
¿Cómo Evitar Ser Un Adicto? Dr. Octavio Gárciga Ortega CON LA ASESORÍA DE Mario E. Fumero Fundador y Asesor del 0 ¿Cómo Evitar ser un Adicto? Dr. Octavio Gárciga Ortega Profesor Auxiliar y Especialista de Segundo Grado en Psiquiatría Primera edición, septiembre 2003 Prohibida la reproducción, total o parcial de esta obra, sin la autorización del autor, y bajo las sanciones legales, por cualquier medio o procedimiento Tegucigalpa, M. D. C. Honduras C. A. Diseño de Portada: Yuri Banegas Diagramación: Patricia Cerrato Impreso en Honduras por: Edigrafic S. de R. L. ISBN 99926-50-49-4 1 Dedicatoria. Sólo el AMOR engendra la maravilla... Silvio. A mi familia. A Cuba. A Honduras. A mis Hermanos de la Brigada Médica Cubana. A todos los fármaco dependientes rehabilitados. Al genial científico y entrañable hermano Al Dr. SC Hiram Castro-López Ginard 2 INTRODUCCIÓN. Un viejo adagio nos dice “más vale precaver, que tener que lamentar”, y en Medicina se cumple en su totalidad, la verdadera Medicina evita la enfermedad en la medida de sus posibilidades, porque una vez establecida la dolencia, es imposible predecir cual será su evolución. En la lucha contra la Farmacodependencia, no existe mejor remedio que su prevención, no permitiendo que se produzca el primer contacto entre el Hombre y la droga. Para lo cual es fundamental dotar al Hombre de información que le permita conocer las características del enemigo y los peligros a los que se expone. Si por “curiosidad” o por la “influencia de los amigos” sucumbiera a los deseos de “probar, experimentar, sentir” nuevas sensaciones, una rápida retirada o la búsqueda temprana de ayuda, podrán evitar años de sufrimiento para él, su familia y el entorno social. El daño del adicto a sí mismo es obvio: la drogadicción conlleva un estilo de vida que suele caracterizarse por la pérdida de principios y valores que distinguen al ser humano de los animales, caracterizándose por conductas vinculadas al robo, la mentira, el abandono de los estudios y trabajo, la violencia (homicidio y suicidio). Lejos de ser un proceso liberador, conduce a la degradación y esclavitud más profundas que pueda padecer un ser humano. Para su familia, constituye un gran problema, un elemento de división e inestabilidad. Es incapaz de proveer lo necesario para el sustento propio o familiar. Se encuentra inhabilitado para asumir su papel de modelo positivo para sus hijos o hermanos menores. No participa en la vida familiar, ni es apoyo afectivo para los demás. Para su entorno social el drogadicto es un ente nocivo. En el colegio vulnera las normas de disciplina y afecta el proceso de aprendizaje de los demás estudiantes. Existe un riesgo alto que introduzca a sus pares en el consumo y que los haga víctimas de sus fechorías, generando ambientes de temor e inseguridad. En los últimos años este fenómeno se ha multiplicado en todas sus facetas, hablamos de casi el 15% de la humanidad implicada de forma directa o indirectamente en el problema. Es la drogadicción el elemento causante de más del 50% de los delitos y muertes violentas que actualmente se producen en el mundo. La mitad de las camas hospitalarias están ocupadas por trastornos ocasionados por la adicción o consecuencias de la misma, la cual acarrea más sufrimientos y muertes que las enfermedades cardiovasculares y oncológicas juntas, entre el 25 y el 30% de los 250 millones de accidentes laborales que ocurren anualmente está presente el diabólico flagelo. En cuanto a costos, son inimaginables las pérdidas. Según datos de la UNICEF, 1300 millones de personas viven con menos de un dólar diario, la mitad son niños, 120 millones sin escolarizar, 350 millones sufren explotación laboral, 30000 niños mueren diariamente en el mundo. Honduras, es un vivo ejemplo de estas calamidades, cerca del 70% de los hondureños viven bajo la línea de pobreza, el 70% vive en zonas rurales, hogares sin agua un 15%, sin saneamiento 15%, sin electricidad un 21%. En sólo 5 años el inicio de consumo de alcohol bajó de la etapa de la pubertad a la niñez. De 13 años que era la edad de inicio en 1998, en el Distrito Central, actualmente es de 8 3 años. Los estudios revelan que la gran mayoría de los consumidores comenzaron su consumo por drogas legales: tabaco y alcohol. En el año 2002 se produjeron en Hondu-ras 386 millones de botellas de cerveza, 93 millones de botellas de 1/8 de aguardiente y 37 millones de botellas de otras bebidas fuertes. En la capital existe una proporción (maléfica des-proporción), de 24 cantinas por cada centro edu-cacional, por impuestos por el alcohol se recau-dan 800 millones de lempiras y sólo se dedican a Prevención 5 millones. En el l998 el 3% de los niños de 11 a 13 años comenzaban a fumar, el año pasado el 12.2% de los comprendidos de 8 a 10 años lo hicieron. Agravando aún más la ya bastante crítica situación, que más de una tercera parte de los hogares no cuentan con el progenitor, más otras