Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio y divorcio Ellen G. White 1993 Copyright © 2012 Ellen G. White Estate, Inc. Información sobre este libro Vista General Este libro electronic es proporcionado por Ellen G. White Estate. Se incluye en el más amplio de libertadLibros online Colección en el sitio de Elena G. De White Estate Web. Sobre el Autor Ellen G. White (1827-1915) es considerada como el autor más traducido de América, sus obras han sido publicadas en más de 160 idiomas. Ella escribió más de 100.000 páginas en una amplia variedad de temas espirituales y prácticos. Guiados por el Espíritu Santo, que exaltó a Jesús y se refirió a las Escrituras como la base de la fe. Otros enlaces Una breve biografía de Elena G. de White Sobre la Elena G. White Estate Licencia de Usuario Final La visualización, impresión o la descarga de este libro le con- cede solamente una licencia limitada, no exclusiva e intransferible para el uso exclusivamente para su uso personal. Esta licencia no permite la republicación, distribución, cesión, sublicencia, venta, preparación de trabajos derivados, o cualquier otro uso. Cualquier uso no autorizado de este libro termina la licencia otorgada por la presente. Para más información Para obtener más información sobre el autor, los editores, o cómo usted puede apoyar este servicio, póngase en contacto con el Elena I G. de White en [email protected]. Estamos agradecidos por su interés y comentarios y les deseo la bendición de Dios a medida que lee. II III Índice general Información sobre este libro . I Prefacio . VI Sección 1—Matrimonio . .9 Capítulo 1—Hechos y principios importantes . 10 Capítulo 2—Consejos y advertencias . 15 Capítulo 3—Individualidad . 20 Capítulo 4—Casamientos de viudos . 26 Sección 2—Casamiento con un incrédulo . 33 Capítulo 5—Conducta del cónyuge cristiano . 34 Sección 3—Un cónyuge mutilado . 47 Capítulo 6—Consejos a Walter y Laura . 48 Capítulo 7—Advertencias a la segunda suegra de Walter . 59 Capítulo 8—Fracaso del segundo matrimonio de Walter . 65 Sección 4—Separación y razones para el divorcio . 67 Capítulo 9—Separación . 68 Capítulo 10—Razones para el divorcio . 71 Sección 5—Permisividad y adulterio . 73 Capítulo 11—El pecado de la permisividad . 74 Capítulo 12—Desobediencia del séptimo mandamiento . 89 Capítulo 13—Luchemos contra pensamientos y sugerencias impuras . 93 Sección 6—Desviaciones de la sexualidad . 99 Capítulo 14—Excesos en el matrimonio . 100 Capítulo 15—Besuqueos y sexo premarital . 107 Capítulo 16—Homosexualidad . 109 Capítulo 17—Masturbación . 112 Capítulo 18—Abuso de menores . 115 Sección 7—Consejos a personas con problemas morales . 121 Capítulo 19—A una ama de casa . 122 Capítulo 20—A un adventista de muchos años y su concubina125 Capítulo 21—A un empleado de hospital . 136 Capítulo 22—A un gerente de sanatorio . 138 Capítulo 23—A un posible gerente de sanatorio . 145 Capítulo 24—A un médico . 148 IV Índice general V Capítulo 25—A una colportora . 153 Capítulo 26—A un evangelista . 156 Capítulo 27—A un ministro honesto . 169 Capítulo 28—A un ministro influyente . 179 Capítulo 29—A cuatro ministros profanos . 184 Capítulo 30—A dos asistentes de Elena G. de White . 190 Sección 8—Casamientos sin fundamento bíblico . 199 Capítulo 31—Respeto por los casamientos sin fundamento bíblico . 200 Capítulo 32—El hermano G . 202 Capítulo 33—Esteban Belden . 206 Capítulo 34—William E (primera parte) . 208 Sección 9—Consejos a administradores de la iglesia . 211 Capítulo 35—William E (segunda parte) . 212 Capítulo 36—Súplica a los ministros . 218 Capítulo 37—Consejos a un presidente de la Asociación General . 221 Capítulo 38—Consejos a dirigentes y obreros evangélicos e institucionales . 224 Capítulo 39—Los miembros de iglesia y el adulterio . 228 Capítulo 40—Declaración de los esposos White . 231 Sección 10—Amor por los que yerran y los tentados . 233 Capítulo 41—El amor de Dios por el pecador . 234 Capítulo 42—Comprendamos a los demás . 240 Apéndice a—Masturbación y locura . 247 Apéndice b—Un problema eclesiástico antiguo . 251 Prefacio No fue la intención de los compiladores que este libro tuviera una circulación general, sino que fuera de beneficio para los admi- nistradores y ministros que tienen que ver con manifestaciones de conducta cuestionables e inmorales. Muchas de las cartas que se presentan en este volumen fueron dirigidas a ministros que cometieron errores. Dado que Elena de White sostuvo una profusa correspondencia con ministros y otros obreros evangélicos, esto no debería ser una sorpresa. No obstante, a pesar de las faltas y pecados de aquellos a quienes escribió, Elena de White mantuvo siempre una gran confianza en el ministerio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. A la edad de 85 años envió dos mensajes para que fueran leídos en ocasión del congreso de la Asociación General celebrado en 1913. En el primero aseguró a los delegados presentes: “Si bien es cierto que aún experimento una ansiedad muy intensa debido a la actitud que algunos están adoptando respecto de medidas importantes relacionadas con el desarrollo de la causa de Dios en el mundo, tengo una poderosa fe en los obreros de todo el campo, y creo que al reunirse y al humillarse delante del Señor, y reconsagrarse a su servicio, serán capacitados para hacer su voluntad”.