Dossier: Izquierdas y derechas en el siglo XX argentino Las derechas nacionalistas frente al peronismo Daniel Lvovich Universidad Nacional de General Sarmiento / conicet a tradición del nacionalismo de derecha profundas modificaciones respecto a sus ideo- Lreconoce una dilatada trayectoria en la logías, grado de influencia social y política, Argentina. Aunque resulta muy dificultoso orientaciones tácticas y composición social de determinar una fecha de origen, y aun recono- su militancia. Igualmente, en un mismo pe- ciendo antecedentes que se remontan al siglo ríodo existieron dentro del universo naciona- xix, es habitual señalar que el origen de esta lista organizaciones que difirieron profunda- tradición se ubica en la segunda mitad de la mente en uno o más de esos aspectos. Debido década de 1920, con la aparición del perió- a ello, nociones como nacionalismo oligár- dico La Nueva República, vocero de un nú- quico, tradicionalista o restaurador, filo-fas- cleo de jóvenes que adscribían al maurrasia- cismo o nacionalismo de élite no pueden dar nismo y otras corrientes tradicionalistas y cuenta cabalmente del universo de organiza- conservadoras. La simultánea aparición de ciones y personalidades que componían este Criterio permite situar el inicio de la com- sector. ¿Cuáles fueron los rasgos en común pleja relación entre nacionalistas y católicos, que permiten agrupar a estas organizaciones en la que las múltiples confluencias a lo largo bajo el rótulo de nacionalismo de derecha? del siglo xx no deben ocluir las tensiones ins- En primer lugar, unas posturas ideológicas titucionales derivadas de ella. Definimos el ampliamente compartidas: antiliberalismo, an- nacionalismo de derecha como un conjunto ­­tiizquierdismo y corporativismo. La reivindi- de organizaciones políticas, publicaciones e cación de la pertenencia al catolicismo y el intelectuales a ellas vinculados que, aunque reclamo de que sus objetivos no se diferencia- reconoce múltiples antecedentes, hace su apa- ban radicalmente de los de la Iglesia Católica rición en la escena pública argentina a fines resultaron rasgos muy extendidos entre estos de la década de 1920 y continuó ejerciendo su nacionalistas, aunque existieron algunas ex- influencia a lo largo de buena parte del siglo cepciones al respecto. Lo mismo puede de- xx. Esa irrupción coincide, en distintos países cirse de la presencia del antisemitismo que, occidentales, con un fenómeno de crisis de las con distintos grados de virulencia y radicali- instituciones y las ideologías liberal-demo- dad, estuvo presente en la mayor parte de es- cráticas y el auge de diversos movimientos tos grupos, aun cuando existieron algunos autoritarios de extrema derecha. pocos casos que escaparon a esta generalidad. A lo largo del siglo xx, los distintos grupos En segundo término, la consideración de la nacionalistas de derecha argentinos sufrieron nación como un bloque culturalmente mono- Prismas, Revista de historia intelectual, Nº 24, 2020, pp. 227-234 lítico, cuya preservación requería una socie- No existe una línea que vincule de un dad jerárquicamente ordenada. Como parte modo irrefutable a los nacionalistas de la dé- de esa visión los nacionalistas de derecha re- cada de 1920 con los de la década de 1970, ya servaron un rol subordinado a las mujeres y se que su desenvolvimiento, rasgos ideológicos opusieron al feminismo. En tercer lugar, una y prácticas no se pueden comprender por visión decadentista y conspirativa de la histo- fuera de los marcos políticos y culturales ar- ria y la política, que tuvo como consecuencia gentinos y mundiales. La mayor parte de los que buena parte del discurso político se orga- actores de lo que definimos como la tradición nizara bajo la forma de la denuncia de un nacionalista de derecha no asumirían formar complot y el llamado a una cruzada para la parte de la derecha política, calificación que reconquista del país, contra los que conside- ellos mismos reservaban para los contingen- raban los enemigos internos y externos. tes del conservadurismo o del liberal-conser- Se puede afirmar que en la Argentina este vadurismo. Sí, en cambio, asumían en general nacionalismo –que se desarrolló en simultá- la nominación de nacionalistas –nacionalistas neo con otras expresiones nacionalistas de a secas–, en una operación que normalmente matriz democrática– tuvo una doble sensibili- los llevaba a ubicarse como representantes de dad, a la manera de un cuerpo con dos cora- la nación en una posición distinta y adversa zones que por momentos latieron al unísono y tanto a las izquierdas cuanto al liberal-conser- por momentos a distintos ritmos, marcando vadurismo. Sin embargo, desde la perspectiva tensiones a veces insuperables. Uno de los del estudioso de estos fenómenos, esta auto- corazones de ese nacionalismo de derecha la- nominación no resulta suficiente, ya que no tía al ritmo del tradicionalismo. La conserva- da cuenta de la existencia de otras tendencias ción del orden social, la nostalgia por un pa- contemporáneas –de izquierda, antiimperia- sado idealizado, la consideración del pueblo listas, populistas, democráticos– que recla- como un