América Latina entre sombras y luces Alfredo Vergara, Ph.D. en Economía Para citar este libro puede utilizar el siguiente formato: Alfredo Vergara (2005): “América Latina: entre luces y sombras”, edición digital accesible a texto completo en http://www.eumed.net/libros/2005/av/ Envíe sus comentarios sobre el libro directamente al autor: [email protected] - 2 - Contenido: Primera parte: La Deuda en Cuatro Actos 1) Los acreedores en pánico 5 Petrodólares Consumismo Terror Finanzas Revolución Graffiti El juez Manchesteriano Phytophtora Bandos 2) El Club de los acreedores 29 El deudor solitario El Club de París El Club de Londres El Grupo Multilateral El Sindicato de acreedores El “Club” de deudores Ecuador La propuesta La “reunión” Corolario 3) En la resaca 51 La “capitalización” chilena La “chucuta” venezolana La “sucrelización” ecuatoriana La “desdolarización” argentina Rentabilizando Memoria 4) Al mediodía empezó la historia 63 Impuestos Privatizaciones Alfredo Vergara, América Latina entre sombras y luces - 3 - Goteras Tasas Siete gordos Golfo Tercer camino Globalización Segunda parte: El Sendero al Desarrollo 5) Un continente sin brújula 83 Ausencia El modelo Incógnita Sepelio y paradoja 6) Subdesarrollo de los tópicos 96 Teoría de la Dependencia Teoría de la Evolución Teoría de los Trópicos Teoría y práctica 7) El Libro del Desarrollo 106 “Laissez faire, laissez passer” La mano invisible La defensa del “capitalismo” Lo que se dijo 8) En un mundo globalizado 113 Transitando al Siglo XXI El profesor Phillips En América del Norte En América del Sur 9) Desempleo y crecimiento 124 Crecimiento Argentina Desempleo Emigrantes Predicción Alfredo Vergara, América Latina entre sombras y luces - 4 - 10) Entre el fisco y la moneda 137 La política fiscal La historia Subdesarrollo Precolombino Los incas 11 Dolarización y el Peso Latino 151 El sendero El Euro: breve historia El Dólar: breve historia El Peso latino Enseñanzas Un atajo 12 Equidad económica y desarrollo 167 Equidad Economía de la demanda Economía de la oferta Equilibrio 13 Aquí y Ahora 178 Sombras Luces Liberalismo Neoliberalismo Economía democrática Últimas líneas Alfredo Vergara, América Latina entre sombras y luces - 5 - 1 __________ LOS ACREEDORES EN PÁNICO Fecha: Lunes, 21 de marzo de 1983. Cinco de la tarde. Lugar: Ciudad de Panamá, Hotel Marriot. Entorno: XXIV Asamblea del BID, reunión colateral. Y el orador dijo: ‘Debemos sepultar al liberalismo del siglo pasado, al liberalis- mo manchesteriano. Que un nuevo liberalismo nazca, un libe- ralismo moderno, un neoliberalismo’. Con esas palabras culminaba el discurso del banquero que allí representaba a uno de los 100 bancos que, entre 1974 y 1982, se habían convertido en los principales acreedores de América Latina. El agudo silencio que inmediatamente inundó el salón, parecía revelar que esa era la primera vez que la mayoría de los allí presentes oíamos pronunciar la palabra ‘neoliberalismo’. La modernidad que el orador atribuía a la nueva palabra tenía por objeto confrontarla con el liberalismo tradicional que aún prevalecía en el mundo financiero. El banquero expresaba así su urgente avidez por encontrar algún camino que le permitiese seguir cobrando las deudas de los países de América Latina que ya habían confesado que no podían continuar pagando. Como la filosofía del liberalismo tradicional no permitía impo- ner ningún mecanismo de cobro por fuera del mercado libre, era fácil de entender la iracundia del banquero orador que pro- ponía enterrar al viejo liberalismo para remplazarlo con un nuevo liberalismo, con un neoliberalismo. Alfredo Vergara, América Latina entre sombras y luces - 6 - México había sido el primer país en confesar públicamente que ya no tenía recursos para continuar pagando su deuda externa. El anuncio fue hecho la tarde del viernes 13 de agosto de 1982, inaugurándose así la modalidad –que desde entonces ha sido tan popular entre nuestros gobernantes- de anunciarnos las debacles financieras justo en la víspera de días feriados. La deuda mexicana en ese entonces alcanzaba los 80 mil millo- nes de dólares, alrededor de una quinta parte de la deuda total de América Latina. Al principio muy pocos entendieron la gra- vedad de la crisis, ni siquiera aquellos que se supone tienen acceso a la información financiera más selecta. El New York Times, dos semanas después del anuncio de México, publicó las declaraciones de Walter Wriston, presidente del Citicorp, en las cuales ese alto funcionario no otorgaba mayor importancia al anuncio mexicano bajo el argumento de que ese país solo era uno de los tantos deudores que tenía el Citicorp y que, además, ‘ningún país puede quebrar’. No obstante, unos días después también Brasil se declaraba en quiebra y -como si fuese un juego de carambola- uno a uno y en seguidilla fueron colapsando los demás países: Chile, Argen- tina, Perú, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Costa Rica, la República Dominicana y casi toda Centroamérica, también con- fesaban su insolvencia. Por lo tanto, en los