. vista ENARTE en formato digital pre- un avión construido, nada menos, EN AR TE 4 paisaje Paloma Esteban Leal Conservadora de Pintura del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía LA NATURALEZA La Colección ENAIRE de Arte Contemporáneo, integrada por COMO casi 1.800 piezas, acoge tan- ORIGEN to representaciones pictóricas En este contexto, el paisaje constituyecomo fotografías. uno de los principa- les géneros, seleccionado con esmero tanto por lo que respec- ta a los óleos como a las imáge- nes fotográficas. Joaquín Mir La cala encantada, ca. 1903 EN AR TE 5 Desde los autores más acade- micistas y figurativos como Joaquín Mir, Hermenegildo An- glada Camarasa o Juan Alcalde, hasta aquellos que tratan el pai- saje con lenguajes más concep- tuales y expresivos como Cris- tina Iglesias, Soledad Sevilla o Tim White-Sobieski, la Colec- ción cuenta con un amplio y co- herente conjunto de obras que giran en torno a la naturaleza y el paisaje, entre las que también se encuentra Puerta del Sol de Amalia Avia, reciente préstamo al Museo Thyssen-Bornemisza. esde una consideración cro- nológica, abanderando los Dinicios de la modernidad, ini- cian el conjunto de representaciones pictóricas de paisaje en la Colección ENAIRE dos grandes nombres de la plástica española, Hermenegildo Anglada Camarasa Anglada Camarasa y Joaquín Mir. Tormenta en la playa, 1925-30 EN AR TE 6 narrativos, como ocurre en la mayor paisajes marinos bajo el título de parte de los lienzos del pintor. La pin- La cala encantada. Uno de ellos, fe- celada se aplica de forma continua, lo chado hacia 1903, es el que pertene- que contribuye a eliminar la anécdo- ce a la Colección ENAIRE, y refleja ta, mientras que el color -resuelto en la especial orografía del torrente de delicadas tonalidades blancas, rosa- Pareis. Mir, paisajista por excelencia, das, violáceas y azules- se antepone sobre todo a partir de su estancia en ANGLADA CAMARASA voluntariamente al dibujo. Mallorca en los primeros años de siglo Las realizaciones iniciales de Her- XXI, aprovechó los avances técnicos menegildo Anglada Camarasa, de cor- JOAQUÍN MIR del postimpresionismo (las yuxtapo- te naturalista, irían dando paso, una siciones de manchas de color, el cro- Hechizado también por la be- vez instalado el artista en la capital matismo fuerte y c ontrastado...), para Evaristo Guerra lleza de la costa mallorquina, Joa- francesa en los últimos años del siglo desarrollar una producción iconográ- Nieve en primavera, 1978 quín Mir llevó a cabo al menos tres XIX, a sus estampas del París noctur- fica y estilísticamente inconfundible, no. Más tarde iban a surgir los gran- enraizada en una visión panteísta de des lienzos de brillante colorido. An- la naturaleza. Durante ese tiempo de glada Camarasa se instala en Pollensa residencia en Mallorca junto a San- coincidiendo con el estallido de la pri- tiago Rusiñol y su familia, Mir pintó mera guerra mundial, donde llevará incesantemente vistas de Deià, Va- a cabo interesantes creaciones. Pre- lldemosa, Sóller o Raixa. Quizá por cisamente en este escenario se sitúa influencia de la estética modernista, Tormenta en la playa (ca. 1925-30), el decorativismo que caracteriza a al- una de las escenas de este autor re- gunas de las telas de este momento sueltas con mayor economía de mo- recuerda a veces la elegancia de las tivos y realizada en los años centrales estampas japonesas de Hokusai e Hi- de su estancia en la isla balear, entre roshigue, como es el caso de esta im- 1914 y 1936. La composición de Tor- pactante La cala encantada, con sus menta en la playa se caracteriza por Joaquín Mir rizados oleajes que se estrellan contra su casi total ausencia de elementos La cala encantada, ca. 1903 los acantilados. EN AR TE 7 mente representativo de la peculiar visión que Lozano posee de la oro- grafía costera levantina. Las cálidas costas mediterráneas contrastan con TRADICIÓN Y VANGUARDIA las nevadas y frías tierras de Huesca Finalizada la guerra civil, en los o Gerona, que suele retratar habitual- años iniciales de la posguerra y a ca- mente José Beulas, otro de los más ballo entre la tradición y la vanguar- representativos paisajistas españo- dia, destaca sobre todo la actividad les de la segunda mitad de la pasada llevada a cabo por diversos pintores centuria. A veces, sin embargo, los que cultivan fundamentalmente el áridos Monegros, otra de sus fuentes paisaje como nueva forma de expre- de inspiración, dejan paso a motivos sión. Este interés por la naturaleza al- de árboles de pobladas copas, como canza diversos puntos de la geografía en el caso del lienzo titulado Álamos española, traduciéndose en la repre- (1982), donde predomina un poético sentación de las diferentes zonas de cromatismo dorado y grisáceo, con- la península. Así, el tema por antono- seguido a base de tonalidades ocres, masia en la obra de Francisco Lozano blancas y sepias. es el paisaje rural, inscrito en un pri- mer momento en el círculo de Benja- mín Palencia y la Escuela de Madrid, ciudad en la que Lozano pasó largas temporadas durante los años cuaren- ta. Sus composiciones más populares derivan, sin embargo, de la observa- ción del paisaje valenciano, que el artista refleja de manera personal. El Francisco Lozano lienzo Paisaje, playa mediterránea José Beulas Paisaje, playa mediterránea, 1976 (1976), aunque algo tardío, es alta- Álamos, 1982 EN AR TE 8 Hacia mediados de los años sesen- ta se inicia un proceso de recupera- ción de la figura, que convive a partir de entonces con ciertos tipos de co- rrientes abstractas. Esta valoración del arte figurativo no constituye un fenómeno exclusivo de España, sino que, por el contrario, había surgido también y se había consolidado en los Estados Unidos y en el resto de Eu- ropa. El madrileño Juan Alcalde, co- nocido integrante de la denominada Segunda Escuela de París, realiza ade- más de bodegones y retratos, un tipo de paisaje urbano en el que destaca la depuración y la síntesis de los ele- mentos formales y conceptuales. Las vistas de las ciudades que refleja Al- calde, situadas en diversos continen- tes, son el resultado de una peculiar mezcla de intimismo y sentido cos- mopolita. Lo mismo que en sus calles de París o Nueva York, en esta pintura titulada Estocolmo (1978), Alcalde despoja la composición de cualquier accesorio innecesario, reduciéndola a la pura esencia, en un decidido inten- to de retratar, más que un motivo, un Juan Alcalde estado de ánimo. Estocolmo, 1978 EN AR TE 9 REALISMO MADRILEÑO además de incorporar al lienzo su vi- tran aún su mejor apariencia, como sión de lo cotidiano, dota a sus vistas los que la pintora retrata en el óleo Lejos de París, en la capital de Espa- urbanas de una atmósfera de melan- Puerta del Sol (1979), sus tonalida- ña, forman un grupo fuertemente co- colía. La nostalgia del tiempo pasa- des sombrías y pardas siguen evocan- hesionado los denominados realistas do se vislumbra en los desconchados do días más lejanos y, posiblemente, madrileños, aglutinados en torno a la muros de las viviendas semirruinosas más amables.
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