—Mensajes Selectos 2:464. En el segundo y último mensaje, Elena de White declaró:[10] “Cuando no puedo conciliar el sueño, elevo mi corazón en ora- ción a Dios, y él me fortalece y me da la seguridad de que permanece con sus siervos ministradores aquí en este país [EE.UU.] y en los países distantes. Me siento animada y bendecida al comprender que el Dios de Israel sigue conduciendo a su pueblo y que continuará con él hasta el fin”.—Mensajes Selectos 2:470. Estas expresiones de confianza revelan que los problemas mora- les tratados en las cartas y referidos en este libro no eran generales o comunes. No obstante, siendo los problemas morales que ocurren en nuestro tiempo similares a los de décadas anteriores, creemos que VI Prefacio VII muchas de las cartas escritas por Elena de White el siglo pasado, con- tienen amonestaciones y apelaciones que deberían ser escuchadas en nuestros días. Acerca del uso de sus cartas, declaró lo siguiente: “Me he empeñado, con la ayuda de Dios, en escribir cartas que puedan ser de ayuda no sólo a quienes las he dirigido, sino también a muchos otros que las necesitan”.—Carta 79, 1905. La presente compilación no tiene por objeto ser un manual de reglas para tratar con la inmoralidad, la infidelidad, el divorcio y el nuevo casamiento sin fundamento bíblico. Ningún manual conse- guiría tratar todas las irregularidades morales que puedan suceder. Cuando a W. C. White se le pidió una declaración autorizada de su madre que pudiera servir como una norma sobre la cual basarse para tomar decisiones en los casos de matrimonios formados sin fundamento bíblico, su respuesta fue la siguiente: “Luego de haber leído los documentos que le estoy enviando, Ud. podrá decir que no le he proporcionado nada autorizado de Elena de White que pueda ser una respuesta directa sobre el asunto. Pero pienso que Ud. podrá notar, por lo que le estoy enviando, que no fue la intención de la hermana White que procediera de su [11] pluma cosa alguna que pudiera ser utilizada como ley o norma para tratar los asuntos relacionados con el matrimonio, el divorcio, el nuevo casamiento o el adulterio. Ella sentía que los casos en los que el diablo enreda a la gente son tan variados y serios que, si ella escribiera algo que pudiera ser considerado como regla para tomar decisiones, podría ser mal interpretado y mal usado”.—Carta de W. C. White a C. P. Bollman, 6 de enero de 1931. Estamos plenamente de acuerdo con el punto de vista de Elena de White. Los problemas morales son, por lo general, muy com- plejos. No se presentan dos situaciones iguales. Cada una de ellas requerirá un estudio cuidadoso y, aunque las diferencias entre un caso y otro sean mínimas, cada situación requerirá una solución particular. El Espíritu debería ser siempre requerido por quienes tengan que resolver problemas morales. Todos los nombres que aparecen en este libro son reales, pero en los casos que se presentan en la séptima sección, los apellidos han sido sustituidos por letras del alfabeto. Además, los títulos y subtítulos de los capítulos han sido reemplazados. VIII Testimonios Acerca de Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio Esperamos y oramos para que, en pro de un permanente y cuida- doso aprendizaje por parte de la iglesia, el material de esta compila- ción sea una contribución a la elevación del nivel moral de ella, y al mismo tiempo provea bienestar, ánimo y esperanza a aquellos cuyos complejos problemas morales parecen estar más allá de soluciones humanas. Fideicomisarios del Patrimonio White Nota de la R.: Los Números pequeños que aparecen en el margen interior de las páginas indican el lugar donde se inicia la página respectiva en la edición original en inglés, para facilitar la ubicación de las referencias a este libro en su idioma original.[12] [13] Sección 1—Matrimonio [14] Capítulo 1—Hechos y principios importantes [15] Designio original de Dios—Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del matrimonio tiene como autor al Crea- dor del universo. “Honroso es en todos el matrimonio”. Hebreos 13:4. Fue una de las dos instituciones que, después de la caída, llevó consigo Adán al salir del paraíso. Cuando se reconocen y obede- cen los principios divinos en esta relación, el matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física, intelectual y moral.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 27.
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