El cuerpo diplomático acreditado en Quito y la Guerra de los Cuatro Días en 1932 Leopoldo Tobar Salazar* Si las controversias políticas por to, quienes, arriesgando su vida in- el control del poder no se resuelven clusive, prestaron sus buenos oficios con palabras, las ametralladoras para que los beligerantes acordaran hablan. Esto aconteció a finales de un armisticio, un acuerdo de paz, agosto e inicios de septiembre de con base en el cual cesaran las hos- 1932, en que en número de mil a mil tilidades y la guerra llegara a su fin. quinientos cadáveres tendidos en las En el Derecho Internacional Pú- calles convirtieron a Quito en un ce- blico los buenos oficios que puede menterio viviente. Es la guerra de los prestar el Cuerpo Diplomático son cuatro días bárbaros en que la bur- apenas elementos de enlace entre las guesía banquera agroexportadora, partes en conflicto para que estas a desplazada del poder por la revolu- través del diálogo y las negociacio- ción juliana, y el sector terrateniente nes arriben a un avenimiento, actua- del centro norte del país, a balazos ción que no viola el principio de la pretendieron imponer su derecho a libre determinación de los pueblos. administrar el Estado ecuatoriano. En esos caóticos e inmisericordes Por su acción humanitaria, du- días, en los que a más de la lucha rante la contienda sobresalieron los por el control del Estado, también médicos, enfermeras y estudiantes de se expresó a balazos la pobreza de medicina de la Universidad Central, la tropa contra los privilegios de la las monjas de la Caridad y las Car- oficialidad militar y policial. melitas del Monasterio del Carmen En los dos informes sobre la Alto, quienes en el Hospital Civil guerra de los cuatro días que el mi- atendían a los heridos y muertos, nistro norteamericano en Quito, Wi- lugar en donde faltaba agua, alimen- lliam Dawson, envió al Departamen- tos, luz eléctrica, y, aunque hasta to de Estado de su país, se evidencia ahora ignorados por la Historia, los la veracidad, la objetividad, la dis- miembros de las Misiones Diplomá- creción y el compromiso de parar ticas extranjeras acreditadas en Qui- la guerra para salvar vidas. Gestión * Poeta ecuatoriano, autor de numerosas obras de diverso género. AFESE 60 169 Leopoldo Tobar Salazar diplomática que se verifica en los “siempre que los mediadores fueran testimonios y el análisis que de los los del Cuerpo Diplomático”. acontecimientos hicieron los sargen- El lunes 29 en Quito reinó la tos, cabos y soldados, en su mayoría muerte, asesinados cayeron inclusive del Regimiento Bolívar, en el libro de mujeres, niños, ancianos, cualquier su autoría: Campaña de Siete Días, viviente que absurdamente asoma- publicado en 1933; así mismo en los ra a la calle; el martes 30, a las diez documentos histórico militares del de la mañana, miembros del Cuer- capitán Luis A. Rueda y del coronel po Diplomático y otros caballeros Carlos Salvador. locales, debatían sobre probables En la mañana del 27 de agosto, mecanismos de pacificación en casa a pocas horas de que en el cuartel de Freile Larrea, el Encargado del del Regimiento Bolívar estallara la Poder; el miércoles 31, no obstante guerra, Alfredo Baquerizo Moreno, de que Quito continuaba convertida quien fracasó en el intento dictatorial en un campo de batalla, las gestiones de mantenerse en el gobierno con el diplomáticas no cesaron, el ministro apoyo de la oficialidad del Ejército, francés y el ministro norteamerica- abandonó el Palacio de Carondelet no dialogaban con los jefes de los y se asiló en la Legación de Argenti- bandos combatientes, no obstante na, convirtiéndola durante días en su de que grupos de la tropa y grupos despacho, en razón de que legalmen- de civiles actuaban autónomos, ma- te se mantenía como Encargado del tando y dejándose matar al grito de Poder; algunos de sus ministros se re- Viva la Constitución. fugiaron en otras legaciones y otros La asistencia hostil de la Cruz huyeron a Riobamba; a las once de Roja se verificó al comprobar que la noche de este mismo día, desde la los ocupantes de sus vehículos trans- casa de Emilio Bonifaz, el presidente portaban armas y municiones, o electo por el pueblo y destituido por bien las recogían de manos de los el Congreso, partieron dos comisio- combatientes muertos y las entrega- nes, la conformada por senadores y ban a uno de los bandos beligeran- el encargado de Negocios de Chile al tes, hecho determinante para que los norte, y la integrada por senadores únicos medios de traslado confiables y el señor ministro de Italia al sur fueran los vehículos de las Legacio- de la ciudad, a negociar para frenar nes Diplomáticas que día y noche la ofensiva de las fuerzas atacantes, circularon de norte a sur en la ciu- comisiones que retornaron al medio- dad, amparándose con las banderas día del 28 de agosto, a dar cuenta de sus países, llevando a diplomáti- de su cometido al nuevo Encargado cos, líderes representativos o men- del Poder señor Carlos Freile Larrea, sajes interactivos para convenir el quien creía posible alcanzar la paz armisticio. 