credinidiceVERSIONFINAL:Maquetaci n 1 20/01/2008 23:53 PÆgina 1 E L S ALMÓN R EVISTA DE P OESÍA 4 D OSSIER POÉTICO Camino de FLUVIAL palabrasPOR DUARDO OGA E M JOSÉ BARROETA 16 GUILLERMO SUCRE 18 RAFAEL JOSÉ MUÑOZ 19 LUIS ALBERTO CRESPO 20 ELEAZAR LEÓN 21 8 ANDRÉS ELOY BLANCO 22 ENRIQUETA ARVELO LARRIVA 23 LUIS GARCÍA MORALES 24 Malencuentro, CRUZ SALMERÓN ACOSTA 26 pero tenía otros CARMEN VERDE AROCHA 27 ALBERTO ARVELO TORREALBA 28 RAMÓN PALOMARES 30 nombresPOR J UAN L ISCANO CAUPOLICÁN OVALLES 31 LUCILA VELÁSQUEZ 32 CARLOS CONTRAMAESTRE 33 EMIRA RODRÍGUEZ 34 38 VÍCTOR VALERA MORA 35 HANNI OSSOTT 36 P OESÍA INÉDITA R ESEÑAS TRIBU Vino para el festín de ATILIO STOREY RICHARDSON 14 DE G ABRIELA K IZER Hondo temblor de lo secreto de ANTONIA PALACIOS 43 Eros y Pallas, de CARLOS NOGUERA 44 PRESENTADO POR EDMUNDO RAMOS FONSECA La mágica enfermedad de JESÚS SANOJA HERNÁNDEZ 45 El Salmón - Revista de Poesía A ÑO I NO. 1 Enero-Abril 2008 EDITORES Santiago Acosta y Willy McKey COLABORAN EN ESTA EDICIÓN Albinson Linares, Edmundo Ramos Fonseca, Diego Arroyo Gil, Andrés González Camino AGRADECIMIENTOS Nelson Rivera, Papel Literario, Eduardo Moga, Jordi Carrión, Gabriela Kizer, Virginia Riquelme, Claudia Giolitti, Ricardo Ramírez, Miriam Ardizzone, Luisa Pescoso, Juan Riquelme, Luis Enrique Belmonte, Diajanida Hernández, Katyna Henríquez Consalvi, Rafael Castillo Zapata, Armando Rojas Guardia, Alexis Ro- mero, Andrés Boersner IMPRESIÓN Gráficas León [500 ejemplares] Las opiniones emitidas por los colaboradores de El Salmón no son necesariamente las mismas de los editores. Esta revista es editada sin fines de lucro. El costo de cada ejemplar contribuye con los gastos de edición, impresión, distribución y difusión. D EPÓSITO LEGAL pp200802DC2772 ISSN 1856-853x CONTACTO [email protected] http://revistadepoesiaelsalmon.blogspot.com C ARACAS V ENEZUELA presentacion001:Maquetaci n 1 18/01/2008 12:00 PÆgina 2 Presentación El Salmón - Revista de Poesía, nace de una in- comodidad. La ausencia de espacios de le- gitimación para la palabra poética, el olvido en que caen muchos de nuestros poetas, el silencio y el desorden de las editoriales, re- vistas y suplementos y la lacónica presencia de la poesía en los eventos literarios y cen- tros de especialización académica, son los síntomas que nos indican que la poesía ha quedado relegada casi a la región de lo ac- cesorio, lo prescindible. Los colectivos poé- ticos han desaparecido y las revistas literarias –instancias que siempre han favo- recido la experiencia literaria grupal, la que se impulsa a sí misma a través de lo público, la reacción y la polémica– se han institucio- nalizado. Se ha extinguido esa necesidad colectiva de enfrentarse a los problemas de la literatura valiéndose de la crítica y la poe- sía para la denuncia y el contrapunteo. Las dinámicas alternativas siem- pre han sido una necesidad de la literatura. En la base de manifiestos, grupos y movi- mientos que ha tenido nuestra poesía, las revistas han funcionado como territorio común, un suelo desde donde levantarse hacia la individualidad que reafirma aquellas propuestas que nacieron de la experiencia colectiva inicial. La reivindicación de la pa- labra vinculada a la poesía (tanto la creadora como la reflexiva) puede darse a través de presentacion001:Maquetaci n 1 18/01/2008 12:00 PÆgina 3 órganos distintos a las instituciones, las cua- torno a todas ellas. Más que pretender les en la mayoría de los casos condicionan crear un terreno nuevo, pensamos que y limitan el poder potencialmente confron- hace falta resucitarlo, librarlo del vacío que tacional de la reflexión literaria. Pero lo al- se le ha ido acumulando encima. Así, qui- ternativo no está obligadamente ligado a la siéramos ser rescatistas más que pioneros, independencia monetaria: la alteridad ra- recreadores más que inventores, recono- dica más bien en el camino que se ha deci- cedores más que descubridores. El gesto dido navegar. renovador siempre esconde la intención Nuestra poesía está esperando, de borrar la tradición de un plumazo, pero serena, al lector ansioso y arriesgado que a estas alturas no parece prudente tomar sepa sacar de ella lo que tanto nos debe- una actitud adánica frente a los asuntos mos. Queda una historia por ordenarse, que nos preocupan. hay diálogos pendientes, confrontaciones Con un planteamiento que res- urgentes, reclamos inevitables y aplausos peta la dignidad del texto poético, tanto en en deuda. ¿Para cuándo, si no ahora? Si el discurso editorial como en el estético, in- hemos decidido iniciar una publicación tentaremos atender al lector de poesía sin dedicada a la poesía venezolana no es con distraerlo con prosopopeyas gráficas que ganas de voltear las miradas hacia nuestras devienen innecesarias cuando se tiene fe en firmas: ha sido por sed, por hastío de que- la calidad de lo expuesto y la potencia