UNA CONVIVENCIA POLÍTICAMENTE INCÓMODA PERO INEVITABLE: FILIPISTAS Y CAROLINOS EN , 1700-1715

P. de Montaner Doctor en Geografía e Historia

RESUMEN ABSTRACT A través de una correspondencia privada y de otras Through a private correspondence and other fuentes podemos observar las relaciones familiares sources we can follow the familiar and friendly y amistosas, en y desde Mallorca, entre partidarios relationship, in and from Mallorca, between de Felipe V y del archiduque Carlos durante la supporters of Philip V and Archduke Charles Guerra de Sucesión, 1700-1715. during the War of the Spanish Succession, 1700- 1715.

PALABRAS CLAVE: España, Mallorca, Guerra de KEYWORDS: Spain, Majorca, War of the Spanish Sucesión (1700-1715), Nobleza mallorquina, siglo Succession (1700-1715), Majorcan nobility, XVIII. Eighteenth century.

A pesar de que este trabajo se enmarca en un proyecto de la Reial Acadèmia Mallorquina sobre los decretos de Nueva Planta, he optado por exponer este estudio sin referencia explícita a dicha cuestión, que ha sido abordada por otros especialistas con mayor conocimiento del que yo puedo aportar a ese asunto1. Mi intención es ayudar a conocer mejor cuáles eran las relaciones familiares y sociales entre filipistas y carolinos, grupos que se veían constreñidos a una inevitable y cotidiana convivencia. Me he centrado en la correspondencia enviada a Don Joan Despuig i Martínez de Marcilla, II conde de Montenegro y V conde de Montoro, un mallorquín filipista que indistintamente es considerado un buen amigo por carolinos y filipistas de la Península. Se identifica a los remitentes, se presta atención al contenido de sus misivas y se procura ubicarles en el contexto del momento bélico que estaban viviendo. En general, se detecta cierto estado de confusión, pero algo queda muy claro: las relaciones personales entre ellos no tienen nada que ver con sus diferencias de ideología política.

1 Las abreviaturas empleadas en el presente trabajo serán desarrolladas al final del mismo. ISSN 1885-8600 27 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

1 Antes de entrar en materia contextualizaré sociológicamente el conflicto bélico en la isla. No sobra hacerlo, pues existe una gran tendencia a recrear la Mallorca de aquel tiempo como un lugar aislado, olvidado del mundo continental, encerrado en sí mismo y catastróficamente sometido a pillajes de propios y extraños. Es claro que la vida no era fácil para todos los mallorquines, pero no lo era más ni menos que para los habitantes de otros países. En la isla, los más afortunados explotaban sus tierras, negociaban con su grano y sus ganados, exportaban sus aceites, comerciaban con barcos por cuenta propia o formando compañías en las que se asociaban nobles y ricos mercaderes contando con aseguradores chuetas. Y el corso – cos– proporcionaba muy buenos ingresos, aunque también provocaba ruinas si el viatge en cos acababa mal. Cabe señalar que la Esquadra de Mallorca –corsaria– siempre estuvo, en gran medida, en manos del Braç Noble. En torno a 16752, sus “dueños y armadores” eran dos significativos miembros de la alta nobleza: Don Joan- Miquel Sureda i de Santacília3 y el I conde de Montenegro4; el rico ciudadano militar de extracción mercantil Joan-Baptista Sunyer i Guixer5; y el capitán Jaume Canals i Penya, un destacado inversor en corso6. Además, en aquellos momentos, los dos primeros –Montenegro y Sureda– eran titulares de la Companyia del Cos, sociedad mediante la cual se liquidaban los botines de corso capturados con la propia Esquadra una vez entregada al virrey la parte correspondiente –la joia. La expresividad de estos datos justifica que no me extienda en explicar la gran importancia de la representación nobiliaria mallorquina en el corso de la segunda mitad del siglo XVII7. Por cierto: tanto los Montenegro como los Sureda se declararán filipistas durante la Guerra de Sucesión.

2 El muy aventado aislamiento de Mallorca es una falacia. Una cosa es su caracterización como paraíso por los visitantes de la segunda mitad del siglo XIX y de la primera del XX, y otra muy distinta es derivar de ello –y, sobre todo, hacerlo retrospectivamente– un estado natural de semibarbarie que quizás podría haber embelesado a Rousseau, pero que no corresponde a una realidad socioeconómica.

2 Ese año dirigen un memorial al rey pidiendo su apoyo para mejorar la situación de la Esquadra, que ya llevaba treinta años prestando servicios. Cf. Gonçal LÓPEZ NADAL, El corsarisme mallorquí a la Mediterrània occidental, 1652-1698: un comerç forçat, Palma: Conselleria d’Educació i Cultura del Govern Balear, 1986, Ap. 20, pp. 523-524 (26 ene. 1674). 3 1629 SE-1699 SE. Bayle general de Mallorca, 1681. Se casó (1663 SE) con la pubilla Dona Magdalena de Villalonga i Despuig (1645 SE-1664 SE). Padres del I marqués de Vivot, que menudeará en el presente estudio. 4 Don Ramon Despuig i de Rocabertí (1633 SC-1681 SC). Creado conde de Montenegro [en Aragón], 1658. Se casó (1654 ALM) con Doña Melchora Martínez de Marcilla y Ram de Montoro (†1690 SC), más tarde IV condesa de Montoro [en Aragón]. Padres del II conde de Montenegro y V de Montoro, de parte de cuya correspondencia nos ocupamos en este trabajo. 5 †1679 SC. Se casó (1648 SE) con Margalida Gastinell i Thomàs, a quien asesinó a hachazos (†1678 SC). 6 1616, Sóller-1679 SN. Para este personaje y su entorno social: Gonçal LÓPEZ NADAL, “El capità Jaume Canals i els negocis per mar”, BSAL, 65 [2009], pp. 141-154. 7 Cf. vgr. P. de MONTANER, “Los caballeros de Órdenes Militares y el comercio en Mallorca durante los siglos XVII y XVIII”, BSAL, 36 [1978], pp. 99-109; P. de MONTANER / Aina LE-SENNE, “Nobleza, comercio y corso en la Mallorca moderna: los negocis per mar de los Sureda”, Mayurqa, 19 [1979-1980], pp. 289-328; Gonçal LÓPEZ NADAL, El corsarisme, cit., passim. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 28 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

Mallorca no estaba aislada porque, entre otras razones, era ruta obligada de la navegación comercial entre el Mediterráneo Oriental y el Occidental –y, por tanto, paso ineludible para salir al Atlántico. Esto, que es obvio, mantenía a la isla en contacto constante con las cuatro riberas. Es más: los libros que se publicaban en el Continente, llegaban aquí antes que a la Península Ibérica porque resultaba más seguro y económico su transporte por mar que por tierra. Así, libreros y lectores de la isla disponían de la bibliografía ad usum antes de que lo hiciesen los de muchos otros lugares de España y Portugal. La segunda mitad del siglo XVII estuvo sangrientamente marcada por las luchas banderizas de la aristocracia, que arrancaban en la Edad Media, pero no hay que olvidar que ese tipo de luchas clánicas también se dio frecuentemente en otros muchos sitios, dentro y fuera del ámbito hispánico. Precisamente, en el caso mallorquín, las de Canamunt i Canavall tuvieron cierta continuidad en la Guerra de Sucesión porque los caudillos de los encontrados bandos filipista (botifler) y carolino (maulet) corresponden a aquéllos: sobre todo, y respectivamente, destacaban los Sureda [Canamunt = botiflers] vs. los Sureda de Sant Martí [Canavall = ]. ¿Pero cómo hacían los miembros del Braç Noble, todos colegiados en la cofradía de Sant Jordi, para hacer compatible su inevitable e inexcusable vida cotidiana de relación social y sus luchas clánicas que, en casos extremos, llegaban al secuestro e incluso al asesinato? ¿Y cómo contrataban/desechaban las alianzas matrimoniales entre sí? En una sociedad en la que ese colectivo está demográficamente impelido a practicar la endogamia, las indeseadas sólo podían esquivarse mediante el recurso a la subendogamia selectiva –y eso es lo que procuraba hacerse8.

3 Carlos II se fue de este mundo el 1 de noviembre de 1700. La noticia oficial del fatal succés llegó a Mallorca en carta de la reina-gobernadora firmada en el día 3, y el Gran i General Consell deliberó el día 13 sobre asunto tan importante. Se tuvo en cuenta otra del propio rey datada aquel mismo día 1 en la que pedía –i.e. ordenaba– a sus vasallos de Mallorca que respetasen la corriente “planta” de gobierno durante la tramitación de su futura sucesión (falleció pocos momentos después). Sin ninguna intención de contrariar los deseos del difunto, ahora se trató de la organización de los consabidos funerales regios e imposición de los lutos consuetudinarios; y, por supuesto, se decidió comunicar a la reina-gobernadora que el Reino de Mallorca “se conforma en todo y obedece”9. El 8 de enero de 1701, se acordó que, como hacían los otros reinos de la Corona de Aragón, se enviase un embajador a la corte a dar simultáneamente el pésame por la muerte de Carlos II y la norabuena de la successió y [inminente] arribo de Felipe V10 –y ya diremos a quien se nombró para ello. En 1707, en un tratadillo político procarolino se afirmará: “La successión del Señor Duque de Anjou à la Monarquia de España fue un accidente tan impensado que

8 P. de MONTANER / Enric PORQUERES, “Subendogamias en el Mediterráneo: los ejemplos mallorquines de la aristocracia y de los judíos conversos”, MAMEG, 6 [1994], pp. 79-106. 9 ARM, AH, AGC 72, ff. 340-348v (13 nov. 1700). 10 ARM, AH, AGC 72, ff. 349-350 (8 ene. 1701). ISSN 1885-8600 29 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER cogió de susto à la mayor parte de Europa”11. Lo que es de susto es esta ridícula manera de intoxicar a la opinión pública. Era público y notorio que Don Felipe, de 17 años, duque de Anjou, hijo del delfín, nieto de Luis XIV, nieto y bisnieto de sendas infantas españolas, era el presunto heredero y sucesor a la Corona de España, y el último testamento de Carlos II había confirmado tal presunción con carácter de absoluta legitimidad: “[S]ubsiste el derecho de la subcesión en el pariente más inmediato: conforme a las Leyes de estos reynos […] en el hijo segundo del Delphín de Francia. Por tanto […] declaro ser mi subcesor […] el Duque de Anjou, hijo segundo del Delphín, y como a tal le llamo a la subcesión de todos mis reynos y dominios, sin excepción [etc.]” (§ 13)12. En consecuencia, el duque había sido proclamado en Madrid como rey Felipe V el 24 de noviembre 1700. El pasado día 16, Luis XIV había aceptado los términos de las cláusulas sucesorias y le había presentado solemnemente como rey de España ante la corte en Versalles. El príncipe Georg von Hessen-Darmstadt13, virrey de Cataluña desde 1698, envió una entusiástica carta que fue recibida el 27 de noviembre de 1700 y que inmediatamente fue publicada en el Mercure Galant. En ella reconocía a Don Felipe como rey: Par laquelle il témoignait sa soumission et sa fidélité en reconnaissant Monseigneur le duc d’Anjou pour roi d’Espagne. […] Il soutint le caractère d’un parfaitement honnête homme et fit les choses d’aussi bonne grâce que s’il avait été persuadé auparavant que Monseigneur le duc d’Anjou serait nommé roi d’Espagne. El nuevo rey quedó tan asegurado de su fidelidad que optó por mantenerle en su virreinato: Ce Prince, quoique allemand, parut, par la manière dont il en usa, digne du grand emploi qui lui avait été confié14. No obstante, Georg ya conspiraba contra Don Felipe. En realidad, su fidelidad a los Habsburgo imperiales era conocida desde siempre. Leopoldo I le había hecho venir a España en 1695 para que controlase a su favor las maquinaciones que bullían ante la esperada crisis sucesoria que se preveía a la muerte de Carlos II, presumiblemente ya cercana. Su principal misión sería evitar que prosperase el partido proborbónico. Para ello debía apoyar a la reina Doña Mariana, que se manifestaba muy proclive a una futura sucesión habsbúrgica. Llegado a Madrid, ella logró imponerle como virrey de Cataluña15. Felipe V, una vez entronizado en 1701, le destituirá y expulsará de España. La reacción del emperador no se hizo esperar: inmediatamente, le nombrará comandante general de las tropas que lucharán en España. Recién nombrado mariscal de campo por su conquista de Gibraltar, morirá de un balazo en el sitio de el 14 de septiembre del mismo año. Corolario: el príncipe Georg había regresado a España para combatir a un rey a quien había jurado

