Pórfidos / Antonio Poveda Ferrer. Poveda Ferrer, Antonio

Pórfidos / Antonio Poveda Ferrer. Poveda Ferrer, Antonio

Pórfidos / Antonio Poveda Ferrer. Poveda Ferrer, Antonio. Habana : El Score, 1906. https://hdl.handle.net/2027/hvd.32044090906769 Public Domain in the United States, Google-digitized http://www.hathitrust.org/access_use#pd-us-google We have determined this work to be in the public domain in the United States of America. It may not be in the public domain in other countries. Copies are provided as a preservation service. Particularly outside of the United States, persons receiving copies should make appropriate efforts to determine the copyright status of the work in their country and use the work accordingly. It is possible that current copyright holders, heirs or the estate of the authors of individual portions of the work, such as illustrations or photographs, assert copyrights over these portions. Depending on the nature of subsequent use that is made, additional rights may need to be obtained independently of anything we can address. The digital images and OCR of this work were produced by Google, Inc. (indicated by a watermark on each page in the PageTurner). Google requests that the images and OCR not be re-hosted, redistributed or used commercially. The images are provided for educational, scholarly, non-commercial purposes. SA HARVARD COLLEGE LIBRARY CUBAN COLLECTION BOUGHT FROM THE FUND FOR A PROFESSORSHIP OF LATIN AMERICAN HISTORY AND ECONOMICS FROM THE LIBRARY OF JOSÉ AUGUSTO ESCOTO OF MATANZAS, CUBA O==O)=; o=-C-2=O)==() O}=2=(o Clntonio “Cereda Servez A8.A.A. ºº.º? º ¿¿? EHIA. E. A IN A - - - 19 O 63 o= =o-:=o}==O)===S=; ( 6. |3) 3); ©ſ 3); Antonio Poveda Ferrer -"-” PÓRFIDOS . HA BANA. IMPRENTA EL SCORE. SAN MIGUEL 42 1.9 O 6 HARV º F. O COLLEGE L. BRARY AY 3 19 l. A y N-AMERICAN r es as8OR8HP FUND, 33 - jollection e ///%-Z/C//, ni esposa ataua 1utisima, y á muestros buenos é inteligentes hijos Paquita, Lydia y José Manuel, mi primogé anito, el adolescente que figura ya como escritor distinguido. a // C/ o//wwn /%naza %woo, Haba raza 17 de Enero de 1906 HL LEGITOR Nos pocos amigos que cosa extraña! no han olvidado que hasta hace muy pocos años me ha dado el naipe por pulsar la lira—y bien sabe Dios que no he sido más afortunado recorriendo otros caminos—me sugirieron la idea de reu mir en el pequeño volumen que te ofrezco los más aceptables entre los muchos versos que he compuesto en mi vida. Quizás no sean tan malos como siempre he supuesto—me dije á mi mismo—y, sin más ca vilación, me puse á coleccionarlos; pues unos andaban dispersos por las columnas de varios periódicos, y otros, que no se hallaban en nin guna parte, fué casi necesario construirlos de nuevo, porque, salvo el pensamiento funda mental, no parecía que los hubiese estivado en la memoria. Además, después de reunidos y selecciona dos, los mejorcitos, con excepción de unos pocos—así entre los publicados como entre los inéditos—no me parecían ya tan relativamen te perfectos como me lo habían parecido cuan do los arranqué á mi lira, ni, por lo consiguien te, dignos de que viesen la luz, una primera ó una segunda vez, reunidos en este volumen, si algo habían de tener de gemas de arte que los hiciese acreedores al favor de los inteligentes y los cultos. Por lo que procedí inmediatamen te, con la devoción de un lapidario entusias ta, aunque muy mediocre, á retocar, perfec cionar y pulimentar cuanto me fuese posible sus contornos y facetas. Después de hecho ese trabajo, he creído que debía dar un nombre al volumen, y le he pues to el de PóRFIDos: nn nombre como otro cualquiera, que no debe parecer jactancioso. Yo sólo pretendo significar que mis compo siciones son como pequeños bloques de pórfi do, escasamente desbastados, de que cual quier artista de talento habría podido hacer deliciosas esculturas; y de que yo, sin ese en vidiable atributo, no he acertado á construir sino obras de muy relativo mérito, por mu cho que me he esforzado, y aunque el mate rial escogido pareciese superior. Bien sé yo que estos pobres versos míos no me darían derecho á figurar en una antolo gía de poetas cubanos y al lado de bardos tan inspirados y fecundos como Pichardo, 8 Byrne, los Urbach, Borrero, Varona y tantos Otros que honran nuestro Parnaso; pero mis PóRFIDos quizás sirvan siquiera para decorar transitoriamente las más modestas avenidas del jardín de las letras patrias. Así pienso al menos desde que esos excelentes amigos me han sugerido la idea de coleccionarlos; y á ellos, en todo caso, debes dirigirte, si descubres que me he vuelto vanidoso. Léelos de todos modos, que solamente con que te parezcan un apreciable esfuerzo poéti co y les señales un modesto rincón en tu biblio teca, me habrás discernido una satisfactoria recompensa. EL AUTOR. G==DC=O PECQUERRNRS NTFRODUCCION una lira que formé yo mismo eseo Del tronco de un arbusto º. Que en solitario valle levantaba La hermosa copa con agreste orgullo. Áureas cuerdas ceñile, y á su acorde, Cada vez que las pulso, Recojo en mi cerebro fatigado - De mis viejas memorias todo el mundo. Aº A su acorde he compuesto unas endechas Que no conoce el vulgo; Que yo le arrebaté para mí solo; Que yo modulo y que yo solo escucho. Endechas con que humillo mis flaquezas O levanto mi orgullo, Cánticos con que ofrendo mi ventura O sonriendo á mi dolor sucumbo. 