causas que aumentan el porcentaje de hogares desintegrados. En los últimos 5 años los niveles de seguridad ciudadana han bajado notablemente. Ha aumentado la probabilidad que una persona sea víctima de delitos tales como: hurto, robo, asalto, violación, asesinato, estafa, secuestro. Por lo que prevalece entre la población un sentimiento de rechazo, rencor e irritabilidad hacia todas las personas que se encuentran vinculadas con la drogadicción y las pandillas, generando actitudes de incompartibilidad con estos seres, por lo que se hace necesario brindar una información necesaria y un enfoque objetivo que permitan una justa evaluación del fenómeno a nivel general y muy en especial por parte del personal que estará a cargo de la rehabilitación de estas personas o de quienes asuman el noble compromiso de luchar por evitar el problema. 4 PRÓLOGO. En mis funciones como médico psiquiatra del Proyecto Victoria, una Comunidad Terapéutica para la rehabilitación de farmacodependientes, he tenido el privilegio de ser testigo y participe de la mayoría de los Proyectos que se han materializado en los últimos tiempos en este hermoso, pero atribulado país, en la lucha contra el uso y abuso de drogas legales e ilegales. Hemos colaborado con los esfuerzos realizados en el frente de Prevención por la designada presidencial Licenciada Armida de López Contreras, en el Proyecto “Sí Se Puede”, que se realizó en una colonia de las más pobres y con más alto grado de marginalidad e índice delictivo, además de las conferencias y seminarios brindados, apoyamos con plazas para Rehabilitación a aquellos casos que nos enviaron. He sido testigo de la extraordinaria labor que realiza el ingeniero Alfredo Landaverde como Secretario Ejecutivo de la Oficina contra el Narcotráfico, que también atiende al Observatorio Hondureño sobre Drogas, así como de la incesante labor investigativa y preventiva que realiza el IHADFA, con el Dr. Batres al frente, y donde se encuentra el excelente investigador y gran amigo Licenciado Enio Alvarenga. Debo señalar que he sido honrado junto al Proyecto Victoria de participar activamente en uno de los Proyectos más innovadores que he conocido en nuestra área latinoamericana, donde el fundador y guía del Proyecto Victoria, Reverendo Mario Fumero funge como asesor, que es la capacitación de policías, que funcionarán como rehabilitadores en los centros de rehabilitación de niños y adolescentes en su reinserción social, Proyecto auspiciado por el Presidente de la República Licenciado Ricardo Maduro, el Ministro de Seguridad Oscar Alvarez y el asesor presidencial para esta área Dr. Ramón Romero. La Brigada Medica Cubana se ha sentido motivada y comprometida con esta hercúlea tarea y queremos aportar nuestros conocimientos, experiencia y esfuerzo personal en el logro de positivos y duraderos resultados en esta problemática y compleja tarea de tan alta significación humana, por lo que hemos realizado un Proyecto para realizar una intervención de prevención integral a nivel de las secundarias publicas del país. La presente entrega es el folleto guía que orientará las acciones de las actividades del Proyecto. El Autor. 5 ANTECEDENTES HISTÓRICOS Durante siglos el consumo de drogas ha sido parte de las conductas sociales permitidas en los pueblos, por lo que careció de regla-mentaciones legales. Nuestros aborígenes hicieron amplio uso de ellas, pero con fines muy bien definidos, entre ellos: calmar el hambre y la fatiga, para aliviar dolencias, en ritos y celebraciones, pero siempre con medida y moderación, pues existían severas restricciones y peores castigos para quienes incumplían las reglas establecidas. La prohibición del alcohol, el tabaco, el opio, la heroína y la cocaína se realiza en la segunda década del siglo pasado. En los años 60 del pasado siglo, el movimiento hippie colabora con el aumento sistemático del consumo de drogas, especialmente alucinógenos, coinci-diendo con el auge del LSD. Resalta el hecho que la toxicomanía múltiple reemplaza al uso de una o dos drogas, como hasta entonces era lo más corriente. En la década de los 70, con la aparición pública de la marihuana en espectáculos musi- cales, marca un hito, más, sin embargo, nunca constituyó un problema social de real magnitud. En estas dos décadas el consumo de drogas cumplía una función social, de contenido colectivo, y cuando era asumida individualmente (principalmente a través del consumo de marihuana), se vinculaba con procesos de superación del espíritu, meditación y otros estados. En las décadas de los años 80 y 90, y como parte del auge mundial de las drogas, (sobre todo de la cocaína, pasta base, benzo-diacepinas, drogas sintéticas), el fenómeno ad- quiere mayor significación, y está relacionado con una visión más individualista y hedonista1 de la vida. La droga está destinada a disfrutar el momento y lo que importa es el propio goce.
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