EL NACIONAL DEL 40 Jueves 19 de Marzo de 1970 DIRECTOR Fronklin Morales asesor de la dirección Eduardo Gutiérrez Cortinas AYUDANTE DE LA DIRECCION Rafael Bayce DIAGRAMADO Horacio Anón EDITOR Julio Bayce Editores Reunidos Cerra torso 949 Tal I 03 1 1 Monla».deo Urugoor DISTRIBUCION GENERAL Arca S. I. L Colonia 1263 Tal. 6 32 00 DISTRIBUCION INTERIOR, QUIOSCOS Y CANILLITAS Distribuidora Uruguoya do Díanos y Rovistas Ciwdodola 1424 Tal. I 51.5$ PUBLICIDAD Vórtice Salís 1563 Tal 9 13.22 o Impreso en Uruguay por Impresoro Reí S A Caboto N- 1525 — Teléfono 4 90 41 Hecho el deposite de ley. Amporodo en el Art 79 de la Ley 13 349 IComisión del Popel) El Club Nacional de Eootball consiguió montar una Copyngbr EDITORES REUNIDOS máquina futbolística a fines de la -locada <lcl 3(1 y prin­ cipios de la siguiente. Curiosamente, ni el propio club LA DIRECCIÓN NO COMPARTE NECESARIAMENTE parece darle la trascendencia que tuvo un equipo que. LA OPINIÓN DE IOS AUTORES por ejemplo, en la temporada de 1941 obtuvo irtv icto y sin ningún punto en contra el Campeonato I ruguayo ante diez adversario*,hazaña sin parangón en toda la historia del torneo másrepresentativo del fútbol nues­ tro. al ganar los 40 puntosen disputa. La memoria popular con todo, rescataaquellos hombres de leyen-la. Ahlie García, el moruno qoleodor de lodo» lot tiempos t«m ntt Ut EL NACIONAL DEL 40 RAUL BLENGIO BRITO La primera e histórica victoria del período fue el torneo nocturno jugado en el verano de 1938. Participó la realeza del fútbol rioplatense, jugándose en Montevideo, Buenos Aires, Rosario y La Plata entre Peñarol, Boca Juniors, Independiente, Newell’s, Racing, San Lorenzo, Estudiantes, Rosario Centra'., River Píate y Nacional. Formidables jugadores alinearon en cada club, como Bernabé Ferreira, José Manuel Moreno, Pedernera, Arsenio Erico, Zozaya, Sastre, Vicente de la Mata, Scopelli, Sebastián Guaico, Pellegrina, Alarcón, Varallo, Peucelle, etc. Además la pasión del rival manchó de sangre, sin eufemismos, la camiseta del Campeón, aquí alineado en oca­ sión del partido jugado en La Plata: Véliz, arquero suplente, Alejandro Morales, Ricardo Faccio, Mario Rodríguez, Eduardo García, Lirio Fernández, Ramón Cabrera, Roberto Porta, Francisco Arispe, Atillo García, Enrique Her­ nández y Arturo De León. Nadie sabía, por supuesto, en 1938, Vale, entonces, hablar del Nacio­ Vale la pena marcar, sin embar­ que ya por entonces estaba naciendo nal del 40, pero no para referirse, go, que este Nacional fuera de se­ lo que hoy llamamos, por comodidad precisamente al del 40, sino al que rie no es fruto de la casualidad de lenguaje más que por precisión partiendo de la "Unificación” del 37 (como nada, tal vez), sino en última histórica o sociológica, el Nacional del y del Nocturno Internacional del instancia de un conjunto de cosas 40. Y nadie sabía, tampoco, en 1943, 38, acumuló, entre otros, los cinco voluntariamente elegidas, de un con­ que el equipo que ese año ganaba por Campeonatos Uruguayos disputados junto de responsabilidades conclen- quinta vez consecutiva al Campeo­ desde el 39, dio a la dirección téc­ temente asumidas, de un esfuerzo nato Uruguayo seguía siendo, estric­ nica un papel fundamental (por en­ múltiple y tenaz, de la confluencia tamente, el Nacional del 40. tonces, apenas intuido) y trabajó final de diversas vertientes. En verdad, la fórmula es de acu- Hubo, primero, en la esfera diri­ nación reciente. Y busca aludir a un sobre hombres que sumaron a su gente, una fructuosa intención por fenómeno único —uno más, de los propia capacidad, su amor a la en­ salir de una larga crisis de comités únicos— del fútbol uruguayo. Por- seña, su desapego a los estímulos y antagonismos, de programas de r que con prescindencia de otros he- materiales, su sentido de equipo, y acción sucesivos y encontrados, dis­ » chos memorables, de otras hazañas su plena conciencia del papel a tintos y estériles. Hubo, además, lu­ conocidas, de calidades ind viduales desempeñar en un conjunto inte­ minosa certidumbre en cuanto a la o aun de equipos de excepción, nun­ grado por once. necesidad de dejar la dirección téc­ ca se vio, por tanto tiempo y tan sin El Nacional del 40 es, además, nica de los equipos en manos de un pausas, un conjunto de hombres que, para gran parte de su público de verdadero director técnico (verdad siendo cada uno de tan alta calidad, hoy— porque es historia todavía cer­ que, treinta años después, aún suele formaran sin embargo, al mismo cana— el mejor de los recuerdos. De discutirse, si no con las palabras, tiempo, un organismo tan coherente hombres y de goles. De triunfos, en por lo menos con los hechos). Y hu­ y eficaz. fin. bo, por fin, tino y suerte en la elec- 363 ción de los hombres que habrían de integrar los planteles superiores. LA UNIFICACION DIRECTIVA El Dr. Atilio Narancio, el