días en que se efec- tuaba la reunión en el hotel Marriot de la Ciudad de Panamá, ya era conocido el hecho de que la mayoría de los países lati- noamericanos no podrían continuar cumpliendo con los pagos de su deuda externa. El nerviosismo del banquero orador esta- ba plenamente justificado. Pero el colapso financiero no se había iniciado ese viernes 13 en que México confesó su insolvencia, sino que la crisis se ha- bía engendrado una década antes. Concretamente el 6 de octu- bre de 1973, el día de acción de gracias o fiesta del Yom Kipur, fecha profundamente rememorada por el pueblo judío. Fue precisamente en ese día de fiesta religiosa, tal vez por equivocada estrategia bélica, que los países árabes decidieron atacar a su vecino Israel mediante una sorpresiva arremetida que originó la ‘Batalla del Yom Kipur’. Esa batalla dio inicio a Alfredo Vergara, América Latina entre sombras y luces - 7 - una guerra que culminó con el triunfo de Israel y la anexión de algunos territorios árabes. Pero el triunfo de Israel en el plano bélico significó una derrota en el campo comercial para Estados Unidos y para los países que habían apoyado militarmente a Israel, contra los cuales el mundo árabe impuso un embargo en sus ventas de petróleo. El embargo –que sería respaldado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP- inició la gran escalada en los precios del petróleo que perduró hasta el año de 1980. Un incremento radical en los precios de un bien de producción primaria, como es el petróleo, era un fenómeno desconocido hasta ese entonces. A lo largo de muchos años y hasta la batalla del Yom Kipur, el precio internacional del petróleo se había mantenido en alrededor de dos dólares por barril. No obstante, a raíz del embargo y en pocos meses, su precio trepó hasta colocarse en un nivel cuatro veces superior. Al principio se creía que el incremento solo sería un fenómeno temporal; creencia que se apoyaba en la certeza de que ningún embargo en la venta de productos primarios podía tener éxito. Además, esa era la primera vez que se experimentaba con un cartel co- mercial formado por países del Tercer Mundo, los cuales jamás habían logrado actuar en conjunto. Pero a pesar que esos antecedentes predestinaban su fracaso, el cartel de la OPEP funcionó monolíticamente durante varios años. El embargo del petróleo logró multiplicar su precio 20 veces, hasta alcanzar una cotización de cuarenta dólares por barril en los mercados internacionales. La multiplicación del ingreso de los países petroleros superó varias veces la poca capacidad de consumo del mundo árabe. Al principio los ingresos sobrantes se destinaron casi de manera exclusiva a incrementar sus reservas monetarias; reservas que como resultado de una reacción humanamente lógica, pronto empezaron a generar inmensas cuentas particulares y estatales en los bancos más grandes de Estados Unidos, Europa y Japón. Los jóvenes comisionistas y agentes de bolsa que trabajaban en los mercados de capitales ubicados en Nueva York, Londres y Alfredo Vergara, América Latina entre sombras y luces - 8 - Tokio –más conocidos con el nombre de Yuppies1– aprendieron a manejar un nuevo instrumento financiero: los petrodólares. Petrodólares La acumulación de petrodólares comenzó a manifestarse de manera discreta en 1974, pero en 1975 se tornó agresivamente visible. Los saldos depositados en los bancos transnacionales crecieron desde 82 mil millones a principios de 1975 hasta 440 mil millones en 1980. Es decir, los depósitos de petrodólares se quintuplicaron en apenas cinco años. Pero el captar depósitos solo constituye la mitad de la actividad bancaria. La otra mitad que redondea el negocio, consiste en prestar esos depósitos para poder cobrar intereses. No obstante el negocio no podía ser ensamblado en sus dos mitades porque los países del primer mundo ejercían un férreo control sobre el flujo internacional de capitales, lo cual impedía que el dinero que con fluidez entraba a engrosar los depósitos, pudiera salir con la misma fluidez a engrosar los préstamos. Así, para lograr consolidar las utilidades bancarias se empezó a presionar para que los gobiernos no solo incentiven la libre entrada de los petrodólares, sino que también legalicen su libre salida en calidad de préstamos. El pragmatismo se impuso entre 1975 y 1980. A lo largo de ese quinquenio Alemania suprimió los limites al pago de intereses sobre depósitos de no residentes y, además, les otorgó el derecho a invertir en bonos estatales; Francia eliminó los obstáculos a la repatriación de capitales y suprimió el 10 por ciento de impuesto a las transacciones en euro-francos; Inglaterra extirpó los controles cambiarios sobre el movimiento de capitales y, además, facultó a varias empresas extranjeras para que puedan abrir oficinas y realizar actividades financieras en el mercado de Londres; Estados Unidos impuso la Ley de Tratamiento Nacional, la misma que faculta que la banca extranjera pueda invertir en territorio norteamericano.
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