Domingo Contreras Gómez Fue Un Destacado De Su Época, Ejer- Ciendo Distintos Cargos Y Responsabilidades De La Vida Social Y Pú- D E S a N Ta M a R Í A

Domingo Contreras Gómez Fue Un Destacado De Su Época, Ejer- Ciendo Distintos Cargos Y Responsabilidades De La Vida Social Y Pú- D E S a N Ta M a R Í A

L A CIUDAD Domingo Contreras Gómez fue un destacado de su época, ejer- ciendo distintos cargos y responsabilidades de la vida social y pú- DE S A N TA M ARÍA blica, entre ellos se destacan: ÓMEZ G • 1906 y 1907 Secretario de la Intendencia de Bío-Bío e Intendente DE L O S Á NGE L E S subrogante. • Regidor de la Municipalidad de Los Ángeles en los periodos ONTRERAS 1911-1914 y 1921-1924. C ESTUDIO HISTÓRICO • Entre 1926 y 1930 Diputado por la 19ª Circunscripción Depar- DOMINGO CONTRERAS GÓMEZ tamental de Laja, Nacimiento y Mulchén. OMINGO Los Ángeles 1876 - 1949 D • Intendente de Bío-Bío, desde el 20 de julio de 1932 hasta el 4 de Hijo de José Dolores Contreras Cerda y Adelaida Gómez Matus. noviembre de 1932, fecha en que renuncia. En su juventud funda y participa en grupos de acción social y cul- • En 1932, la Municipalidad de Los Ángeles lo nombra parte del tural como la “Sociedad Progreso”, en Santiago; y la “Sociedad Directorio de la Biblioteca Municipal Roberto Espinoza. de Estudiantes Pobres de Los Ángeles”. Integrante del primer • El 5 de diciembre de 1947 fue declarado Hijo Predilecto de la directorio de la Sociedad Teatro de Los Ángeles. ciudad de Los Ángeles. Estudió en Los Ángeles y en el Liceo de Concepción. Se tituló como abogado de la Universidad de Chile en 1900, con su tesis Además, en 1933 fue nombrado Presidente del Club de La Unión De las minas y de la propiedad minera. de Los Ángeles; miembro de la Logia Paz y Concordia Nº 13 de Fue militante del Partido Radical y Consejero de la Corporación Concepción y fundador de la Logia Honor y Lealtad Nº 33 de Los de Reconstrucción y Auxilio. Ángeles. Fundador de la Sociedad Liceo de Niñas. Director Ho- En Concepción funda la revista La Bohemia (1897), la primera norario del Ateneo Camilo Henríquez. Director de la Asociación en su estilo, perteneciente a la corriente modernista y que contó de Canalistas del Laja. Fundador y vicepresidente de la Sociedad con la colaboración del poeta Antonio Bórquez Solar. Agrícola de Bío-Bío. A principios del siglo XX, en 1901 funda y produce el diario “El Siglo”, en Los Ángeles. En la década del ‘60 se cumple su mandato testamentario, a tra- En el mismo año contrae matrimonio con Hortensia Toro Amor, vés de la acción de sus hijos, legando un terreno para viviendas de su matrimonio nacieron cuatro hijos: María Amelia (1902), Marta (1904), Luis Fernando (1905) y Horacio Alfredo (1907). sociales, habitadas por campesinos y personas provenientes desde Su catálogo literario consta de las siguientes obras: Efímeras, poe- diversos campamentos, configurando así la población que lleva su MARÍA DE LOS ÁNGELES DE SANTA LA CIUDAD sía, 1918; Ánfora, poesía, 1928. Entre los años 1942 y 1944 apa- nombre. recen los tomos I y II de La ciudad de Santa María de Los Ángeles, DOMINGO CONTRERAS GÓMEZ Estudio histórico. En 1945 se edita el libro de poesía La Carabela. La Ciudad de Santa María de Los Ángeles ESTUDIO HISTÓRICO DOMINGO CONTRERAS GÓMEZ La Ciudad de Santa María de Los Ángeles. Estudio Histórico. © Domingo Contreras Gómez. © Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles. Registro de Propiedad Intelectual: 2020-A-7186. Primera edición: Tomo I, 1942. Tomo II, 1943. Segunda edición: Septiembre, 2020. Coordinación ejecutiva: Javiera Matus de la Parra Torres. Edición general y dirección de arte: Cristián Fuica Carrasco. Revisión de contenidos, notas y confección bibliográfica: Tulio González Abuter. Diagramación: Mauricio Alvarado Rebolledo. Transcripción del original: Any Díaz Conejeros. Corrección Tomo I: Gonzalo Muñoz Bravo. Agradecimientos: A la familia Contreras Concha; Luis Garretón Munita. Portada: Demostración de la nueva Población de Los Ángeles, 1742. Detalle colorizado. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra mediante cualquier sistema de recuperación de información, sea mecánico, electrónico, magnético, reprográfico o cualquier otro, sin la autorización escrita de la Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles. Proyecto financiado por la Ley de Donaciones Culturales 2020. A la memoria de mis padres. L A I S L A D E L A L AJA CAPÍTULO I Don Pedro de Valdivia • Su segunda expedición al sur de Chile • Descubrimiento de la Isla de la Laja • Primeros combates con sus pobladores • El paso de Nivequetén • Muerte del comendador Mascareñas • Los Coyunches. El conquistador de Chile, don Pedro de Valdivia, fundó, como es sabido, la ciudad de Santiago el día 12 de febrero del año 1541. Cinco años después, el 11 de febrero de 1546, emprendió hacia el sur del país su primer viaje de descubrimiento. Llegó en esa ocasión