13 Páginas, ay! del drama de mi vida, De ese caos confuso De esperanzas y negras decepciones; De risueñas auroras y crepúsculos. Yo quiero recitarte, amada mía, Con queda voz algunos De los que suelen recordar á mi alma El bien avaro, el pródigo infortunio. En las tinieblas de mi amor pasado Me envolveré un minuto, Para ahuyentarlas, cuando basten brumas, Con los albores de mi amor y el tuyo. Deja que viertan tristes un instante Las tintas de su luto Sobre esta dulec y plácida velada...... ¡Qué importa! Luego reiremos juntos. 1 4 RACIAs, alondra lijera, Gracias, águila caudal, GQue váis con potente vuelo Sureando la inmensidad! Vaya un himno por vosotras; Ya sé lo que me enseñáis: A buscar, para ser libre, La ignorada soledad. ¡Ay, amigas, Nuestra suerte no es igual Yo llevo en mi mismo un huésped Que nunca puedo esquivar; Que evoca mis recuerdos Con despiadado afán, Y parece que goza Mirándome penar ¡Ay, amigas, Nuestra suerte no es igual Pues yo no puedo estar solo, En todas partes está. Es viejo y sin ilusiones; Oid: se llama el pesar! II s hermosa-me dijo la madre; Muy esbelta, muy bella y muy blanca, Yo pensé:—Dios me libre, señora, De amar una estátua! III Q) s tan hermosa, que si el joven Páris y Minerva, S) G) La viera frente á Venus Paz!—les diría—someteos, diosas: Esta entre todas ciña la diadema. Y es bella coumo un sol; mas, ésto he oido De labios de filósofos y estetas: Para tener el alma como el rostro, Sin duda alguna es demasiado bella. IV ON mármol de mi amor, y con el pórfiro De mejor calidad de mi cariño, Quise un suntuoso alcázar á mi dicha Erigir, sonrojando á mi destino. En vano el arquitecto, hábil y fuerte, De paciencia y saber hizo prodigios! Base tan movediza su inconstancia! ¡No se elevó gran cosa el edificio V /Ro he oido en la lóbrega noche y. ecos sonoros, perdidos, de un arpa; Y sus notas, extrañas y ardientes, Cual lenguas de fuego lamían mi alma. ¡Ay, quizás—he pensado al oirlas La trémula mano que así las arranca Va enlazando, entre notas y notas, Pedazos del pecho, girones del alma! 18 VI que el amor propio lejos pºQ) Me llevó De la dama que quise, Para mi pecho No hay ya más estaciones Que el frío invierno. Desde entonces mis lirios, Mis asfodelos, Los mejores capullos De mis ensueños Troncha airado el pedrisco O arrasa el cierzo. Y densos, grises nimbus Cubren mi cielo, En que el sol de mi dicha, Como astro enfermo, Gira doliente, mústio, Sin luz y gélido. Desde entonces qué noche Llevo aquí dentro ¡Cómo agrandan mis dudas Sus ventisqueros Cuánta nieve en las cimas Del pensamiento! VII UIEREs que brote el verso coino brota QDe abrupta peña cristalina el agua? Junta en noble consorcio ritmo y número, Palabras con palabras. Quieres hacer poesía? Pues no importa Que el verso verso salga: Vierte un poco de hiel en lo que dices, Y endulza para tí lo que te callas. VIII en un verso el alma toda poner un océano de so Y llanto En la rima armoniosa, dulce y breve ¿Que modulan los labios, Es arte que no aprenden fácilmente Los que no toman de maestros bardos Del dolor en los negros paraninfos De doctores graduados, Yo sé un poema de pasión inmensa En un verso encerrar fugaz y rápido; Y hacer que cruja con mi duelo el dístico: Becquer me lo ha euseñado. IX Q. nieblas enlutan el diáfano cielo La amarga sospecha la mente al cruzar ¡Qué noches tan crueles de insomnio y desvelo! ¡Qué frío en el alma, qué soplos de hielo Que el pecho taladran cual fino puñal ¡Qué fiar á una frase de inmensa amargura La sóbria venganza que dicta el amor Qué inútil promesa de calma y cordura, Que á un tiempo desmienten la honda tristura, La ira que estalla en sangrienta explosión! Y luego, en acecho tenaz y constante, Rastreando en la sombra al ignoto rival, Qué oír en el aire cernerse vibrante La voz de la honra, que os dice: “adelante Si es lógico el crimen qué importa uno más!” 22 X lo supe, sombrío, Nervioso, agitado y mudo, Sentí del espacio alzarme ¿A los ámbitos obscuros.

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