11 La Paz Octaviana que prometen las victorias de Carlos III y sus altos aliados [etc.], Zaragoza: Rafael Figueró, 1707, p. 3. 12 Antonio DOMÍNGUEZ ORTIZ, ed., Testamento de Carlos II: edición facsímil, Madrid: Editora Nacional, 1982, p. 45. 13 1669, Darmstadt-1705, Barcelona. Conquistó Gibraltar el mismo año de su muerte, contando 36 años de edad. 14 Apud Christophe LEVANTAL, ed., La Route royale: le voyage de Philippe V et de ses frères de Sceaux à la frontière d’Espagne (décembre 1700-janvier 1701), Paris: Communication & Tradition, 2000, p. 36. 15 Adalberto de BAVIERA, Mariana de Neoburgo, reina de España, Madrid: Espasa-Calpe, 1938, pp. 190- 1891. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 30 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 fidelidad. Por tanto, fue un traidor a quien, conforme a su propia declaración, había proclamado soumission et fidélité….

4 En las Instructions au Duc d’Anjou escritas por Luis XIV a la atención de su nieto encontramos el siguiente consejo que, entre otros, le dio cuando éste estaba a punto de partir hacia su recién recibido reino: –Aimez les Espagnols et tous vos sujets attachés à vos couronnes. Es cierto que también le advirtió: –N’oubliez jamais que vous êtes Français. Pero también lo es que, al mismo tiempo, le recomendó que visitase todos los reinos de su Corona: –Visitez vos royaumes. Y que, sobre todo, se ocupase de fomentar el comercio: –Pensez au commerce. Y que procurase que los gobernantes fuesen españoles: –Tâchez que vos vice-rois et gouverneurs soient toujours Espagnols16. Lo cierto es que el nuevo rey ‘francés’ de las Españas que recibía consejos de su abuelo rey de Francia adquirió desde el primer momento consciencia de que se había convertido en rey ‘español’. Como escribe Bély: Philippe V était devenu un roi d’Espagne, vigilant quant aux intérêts de son royaume, attaché à ses sujets, qui, à leur tour, lui avaient prouvé leur attachement. L’origine du souverain, sa maison ne comptaient pas plus; ce qui importait, c’est qu’il incarnât une nation17. Felipe V salió de Francia hacia España el 4 de diciembre de 1700. Entró en la Península por Irún el 22 de enero de 1701. En los meses inmediatos fue jurado soberano en diferentes lugares: Madrid, Nápoles, Finale, Milán, Zaragoza, Barcelona, Bruselas, etc. Por lo que hace al Reino de Mallorca, el Gran i General Consell había acatado el testamento de Carlos II en cuanto recibió la carta en que la reina- gobernadora comunicaba los términos del mismo y la constitución de la Junta de Estado que gobernaría hasta la llegada de Don Felipe (23 nov. 1700)18. Es claro, pues, que reconoció automáticamente al nuevo rey. De acuerdo con aquella orden del difunto monarca de mantener la “planta” de gobierno hasta que su sucesor decidiese al respecto, continuó gobernando el virrey Don Josep-Galceran de Cartellà-Sabastida i de Casteràs, que lo hacía desde 1698. Miembro de una de las más antiguas estirpes feudales catalanas, debió de hacerlo rechinando los dientes porque era partidario del archiduque Carlos –como prontísimo se sabrá oficialmente. Por éste, poco más adelante, será titulado conde y enseguida ascendido a marqués. Justo lo contrario de su pariente Don Pere de Cartellà-Desbach i de Cartellà, que destacó como botifler y recibió de Felipe V un marquesado (¡el mismo marquesado que había concedido Don Carlos!)19.

16 LOUIS XIV, Mémoires & réflexions, 1661-1715, Paris: Communication & Tradition, 1997, pp. 161-163. El documento es más certeramente conocido como Mémoire donné au Roi d’Espagne en partant. 17 e e Lucien BÉLY, La société des princes, XVI -XVIII siècles, Paris: Fayard, 1999, p. 349. 18 ARM, AH, AGC 72, f. 348. 19 Don Josep-Galceran (1651, Falgons-1725, Albi), XXV barón de Albi, etc. Será creado conde de Cartellà en 1706; y, poco después, marqués del mismo título en 1707 (cf. Francisco José MORALES ROCA, Próceres habilitados en las Cortes del Principado de Cataluña, siglo XVII (1599-1713), I, Madrid: Hidalguía, 1983, pp. 183-184).– Don Pere de Cartellà-Desbach i de Cartellà (1655, Sant Feliu de Llobregat-1729, Barcelona) fue creado marqués de Cartellà por Felipe V en 1707: AHN, CTR, I, p. 366. Cabe hacer constar que el legítimo barón de Cartellà era Don Pere, no Don Josep-Galceran. ISSN 1885-8600 31 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

Pero vayamos un poco atrás. Últimamente solemos leer que Felipe V destituyó a Don Josep-Galceran porque era austracista. No es cierto. El nuevo virrey Don Francisco-Miguel de Pueyo y de Herrera le sucedió con Real Despacho del 30 de junio de 1701. Era un noble aragonés de una influyente estirpe de muy vieja extracción infanzona20. Fue corregidor de Toledo y después corregidor-gobernador de Málaga. Allí promovió importantes obras de mejoras hidráulicas (1689 sq); y allí se casó, previa Real Licencia de 1690, con la malagueña Doña Martina Chacón y Manrique de Lara, hija del I conde de Mollina (1679 sq)21 –éste después tan destacado filipista como su yerno. Llegó a Mallorca el 3 de julio de aquel año y juró su cargo el 5 de agosto22. Naturalmente, el saliente virrey Cartellà-Sabastida se marchó enseguida –sin problemas. El 29 de agosto de 1701 se reunió el Gran i General Consell: se había recibido carta del nuevo virrey con la que adjuntaba los Reales Despachos de su cargo y pedía que se organizase la ceremonia de su toma de posesión del virreinato: prendre possessió del present Regne y el sòlit jurament23. Ese mismo día, y el dato es digno de ser tenido en cuenta, los jurados aprovechaban para suplicar al rey que concediese plaza de consejero de capa y espada en el Consejo Supremo de Aragón al mallorquín Don Francesc Truyols i Font de Roqueta, que en esos momentos había sido cesado en el cargo (que había poseído desde 1696). Para el Gran i General Consell era una importante cuestión de “lustre y consuelo” disponer, como los otros reinos, de un consejero regnícola que, siéndolo, haría que se atendiesen con más precisión y conocimiento de causa los negocis de su Reino24. Es obvio que al Reino de Mallorca le interesaba tener un representante directo en aquella importante institución, y esto no merecería mayor atención si no fuese porque se pedía para Don Francesc. Es verdad que era un personaje muy influyente en la corte; y que, dado su cursus honorum, sería muy probablemente el único mallorquín apto para merecer semejante gracia25. Las últimas cartas reales recibidas contaban con su vidit como consejero real. Eso hacía que, emocionalmente, se percibiesen menos fríamente: como más “próximas” en Mallorca. No obstante, se da la circunstancia de que era un conocido miembro del partido habsbúrgico desde antes de la muerte de Carlos II, y así parece contradictorio que las autoridades filipistas locales – oficialmente, es claro, filipistas– le propusieran para ello. Por tanto: o los jurados del Reino ignoraban su afiliación política, cosa que resultaría sorprendente; o bien sólo les

20 Se titulaba barón de Marlofa como sucesor al mayorazgo de los Ruiz de Azagra. Caballero de la Orden de Calatrava, maestre de campo, general de Artillería, miembro del Real Consejo de Guerra. Para él y su parentela mallorquina cf. GSM, #88 [Maria José Massot]. 21 Doña Martina era hija de Don Francisco Chacón y Enríquez de Galdámez, I conde de Mollina (1679 sq), caballero de la Orden de Calatrava, regidor perpetuo de Antequera, y de Doña María- Antonia Manrique de Lara y Collado, hija a su vez de los señores de Cazalla. Cf. vgr. José Miguel de MAYORALGO Y LODO, “Una familia sevillana de origen asturiano: los Vega Valdés”, ARAMHG, 2 [1992-1993], pp. 54-55, con error “Martín” por Francisco-Miguel de Pueyo. 22 ARM, AH, EU 86, ff. 69-70; ARM, AH, AGC 72, ff. 356v-357. 23 ARM, AH, AGC 72, ff. 355-358. 24 ARM, AH, AGC 72, ff. 358-359. 25 Para Don Francesc (1639 ALM-1702, Madrid) vid. Eduardo PASCUAL RAMOS, Francesc Truyols Font de Roqueta: política i llinatge a la Mallorca del segle XVII, Palma: Lleonard Muntaner, 2008, passim. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 32 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 interesaba contar con un buen agente en el Consejo Supremo de Aragón para favorecer las posibles pretensiones del Reino, al margen del ideario político de quien lo representase. Lo segundo implica, por parte del Gran i General Consell, aplicar una praxis de gobierno en que lo necesario primaba sobre lo ideológico, y me inclino a creer que, en lo de Truyols, se actuaba en consecuencia. En este sentido, he aquí otro ejemplo entre muchos: en 1704, los jurados reeligieron como regente del Hospital General a Don Pedro Dezcallar i Net, caballero de la Orden de Montesa, quien acababa de cesar al expirar el bienio para el que había sido nombrado26. A esas alturas, parece extraño que ignorasen que era manifiestamente carolino y muy conspirador – tanto que, una vez conquistada Mallorca por Don Carlos, será creado barón de Pinopar (7 julio 1709)27. En fin, Felipe V accedió a los ruegos de los jurados mallorquines y concedió plaza a Truyols28. En todo caso, es abrumadoramente evidente que, tras la muerte de Carlos II, el Reino de Mallorca reconoció oficialmente ipso facto al nuevo rey Felipe V. Resulta conveniente recordarlo porque los carolinos pretenderán que el monarca legítimo era el Archiduque –lo que es una grave distorsión de la legalidad. Hay que insistir en ello porque tiene que quedar claro a priori que el reinado paralelo de Don Carlos fue consecuencia de una usurpación (sic). No en vano, cuando fue necesario cientos de veces, la propia documentación generada bajo su reinado alude sin más al “gobierno anterior” –porque no podía calificársele de “usurpador”. En cambio, y también lógicamente, Felipe V se referirá durante y después de la Guerra al “gobierno intruso”. Lo que es indiscutible que Don Carlos consiguió la Corona manu militari con posterioridad a las reales proclamaciones de Don Felipe. Así, y por definición, quienes le apoyaban fueron traidores a su legítimo rey.

