Poesías De José De Jesús De Ocio. Ocio, José De Jesús De, -1862

Poesías De José De Jesús De Ocio. Ocio, José De Jesús De, -1862

[Clavellinas] : poesías de José de Jesús de Ocio. Ocio, José de Jesús de, -1862. [Matanzas : s.n., 1853?] https://hdl.handle.net/2027/hvd.32044090906694 Public Domain, Google-digitized http://www.hathitrust.org/access_use#pd-google We have determined this work to be in the public domain, meaning that it is not subject to copyright. Users are free to copy, use, and redistribute the work in part or in whole. It is possible that current copyright holders, heirs or the estate of the authors of individual portions of the work, such as illustrations or photographs, assert copyrights over these portions. Depending on the nature of subsequent use that is made, additional rights may need to be obtained independently of anything we can address. The digital images and OCR of this work were produced by Google, Inc. (indicated by a watermark on each page in the PageTurner). Google requests that the images and OCR not be re-hosted, redistributed or used commercially. The images are provided for educational, scholarly, non-commercial purposes. , 2,6 hº, 4 OCD 1barvaro CoIIege ILíbrary FROM THE FUND FOR A PROFESSORSHIP OR LATIN-AMERICAN HISTORY AND ECONOMICS Established 1913 Al Sr. José Rodriguez de Armas. D) ED) (CATO) R.A a yo A nadie pudiera dedicar con tanto y gusto voluntad el segundo tomo de mis tí, sencillas é incorrectas poesías, como á mi querido amigo y distinguido compa y triota, á quien conozco estimo desde mi tierna infancia: dígnate, pues acep , tarlo y considéralo como una prueba inequívoca de la síncera afeccion que te y profesa tu antiguo veráz amigo Q. T. M. B. /a/ az4 una rá (2za. HARVARo collegE LIBRARY LATIN-AMt RICAN . PROFESS0ãSHP FUND APR 3 1925 DECMAS, Feliz mil veces el valle Que vió tu temblante cuna Feliz el que por fortuna Contempla tu airoso talle! Pero mas feliz quien halle, En cambio de su pasion, Piedad en tu corazon, Sonrisa en tus lábios rojos, Y en tus peregrinos ojos Miradas de compasion Si naciste en Yumurí Al susurro de las palmas. A herir de amores las almas Viniste despues aquí: Yo al momento que te ví Tan bella y tan hechicera, Lleno de fé verdadera Le hice á tu hermosura salva, Como las aves á el alba Un dia de primavera. -- 6 — No brota el campo una fior, No ostenta el cielo una estrella Que se te iguale en lo bella, Ni que te esceda en fulgor: De la pancarpia de Amor Eres rosa nacarada, Azucena perfumada, Dália, jazmin, clavellina, O deliciosa ambarina De Vénus misma envidiada. Eres indiana graciosa, Brillante como el rubí, Sutil como el colibrí, Bella cual la mariposa: Cuando la aurora radiosa Destierra el nocturno espanto, Al ver tu célico encanto, Juzgándose deslucida, Su faz oculta, corrida, Con el zafirino manto. Arrobadora trigueña, Gérmen de anhelado bien , Mística flor del Eden, Fuente diáfana y risueña: Hurífestiva y pequeña, Cefirillo halagador, Véspero deslumbrador, De la ilusion talisman, Riza espuma del San Juan, Dorado ensueño de amor. — 7 — Yumurina seductora, Pulimentado diamante, Fácula del sol brillante, Perla que vertió la aurora: Preludio de arpa sonora, Ruido de manso arroyuelo, Fausto anuncio de consuelo, Imán de las voluntades, Sultana de las beldades, Grata emanacion del cielo. Y si el Dios del firmamento Te formó tan soberana, Perdona, vírgen cubana, Tan corto encarecimiento: Mi rústico entendimiento A vista de tu belleza Adquiere mayor torpeza, Y sin poder discurrir No hace mas que bendecir La sabia naturaleza. La naturaleza sabia Que te hizo un raro portento, Poniendo en tu dulce aliento Los perfumes de la Arabia: El que te elogia, te agravia, Si te juzga humano ser, Pues no es fácil comprender, Por tu beldad singular, Si eres neréida del mar, Anjel, sílfide ó mujer. A A N_ \-\N RNNN". NNNN.Nº RnºnnV. S0NET0, Yo me turbo á los piés de la belleza Cuando intento decirle mis amores, Y acometida el alma de temores Sus movimientos á perder empieza: ¿ Habrá dado la gran naturaleza Mas valor á los otros amadores, O tímidos tambien entre temblores Las señales darán de su termeza? Mas ¿ quién no teme, soberano encanto, Al dirigir la planta sigilosa Hácia las aras de tu templo santo ? Yo confieso que mi alma es temerosa: Siempre he temblado; pero nunca tanto Como tiemblo á tus piés, Clórida hermosa, (CUARTEROS A peticion de una strita, tIntestando ls VENIs de un pla, que después de algumIS ás de silencil, Vºlvió á tal. tarlº. Con cuanta lentitud pasan los años De una doliente y lamentable vida, Circundada do quier de graves daños Y de acerbas congojas precedida! Quien goza dichas y despues las pierde Al fiero impulso de la suerte dura, Es