Libro ROJO de los ecosistemas terrestres de Venezuela Cotorra cabeciamarilla (Amazona barbadensis). Thea Segall Rio en cima del Auyantepuy, estado Bolívar. Román Rangel UNA PRODUCCION CONJUNTA DE: Provita, Compañías Shell en Venezuela y Lenovo Venezuela, en el marco de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI) CON LA COLABORACIÓN DE: RIF: J-00110574-3 Laguna de Canaima, estado Bolívar. Román Rangel Libro Rojo de los Ecosistemas Terrestres de Venezuela Primera edición 2010 Equipo de trabajo: Fotógrafías: Ana Lucía Dávalos Alexis Bermúdez Lucía Pizzani Bibiana Sucre Ana Lucía Dávalos María Gabriela Montiel-Villalobos Carlos Portillo-Quintero Andreas Gröger María José Chávez Diego Giraldo Hernández Ángela Martino Mariana Hernández-Montilla Fabián Carrasquel César Molina Mario Fariñas Franklin Rojas-Suárez Christian Ceccarelli Navarro Natalia Ceballos Giuseppe Colonnello David Southall Oscar Lasso-Alcalá Irene Zager Fernando Rojas-Runjaic Otto Huber Jon Paul Rodríguez Franklin Rojas-Suárez Pedro Uviedo Kathryn M. Rodríguez-Clark Gilson Rivas Rebecca Miller María A. Oliveira-Miranda Giuseppe Colonnello Roderic Mast María Idalí Tachack-García Gustavo Romero Rodrigo Lazo Mariana Hernández-Montilla José Antonio González-Carcacía Román Rangel (†) Marianne Assmüssen Karl Weidmann (†) Rosa De Oliveira-Miranda Otto Huber Kenyer Domínguez Sergio Zambrano-Martínez Pablo Lacabana Laurie Fajardo Susanne Renner Rosa De Oliveira-Miranda Leonardo Ruíz-Díaz Thea Segall (†) Sergio Zambrano-Martínez Coordinación: Derechos Reservados Cita recomendada: Jeanette Rojas Suárez (Provita) De la edición: Para la obra completa: Jaime Mazzei (Shell Venezuela, S.A.) © PROVITA Caracas (Venezuela) Rodríguez, J.P., F. Rojas-Suárez & D. Giraldo Diseño Gráfico: De las figuras: Hernández (eds.) (2010). Libro Rojo de los Chávez & López Diseño Gráfico, C.A. © Los autores Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Provita, Shell [email protected] Venezuela, Lenovo (Venezuela). Caracas: Venezuela. De las fotografías: 324 pp. Corrección: © Los autores Cristina Raffalli Para una sección: Jeanette Rojas Suárez Hecho el depósito de ley: Huber, O. & M.A. Oliveira-Miranda (2010). Ambientes Depósito Legal: Elaboración de figuras: terrestres. Pp: 29-89. En: J.P. Rodríguez, F. Rojas- lf25220105743632 (impreso) Suárez & D. Giraldo Hernández (eds.). Libro Rojo de Sergio Zambrano-Martínez ISBN: María A. Oliveira-Miranda los Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Provita, 978-980-6774-05-6 (impreso) Shell Venezuela, Lenovo (Venezuela). Caracas: Portada: PROVITA Venezuela. Parque Nacional Mochima y Parque Nacional RIF: J-00247777-6 Para una ficha en particular: Canaima. Román Rangel (†) Shell Venezuela, S.A. Contraportada: Oliveira-Miranda, M.A., O. Huber, J.P. Rodríguez, F. RIF: J-00092492-9 Rojas-Suárez, R. De Oliveira-Miranda & S. Zambrano- Morichal llanero. Rebecca Miller LENOVO Bucare, Parque Nacional El Ávila. David Southall Martínez (2010). Bosques siempreverdes per se. RIF: J-31324999-8 Pp: 124-129. En: J.P. Rodríguez, F. Rojas-Suárez Impresión: & D. Giraldo Hernández (eds.). Libro Rojo de los La Galaxia (Venezuela) Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Provita, Shell Tiraje: 1.200 ejemplares Venezuela, Lenovo (Venezuela). Caracas: Venezuela. Libro ROJO de los ecosistemas terrestres de Venezuela Jon Paul Rodríguez Franklin Rojas-Suárez Diego Giraldo Hernández Editores Provita Franklin Rojas-Suárez Presidente Marcelo Arancibia Vicepresidente Armando Hernández César Molina Cristina Raffalli Isaac Goldstein Jon Paul Rodríguez Directivos de Junta Jeanette Rojas Suárez Directora Ejecutiva Diego Giraldo Hernández Director Técnico Martha Castañeda Directora Administración Lucía Pizzani Directora Internacional Bibiana Sucre Carmen Elisa Valbuena Diana Esclasans Janiel Navas José Manuel Briceño Rosa De Oliveira Coordinadores Durante el Congreso Mundial de Conservación del año 2000 celebrado en Jordania, el siempre amigo y Directivo de Provita, Armando Hernández, nos preguntaba a Jon Paul y a mí, porqué no desarrollábamos un libro rojo de los ambientes venezolanos, como una consecuencia natural de los libros rojos de fauna y flora. A medida que las ideas fueron emergiendo, la propuesta se hizo cada vez más concreta y su pertinencia más evidente. Si bien reconocíamos la importancia de cuantificar el riesgo de extinción de especies individuales, siempre estuvo presente la certeza de que ésta es apenas una de las formas en que se expresa el estatus de la biodiversidad. La rapidez que caracteriza a la destrucción de la cual son objeto las especies, había de impulsarnos hacia la búsqueda de alternativas en un nivel de organización superior: el ecosistema. Los avances tecnológicos asociados a sistemas de información geográfica y sensores remotos, nos