5 Lo cierto es que Felipe V fue solemnemente jurado como rey de Mallorca el 16 de diciembre de 1701, asistiendo al acto los síndichs extraordinarios de Menorca e Ibiza29. En febrero del año siguiente, la cofradía noble de Sant Jordi celebró la real proclamación con juegos caballerescos que tuvieron como mantenedor a Don Joan Sureda i de Villalonga30. Era uno de los principales botiflers y se contaba entre los amigos personales del virrey Pueyo. Nada indica que nadie rechistase en la isla al advenimiento de Don Felipe. Todo lo contrario: la casi absoluta mayoría de aristócratas, mercaderes, juristas, chuetas y jerarcas eclesiásticos se manifestó satisfecha. El marqués de San Felipe escribió que, al estallar la guerra, los filipistas mallorquines no eran más de

26 ARM, AH, AGC 72, f. 483 (11 oct. 1709). 27 GSM, #114 [Maria José Massot]. Como su padre y otros mallorquines, Don Pedro (1648 ALM-1724 SE) siempre se firmó así, y no Pere. Pertenecía a una Casa menor del llinatge Dezcallar, cuya Casa mayor –también carolina– obtendrá el marquesado del Palmer (como veremos en el presente estudio). El título de Pinopar fue registrado en Mallorca, 1709. ARM, AH, EU 87, ff. 203-205; ARM, LR 97, ff. 482-484. 28 Eduardo PASCUAL RAMOS, Francesc Truyols, cit., pp. 85, 110-111. 29 El 16 dic. 1701, los jurados autorizaban la extracción de pólvora de la torre del Senyal del Peix con destino a la celebración de la coronació y añys del Señor Don Phelip Quart d’Aragó y Quint de Castella. ARM, AH, EU 86, f. 95v. 30 GSM, #11 [P. de Montaner]. ISSN 1885-8600 33 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER veinticinco, lo que parece coincidir con la afirmación de Feliu de la Penya de que había “muchos” carolinos en Mallorca31. Pero los datos de que disponemos indican lo contrario, y podemos considerar que se trata de apreciaciones pro domo: la del marqués, para exagerar la dificultad de la victoria botiflera; la del austracista cronista catalán, para justificar mejor un supuesto sentimiento generalizado32. Sabiendo que Don Felipe llegaría muy pronto a Madrid33, el Gran i General Consell determinó el 10 de enero de 1701 nombrar embajador al mallorquín Don Guillem Abrí-Dezcallar i de Serralta para que se presentase en la corte a donar pésame y norabona al nuevo rey en calidad de síndich extraordinario [i.e. embajador] y que así prestase homenaje al nuevo rey en nombre del Reino de Mallorca34. A la sazón, Don Guillem, VIII señor de la Bossa de l’Or y caballero de la Orden de Alcántara, residía allí, lo que disminuía el gasto de la delegación –los jurados eran conscientes de que había que ahorrar. Le asignaron 200 doblones y, una vez cumplida su misión, el rey les comunicará que el Consejo Supremo ha aceptado un aumento de hasta 400 doblones porque “ha executado su función con la decencia posible excediendo en los gastos de ella”35. Asistió a la jura de las Cortes celebrada el 8 de mayo en el convento de San Jerónimo, donde coincidió con Don Francesc Truyols i Font de Roqueta, que lo hizo en razón de su cargo de consejero de Aragón y que por cierto, escribió al respecto: “[N]o discurro como lo hacen ahí [en Mallorca], de que los doscientos doblones puedan costear ni la tercera parte de gasto tan preciso, aunque se ciña a lo imprescindible […]”36. Lo que es seguro es que ambos ya maquinaban como austracistas –volveremos sobre esto.

6 La Guerra de Sucesión estalló oficialmente en septiembre de 1702. Hay tantísimo publicado sobre eso que me siento obligado a pasar directamente a sólo aquello que resulta esencialísimo para la contextualización del presente trabajo. El 12 de febrero de 1703, Don Carlos será aclamado rey de las Españas en Viena tras la cesión de derechos sucesorios que le otorgaron su padre el emperador Leopoldo I y su hermano primogénito José rey de Romanos, que se habían negado a aceptar el testamento de Carlos II37. En aquellos precisos momentos, el Gran i General Consell de Mallorca, todavía bajo el cetro de Felipe V, substituyó por un mallorquín a su “agente del Reino” en la corte –en Madrid. No lo hizo porque estuviese insatisfecho

31 MARQUÉS DE SAN FELIPE, Comentarios de la Guerra de España [1725], Madrid: Atlas, 1957, pp. 123- 124; Narciso FELIU DE LA PEÑA Y FARELL, Anales de Cataluña, III, Barcelona: Juan Pablo Martí, 1709, p. 631. 32 Cf. vgr. P. de MONTANER, Una conspiración filipista: Mallorca, 1711, Palma: Guillermo Canals, 1990, passim. 33 Lo hará el 17 febr.1701, aunque oficialmente será el 14 de abr. Cf. vgr. Elvira VILLENA / Carmen SÁENZ DE MIERA, “La entrada real de Felipe V en Madrid en 1701”, en Villa de Madrid, 91 [1987], pp. 63-77. 34 Cf. GSM, #113 [P. de Montaner]; Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje durante la Guerra de Sucesión en el Reino de Mallorca: el marqués de la Torre, Palma: El Tall, 2013, pp. 82-83. 35 ARM, AH, EU 86, ff. 73v-75v. 36 Don Francesc Truyols i Font de Roqueta a Don Nicolau Truyols i Dameto, Madrid, 12 febr. 1701, apud Eduardo PASCUAL RAMOS, Francesc Truyols, cit., Ap. 15, pp. 137-139. 37 Para una síntesis cf. P. de MONTANER, “La Guerra de Sucesión en Mallorca, 1700-1715”, en Jaume GIL, coord., Historia de las Islas Baleares, 12, Palma: Rey Sol, 2006, pp. 17-28. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 34 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 de su trabajo, que cumplía con honradez desde los tiempos de Carlos II. Lo hizo por la falta d’entendre nostron llenguatge. Era un peninsular “muy honrado, muy diligente y muy sabio”, hicieron constar los jurados, pero las qüestions se eternizaban y complicaban por ese motivo38. Se ve, pues, que este problema no nació con el reinado de Don Felipe…

7 Mallorca permaneció pacífica bajo el legítimo dominio de Felipe V hasta que Don Joan-Antoni de Boixadors i de Pinós, VI conde de Zavellà, la conquistó en septiembre de 1706 gracias a la Armada Anglo-holandesa al servicio de Don Carlos. El 7 de julio de ese año, el plenipotenciario británico Lord Charles Mordaunt, III conde de Peterborough, había recibido una carta de Zavellà mientras ambos navegaban separadamente (no me pregunten, porque no sé responder, cómo pudo efectuarse ese contacto epistolar en plena alta mar). Al leerla, Lord Charles –supuesto inspirador del personaje Robinson Crusoe de Jonathan Swift– optó por trasladar inmediatamente su contenido al almirante Sir John Leake, a su vez navegando hacia Alicante para bloquearla (¡escrito que también llegó a su flotante destino!). Ocurrió que Leake quedó impactado ante tan extraordinary letter que, en esencia, era una propuesta en firme de organizar las conquistas de Mallorca y Menorca: The Count of Zavillac [sic] was coming from Court to solicit the Admirals to an expedition against the island of Majorca and Port Mahon. That for himself he was in all characters and capacities for assisting His Highness39. Recordemos que estamos en 1706. De hecho, ese año ya se había sabido con certeza que una conspiración austracista preparaba el cambio de régimen en Mallorca –pero es claro que no estaba dando tiempo a reaccionar. Los conjurados eran pocos, pero poderosos. En 1921, Porcel llegó a esta conclusión40: “Se desenvolvió el germen de la revolución como la planta que crece en tierra de atmósfera serena]. […] Pero la levadura de la sedición fermentaba, la conjura existía fomentada con eficacia por Don Juan Antonio Bojados [sic], conde de Zavellà, que aunque catalán, era hombre de gran autoridad en Mallorca”. Y especificó que era sucesor al mayorazgo mallorquín de “la Casa de Paz [i.e. Pax]”, dato que evidentemente extrajo (con error gentilicio incluido) de los conocidos Comentarios del marqués de San Felipe41. Equivocadamente, Henry Kamen dirá que el conde de Sevallà [sic] era un “noble mallorquín rebelde” durante la Guerra de Sucesión (2000)42. El error carecería de mayor importancia si no fuese porque conlleva la interpretación de la caída del Reino de Mallorca en poder del archiduque como resultado de un movimiento austracista con base local, lo que es totalmente erróneo.