170 El cuerpo diplomático acreditado en Quito y la Guerra de los Cuatro Días en 1932 El jueves 1 de septiembre, cuar- nado, que estuvieran listos en sus to día de guerra, desde el amanecer líneas de defensa y más alerta que recrudeció la lucha. En sus testimo- nunca; pues creíamos que si bien nios los combatientes cuentan que a el Sr. Ministro de Francia obraba las once de la mañana de ese día el honradamente en sus mediaciones “Exmo. Sr. Andrés Le Mallier, Mi- por la paz del Ecuador, en cambio nistro de la República Francesa, se debíamos creer como artículo de presentó en la Escuela correccional fe que estaba engañado por el Alto pidiéndonos, a nombre de la hu- Comando que solapadamente se va- manidad que cesáramos los fuegos, lía de los buenos oficios del Minis- para entrar inmediatamente en arre- tro de Francia para ganar tiempo y glos de paz propuestos por el Alto facilidad para sus avances, durante Comando; le manifestamos noso- la cesación de los fuegos, y después tros que para suspender los fuegos atacarnos por sorpresa, asesinándo- teníamos que firmar un convenio nos traidoramente. Luego veremos (armisticio) con representantes del que no nos engañábamos”. enemigo legalmente acreditados. El El protagonista de las negocia- Exmo. señor Ministro nos dijo que ciones de paz entre los defensores él venía del Cuartel General de las de Quito y los atacantes que aspira- tropas atacantes y con autorización ban la toma de la ciudad, fue el mi- verbal de sus dirigentes, y que no nistro de Francia Andrés Le Mallier. teníamos porque dudar de la pala- Apasionado, infatigable, abierto bra del representante de Francia; defensor de la vida humana, amigo agregando que si se suspendía de de los líderes militares y políticos nuestra parte el fuego de artille- nacionales, probablemente también ría, las baterías enemigas cesarían de los lobos miembros de la Logia los suyos. Así lo hicimos, al orde- Masónica (al parecer ideólogos y nar que las piezas silenciaran sus estrategas de este crimen de guerra), disparos; y, como cesaran también Le Mallier rebasó las líneas de la di- los del enemigo, vimos claramente plomacia para alcanzar la paz nego- que el Sr. Ministro traía las atribu- ciada; verbigracia, al término de la ciones que nos expuso con su fran- guerra, la tropa del Regimiento Bo- queza de caballero. (…) Invitados lívar protestaba que el general Án- por el Exmo. Ministro Le Mallier gel Isaac Chiriboga, comandante de al Pensionado La Salle para firmar los atacantes, recibiera un homena- un convenio encaminado a cesar la je de la Sociedad Bolivariana y fuera lucha, sin abandonar nuestras po- de embajador a Francia, designado siciones mientras se debatía la paz por el novísimo Encargado del Po- anunciamos personalmente a nues- der Alberto Guerrero Martínez, un tros soldados, antes de ir al Pensio- exescolta de Eloy Alfaro y repre- AFESE 60 171 Leopoldo Tobar Salazar sentante de la burguesía banquera agroexpotadora. Por los informes de los acto- res militares y las narraciones de los testigos presenciales, publicados al término de la guerra, los buenos oficios del Cuerpo Diplomático que actuó bajo coordinación del decano del Cuerpo Diplomático (el minis- tro argentino) y a pedido del espo- rádico Jefe de Estado ecuatoriano, alcanzaron un buen producto: la preservación de la vida. Indudable es que bajo una lluvia de balas, los estudiantes de medicina, las monjas de la Caridad, las Carmelitas y el Cuerpo Diplomático coadyuvaron a vencerle a la muerte que asolaba a la capital política, enigmática y loca, que llamamos Quito, pues el gobier- no, a menos de un mes después del siniestro conflicto, organizó una co- rrida de toros, con bandas de música y baile. 172 Cuerpo diplomático y la Guerra de los Cuatro Días Los documentos siguientes son Legación de los Estados traducciones de los despachos del Unidos de América Ministro estadounidense en Quito, Quito, 3 de septiembre, 1932 William Dawson, en los que informa al Departamento del Estado sobre la Los Hechos en Quito desde el 24 “Guerra de los Cuatro días”. de agosto el 2 de septiembre; Mo- Fuera de su interés por repre- vimiento Militar y la captura de la sentar el punto de vista independien- ciudad por las fuerzas atacantes. te de un extranjero bien informado y que fue testigo presencial, estos Al Honorable Secretario de Estado, documentos proporcionan nuevos datos sobre la actuación desinteresa- Washington, D.C. da y humanitaria del Cuerpo Diplo- mático. Se puede apreciar su buena Señor: voluntad y los riesgos personales que corrieron tanto como la discreción Tengo el honor de presentar el que ejercieron.
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