brindaban además una valiosa oportunidad, ya que mediante estos recursos sería posible el acceso a información imprescindible para emprender una tarea de esta magnitud. Provita asumió el reto. Contábamos, para ello, con una vasta experiencia en elaboración de listas rojas de especies, la cual, sumada a iniciativas previas de clasificación de ecosistemas amenazados, nos permitió generar una propuesta inicial. Se trataba, en primer lugar, de crear un sistema de categorías y criterios para las listas rojas de ecosistemas, y en segundo lugar, de aplicar dicho régimen al caso venezolano. Claro está que en el camino aparecieron varios escollos: la existencia o no de una escala ideal de aplicación de las categorías, la correcta elección de los términos “ambiente” y “ecosistema”, si las formaciones vegetales ofrecían una alternativa viable y si era posible comparar análisis realizados en diferentes momentos y localidades, entre muchas otras discusiones. Definitivamente no se trataba de un reto sencillo, pero a medida que el proyecto evolucionaba, se reafirmaba la certeza de que era una acción necesaria y prioritaria. Así, al impulso inicial de Provita se sumaron la Fundación Empresas Polar y el Fondo Nacional para la Ciencia, Tecnología e Innovación, del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias. Con el pasar de los años, se incorporaron también la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus comisiones de Manejo Ecosistémico y de Sobrevivencia de Especies, el Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Lenovo (Venezuela) y las Compañías Shell en Venezuela. Han sido 10 años de apasionantes discusiones e investigaciones. Gracias a la tenacidad de los investigadores y a la confianza de las instituciones aliadas, hoy tenemos en las manos el Libro Rojo de los Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Al igual que la fauna y la flora amenazadas, los ecosistemas también tienen un rostro. Me refiero, por ejemplo, a la devastación de los bosques del lago de Maracaibo, hábitat de chicagüires y manatíes. Al grave deterioro de los ecosistemas del cerro Turimiquire, donde sobreviven con dificultad algunas de las más fascinantes especies endémicas de Venezuela. A las zonas áridas de la costa venezolana, frecuentemente ignoradas, y a las islas donde especies adaptadas a condiciones ambientales extremas, aguardan por las medidas de conservación que necesitan para sobrevivir. Es preciso señalar que el término “extinción”, que se confiere a especies de flora y fauna, no califica a los ecosistemas, ya que aun cuando estos hayan sido severamente modificados, se observa en ellos la persistencia de vestigios biológicos de su pasado. Se habla, sí, de “eliminación”, en referencia a un ecosistema que ha perdido sus especies animales y vegetales, y otros atributos ecológicos. La extinción de especies y la eliminación de ecosistemas tienen consecuencias directas sobre el bienestar humano. Es en la naturaleza, en sus comunidades vegetales y animales, donde se guarda la cura para muchas de las enfermedades aún no superadas por la humanidad. Es en el planeta donde yacen materias aún no identificadas y otras vastamente conocidas, que utilizadas por la industria se convierten en tecnología para el desarrollo y en calidad de vida para la gente. El aire que respiramos, los alimentos que nutren a nuestras familias, los paisajes que nos rodean, es sólo un préstamo que hemos tomado y es nuestra responsabilidad. Si dejáramos que se perdiera, estaríamos despojando de su principal patrimonio a las generaciones que nos siguen. Esperamos que este nuevo Libro Rojo logre movilizar a los tomadores de decisiones, hacia la necesidad urgente de implementar medidas efectivas de conservación. Deseamos que sirva de inspiración para impulsar a la empresa privada a asumir su responsabilidad con el ambiente de donde obtienen sus recursos. Que estimule a los investigadores a continuar generando los datos necesarios para garantizar que las acciones estén basadas en ciencia. Y muy especialmente, que contribuya a despertar la conciencia de cada uno de los venezolanos, para que hagan de la conservación de la naturaleza una actividad habitual y espontánea. Franklin Rojas-Suárez Presidente de Provita Compañías Shell en Venezuela Luis Prado Presidente Jesús Leal Lobo Vicepresidente de Asuntos Corporativos Francisco Blanco Vicepresidente de Productos del Petróleo Francisco Blanco Vicepresidente de Productos del Petróleo Alexander Salazar Vicepresidente de Recursos Humanos Richard Keech Vicepresidente de Exploración y Producción Juan Carlos Andrade Vicepresidente de Legal Héctor Borges Vicepresidente de Seguridad Vivian Galán Coordinadora de Comunicaciones Patricia Soto Jefe de Información y Tecnología Jaime
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