38 ARM, AH, 72, ff. 417-417v.– El agente exonerado era Don Pedro Dávila, que contaba con su hijo Don Clemente en calidad de substituto circunstancial. 39 Stephen MARTIN-LEAKE, The Life of Sir John Leake, Rear-Admiral of Great Britain, II, London: Navy Records Society, 1920, pp. 76-80. Para Leake, Mordaunt y Mallorca cf. GSM, #27 [P. de Montaner]. 40 Fernando PORCEL ZANOGUERA, Mallorca durante el primer período de la Guerra de Sucesión a la Corona de España, 1706-1712, Palma: A. Rotger, 1921, p. 6. 41 Cf. MARQUÉS DE SAN FELIPE, Comentarios, cit., p. 123: “Casa Paz”. 42 Henry KAMEN, Felipe V: el rey que reinó dos veces, Madrid: T. H., 2000, p. 77. ISSN 1885-8600 35 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

Zavellà era de una viejísima estirpe feudal catalana. Su relación con Mallorca se debía a que, por antiguas herencias, poseía baronías y muchos otros bienes en la isla, estando emparentado con importantes familias de la nobleza insular43. Estaba casado desde 1699 con Dona Uniça Sureda de Sant Martí i Zaforteza, de principales llinatges del Braç Noble por parte paterna y materna44. En Cataluña, él formaba parte del grupúsculo de conspiradores que, arriesgadamente, estaban en contacto secreto con el príncipe Georg; sin duda, Don Carlos estaba muy informado de todo ello. El 16 de octubre de 1705, recién tomada Barcelona por sus aliados, le creó Grande de España – el primero de su reinado45. Y, muy seguro de su fidelidad, le nombró ayudante general de su Real Persona el 5 de abril de 1706: enseguida se observó que le acompañaba “por todas partes”46. El 20 de junio, Dona Uniça figura entre las tres damas de la reina a quienes el nuevo rey encargó la organización del sarao para celebrar su victoria sobre Felipe V: “Celebróse el agasajo en Palacio, y las damas jóvenes se sentaron en las alfombras y las mayores en sillones; fueron servidas por los caballeros. El Archiduque permaneció descubierto y sentado en una tarima, y no permitió que las damas se arrodillasen para besarle la mano”47. Siempre como dama de Doña Isabel- Cristina, la acompañará en su viaje desde Barcelona a Viena en marzo de 1713, ya como emperatriz48. Para entonces, y desde 1707, el conde era gentilhombre de cámara de Su Majestad: verdaderamente, Don Carlos le tenía por muy fiel, y hay que decir que lo fue siempre49. En cuanto a los principales cabecillas austracistas mallorquines, eran Don Francesc Sureda de Sant Martí i Zaforteza, hermano de Dona Uniça; y Don Tomàs Burgues-Zaforteza i d’Oleza, caballero de la Orden de Alcántara, cuñado del propio Don Francesc como hermano de su esposa50.

8 Tras la capitulación de Mallorca, el plenipotenciario real conde de Zavellà hizo su entrada oficial en la capital mallorquina el 31 de septiembre de 170551. El Gran

43 Don Joan-Antoni (1673, Badalona-1745, Sanpierdarena/Génova), VI conde de Zavellà (1673-1745), XXIII barón de Bunyolí (1673-1745), virrey de Mallorca (1706-1713), después también VII conde de Peralada con Grandeza de España (1728-1745) y XXXI vizconde de Rocabertí (Id.- Id.). Cf. vgr. P. de MONTANER, “Los condes mallorquines de Peralada en el siglo XVIII”, pp. 11-12, en Inés PADROSA GORGOT, coord., Els Comtes de Peralada & Mallorca, Peralada: Associació Cultural Castell de Peralada, 2012, pp. 11-30; Josep DOLCET, “El Comte de Savallà: un aristòcrata del barroc i la seva música”, passim, BRABLB, 45 [1995-1996], pp. 131-189. 44 ALM.– Dona Uniça, bautizada en 1678 ALM, fue dotada en 1699. ACV, 778. 45 Pedro MORENO MEYERHOFF, “Los Grandes de España creados por el Archiduque en la Corona de Aragón”, pp. 370-373, con la obvia errata “IV” en vez de “VI” conde de Zavellà, en Eliseo SERRANO, ed., Felipe V y su tiempo: Congreso Internacional, II, Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 2004, pp. 363-403. 46 Francesc DURAN CANYAMERAS, Els exiliats de la Guerra de Successió, Barcelona: Rafael Dalmau, 1964, p. 26; Josep DOLCET, “El Comte de Savallà”, cit., p. 148. 47 PEDRO VOLTES BOU, El archiduque Carlos de Austria, rey de los catalanes, Barcelona: Aedos, 1953, p. 128; Id., Barcelona durante el gobierno del Archiduque Carlos de Austria, 1705-1714, II, Barcelona: Ayuntamiento de Barcelona/CSIC, 1963, p. 104. 48 CASTELLVÍ, NH, III, p. 688, confusamente cit. “Doña José San Martín de Sureda o Sureda de San Martín (mallorquina), condesa de Savallà” [sic!]. 49 Narciso FELIU DE LA PEÑA Y FARELL, Anales, III, cit., p. 597. 50 GSM, #121 [P. de Montaner]. 51 CrM, pp. 485-486. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 36 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 i General Consell se dispuso el 2 de octubre de 1706 a recibir su juramento de las franquezas y privilegios para entregarle el correspondiente posesorio del Reino. En consecuencia, el conde lo hizo conforme a su gust [sic] el día 4, previa presentación de sus Reales Despachos de virrey firmados en Guadalajara el 5 de agosto anterior 52. El conde de l’Alcúdia53, virrey derrotado, todavía se encontraba en la isla: oficialmente ya no estaba en ella porque, idealmente, la inveterada tradición vedaba que los virreyes entrantes y salientes coincidiesen, lo que en la práctica era prácticamente imposible por las limitadas disponibilidades de naves en momentos precisos. En este caso, el saliente se marchó “secretamente” cuando pudo ser –o sea, como siempre se hizo. Eso fue el 6 de octubre, haciéndolo junto con otras autoridades fieles al régimen anterior54. Ahora, en el nuevo gobierno, salió elegido jurado en cap Don Salvador Sureda de Sant Martí i Desbrull, que ya lo había sido bajo Carlos II y Felipe V (1699 y 1700)55. Dato no banal: era tío de la condesa de Zavellà. A pesar del indiscutible austracismo suyo y de los suyos, su hijo Don Salvador Sureda de Sant Martí i Zanglada se había casado en 1707 (SJ) con Dona Magdalena Cotoner i Sureda, cuyas familias pertenecían a lo botiflereria más destacada: y conste que fue un enlace muy celebrado como de lo mejor bienvenido por ambas partes. El 19 de octubre de 1706, los jurados hicieron constar su tranquilidad porque estaban seguros de que Zavellà sería el gran abogado del Reino, ya que haría valer lo acreditat amor y fidelitat de sos naturals. Por tanto, podían esperar tot favor y consuelo de Sa Real e incomparable benignitat por mediación del conde –de qui no podem dubtar será nostron advocat davant de Sa Majestat56. El 8 de diciembre, Zavellà les hará llegar una carta real fechada en el 25 de noviembre en la que Don Carlos expresaba su “paternal cariño” hacia los mallorquines que habían sufrido tan “injusto gravamen de la Francia”57. Pero yo no sé, francamente, a qué “gravamen” francés pudiera referirse Don Carlos. Que sepamos, Felipe V reinó en Mallorca sin nada que ver con “la Francia”.

9 En 1707, Don Guillem Abrí-Dezcallar i de Serralta fue creado marqués del Palmer por el ya titulado Carlos III58. En cuanto a Don Nicolau Truyols i Dameto, por los muchos servicios de su hermanastro Don Francesc y sus estupendas relaciones en la corte, ya había obtenido el título de marqués de la Torre en 1700, pero Carlos II falleció antes de firmarlo59. En aquel entonces, pues, se había quedado sin ser marqués. Pero éste no fue su único desencanto en ese ámbito. Por privilegio otorgado por el mismo monarca, debía suceder a Don Francesc como procurador real de Mallorca. Éste murió en 1702, y ahora él se vio legalmente incapacitado para

52 ARM, AH, AGC 73, f. 49v; ARM, AH, EU 87, ff. 19v-20v. 53 El valenciano Don Baltasar Escrivà d’Íxer i de Montsoriu (1673-1738), III titular de su condado, virrey de Mallorca desde 1704. 54 CrM, p. 487. 55 Don Salvador (1650 ALM-1723 ALM) era caballero de la Orden de Alcántara desde 1677. 56 ARM, AH, AGC 73, f. 53 (19 oct. 1706). 57 ARM, AH, AGC 73, ff. 92v-95 (8 dic. 1706). 58 El título, fechado en Barcelona el 17 ag. 1707, fue registrado y transcrito en Mallorca, febr. 1709. ARM, EU 87, ff. 150v-152v; AH, LR 97, ff. 479-481. 59 Jaime SALVÁ, “Embajada”, p. 3, con la obvia errata “Carlos I” por Carlos II, BSAL, 34 [1973], pp. 1-16. ISSN 1885-8600 37 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER sucederle porque precisaba de la confirmación de la merced por Felipe V, quien se encontraba en Italia. No obstante, mediante influencias, logró que el regente cardenal Portocarrero le concediese el cargo, aunque a modo interino y sub conditione de que le fuese ratificado por el rey cuando volviese a España. Pero he aquí que, a su regreso, Felipe V no sólo no lo hizo sino que, pasando por alto el privilegio de Carlos II, entregó la Procuración Real al también mallorquín Don Jordi de Villalonga i Fortuny, después II conde de la Cova –un destacado botifler. Alguien le había informado de que Don Nicolau no le era tan fiel como hacía ver60. Aún así, y quizás a modo de compensación por lo de la Procuración Real, firmó en 1704 la Real Carta de concesión del “inacabado” marquesado de la Torre: así pues, técnicamente, le fue concedido por este rey y no por su predecesor61. En verdad, la defección de Don Nicolau era pública y notoria. El marqués de San Felipe le cita en primer lugar con “casi toda [su] familia” entre los que se declararon austracistas62. En 1707, siempre titulado marqués de la Torre y procurador real [por mercedes de Don Felipe], el Gran i General Consell le nombró apoderado y embajador ante el rey Don Carlos con las preceptivas credenciales diplomáticas –carta de crehença. Su misión era “cumplimentar al Rey y poner el Reino de Mallorca a sus pies” y hacerle llegar diversos memoriales, y se le asignaron 600 doblones para gastos63 (el triple, como vemos, de lo que se concedió al embajador de Mallorca ante Felipe V en 1701). Se embarcó con destino a Barcelona el 25 de junio. Como la situación política era muy insegura, llevó por compañero de viaje al guardamar Sebastià Salom, quien municionó la nave con 2 qres de pólvora, 1 qra de bales de feçuel [i.e. fusil], 1,5 qra de metxa, y 2 spingarts. Todo fue suministrado por los jurados per servir per resguard de la fragata64. Salom era un declarado austracista: el cronista carolino Castellví, contemporáneo suyo, le reseñará entre los “más distinguidos que, rendida la ciudad de Palma, capital del Reyno de Mallorca, siguieron las banderas austríacas”65. Lo de ‘distinguidos’ valía por ‘meritorios’, sin connotación estamental: Salom sólo era de familia de menestrales. En 1713 conservará su officio y era considerado una persona relativamente influyente. Por ejemplo, le encontraremos apadrinando a hijos de refugiados carolinos procedentes de la Península66. A la caída del régimen se verá forzado a exiliarse al Imperio, se incautarán sus bienes y todavía figurará en las listas de pensionistas del Emperador en la década de 174067. Volvamos al marqués de la Torre, que le dejamos cuando fue nombrado embajador. Feliu de la Penya consignó: “Día 21 [sic, por 27] de junio [de 1707] llegó