más conocido de los responsables de la victoria olímpica del 24, había presi­ dido la Comisión Directiva de Na­ cional durante 1934 y 1935. Pero ya por entonces había comenzado, en un plano de menos notoriedad, la acti­ vidad permanente de los comités electorales, la puja incesante por la sucesión, el enfrentamiento de pro­ gramas y la diversidad de las opi­ niones. Era excesiva la división: los lemas "Delgado - Pesquera - Bermúdez”, "Manuel Rovira Urioste”, “Nacio­ nal”, "25 de agosto”, "Abdón Porte”, buena intención y buenos propósitos aparte, fragmentaban al club y ale­ jaban la posibilidad de un grupo dirigente que, por encima de luchas internas, aplicara su esfuerzo sola­ mente al engrandecimiento del club. La crisis y la lucha de tendencias se mantuvo hasta 1937. Nació enton­ ces, por voluntad de todos los grupos indicados (aunque alguno, más tar­ de, optó por retirarse), el comité “Unificación” y la candidatura sal­ vadora de Aníbal Zapicán Falco. El propio Falco había de decir después: "Alejado desde hacía años del fútbol, pensé cerrar mi ciclo de­ portivo considerando que mis tareas particulares me obligaban seriamen­ te, absorbiendo casi todo mi tiempo. Sin embargo, y pese a mis propó­ sitos, hube de atender la solicitud de un selecto núcleo de socios de Nacional, sirviendo de bandera de concordia a un movimiento que ten­ día a la eliminación de los viejos círculos en el club” (declaraciones recogidas por “El Pueblo” del 10 de marzo de 1938). , Con el elenco directivo del 37 (lai­ co, Braceo, Fullgraff, del Castillo. Palazzo, Goycochea, Ruibal, Hughes. Antuña, Arboleya, Gomensoro), co­ mienza uno de los esfuerzos más serios en la vida de la instituc.ón: se pagan las deudas, se disminuyen los gastos, se compra el Parque Central, se mejora el equipo, se in­ corpora como entrenador al inglés Reaside, se logra en fin una mayor y más atenta aproximación de so­ cios y partidarios. Pero un año de esfuerzo no ... un­ za: el campeonato uruguayo le si m e siendo esquivo desde el 34 Ei cité "Unificación" insiste en su esfuerzo, “para consolidar la obra Todo comenzó con una lúcida actitud interna que primero evitó la división económica realizada y traer a nues­ directriz ungiendo presidente a Raúl Blengio Salvo, a la derecha, en la foto­tras vitrinas —dice — los trofeos que grafía, apoyado decididamente entre otro» por Atilio Narancio, en e* medio. se disputarán en 1938 y años futu­ Luego la directiva encaró una medida que sonaba a excentricidad: contrató ros". La profecía de íora un año a un técnico extranjero, un escocés llamado W illiam Reaside, a la izquierda. en cumplirse en lo que tiene que ver Ló demas fue la receta universal: tino y buena suerte en la elección delcon el Uruguayo; pero, en compen­ plantel. sación más que aceptable sin duda. Nacional, en el 38, se clasifica cam­ Consejo Directivo no interviene”), peón del Nocturno Rioplatense y del Pese a todo, a la prensa de la épo­ tiene como remoto precedente las ca le resultó difícil comprender con Torneo de Honor y se adjudica la declaraciones del presidente de Na­ copa "Lord Willingdon”, precisión el papel del nuevo entre­ cional en 1938: “Tengo desde el pri­ nador. O, más en general, el papel En 1938, presidió su directiva el mer momento opinión tan favorable Dr. Raúl Blengio Salvo, vicepresi­ de los técnicos. Y aunque en el caso del entrenador Mr. Reaside, que no concreto de Mr. Reaside hubo siempre dente en las anteriores presidencias es aventurado adelantar que se le de Narancio, y uno de los más fir­ una actitud de respeto frente a sus mantendrán, sin el menor retaceo, no discutidos conocimientos del ofi­ mes impulsores de la política de uni­ los plenos poderes que se le han dad. Lo acompañaron en el periodo cio, de todas formas costó reconocer conferido”. la importancia que tuvo para Juan Braceo, como vicepresidente; La contratación del nuevo entre­ Nacional. Mario C. Fullgraff, Santiago Antu- nador importó, pues, variantes de Ulises Badano dijo sobre el punto ña, Juan B. Silva, Peyraube, Simeto, significación con relación a la épo­ (y sobre la marcha): “Un entrena­ Hughes, Cusati, Serra y el propio ca: un club de la importancia de dor visitante ha contribuido a repo­ Afilio Narancio, que ya en 1935 ha­ Nacional recurría a un extranjero ner la base futbolística que otrora bía anunciado esta posibilidad de ir para la dirección de sus plante'es, nuestros propios conjuntos de arrai­ de simple vocal en una lista de uni­ aceptaba públicamente la necesidad go pequeño en la afición la ensa­ ficación ("el Dr. Atilio Narancio es de adaptar el juego libre e inspirado yaban con estruendosos sucesos. Es un ferviente partidario de la candi­ de las décadas anteriores a esque­ claro que el señor Reaside consiguió datura presidencial del Dr.
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