
Universidad de Castilla-La Mancha / Facultad de Humanidades de Toledo GRADO EN HUMANIDADES Y PATRIMONIO Curso Académico: 2017-2018 CRIMEN Y VIOLENCIA EN EL OESTE AMERICANO DEL SIGLO XIX Trabajo de Fin de Grado realizado por: JORGE PÉREZ BURGUEÑO Dirigido por: GERARDO FERNÁNDEZ JUÁREZ 1 Crimen y violencia en el Oeste Americano del siglo XIX 2 Crimen y violencia en el Oeste Americano del siglo XIX Índice Introducción........................................................................................................ 5 1. El Salvaje Oeste, un horizonte de promesas y peligros ........................... 7 2. La vida más allá de la Frontera................................................................ 14 3. Cuantificación del crimen y la violencia en el Oeste Americano: una aproximación a la metodología académica .................................................... 21 4. Crimen y castigo en el Salvaje Oeste ...................................................... 29 4.1. El crimen y sus consecuencias ........................................................ 33 4.1.1. Crímenes menores .................................................................... 38 4.1.2. Crímenes mayores .................................................................... 39 4.2. Los agentes de la ley y alternativas a las fuerzas oficiales ............. 43 Conclusiones ................................................................................................... 45 Bibliografía y fuentes históricas consultadas .................................................. 49 3 Crimen y violencia en el Oeste Americano del siglo XIX 4 Crimen y violencia en el Oeste Americano del siglo XIX Introducción El Lejano Oeste ha logrado convertirse en uno de los tópicos más extendidos en la cultura popular de los Estados Unidos de América. ¿Quién no ha oído hablar alguna vez de las violentas luchas entre el hombre blanco y los indios, de los disturbios que ocasionaban los cowboys norteamericanos en las calles de las ciudades ganaderas, de la galantería de los oficiales de la ley o de la peligrosidad de los más rudos malhechores y asaltantes? Gracias a la literatura, el cine y la televisión, hemos recibido una amplia panorámica del que probablemente fue uno de los periodos más extraordinarios que nos ha ofrecido la historia de Norteamérica. Pero del mismo modo que no es oro todo lo que reluce, no todo lo que hemos aprendido a través de dichos medios es completamente fidedigno a la realidad. Desde el primer momento en el que comencé a barajar este tema como posible opción de cara al Trabajo Fin de Grado de Humanidades y Patrimonio, sabía que la tarea que se avecinaba no sería para nada sencilla. El debate en torno a la cuestión de si el Oeste era un lugar violento, o si por el contrario era uno mucho más pacífico de lo que se piensa, es uno que aún sigue vigente a día de hoy, pues los historiadores no han podido llegar a un consenso que permita cerrar de una vez por todas los interrogantes que llevan algo más de un siglo sin respuesta. La comunidad académica está ampliamente dividida y son muchas las contradicciones que podemos encontrarnos al analizar toda esta cuestión, algo que complica enormemente la realización del trabajo. Algunos autores como Robert V. Hine, Mack Faragher, Dee Brown, Lillian Schlissel o Richard A. Barlett facilitan en buena medida esta tarea, abriéndonos las puertas a un Oeste casi desconocido para la mayoría de los historiadores, uno que cada vez queda más al descubierto, permitiendo así que las generaciones futuras se centren en determinados aspectos que durante tanto tiempo se han mantenido sesgados por el mito del Oeste. Precisamente por esto, en los últimos años, el debate que vengo adelantando se ha intensificado, principalmente de la mano de Robert R. Dykstra, Randolph Roth, Roger D. McGrath, David Peterson del Mar o Clare V. McKanna, entre otros tantos autores que han dedicado todos sus esfuerzos a investigar los niveles de violencia en una determinada ciudad o condado de la región. Durante mucho tiempo, el verdadero Oeste Americano del siglo XIX se ha mantenido oculto tras el velo opaco de un proceso de mitificación que dio comienzo 5 Introducción desde el mismo instante en el que surgió la idea de una Frontera que separaba dos realidades muy distintas, una línea imaginaria que marcaba el fin de la civilización y el comienzo de un mundo totalmente desconocido y salvaje. De la mano de viajeros como Frederick Jackson Turner, las noticias se extendieron como la pólvora por todo el continente, noticias que hablaban de un lugar como ningún otro, uno donde prosperar, ganar una pequeña fortuna o hacer lo que a cada cual le pareciese mejor, pues las garras del Estado no se habían posado aún en muchos de los territorios vírgenes del Oeste. Los más atrevidos hablaban de un lugar