60 Don Nicolau (1667 ALM-1729 SE) fue procurador real interino entre el 18 abr. y sept. 1702. Cf. últimamente Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, cit., pp. 92-94, 97. 61 GSM, #58 [P. de Montaner], con errata “1702” por 1704. AHN, CTR, III, p. 446; ARM, AH, EU 86, f. 307 (7 dic. 1704). 62 MARQUÉS DE SAN FELIPE, Comentarios, cit., p. 123. 63 ARM, AH, AGC 73, ff. 107v-108 (10 febr. 1707); ARM, AH, EU 87, f. 57-58v (20/22 may. 1707). 64 ARM, AH, EU 87, ff. 73-73v, 150 (25 jun. 1707). 65 CASTELLVÍ, NH, IV, p. 525. 66 Vgr., el 9 febr. 1713, el Sr. Sebastià Salom y la Srª Francisca-Maria Burlò apadrinan a Antonio, hijo del Sr. Giacomo Gezi y de la Srª Mariana Burlò, ambos de Alicante. ACM, Sagr. ALM, B. 67 Agustí ALCOBERRO, L’exili austriacista (1713-1747), II, Barcelona: Fundació Noguera, 2002, pp. 300 (1743), 315 (1745-1747). MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 38 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 el Marqués de la Torre, embiado de Mallorca a dar la obediencia al Rey”68. Se hizo acompañar por 6 criados mayores: 8 de librea, 4 cocheros [para un coche y un furlón], y 2 pajes69. Podemos imaginar el cortejo porque, como observó Mme. d’Aulnoy en su entonces reciente viaje a España, les gentilshommes et les pages vont toujours dans un carosse de suite; ceux-ci sont habillés de noir en toutes saisons. En invierno, de terciopelo; en verano, de tejidos más ligeros como el damasco o el tafetán, pero siempre de negro. Y los pajes no portaban espada, sino puñal: Ils ne portent point d'épée [...]; la plupart ont un petit poignard caché sous leurs vestes70. El marqués cumplió su cometido y regresó a Mallorca en agosto de 1707, desembarcando el día 13 en el Port de Sóller. Los jurados salieron de la capital por el camino de Sóller a recibir a quien había ido a la corte a llevar a cabo tan importante misión de complimentar [a S. M.] y posar a Sos Reals Peus el Regne de Mallorca y sos naturals. Al encontrarle, le saludaron entusiastamente con los aplausos y júbilos que mereix, se acomodaron junto a él en el carruaje que le portaba y así le llevaron hasta su casa: se han posat en lo cotxe [y le] han acompañat y dexat en sa casa71. La ceremonia y el protocolo seguían totalmente vigentes. Enseguida, y para más ganarse la confianza del nuevo rey de Mallorca, Don Nicolau volvió a solicitar la concesión del marquesado “como si nunca le hubiese sido concedido” por Felipe V, y demostró su rechazo incluso destruyendo –“rasgando”– aquel título72. A continuación, Don Carlos expidió en Barcelona una Real Carta de concesión ex novo (5 agosto 1707) y el necesario privilegio para ostentar la Procuración Real y disponer de su futura sucesión (6 agosto 1707)73. Aquella francamente fea destrucción de la Real Carta de concesión del marquesado fue un acto de desprecio que, como es natural, Felipe no olvidará cuando reconquiste Mallorca. Entonces, Don Nicolau verá secuestrados sus bienes y pasará exiliado a Menorca el 1 de septiembre de 1715. Es sabido que el tiempo pasa deprisa, pero las metamorfosis del marqués/ex marqués se sucedían vertiginosamente. Unos meses antes, el 6 de enero 1715, el virrey carolino había celebrado el tradicional sarao nocturno en Palàcio con motivo del Día de Reyes y había encargado a la marquesa de la Torre que se ocupase de las invitaciones a señoras: o sea, actuando como primera dama del Reino74. Muy poco después fue desposeído de su marquesado por Real Decreto, que se canceló “respecto de que este sujeto se ha constituido indigno e incapaz de conservar este honor […]”75. Contra toda evidencia, el nuevamente ex marqués negó haber protagonizado aquella destrucción del Título. Además “alegó en su descargo que cuando vino [a Mallorca] la Armada Anglo-holandesa [en septiembre

68 Narciso FELIU DE LA PEÑA Y FARELL, Anales, III, cit., pp. 593-594. 69 Jaime SALVÁ, “Embajada”, cit., p. 15; Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, cit., pp. 136-138. 70 Madame D’AULNOY, Relation du Voyage d’Espagne [1691], ed. Maria Susana Seguin, Paris: Desjonquères, 2005, p. 202. 71 ARM, AH, EU 87, f. 78v (13 ag. 1707). 72 Eduardo PASCUAL RAMOS, “Reconocimiento de los títulos del reino en Mallorca”, pp. 158-159, BSAL, 65 [2009], pp. 155-176; Id., Poder y linaje, cit., p. 132. 73 Todo registrado y transcrito en Mallorca, mzo. 1708: ARM, AH, EU 78, f. 307; ARM, AH, LR 97, ff. 338-344. 74 TORRELLA, OP, p. 248. 75 Aranjuez, 31 may. 1716, apud Eduardo PASCUAL RAMOS, “Reconocimiento”, cit., p. 158. ISSN 1885-8600 39 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER de 1706], hallándose en una heredad suya a una jornada de la Ciudad, desamparó a su mujer y familia para ofrecerse al virrey conde de l’Alcúdia, a quien acompañó al enfrentarse a los amotinados y peleó contra ellos con su espada en la Puerta del Muelle. [Pero] el Conde […], que conocía el favor de que había gozado Truyols durante el gobierno del Almirante de Castilla y sospechaba sus concomitancias y compromisos con los del bando austríaco, no pudo menos de sorprenderse y dijo a D. Ramon Fortuny [de Ruesta i Vida], que se hallaba presente: –¡Quién hubiera dicho lo que vemos de D. Nicolás Truyols!”76. Es obvio que Felipe V se tomó muy a pecho las veleidades políticas de Don Nicolau, porque el marquesado de la Torre quedará exceptuado de la gracia general por la que el Tratado de Viena de 1725 repuso en su propiedad y disfrute a los beneficiarios de Títulos carolinos. Ya el día 2 de junio de 1717, el jesuita Francisco Bru había escrito desde Barcelona al marqués de Casafuerte, comandante general de Mallorca, comunicándole que todo lo que iba a decirle sobre el ex marqués y su familia lo sabía por propia experiencia porque había sido varios años rector del colegio de Monti-Sion en Palma. Para empezar, adjudicaba el austracismo de Don Nicolau a su hermanastro Don Francesc, y de ahí hacía derivar la causa por la que “está pagando la pena toda su Casa”. Para continuar, argüía que el anterior comandante general –el marqués de Lede– hizo purgar muchísimo aquella falta a todos los Truyols, hasta el punto de haber sido él quien consiguió que el marquesado de la Torre no fuese revalidado conforme al referido tratado. Concluyó que la continuidad de la marginación de los Truyols era del todo “exacerbada”. A pesar de todos los pesares, el padre Bru ni exageraba ni mentía al referirse al problema de los Truyols. Al final, entre sus esfuerzos y los de otros muchos se consiguió que Felipe V perdonase a Don Nicolau y revalidase su marquesado en 172877. Pero, objetivamente, eso no quita que le hubiese sido traidor. De todos modos, a su fallecimiento en 1729, en sus muy concurridas honras fúnebres figuraron, junto a antiguos carolinos, no pocos botiflers muy descollantes encabezados por los marqueses de Vivot y Campofranco, el conde de Montenegro, Don Francesc de Montaner i Dameto [después marqués del Reguer] y su hermano Frey Don Jordi, Don Nicolau de Berga i de Santacília, Don Ramon Fortuny de Ruesta i Vida y su hijo Don Jordi Fortuny i Despuig, Don Antoni y Don Ramon de Puigdorfila i Despuig, Don Antoni Fuster de Salas i de Togores, etc.78

10 La nueva reina Doña Isabel-Cristina von Braunschweig-Wolffenbüttel llegó por mar a Mataró el 25 de julio de 1708. Considerada la cuestión, el Gran i General Consell acordó festejar el real evento matrimonial con alegries pero moderant-se el gasto –no estaban las arcas de Reino sobradas de dinero79. También se leyó en voz alta una carta del virrey Zavellà indicando la conveniencia de que se enviase un embajador a besarle la mano. Se designó embajador a Don Tomàs

76 Jaime SALVÁ, “Embajada”, cit., p. 16; GSM, #60 [P. de Montaner]. 77 Cf. vgr. Eduardo PASCUAL RAMOS, “Reconocimiento”, cit., p. 163; Id., Poder y linaje, cit., p. 233; Id., “Reconocimiento”, cit., p. 163. 78 Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, cit., p. 181 [los segundos apellidos son responsabilidad mía]. 79 ARM, AH, AGC 73, ff. 149-149v (5 ag. 1708); ARM, AH, EU 87, f. 128 (17 ag. 1708). MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 40 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

Burgues-Zaforteza i d’Oleza, con asignación de 600 doblones (no iba a percibir menos que el anterior embajador Truyols)80. Don Carlos le creará marqués del Verger (7 agosto 1708). A partir de aquí, con Mallorca ya plenamente bajo dominio carolino, me ocuparé de la mayor parte de lo que queda de las cartas de algunos amigos recibidas por el susodicho botifler Don Joan Despuig i Martínez de Marcilla, II conde de Montenegro y V conde de Montoro, caballero de la Orden de Calatrava81. Estaba casado desde 1689 (SJ) con Dona Joana Cotoner i Sureda cuyas familias paterna y materna eran también botifleres. Por otra parte, el conde disponía de una doble naturalización: una como noble mallorquín; la otra, aragonesa por sus títulos. Por la segunda fue convocado a las Cortes de Monzón en diciembre de 170182. Como es lógico, se encontraba involucrado en los sucesos de ambos reinos. Para 1705 ya estaba muy preocupado ante la inminente y con toda probabilidad triunfante llegada militar del conde de Zavellà, plenipotenciario del archiduque Don Carlos ya autotitulado rey de España. Así se refleja, por ejemplo, en su correspondencia con el también filipista conde de Priego83 (cuñado a su vez de Zavellà) y de dos destacados austracistas: su cuñado el marqués de la Casta84 y el príncipe de Cardona85. Y ése es un buen ejemplo de las estrechas relaciones familiares que podían llegar a constatarse entre ambos bandos.

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• [Plasencia], 20 junio 1702. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)86. El remitente es Don Juan de Lanuza y d’Oms, nacido en Barcelona en 1658. Titulado IV conde de Plasencia, era de una de las principales estirpes aragonesas con descollante peso también en la nobleza catalana por razón del patrimonio que poseía en el Principado.