hasta el lugar en que fundó más tarde la ciudad de la Concepción del Nuevo Extremo, o sea, hasta el punto en que hoy se levanta el puerto de Penco. Cuatro años después de este primer viaje, el conquistador volvió al sur, al frente, esta vez, de una respetable columna formada por trescientos hombres montados, armados al estilo de la época, con picas, espadas y arcabuces, y cubiertos, de pie a cabeza, con armaduras de acero. Valdivia emprendió esta expedición en los primeros días del mes de enero del año 1550. Meses antes, en septiembre del año 1549, revistando sus tropas en la naciente ciudad de Santiago, ha- bía sufrido la fractura de un pie, a consecuencia de una caída del caballo que montaba. Por tal motivo, al partir de Santiago, tuvo que salir al frente de sus soldados conducido en una litera, en hombros de los indios de su servicio. El viaje se hizo sin novedad hasta los márgenes del Itata. Desde este punto, Valdivia, que ya se sentía mejor, creyó más prudente continuar su marcha a caballo. En los últimos días del mes de enero, Valdivia llegó por primera y única vez a orillas del río Laja, el Nivequetén de los araucanos, río que atravesó por el vado de Tarpellanca, llamado a alcanzar, siglos después, trágica celebridad. En este lugar, dentro de los límites del territorio conocido con el nombre de “Isla de la Laja”, salió a cerrar el paso al conquistador, un cuerpo de tropas indígenas compuesto de dos mil hombres. En carta escrita por Valdivia al emperador Carlos V, con fecha 15 de octubre del año 1550, con- tándole cómo había sido recibido por los indígenas del sur de Chile, en su primer viaje hasta las orillas del Bío-Bío, los comparó con los tudescos1, lo que no fue pequeña alabanza por provenir de tan gran soldado. En esta carta, Valdivia escribe: “Aquella misma noche, al cuarto de la prima, dieron sobre no- sotros siete a ocho mil indios y peleamos con ellos más de dos horas, y se nos defendían brava- mente cerrados en un escuadrón como tudescos”. Los indígenas de la Isla de la Laja, que salieron a cerrar el paso al conquistador, no pelearon menos bizarramente. 1 Tudesco: natural de Alemania, en la Sajonia interior. 5 Valdivia caminaba con su pequeño ejército, rodeado de toda clase de precauciones. Sus tropas marchaban en orden de batalla, llevando sus bagajes al centro. Partidas de exploradores las pre- cedían inspeccionando cuidadosamente el camino en previsión de una sorpresa. “En este orden -dice don Diego Barros Arana en su Historia General de Chile- llegaron los con- quistadores a las orillas del río Nivequetén, que nosotros llamamos de la Laja. Como en este sitio ofreciera el río un vado fácil, aunque largo, en que el agua llegaba a los estribos de los caballos, entraron resueltamente en él. Un cuerpo de indios, que Valdivia hace subir a dos mil hombres, trató de impedirles el paso, pero Villagrán, adelantándose con la vanguardia, los des- barató mediante una de esas cargas irresistibles que sabían dar los jinetes castellanos, y les tomó algún ganado y varios prisioneros”. Nada dice el señor Barros Arana sobre las pérdidas que experimentaron los españoles en el paso del Nivequetén. Según el padre jesuita don Diego de Rosales, autor de Historia General del Reino de Chile, los es- pañoles, en este primer encuentro con los indígenas que poblaban la Isla de la Laja, perdieron a un tambor, cuyo nombre se desconoce. Dice el padre Rosales, refiriendo este episodio: (Sic). “A esta vista dio el famoso Gobernador un Santiago y passo de la otra banda del río de la Laxa, llamado Nivequetén, a donde desbarató una gran tropa, alanzeó a muchos en medio de su corriente por arrojarse como peses al agua, y mató a otros, con pérdida de un atambor, que se desapareció, sin saver si el enemigo le avía muerto o se avía aogado”. Este primer desastre, como más tarde otros mayores, no consiguió abatir la soberbia de los indios coyunches, cuyo nombre era el que distinguía a los indígenas que poblaban la Isla de la Laja, de los que poblaban el resto del territorio nacional. “Aquel desastre -dice don Diego Barros Arana, en la obra anteriormente citada- no amedrentó a los indios. El 24 de enero llegaron los españoles a las orillas del Bío-Bío, y no siéndoles posi- ble pasarlo a vado por lo profundo y cenagoso que estaba en ese lugar, comenzaron a construir balsas para atravesarlo. Los indios, en número más considerable todavía, salieron a la defensa del paso, cruzaron a nado sus aguas y fueron a atacar valientemente el campamento enemigo. Valdivia, sin embargo, logró desbaratarlos, obligándolos a repasar el río; pero no se atrevió a seguir su marcha por ese lugar. Queriendo buscar un paso menos peligroso, se puso en mar- cha hacia el oriente. Apenas había andado dos leguas, sus tropas fueron asaltadas de nuevo por aquellos infatigables guerreros, que las obligaron a sostener otra batalla.

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