imposible que su bien recuerde Sin exhalar suspiros de amargura. y Todo, todo le cansa le fastidia Al que siente de amor enferma el alma, Si por desgracia la amorosa lidia Vé convertida en espantosa calma. Yo fuí dichosa en los primeros dias De mi edad juvenil; pero el Destino Arrebatando las delicias mias Llenó de espinas mi infeliz camino. Y desde entonces sollozando mustia Cual triste tortolilla en la pradera, Siento en el pecho tormentosa angustia Precursora fatal de muerte fiera. — 10 — Viva al dolor, á ios placeres muerta, Y sostenida en brazos del quebranto, l)e continuo la faz tengo cubierta Con el raudal de mi amoroso llanto. Mas, oyendo de nuevo los cantares Del mas canoro cisne Americano, a Mis lágrimas suspendo y mis pesares, Y siento el corazon latir ufano. durmiera y Que un cisne que despertara Y al despertar de un sueño dilatado Sus cantos á mi nombre consagrara, y Es digno de mi amor mi cuidado. Canta, cisne, otra vez: goza la gloria - - Con que el poeta venturoso vive, Y en galardon de tu feliz memoria, Mis mas sínceros plácemes recibe. Pues solo de tu cántico sonoro La regalada y dúlcida cadencia, Es capaz de enjugar mi ardiente lloro Y de hacerme gustar de la ecsistencia. y Canta otra vez cesará mi duelo; - - Y los alados cándidos Amores Descenderán del encumbrado cielo A ornar tu lira con indianas flores. Nuevas canciones con placer entona, Américo cantor dulce y sublime, Que tu canto te dá nueva corona Y á mí de los pesares me redime. —l l— DECIMAS, En un jardin delicioso Hay una flor perfumada Tan brillante y agraciada Como el véspero radioso: Un jardinero amoroso La cultiva noche y dia Y en su constante agonía Solícito y desvelado, Por ser de la flor amado Su sangre derramaría. Se encanta con su presencia; Desaparece su pena, El contacto le enagena Y se embriaga con su esencia: Si una brevísima ausencia De su lado le retira Siente, solloza, suspira, Y torna á verla al instante, Porque vive delirante El tiempo que no la mira. —12— Algunas veces se atreve Con amante desvarío, s Y las gotas del rocío En sus bellas hojas bebe: Si el cefirillo la mueve Porque acariciarla anhela, El jardinero se encela, Siente pesares y enojos, Revuelve los mustios ojos, Palidece y se desvela. Si la flor se descolora, De un rayo del sol herida, Al mirarla entristecida, Tambien se entristece y llora: Mas si luego se mejora Y torna á su lucimiento, Se acerca, la mira atento, Le encuentra mas brillantez; Vuelve á llorar otra vez, Pero llora de contento. Si cuando el alba lucida Rasga de la noche el velo cielo, Y orna de púrpura el La flor se encuentra dormida, Como jamás se deseuida El jardinero anheloso, Se le aproxima gozoso, Lleno de cariño ardiente, La besa tímidamente Y se aparta silencioso. Despierta la flor hermosa De un breve y dúlcido sueño, Y al jardinero halagüeño Le parece mas vistosa : Salve (le dice) olorosa Flor de precioso matiz! Y si al bajar la cerviz Vé que la flor se sonríe, Se estásia de amor, se engrie Y se contempla feliz. Ardiendo en voráz pasion 9 Entre mortales congojas, Besa al descuido sus hojas Y luego pide perdon: Crece su amante ilusion Al deseo de abrazarla, Pero no vuelve á tocarla Si la flor no lo consiente, Y le queda solamente El consuelo de mirarla. Despierto le dice amores, Dormido sueña con ella, Y es, á sus ojos, mas bella Que todas las otras flores: Codiciando sus favores Le suplica lastimero. Mas porqué cansarte quiero Con tan misterioso amor, Si tú eres, Clóris, la flor Y yo soy el jardinero? —14 — S0NET0, 6% 11(y 011/ ta su partida. Vas á partir, bellísima Charito, Mi corazon dejando en tu partida Cual navecilla por el mar perdida, O como lirio por el sol marchito: Bien sabes que mi amor es infinito, Que tu vista es el goce de mi vida, Y que tengo tu amor, prenda querida, Con ígneos rasgos en el alma escrito. Parte, consuelo de mi amor constante, Modelo de virtud, flor de las bellas, Del límpido San-Juan perla brillante; Mas si me das motivo de querellas, Moriré de dolor, y entonce errante Mi triste sombra seguirá tus huellas. ------4-gº-6-49-p--- ENDECHAS ENDECASLABAS Deôicaôas á la 6ta. D" (6. (6. Cada vez que repaso La historia de mi vida, Encuentro en sus anales Inumerables páginas sombrías. - — 15 — Mi malhadada estrella Me acosa incompasiva, Desque por mi desgracia, ojos Abrí los á la luz del dia. No hay para mí un instante De plácida alegría; - Todo es tormento y pena, Lúgubre llanto, bárbara fatiga. Cuando menos lo espero Me asalta una desdicha Que me deja en el alma Graves pesares y profunda herida. Hoy mas que nunca siento La influencia maligna De la errátil estrella por Que la senda del dolor me guía.

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