80 Se embarcó en una nave inglesa que viajó junto a otra similar, habiendo siendo acompañado hasta el muelle por los jurados, quienes le dejaron en la Nau Galera [del Gran i General Consell] que le condujo hasta la que debía trasladarle a Barcelona, 9 mzo. 1709: ARM, EU 87, ff. 155v-156. Desembarcó de regreso en la isla, 7 jun. 1709: ARM, AH, EU 87, ff. 185-185v. 81 1661 SC-1742 ALM. Sucedió a su padre como II conde de Montenegro (1681), y a su madre como V conde de Montoro (1690). 82 MARQUÉS DE LA TORRE / Jaime SALVÁ, “Fiesta caballeresca en el Borne”, p. 289, BSAL, 32 [1971], pp. 287-313. 83 Don Antonio Fernández de Córdova y Garcés de Marcilla [también firmado Carrillo de Mendoza] (†1745), XV conde de Priego y II marqués de Moratalla. Casado (1690) con la valenciana Dona Teresa Pardo de la Casta i de Palafox, V marquesa de la Casta sucediendo a su hermano Don Joan-Antoni. 84 Don Joan-Antoni Pardo de la Casta i de Palafox, IV marqués de la Casta, X barón de Alaquàs, creado Grande de España por Don Carlos en 1707. 85 Don Josep-Folch de Cardona i d’Erill (1651-1729). Creado príncipe de Cardona por Don Carlos en 1716. Cf. Carmen PÉREZ APARICIO, “Una vida al servicio de la Casa de Austria: Don José Folc de Cardona y Erill, príncipe de Cardona, 1651-1729”, Estudis: Revista de Historia Moderna, 28 [2002], pp. 421-448. 86 ARM, MTORRE, 64 M, 19. ISSN 1885-8600 41 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

a) El conde se encuentra con toda “su Casa” en Plasencia, donde está “obrando la [nueva] Iglesia” (la vieja estaba en tal mal estado que había sido derribada). Los condes tienen palacio en esa localidad, situada a unos 35 km de Zaragoza. b) El 15 de mayo se había declarado la guerra por parte de los aliados. De momento, el conde todavía no habla de posicionamiento político pero implícitamente reconoce a Don Felipe como rey. Escribe: “la Reyna partió el sábado por la mañana para Madrid”. Y es obvio que se refiere a Doña María-Luisa-Gabriela, que tras clausurar las Cortes de Zaragoza, se fue el 16 de junio –y que hará su ingreso solemne en Madrid como regente del Reino el 30 del mismo mes. c) Don Juan se ha enterado de que Don Guillem Abrí-Dezcallar i de Serralta [tan carolino él, como dijimos] va a casarse [y lo hizo] con una catalana87 que es hermana del gobernador general de Cataluña. Éste –un Llupià– era un fiel partidario de Don Felipe, y seguirá siéndolo a lo largo de toda la guerra tras conseguir huir de Cataluña al ser conquistada por los carolinos en 1705. Para aquellos momentos, su ya cuñado Don Guillem será abiertamente carolino –como también lo será Don Juan. d) De acuerdo con lo que le encargó el conde, Don Juan se está ocupando de los arrendamientos de Montoro –pero “de la pardina de Montenegro no he oído cosa alguna ni sé lo que ha obrado el arcediano Azlor: si lo puedo saber avisaré a Vª Sª de todo”. Y le comenta que “los procuradores que Vª Sª substituyó” son dos criados del conde de Peralada (enseguida hablaré de él). Uno era Don Andrés Bueno, que no podía ser substituido por ser valenciano; el otro, Don Tomás Ortiz, podía serlo porque era aragonés y “assí lo dispone el Fuero”.

Este conde de Plasencia destacará entre los austracistas del Reino de Aragón. Al consignarlo, Feliu de la Penya le califica de “catalán”88. Sin duda, porque los Lanuza de esta línea tenían la doble naturaleza aragonesa/catalana porque eran barones de Ceret en el Rosselló89 y poseían otros feudos en el Principado, donde llevaban generaciones enlazando matrimonialmente con importantes familias (Vilarig, Rocabertí, Oms, etc.). En la isla eran especialmente conocidos porque el padre de Don Juan había sido virrey de Mallorca90. Nuestro Don Juan se había casado en 1681 con Dona Elena de Gilabert i de Sentmenat, doblemente carolina por parte de padre y medio carolina/medio filipista por parte de madre91. Será creado Grande de España por Don Carlos (1707), será presidente de la Junta General de Braços (1707) y protector del Braç Militar [i.e. Noble] (1712), y su hijo mayor morirá luchando en la caída de Barcelona (1714). Acabada la Guerra, será desterrado en 1716 a Segovia, después a Salamanca y finalmente a Valencia, siendo perdonado casi nonagenario el mismo año de su muerte

87 Dona Gertrudis de Llupià i d’Agulló. 88 Narciso FELIU DE LA PEÑA, Anales, III, cit., p. 334. 89 Cf. Pilar SÁNCHEZ, “Plets i confiscacions al Rosselló: el cas de Ceret i els Lanuza (segles XVII i XVII)”, en Núria SALES, coord., Catalunya Nord (segles XV-XIX), pp. 667-687 (= Afers, 12/28 [1997]). 90 Don José de Lanuza y de Rocabertí (1623-1688), III conde de Plasencia, virrey de Mallorca (1657- 1663). Su hijo Don Bonaventura de Lanuza y d’Oms nació en Mallorca (1660 ALM) 91 Hija del carolino Don Francesc de Gilabert i de Meca y de Dona Isabel de Sentmenat i de Lanuza. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 42 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

(1723). De sus otros hijos, podemos recordar a Don Francisco y Doña Gertrudis de Lanuza y de Gilabert. Aquél había ingresado jovencito en la corte barcelonesa de Don Carlos, y después acompañó en calidad de paje a la emperatriz Doña Isabel-Cristina en su famoso y atolondrado viaje de Barcelona a Viena en 1713. En cuanto a Doña Gertrudis, será dama de la misma soberana a partir de 1709, seguirá a su servicio en Viena y allí se casará con el carolino catalán Don Felip de Ferrran i Sacirera92. Éste, cofundador en 1700 de la Academia de los Desconfiados junto con Zavellà, había sido “de los primeros que se presentaron a S. M. [Don Carlos] el año 1705 a su Real Servicio en Cataluña; en el año 1713 pasó a Holanda enviado de los Comunes de Cataluña, y después vino [a la corte de Viena]”93. Don Carlos le creó conde de Ferran (1706) y Grande de España (1709)94. Siempre sirviendo “en la desgracia” al emperador, fallecerá en Viena en 1723, siendo sepultado en la iglesia de Montserrat de esa ciudad. A pesar de semejantes antecedentes familiares, Don Francisco, que sucedió como V conde de Plasencia, conseguirá que Felipe V le reconozca en 1727 la Grandeza de España concedida por Don Carlos a su padre95. Y, aunque aparentemente pudiese resultar muy arriesgado, se atrevió a casarse nada menos que con una hija del entonces ya exiliado Zavellà (1728)96. Pero es que ya no tenía por qué temer que el rey se incomodase por ello. En efecto, los tiempos políticos habían cambiado y estos Lanuza, como los Boixadors y tantos otros procedentes del austracismo, se incorporaban sin mayor problema a la monarquía borbónica española. No obstante, Don Francisco todavía permaneció en la corte de Viena, donde aún le documentamos en 173997. Hemos visto que el conde de Plasencia alude al de Peralada en esta carta. Es su primo Don Guillem de Rocafull i de Rocabertí, VI titular de aquel condado, XXX vizconde de Rocabertí por la Gracia de Dios, IV marqués de Anglesola, III conde de Albatera, IV conde de Santa Maria de Formiguera, etc. Tenía feudos en Cataluña, Valencia, Mallorca y Aragón, pero residía preferentemente en Zaragoza, donde era dueño de la célebre Casa de los Gigantes. Muy rico, era mecenas de escritores. Partidario de Felipe V, pidió diversos créditos para ayudar a su causa en cuanto empezó a haber problemas. Por lo demás, era muy presuntuoso. El propio rey se ofendió en 1701: “Vino [a Barcelona] con el Rey desde Zaragoza […] el Conde de Peralada (que presentó al Rey una docena de caballos ricamente enjaezados) con numerosa familia [i.e. criados], que […] quiso exceder en libreas y equipaje a todos los grandes que seguían al Rey […], y el Rey no miraba con agrado la vana

92 Agustí ALCOBERRO, L’exili, cit., I, p. 177. 93 “Lista de Grandes [etc.]”, apud Virginia LEÓN, Carlos VI: el emperador que no pudo ser rey de España, Madrid: Aguilar, 2003, p. 389. 94 Francisco José MORALES ROCA, Próceres, cit., pp. 234-235. 95 Pedro MORENO MEYERHOFF, “Los Grandes de España”, cit., p. 377; Emilio de CÁRDENAS PIERA, Catálogo de títulos nobiliarios sacados de los legajos de Estado en el Archivo Histórico Nacional, Madrid: Hidalguía, 1982, p. 174, con el error de citarle como padre de Don Gener Rabassa de Perellós i de Lanuza, II marqués de Dosaigües –que era sobrino suyo. 96 Dona Josepa de Boixadors i Sureda de Sant Martí. 97 Desde allí escribe el 18 nov. de ese año a nuestro conde de Montenegro comunicándole que ha quedado huérfano de madre, fallecida el 5 oct. en Valencia. ARM, MTORRE, M 64 7/30. ISSN 1885-8600 43 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER ostentación”. Y allí “gastó grandes sumas en pompa de su familia [i.e. criados], y [llevaba] los lacayos en número de veinticuatro vestidos de grana y galoneados”98. Pero, no obstante el pique real, Felipe V le naturalizó catalán (era aragonés de nacimiento). De ese modo le pudo hacer nombrar presidente del Braç Militar del Principado –donde le iba a resultar políticamente más adecuado que quien estaba ocupando el cargo. Siguió beneficiándole, y en 1704 le concedió la Grandeza de España. Llegado el momento, sus patrimonios fueron incautados por el Archiduque. Él, muy caballerosamente, fue a encontrarle a Calatayud en 1710, donde le besó la mano y enseguida “se volvió a su lugar”. Era lo más prudente que podía hacer. Acabada la guerra, lo recuperará todo. No teniendo descendencia, falleció en 1728 dejando heredero al conde de Zavellà, su carolinísimo primo exiliado y residente en la corte de Viena. Estupendo: el patrimonio del filipista Peralada pasa, sin mayor problema, al exiliado primo carolino.

