MARISQUEO Y PESCA ARTESANAL EN LA PROVINCIA DE HUELVA RAFAEL CÁCERES FERIA Fotografías: JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ SÁNCHEZ Si nos acercamos a cualquier po­ mente al ver varadas en la arena las blación del litoral onubense al ama­ pequeñas pateras de madera de Isla necer de una mañana de otoño o pri­ Canela o El Rompido, y después con­ mavera , podemos contemplar la templar los grandes congeladores del estampa de cientos de hombres y puerto de Huelva. En las páginas que mujeres que se dirigen a su trabajo siguen, dejaremos a un lado la activi­ diario en las cercanas plantaciones dad pesquera de tipo industrial, para de fresas y naranjas. Esta imagen, centrarnos en lo que se suele deno­ aunque ya se ha convertido en algo minar pesca artesanal, aquella que cotidiano , sorprende, sobre todo, en se practica en las marismas, ríos y en pueblos sin ninguna tradición agríco­ las aguas más próximas a las costas, la, que han vivido de manera casi ex­ con pequeñas embarcaciones, un nú­ clusiva de la explotación de los recur­ mero reducido de tripulantes, artes sos marinos. Hasta hace muy poco, tradicionales y que posee un carác­ muchos de los hombres y mujeres ter eminentemente familiar. Utiliza­ que hoy faenan en lo mares de plás­ mos el término pesca artesanal y no ticos de los campos de fresones, que pesca tradicional, pues si bien es ver­ recogen naranjas o envasan frutas , dad que muchas de estas actividades navegaban por las aguas de Atlánti­ pesqueras perviven desde hace si­ co, recolectaban coquinas en las pla­ glos, también es cierto que mezclan yas o enlataban sardinas y caballas. elementos del pasado con elementos Pero desde principios de los años modernos: embarcaciones de poliés­ ochenta la agricultura frutícola ha ido ter, con pateras de madera, motores ganando terreno, en un momento en fueraborda con remos... No podemos que muchas de las actividades liga­ ver este tipo de pesca como un vesti­ das a la mar se encontraban en fran­ gio precapitalista tendente a desapa­ ca decadencia. recer, pues aunque algunos de los A pesar de esta gran transforma­ proced imientos a los que haremos ción , no podemos olvidar que la referencia se usan muy poco e inclu­ pesca cont inúa generando una im­ so han desaparecido, por falta de ren­ portante riqueza en la provincia de tabilidad, por el agotamiento de algu­ Huelva, y que aún son muchas las nas especies o por la proh ibiciones familias que viven de la mar. Por este de las autoridades pesqueras, en mu­ motivo, y por la larga tradición pesca­ chos otros casos, estamos ante técni­ dora, buena parte de la población del cas que tienen plena vigencia, e in­ litoral onubense posee una cultura cluso viven un período de expansión. marinera, sus valores, su manera de entender el mundo son más un pro­ ducto de la mar que de la tierra. El medio físico La explotación de los recursos ma­ rinos adopta formas sumamente va­ Muchos de los rasgos del sector riadas , que van desde las prácticas pesquero onubense son compartidos más simples ligadas a la estricta su­ por otras áreas pesqueras andaluzas pervivencia, como puede ser el ma­ y españolas; pero los puertos de risqueo a pie, hasta la explotación de Huelva, como todos los puertos del bancos pesqueros utilizando grandes Golfo de Cádiz, presentan notables embarcaciones y complejas artes peculiaridades, en parte, producto de que requieren elevadas inversiones. su situac ión geográfica y de las ca­ En la provincia de Huelva desde hace racterísticas de sus costas. siglos conviven ambos tipos de El litoral onubense se extiende pesca; el cont raste entre estos dos desde la desembocadura del río mundos pesqueros se aprecia c1ara- Guada lquivir hasta la del Guadiana, 4S un total de 120 kilómetros de costas bría, en la del río Piedras, El Rom­ bajas y arenosas; esta línea costera pido y el Terrón; Isla Cristina junto es de formac ión muy reciente y se al Carreras y Ayamonte en la de­ encuentra en una continua evolución. sembocadura del Guadiana. La desembocadura de los principa­ les ríos de la provincia (Tinto, Odiel, Las condiciones físicas de la Piedra, Carreras) fragmentan la costa onubense favorecen el desa­ costa en numerosos sectores; ade­ rrollo de la actividad pesquera: una más, estos ríos aportan una serie de amplia plataforma continental , que materiales que ha dado lugar a la for­ supera los 40 km, aguas poco pro­ mación de flechas litorales, puntas, y fundas con temperaturas cálidas y a numerosas islas. una gran riqueza en plancton . Los En la costa de Huelva podemos fondos marinos son en general are­ distinguir dos zonas muy bien dife­ nosos y presentan una gran riqueza renciadas: en moluscos; cerca de las desembo­ caduras de los ríos se vuelvenfango­ a) Al este de la ría de Huelva, sos, muy propicios para la pesca de ochenta kilómetros de costas, con arrastre. Estas características, com­ acantilados