de la jas privadas acerca de asuntos que deberí- palabra. La lectura de poesía es un ejercicio amos atender como públicos. Ha sido por íntimo que encuentra ecos colectivos sólo un respeto reverencial hacia nuestra después de esa aprehensión individual. Esa poesía. Sentimos la necesidad de revisitar es parte importante de nuestra apuesta. nuestro patrimonio poético para venti- Quisiéramos remontar la co- larlo, exponerlo, sacarlo del anaquel polvo- rriente de nuestra tradición poética, por riento y llevarlo a dar un paseo que le gusto, por saber dónde estamos y hacia ilumine la pelambre. dónde debemos (o pudiéramos) ir. Aún El Salmón quiere ser un territorio queda mucha agua por recorrer, pero para la (re)lectura atenta de la palabra po- ya no se hará en silencio. ética que nos precede, la nunca reeditada, la editada, la inédita y la que reflexiona en LOS EDITORES lodemogaVERSI NFINAL:Maquetaci n 1 20/01/2008 23:59 PÆgina 2 Hace pocos meses el crítico y poeta catalán Eduardo Moga estuvo en Caracas presentando Lecturas nómadas, su último libro editado por Candaya, del cual nos ha cedido el siguiente artículo a propósito de la poesía de José Barroeta Camino de palabrasPOR E DUARDO M OGA n un acto de indeseada coheren- ultratumba. Estremece la frialdad anato- cia, José Barroeta (1942-2006) mopatológica con que Barroeta describe E murió cuatro días antes de que el cáncer que lo ha de abatir en el último apareciera Todos han muerto, el volumen que poema de su último libro, Elegías y olvidos, recoge su poesía completa. Su título co- cuyo título no puede ser más notarial: rresponde al de su primer libro, publi- “Enero - 4 y 30 a. m.”: “En mi pared bron- cado en 1971, que es, a su vez, el de uno quial / con arquitectura parcialmente al- de los poemas que contiene. Igual que en terada / por neoplasia maligna epitelial / Pedro Páramo, el protagonista visita un las células se disponen en nidos y cestos pueblo en el que todos han fallecido. Los / fragmentando el sonoro tejido de la espectros no acuden a su encuentro, como noche”. Con la gélida poesía de la ciencia, en la novela de Rulfo, pero la ausencia di- Barroeta enuncia la fatal convergencia de buja en torno a él un espacio de estupor: sus obsesiones y de su vida. También Pizar- “Todos han muerto. / La última vez que vi- nik dio cuenta de su fin, garabateando estos sité el pueblo / Eglé me consolaba / y es- versos definitivos en el pizarrón del cuarto taba segura, como yo, / de que habían donde la hallarían muerta: “No quiero ir / muerto todos. // Me acostumbré a la idea nada más / que hasta el fondo”. de saberlos callados / bajo la tierra”. En este La muerte es, en efecto, el gran deambular por entre lápidas y ausencias, asunto de Barroeta. Preñado de senequismo, “Todos han muerto” recuerda a otro clá- el poeta la advierte clavada en la carne, ínsita sico de la literatura mortuoria, Antología de en la vida, y afirma: “Mi vida es un cadáver”. Spoon River, de Edgar Lee Masters, cuyos Enroscados en los versos aparecen cráneos, epitafios constituyen un cáustico coro de sangre, fantasmas; abundan los plantos y las 4 lodemogaVERSI NFINAL:Maquetaci n 1 20/01/2008 23:59 PÆgina 3 invocaciones a lo roto: espejos rajados, que- los senos de mi hermana / hay bosques braduras, descalabramientos. La muerte ha presentes. / En sus senos viven los conejos, barrido a las figuras familiares, y su poesía se / (…) y la / melancolía de morir”. abandona a una añoranza rabiosa: canta a los « padres –también Vicente Gerbasi ensalza al Su aproximación a la realidad padre inmigrante, en un poema fundacional es siempre indirecta: así de la poesía venezolana contemporánea–, a accede más derechamente a los hermanos, a los abuelos y bisabuelos, su esencia. Y, sin incurrir en como si todos, abrazados por la nada, dibu- lo descoyuntado, parece jaran un espacio invulnerable, una heredad siempre a punto de hacerlo, a la que no tuviera acceso la destrucción. Ba- en el delicioso límite del caos » rroeta, poeta lárico –así lo define Eugenio Montejo en su elegante presentación, recu- Pero la alegría de la poesía barroe- rriendo al término inventado por Jorge Tei- tiana se debe, sobre todo, a su tono, siempre llier–, evoca también la casa, otro lugar grácil y cordial, sin concesiones a lo gárrulo inmune, y cartografía una comarca en cuyas ni a lo estupendo. En Todos han muerto, lo po- colinas y bueyes, en cuyos bosques y caba- ético se define como una ruptura tranquila llos, ha arraigado el bien. Como ha señalado de las expectativas, como una amable sub- Joaquín Marta Sosa, la terredad es un rasgo versión. Son versos de una naturalidad ani- característico de la poesía venezolana, mal, aliados o transmisores de un lirismo aunque en el caso de Barroeta tenga asimismo animal. A menudo no sabemos mucho de ideal: de recreación mítica.
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