• Madrid, 8 octubre 1705. El marqués de Vilatorques al conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)99. El remitente es el maestre de campo Don Josep de Castellví i de Alagón100. De una gran familia valenciana, se educó desde niño en la corte real porque fue menino de Carlos II. Como en el caso del conde de Plasencia, contaba con cargos ejercidos en la isla por miembros de su familia: su padre fue virrey interino101; y su tío materno, el sardo Don Pietro de Alagón, fue obispo de Mallorca102. Con un cursus honorum estupendo, él mismo había sido nombrado virrey de Mallorca en 1691, donde desembarcó el 3 de septiembre trayendo consigo a sus hijos, a quienes inmediatamente integró en el grupo de jóvenes de la alta nobleza local103. El 27 de julio del mismo año se trasladó a Valldemossa para recibir el último testimonio del proceso de beatificación de Catalina Thomàs. Montenegro figuró en su séquito, como también lo hicieron ses señories Don Joan-Miquel Sureda i de Santacília y su hijo Don Joan Sureda i de Villalonga –quienes le alojaron en su vecina finca de la Coma104. Cesó en el cargo virreinal en 1698, pero quiso y supo mantener sus amistades mallorquinas. Tras el estallido de la Guerra de Sucesión siguió en contacto con ellas, especialmente con Montenegro y los Sureda.

a) Mediante Montenegro, Vilatorques ha sabido que le ha sido “restituida” una plaza del Real Consejo. Le queda muy agradecido porque aquél “lo zelebró en la mejor forma, que fue dando gracias a Dios y cantando un Te Deum Laudamus en la

98 Apud P. de MONTANER, “Los condes mallorquines”, cit., p. 15. 99 ARM, MTORRE, 64-M, 18. 100 Don Josep (1653-1722) había sido creado marqués de Vilatorques [cast. Villatorcas] en 1690. El marquesado se encuentra en el Alt Palància, en la actual provincia de Castellón. 101 1663-1664. 102 GSM, #12 [P. de Montaner]. 103 Vgr., en los actos organizados por los sanjuanistas y los cofrades de Sant Jordi en la festividad de San Juan, 24 jun. 1692. Cf. Joan-Antoni MATHEU, Llibre de algunas cosas de la Ciutat y Reyna de Mallorca, [1643-1696], f. 105, copia mecanografiada por Lluís Amorós i Amorós de un ms. del s. XVII [no localizado], c.1940 (Biblioteca Vivot, Palma). 104 Ibid. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 44 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 capilla de Santa Ana [de l’Almudaina]”105. Ésa ha sido, es claro, una buena muestra de amistad. b) También está muy contento de la noticia del recibimiento con que la isla ha recibido al nuevo virrey: “Me güelgo mucho que el Sr. Conde de l’Alcúdia llegase con felicidad en essa Çiudad106, y de lo festejado que ha estado”. Vilatorques era muy conocido como bibliófilo, dueño de una gran biblioteca y literato aficionado. Un par de veces presidió academias en Valencia, verdaderos nidos de novatores. Precisamente, en ellas dirigía actividades con Alcúdia, de quien era íntimo amigo. Este último destacará muchísimo como uno de los principales filipistas durante toda la guerra, y perderá el virreinato mallorquín cuando el conde de Zavellà conquiste la isla en 1706107. Vilatorques también se alegra de saber que Pueyo, el virrey saliente, ha llegado “mui bueno” a la corte. Es otro gran partidario de Don Felipe, y sus parientes mallorquines figurarán entre los botiflers de la isla. Uno de ellos será creado marqués de Campofranco en 1717108. c) Respecto al conde de l’Alcúdia, señala Vilatorques: “No dudo de que el Dr. Don Diego Liñán se [h]abrá portado con grande galantería, y me persuado que quando [Don Diego] se [h]alle en el Consejo, a donde le esperamos todos con gran gusto, procurará lo que fuere de la mayor combeniencia de toda essa Isla y todos los particulares de ella”. Se refería al Dr. Don Diego de Liñán y Muñoz de Pamplona, jurista bilbilitano, oidor de la Reial Audiència de Mallorca desde 1681 a 1689109. El 31 de julio de ese último año, siendo asesor del capitán general, obtuvo la regencia con gran celebración a la que asistieron todas las autoridades y nobleza110. En 1700 decidió hacerse sacerdote –y lo hizo111. Don Diego cesará en su cargo de regente en 1704, trasladándose a la corte en 1705 con plaza en el Consejo Supremo de Aragón. Llegó a Madrid llevando consigo a un curioso personaje: Esteve Vallespir. Mallorquín, había sido cómico y músico muy popular en las tablas peninsulares y se había retirado volviendo a su tierra, donde se había colocado como criat músich de Don Joan Sureda i de Villalonga112. Algo después fue despedido tras saberse que, entre otras bellaquerías, se hacía pasar por recién enviudado sin serlo: había abandonado a su mujer en algún remoto lugar del Continente. A continuación, Don Diego le había acogido entre sus domésticos. En Madrid, y de momento, Don Diego –siempre acompañado de Vallespir– se instaló como invitado en casa de Vilatorques, dándole el disgusto de morirse en ella poco después. Por su parte, Vallespir pasó a servir al conde de l’Alcúdia, con quien

105 ARM, MTORRE, 64-M, 18. 106 Desembarcó el 31 ag., e hizo su entrada oficial el 2 sept. CrM, p. 482. 107 Salió de Mallorca el 6 oct. CrM, p. 487. 108 N. D. SHERGOLD / J. E. VAREY, eds., Genealogía, origen y noticias de los comediantes de España, I, London: Tamesis, 1985, #518-520. 109 Prosopografía: Antonio PLANAS ROSSELLÓ, La Real Audiencia de Mallorca en la época de los Austrias, 1571-1715, Barcelona: Universitat Pompeu Fabra, 2010, p. 317. 110 Tenemos muy detallada descripción: MATHEU, Llibre de algunas cosas, cit., ff. 66-67. 111 Aquel año recibió las órdenes menores, el diaconado y el presbiterado. ADM, Reg. Ord., XIV, ff. 71, 109v, 127v. 112 Con toda seguridad le documentamos asentado en las nóminas de su servicio doméstico en abril de 1702 con un extraordinario sueldo de 6 £ mensuales –lo usual era que sus criados sólo cobrasen 1 £. ACV, 5322. ISSN 1885-8600 45 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER pasó a Menorca –de donde saldrá a la llegada de los británicos en 1708. Ya nuevamente en la Península, se hizo soldado y anduvo por Aragón. Pasando por Pina, falleció el 24 de febrero de 1714, siendo allí sepultado de limosna como “Don Esteban Vallespir soldado del preboste general del Ejército”113.

• Barcelona, 11 noviembre 1707. Don Ramon Fortuny de Ruesta [i Vida] al conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)114. Don Ramon, caballero de la Orden de Alcántara y XVI coseñor de Estellencs, fue bayle general de Mallorca en 1700. Hay que decir que era cuñado del conde, pues había sido marido en primeras nupcias de una hermana suya115. Ahora, y desde 1681, estaba casado en segundas con una Salas, también de familia muy botiflera116. Inculpado de filipismo, se encontraba encarcelado desde octubre de 1707 en Barcelona, adonde había sido desterrado por Zavellà en unión de varios botiflers más117. No tiene desperdicio la carta que escribieron al marqués de la Torre: “Llegamos a esta Corte con felicidad […] y con la mesma logramos la dicha de besar la mano a Su Magestad. [Y] havemos quedado consoladíssimos y enamorados de su Real benignidad”118. ¿Sorprende esta reacción? Pues no menos lo hace lo que anotó un cronista: “No volvieron hasta el 25 de Agosto de 1709, sin que en todo aquel tiempo les preguntara nadie en Barcelona el motivo de su viaje”119.

a) Don Ramon pide al conde que le dé noticias de la familia Despuig a través de un joven que a poco llegará procedente de Barcelona a Mallorca [y que a continuación regresará a Barcelona]. Aprovecha la ocasión para enviar recuerdos – recaudos– a los amigos: en particular a Don Joan Sureda i de Villalonga, Don Antoni Ferrandell i Fortuny120 y Don Salvador Ballester d’Oleza i Dezcallar121. Ya sabemos que Sureda era botifler y Don Antoni también lo era; en cambio, Don Salvador era carolino y lo purgará tras el triunfo definitivo de Felipe V122.

113 N. D. SHERGOLD / J. E. VAREY, eds., Genealogía, cit., dice “Piña”, y los eds. suponen que se trate de “Piña o Pinyá, en la provincia de Gerona” (p. 177 n2). El documento de 1714 no deja pensar que se expida en un pueblo catalán, y los apellidos de los responsables son bien aragoneses. Me parece evidente que se trata de Pina en Aragón. 114 ARM, MTORRE, 64 M, 6. 115 Don Ramon (1648 ALM-1730 SE) se había casado (1674 SC) con Dona Aina Despuig i Martínez de Marcilla (1658 SC-1675 SE, sobreparto). 116 Dona Agnès de Salas i de Togores (1659 SC-1729 SE). 117 CrM, p. 488. 118 Apud Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, p. 180. Sus compañeros de cautiverio son su hermano Don Nicolau Fortuny i Vida, el Marquès Dameto [i.e. el marqués de Bellpuig], Don Pere [de Pax-]Net i Net, Don Antoni de Pueyo i Dameto, Don Ramon Brondo i de Puigdorfila, Don Mateu Gual-Zanglada i Truyols, Don Ramon de Puigdorfila i Despuig, Don Gaspar de Puigdorfila i Dameto [los segundos apellidos son responsabilidad mía]. 119 CrM, p. 488. 120 Don Antoni (1685 ALM-1742 ALM) se casará (1714 SJ) con Dona Maria de Verí i Gual (1695 SJ- 1750 ALM). 121 1649 ALM-1724 SE. Apellidado Oleza por nacimiento, se firma Ballester d’Oleza por sucesión fideicomisaria desde 1699. 122 José de OLEZA Y DE ESPAÑA, La familia de Oleza en Mallorca durante setecientos treinta años, 1230- 1960, Palma: Tipografía Nueva Balear, 1973, pp. 202-221. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 46 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

b) Don Nicolau, hermano de Don Ramon, también estaba desterrado en Barcelona por botifler123. Aprovechó para añadir unas líneas encargando al conde que transmitiese un mensaje al mismo Sureda: Direu a Don Sureda que som seu com sap, y que estimaré me escrigue totes les coses que acustuma dir un amich, qui sempre deya alguns desbarats en la conversació com ser crudo, arbolada y altres124. Parece, pues, que Don Sureda solía hacerse el gracioso de esa manera.

Como acabamos de ver, Don Ramon y sus compañeros de destierro regresaron a Mallorca en 1709. Enseguida se las apañó para que se superasen los resquemores políticos que se tenían de él, llegando incluso a ser jurado en cap en 1713. Pero pronto se supo que disimulaba. El 9 de marzo de 1715 será encarcelado en Bellver junto con Don Nicolau, el conde de Montenegro y su hijo Don Francesc, y varios otros125. El 13 de abril pasarán a prisión domiciliaria126. El 15 del mismo mes serán desterrados a Cerdeña, pagando fianza de 4.000 £ cada uno de ellos y siendo embarcados en una nave sarda127.

• La Granja [Esporles/Mallorca], [?] enero 1708. Don Jordi Fortuny [i Despuig] a su tío el conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)128. Don Jordi era hijo del susodicho Don Ramon129. Acusado de filipismo, se encontraba en prisión domiciliaria en la Granja, importante alquería de la familia.

a) Se ve que su padre Don Ramon, encarcelado en Barcelona por la misma razón, padecía carencias que se consideraban básicas. En esta época del año hacía frío y necesitaba con qué arroparse. Lo deducimos porque Don Jordi pide al conde que envíe allí 12 flassades para su padre. Quiere que sean 6 d’amples, 5 de l’altra sort –en una anterior ocasión, ya le remitió 4 de retxades en una barca del patrón [Joan] Noguera junto con una capa y otras cosas. Joan era un hombre de confianza, ya que se le suele encontrar relacionado con los botiflers130. En este sentido, es muy digna de atención la labor que llevaban a cabo los patrones de barca durante la Guerra –que sólo eventualmente se convertían en capitanes cuando comandaban naves en corso. Lo es porque muestra que a fortiori no se impedía su trabajo por motivo de sus [evidentemente] conocidas preferencias por una u otra opción política. La documentación demuestra que, en la práctica, sobre todo lo demás primaba su profesionalidad, muy valorada porque su trabajo cotidiano era de primerísima importancia socioeconómica.