de arenas consolidadas, partidas por todo el Golfo de Cádiz, sometida a una fuerte erosión y con lo convierten en una de las zonas tendencia a retroceder. En este sec­ más ricas en pesca del litoral penin­ tor no han existido puertos importan­ sular. tes, tan sólo algunos asentamientos La presencia de corrientes mari­ aislados de pescadores. nas atlánticas y mediterráneas favo­ b) Al oeste de la desembocadu­ rece el desarrollo de una fauna mixta ra del Tinto y el Odiel, encontramos de especies tanto del Atlántico como unos 45 km de costa pantanosa, de del Mediterráneo; entre las más marismas, producto del aporte de abundantes están las sardinas, atu­ los ríos. Son terrenos que se inun­ nes, caballas, jureles , pescadillas, dan al subir las mareas, y cuando besugos, corvinas; crustáceos: gam­ éstas bajan quedan numerosos is­ bas, langostinos y cigalas; moluscos: lotes rodeados de fango, atravesa­ almejas y coquinas; cefalópodos: dos por canales de escorrentías, chocos, calamares y pulpos. denominados caños . El tipo de te­ La posición del litoral onubense rreno ha obligado a situar los puer­ entre dos mares, la cercanía de las tos en los estuarios de los ríos, pre­ costas africanas y de la frontera por­ sentando el problema que en estas tuguesa , ha condicionado notable­ desembocaduras las corrientes ma­ mente la evoluciónde los puertos de rinas y fluviales originan grandes Huelva. Hasta estas aguas han lle­ bancos de arenas , barras, que difi­ gado tanto embarcaciones medite­ cultan la navegación. Este tramo rráneas como atlánticas (laúdes y costero es la zona de Huelva donde bous catalanes , jábegas malague­ la pesca ha tenido y tiene una ñas, galeones gallegos), y con ellas mayor importancia, y donde se si­ población procedente de todos los túan los puertos más importantes rincones de la Península Ibérica (ca­ de la provincia. En la desemboca­ talanes , valencianos, almerienses, dura del Odiel, Huelva y Punta Um- gallegos, portugueses...). Este hecho Puerto de Isla Cristina. 46 Barriada de pescadores de Canela (Ayamonte). explica la riqueza, variedad y origina­ desde muy temprano el desa rrollo lidad de las embarcaciones, técnicas de una pesca de tipo capitalista que y artes de pesca que se han utilizado requería una gran inversión de ca­ en estas aguas. pital y un elevado número de asala­ riados (almadrabas, jábegas, tarra­ fas...). LA EVOLUCiÓN Un momento clave para compren­ DE LA ACTIVIDAD PESQUERA der la recien te evolución del sector pesque ro onubense se sitúa a me­ La actividad pesquera en toda la diados del siglo XVIII. Por esas fechas costa suratlánt ica de la Península se produce la llegada hasta estas Ibérica tiene una larga tradición que costas de pescadores y comercian­ se remonta a los primeros pobla­ tes catalanes y valencianos que mientos humanos; numerosos restos transformarán la actividad pesquera arqueológicos testimonian las prácti­ al introducir nuevas artes de pesca, cas pesqueras de forma continuada fundar enclaves marineros (Isla Cris­ desde la más remota antigüedad tina) y fomentar el come rcio de hasta nuestros días. pesca salada. La existencia de grandes bancos A principio de siglo xx, Huelva, de sardinas, y el ser lugar de paso pero sob re todo Ayamonte e Isla para los atunes que se dirigen a de­ Cristina, se han convertido en dos sovar al Mediterráneo, posibilitó puertos con una gran flota de barcos El Rompido (Cartaya). 47 Varadero (Isla Cristina). sardineros (qaleones") que abaste­ pequeñas embarcaciones dedicadas cían las numerosa industrias salazo­ a la pesca de bajura, aprovechando neras y conserveras. En Ayamonte e la gran demanda de pescado, provo­ Isla Cristina la pesca artesanal fue cada en parte por el auge del turis­ siempre mínima, quedaba reducida a mo. Al tratarse de una producción los momentos en que la flota sardi­ pequeña que se comercializa direc­ nera se veía obligada a amarrar por tamente, los beneficios para los pes­ las condiciones climát icas o la falta cadores son mayores, lo que ha con­ de pesca . Sólo en los puertos más ferido a este tipo de pesca un gran pequeños y en los enclaves de pes­ atractivo. Lejos de estar en declive, la cadores de la playas se practicaba la pesca artesanal vive un período de pesca artesanal: Punta Umbría, El Rompido, La Antilla, Punta del Cai­ mán, Punta del Moral. La crisis de la industria conserve­ ra traerá a partir de los años sesenta una profunda transformación de la estructura pesquera. La flota sardi­ nera de cerco se irá reduciendo y transformando progresivamente, mientras que aumentan los barcos de arrastre (parejas). Desde media­ dos de la década de los sesenta el puerto de Huelva se especia liza en pesca de gran altura , con una gran flota congeladora que faena en los caladeros africanos, mientras que Ayamonte e Isla Cristina ven declinar su actividad sardinera.
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