peligro –o bien como un actor irre- man para sí la condición de nacionalistas. levante– resultan los elementos definitorios de este corazón aristocratizante. En sus ver- siones más radicales, estas tendencias llega- El desafío del peronismo ban a delinear un pensamiento antimoderno y reaccionario. El segundo de los corazones, Hacia fines de la década de 1930 y comienzos sin dejar de reclamar por una sociedad jerár- de la de 1940, la Alianza de la Juventud Na- quicamente ordenada ni renunciar a la perte- cionalista se convirtió en una dinámica or- nencia católica, desplegaba inflexiones popu- ganización de derecha radicalizada, capaz de listas. Esta tendencia intentaba movilizar al enfrentar la tarea de popularizar al nacio- pueblo en las calles, incorporaba a sus preo- nalismo, hasta allí dominado por su variante cupaciones las condiciones de vida de los aristocratizante y tradicionalista. La ajn sectores populares y desplegaba una retórica otorgó al discurso nacionalista una radicali- que alcanzaba matices verdaderamente anti- dad que le permitía presentarse como una capitalistas. Se trataba del corazón plebeyo fuerza revolucionaria y expresar las transfor- del nacionalismo de derecha, cuyo sueño úl- maciones ideológicas del nacionalismo ar- timo era la instauración de un régimen a la gentino, logrando atraer entre 30.000 y 50.000 vez anticomunista y revolucionario, simultá- adherentes en todo el país. Su anticomunismo neamente autoritario y justo. Tales eran las y antisemitismo se combinaba con una retó- características de lo que denominaban la Re- rica anticapitalista y una preocupación por la volución Nacional. justicia social que permiten caracterizarlo 228 Prismas, Nº 24, 2020 como un grupo con rasgos similares a los del junio significa, para los proletarios, y en fascismo.1 cuanto proletarios, el más grande aconteci- Sin embargo, los nacionalistas encontraron miento imaginable”. Por su parte, la Alianza un límite a su previa expansión en la coyun- Libertadora Nacionalista (aln, nombre que tura de emergencia del peronismo. Con el in- desde 1943 adoptó la ajn), apoyaba a Perón, tento de instauración de un régimen nacional- aunque sus miembros temían que este les arre- católico en 1943, los militares confiaron a los batara las banderas que ellos habían levantado nacionalistas y católicos un amplio poder y por un lustro y a las que, en efecto, el pero- diversas funciones en los tres niveles del Es- nismo adoptó parcialmente, dentro del hetero- tado. Paralelamente, desde el comienzo del géneo arco de influencias que conformaron su gobierno militar el coronel Perón construyó discursividad. Como sostiene Juan Luis Be- una formidable base de poder merced a las soky, muchas de las ideas y representaciones a intervenciones sobre el mundo del trabajo que las que apeló el peronismo fueron tomadas del había desplegado desde la Secretaría de Tra- nacionalismo, como por ejemplo las de justi- bajo y Previsión y las relaciones que había cia social, antiimperialismo, anticomunismo y logrado establecer con importantes sectores liberación nacional. Sin embargo, hubo otras de la dirigencia sindical y de la clase obrera. prácticas y representaciones que el primer pe- Entre algunos grupos nacionalistas ello des- ronismo rechazó o marginó de sus cauces cen- pertó un inmediato rechazo, ya que conside- trales, como el revisionismo histórico, el anti- raban a estas políticas demagógicas y con la semitismo o la denuncia de la masonería.3 potencialidad de alterar el orden social. Los Luego de la caída del peronismo en 1955, hermanos Irazusta se mostraron críticos de un esta cultura política del nacionalismo de dere- régimen que no tenía intenciones de cambiar cha siguió vigente en varias organizaciones e las relaciones con Gran Bretaña, el que resul- intelectuales que tuvieron una participación ac- taba el principal punto de su agenda. Años tiva durante la Resistencia Peronista. Por su- más tarde, Rodolfo Irazusta señalaría que, en puesto, en particular después de 1955, el revi- lugar de la revolución nacional, con Perón ha- sionismo histórico fue interpretado de modos bía sobrevenido la revolución social.2 muy distintos a los de sus impulsores de las En contraste, Ernesto Palacio apoyó a Pe- décadas anteriores, configurando parte de la ar- rón en conjunto con los sectores yrigoyenistas gamasa de lecturas de la historia de los más que publicaban la revista Política, para de- variados grupos políticos, hasta convertirse, en sempeñarse más adelante como diputado na- palabras de Halperin Donghi, en parte del sen- cional por el peronismo. Para otros, la obra de tido común historiográfico hacia la década de Perón parecía materializar los principios de la 1970.4 Los nacionalistas que no apoyaron al Revolución Nacional. El 13 de agosto de peronismo vieron reducida enormemente su 1944, Manuel Gálvez publicó una nota en El influencia política, aunque su peso en el inte- Pueblo en la que comparaba a Perón con Yri- rior de las Fuerzas Armadas continuó siendo goyen, y sostenía que “La revolución del 4 de 3 Juan Luis Besoky, “La derecha peronista.
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