sumido en el más absoluto caos, donde los excesos de los sentidos, la violencia y el crimen estaban al orden del día. ¿Pero hasta qué punto debemos creernos todas esas afirmaciones? ¿Debemos pensar que el Oeste era una región donde el crimen prosperaba, o por el contrario sería más cauto inclinarse por la alternativa? En el presente estudio trataré de arrojar algo más de luz sobre todas estas cuestiones que, con el tiempo, han llegado a constituirse en uno de los aspectos más confusos de la historia de Norteamérica. Para ello, he creído conveniente hacer un breve recorrido que trasladará al lector a las últimas décadas del siglo XVIII, asistiendo así al nacimiento de la que será una de las principales potencias del mundo contemporáneo. En este trayecto, analizaremos las ansias expansionistas que motivarán la difusión de la creencia en el Destino Manifiesto, así como los principales motivos que llevaban a los estadounidenses a iniciar un viaje de muchos riesgos y de pocas garantías. En el primer y segundo capítulo analizaré con mayor detalle todas estas cuestiones, que nos servirán a modo de prólogo de las dos secciones que vendrán después y que a su vez nos permitirán analizar, por un lado, el debate que tanto divide a los académicos de la Frontera, y por otro, los crímenes y formas de violencia que tan presentes estaban en las vidas de muchos de los habitantes de la región. No se trata tanto de una cruzada por desmontar el mito, sino más bien de mostrar los hechos tal y como sucedieron y quedaron debidamente recogidos en los registros de la historia, una en la que todos son los protagonistas y no solo las bandas de criminales y los bandidos más famosos a los que la televisión y el cine nos tienen tan acostumbrados. El recorrido hasta llegar aquí ha sido largo y difícil, sin ninguna duda, pero tan solo por la enorme cantidad de información que he podido aprender y por todos los nuevos horizontes que he descubierto en la elaboración de este trabajo, sólo por eso, ha merecido la pena. Espero que el lector disfrute de este viaje, tanto como yo lo he hecho elaborando cada una de las paradas del breve trayecto que está a punto de comenzar. Sin más preámbulos, sea bienvenido al Oeste Americano del siglo XIX. 6 Crimen y violencia en el Oeste Americano del siglo XIX 1. El Salvaje Oeste, un horizonte de promesas y peligros “I was born in the Allegheny Mountains –Greeg County, Pa., to be exact– Feb. 28, 1860. When I was seven years old, my parents loaded us on a boat at Wheeling W. Va., The 'go West young man' fever had them”1. Entrevista de Effie L. Jackson a Sherman Ackley. 1849-1850. La Historia de los Estados Unidos como tal, tiene sus orígenes en el siglo XVIII, cuando se produce la sublevación de las Trece Colonias, un hecho que se extenderá desde 1775 hasta 1783, cuando estas consiguen finalmente la ansiada independencia de la metrópoli británica. En 1787 redactan su propia constitución y en 1791 aprueban la célebre Carta de Derechos o Bill of Rights, garantizando de esta manera una serie de derechos y libertades, así como un amplio respaldo de protecciones legales para los ciudadanos estadounidenses. En realidad, estamos asistiendo al nacimiento de lo que más tarde será una de las principales potencias del mundo contemporáneo. Una potencia que, durante este momento, contaba con trece estados y algo más de un millón de kilómetros cuadrados de extensión. El deseo de expandir las fronteras pronto se convertirá en necesidad y la necesidad, en obsesión. Estas ideas, acabarán materializándose en lo que por entonces se denominó Destino Manifiesto, una creencia popular según la cual, la Divina Providencia eligió a Estados Unidos sobre el resto de países para que alcanzase un desarrollo sin igual, al tiempo que ampliaba sus territorios a lo largo y ancho de Norteamérica2. Este hecho, que respondía más bien a las propias circunstancias sociopolíticas del momento, caló hondo en las mentalidades de la época. Así, un gran número de personas no dudaron en aportar su grano de arena trasladándose al desconocido y lejano Oeste en busca de nuevas oportunidades. Estos individuos recibieron el nombre de pioneros, es decir, las primeras personas en establecerse en el territorio que iba más allá del río Mississippi y las Grandes Llanuras, por motivos distintos a los comerciales o militares. A ellos no solo se les puede atribuir la fundación de algunas de las ciudades y campamentos más representativos del Oeste, sino que también podemos considerarles iniciadores de esos procesos constantes de 1 S. Ackley, What an old pioneer told, reproducción en formato electrónico, Vol. 1, Western History Collections, University of Oklahoma, Norman, Oklahoma, p. 1. Recuperado de https://digital.libraries.ou.edu/cdm/ref/collection/indianpp/id/2960
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