123 1650 SE-1717 SE, solt. 124 ARM, MTORRE, 64 M, 6. 125 CrM, p. 497. 126 Id., p. 498. 127 Ibid. 128 ARM, MTORRE, 64 M, 6/1-2. 129 Don Jordi (1675 ALM-1736 SE) se firmará Fortuny de Ruesta a partir de 1730, cuando suceda a su padre como XVII coseñor de Estellencs. Caballero sanjuanista, regidor perpetuo de Palma (1718 sq). 130 Vgr., su hija Argentina Noguera i Munar se casará (1720 SC) con Agustí Burgari i Ballester siendo testigos de boda el canónigo Don Gabriel de Salas [i de Berga] y a Don Miquel Cotoner [i Sureda]. ISSN 1885-8600 47 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

Desde 1700, Don Jordi estaba casado con Dona Violant Gual i Zaforteza, que le había aportado una importante dote de 12.000 £131. Los testigos de la boda habían sido los filipistas Don Llorenç Despuig i Martínez de Marcilla y Frey Don Nicolau Cotoner i Sureda: el primero, hermano del conde de Montenegro que nos está ocupando; del segundo ya explicaré cuán fatal final tendrá. Ya en plena guerra, Dona Violant debía sentirse incómoda: si la familia de su marido y la suya paterna eran botifleres, la de su madre era una de las más destacadas carolinas. Pero, como ya se he dicho, ésta era una situación no sólo frecuente sino inevitable. En este caso, y a mayor abundamiento: en junio de 1713, el caudillo austracista Don Francesc Sureda de Sant Martí i Zaforteza, creado marqués de Vilafranca por Don Carlos (1708)132, se casará con Dona Violant Gual i Cotoner, prima hermana de nuestra Dona Violant y sobrina materna del caudillo botifler Don Marc-Antoni Cotoner i Sureda, que será marqués de Ariany por gracia de Felipe V (1717). Asistieron las autoridades, y todos los parientes sin distinción de bandos. Compartieron una gran fiesta: feren sarau dos dies a casa la novia y altres dos a casa del nòvio133. Por cierto: la hermana del novio estaba casada con el conde de Zavellà –aquel que había conquistado Mallorca para el Archiduque en 1706. Se trata de otro buen ejemplo de la inevitable convivencia. Acabada la Guerra, Don Jordi será nombrado veguer de Mallorca por Felipe V (agosto 1715).

• Barcelona, [?] septiembre 1711. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)134.

a) El remitente ha estado en Vilassar y ha regresado a la corte [del Archiduque en Barcelona]. b) “Del Virrey [de Mallorca] me habían llenado la cabeza sobre que le hazían mil querellas, y he querido averiguarlo con Perlas, y me dize que ninguno ha escrito ni hablado contra el Virrey […]. Con esto he quedado muy assossegado porque le quiero bien”.

Ese virrey es Don Josep-Antoni de Rubí i de Boixadors, II marqués de Rubí, viudo de la VIII baronesa de Llinars –una señora muy rica135. Era uno de los principales austracistas catalanes, y se mantendrá en el cargo mallorquín hasta que capitule con las tropas borbónicas en julio de 1715. Su hermana Dona Francesca se había casado en 1691 con Don Antoni de Fivaller i de Bru, paradigma de la versatilidad política en esos momentos. Ennoblecido por Felipe V (1702), confirmado en esa merced por Don Carlos (1705), morirá en Barcelona reconciliado con Felipe V

131 1683 SJ-1715 SE. 132 La Real Carta de concesión, firmada en Barcelona el 17 ag. 1707, se registró y transcribió en Mallorca, febr. 1708. ARM, AH, EU 87, ff. 147v-150; ARM, AH, LR 97, ff. 476-478. 133 TORRELLA, OP, p. 130. 134 ARM, MTORRE, 64 M, 19/1 y 19. 135 Don Josep-Antoni (1669, Barcelona-1734, Bruselas) era II marqués de Rubí, marquesado que con carácter póstumo había concedido Carlos II a su difunto padre en 1694 –ictu occuli. Fue casado con la pubilla Dona Isabel de Corbera-Santcliment i de Blanes. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 48 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

(1724)136. En cuanto al personaje que tranquilizó al conde de Plasencia, es el entonces todopoderoso secretario real Don Ramon de Vilana-Perlas i Camarassa. Conocido en la corte austracista como “el marqués Perlas”, era en realidad marqués de Rialp, título que obtuvo en agosto de 1710 por merced de Don Carlos137. Como vemos, Plasencia estaba en directo contacto con los principales miembros de la corte austracista. En relación con esta carta, no puede dejar de hacerse notar que en ese mismo mes de septiembre se descubrió la conspiración botiflera de la Sinagoga, lo que provocó derivó la encarcelación de su cabecilla Don Joan Sureda i de Villalonga y diversas detenciones de nobles mallorquines muy principales138.

• Barcelona, 16 noviembre 1713. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)139. Arranca enfáticamente: “Con dolor de mi corazón tomo la pluma”. Y, tras este funesto aviso, continúa:

“Estando Don Nicolás [Cotoner i Sureda, filipista] en conversación [en Barcelona] con los hermanos Circuns, el comendador [Frey Don Josep Circuns, filipista] dentro del aposento y Don Nicolás arrimado con Don Jayme Circuns [austracista] a una ventana rasgada para poner un balcón, y en el ínterin había un palo que se atravesaba de un lado al otro, y ellos arrimados a él, les falló el palo. Cayeron los dos, y sobre no ser muy alto, Don Nicolás murió luego, y Don Jayme Circuns está con el mismo peligro.”

Muy desconcertado, concluye: “Son secretos altíssimos a que no podemos entrar, sí sólo venerar”. E informa de que, por lo pronto, él mismo y el comendador se han ocupado de depositar el cadáver en la iglesia barcelonesa de los sanjuanistas. Ahora vayamos al origen de esta tragedia. El 5 de julio de 1713, las autoridades mallorquinas creían que Don Joan Sureda i de Villalonga se encontraba en Barcelona. Por eso, y mediante procurador, le habían nombrado in absentia síndico del Reino a efectos de tratar allí la conservación de los fueros ante la inminente reconquista de Felipe V. Al mismo tiempo habían decidido enviar al caballero sanjuanista Frey Don Nicolau para que, también como síndico, colaborase con él en las pertinentes negociaciones. Es evidente, pues, que se había optado por encomendarlas a destacados botiflers. Con nombramiento expedido el 8 de julio, Frey Don Nicolau había zarpado de Mallorca el día 10 en la nave La Liparota, hasta la que fue protocolariamente acompañado por los jurados140. Como vamos a ver, su misión iba a resultar muy sorprendente. Llegado a Barcelona el día 14, no sólo se encontró con que la ciudad estaba bloqueada por tierra por las tropas borbónicas, sino que no pudo localizar a Sureda141. Es más: ni siquiera consiguió contactar con el virrey Guido

136 Pere MOLAS RIBALTA, Comte de Darnius, Marquès de Villel, Duc d’Almenara Alta, Barcelona: Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, 1999, pp. 18-21. 137 Don Ramon (1663, Oliana-1741, Viena) era miembro de una familia notarial y sus cuñados presentaban unos similares orígenes. 138 P. de MONTANER, Una conspiración, cit., passim. 139 ARM, MTORRE, 64 M, 19/1 bis, 2. 140 Fernando PORCEL ZANOGUERA, Mallorca durante el primer período, cit., pp. 281-283. 141 Cf. CrM, p. 492. ISSN 1885-8600 49 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER von Starhemberg. Le dijeron que Sureda se había literalmente esfumado; y que el segundo había salido de Cataluña el día 9 sin dejar lugarteniente (y así fue). Muy apesadumbrado por no saber con quién entrevistarse ni qué hacer, Frey Don Nicolau escribió el 16 a los jurados comunicándoles su embarazosa situación. Éstos, tras reunirse en Consell General el 18, le respondieron el 21 diciéndole que regresase a Mallorca si quisiese hacerlo y que si no encontrase embarcación, ellos mismos le enviarían un bajel. Pero esa carta llegó tarde a su destino, lo que resultó desastroso –sobre todo para Frey Don Nicolau. En Barcelona le atendían los susodichos hermanos Circuns. De ellos, Don Josep no sólo era hermano de Orden suyo, sino que además había tenido bastante relación personal con él142. Y Don Jaume era comisario de canjes de presos y, al parecer, muy escrupuloso: verbigracia, insistía en sus escritos en que “se tratarán los prisioneros en la misma forma que lo ofrece el enemigo”, siempre esperando que éste dé “buen trato tanto a los oficiales como a soldados”143. Además era receptor interino de la Inquisición en Barcelona. En 1705, cuando los carolinos tomaron la ciudad y los inquisidores salieron de ella, éstos estaban cuestionando que desempeñase ese cargo porque no había hecho las necesarias probanzas para formar parte de la oficialidad del tribunal. Entonces, no sólo no se fue con ellos: se quedó, logró conservarlo cuando se reformó el tribunal inquisitorial (1706) y lo obtuvo en propiedad por nombramiento de Don Carlos (1710).

• Mallorca [sic], 1 diciembre 1713. Don Joan Sureda i de Villalonga al conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)144. Don Joan le detalla “la repentina muerte” de Frey Don Nicolau: “Me deja en sumo desconsuelo: fue desta manera, que el día 16 del passado [mes de noviembre] por la mañana, habiendo tomado chocolate en su casa que es la de un Circuns” [y sigue narrando lo que ya conocemos del accidente]. Es curioso que él, formalmente desaparecido y conociendo la noticia por vericuetos que ignoramos, tenga la idea de contar al conde lo que podría suponer que ya bien sabría, y también lo es que lo haga desde Mallorca. Como se verá más abajo, es seguro que en esos momentos estaba en Menorca, adonde había “escapado” al salir de la cárcel de Barcelona en junio de 1713. Si no estaba en Mallorca porque no le convenía, ¿cómo es que está en ella el 1 de diciembre de 1713? ¿Es acaso un gazapo ese “Mallorca” de la carta?

142 Residiendo en Malta, Frey Don Nicolau ya había delegado en 1685 a Frey Don Josep, su procurador en Cataluña, para que contratase el nuevo retablo a la moderna de la iglesia sanjuanista de Vilafranca del Penedès: Maria Lluïsa RODRÍGUEZ MUÑOZ, “Benet Sunyer i el retaule major de Vilafranca del Penedès”, pp. 209-210, en María Dolores BURDENYS [et al.], eds., Las Órdenes Militares: realidad e imaginario, Castelló: Universitat Jaume I, 2000, pp. 205-220.– Frey Don Josep, y siempre a título de procurador de Frey Don Nicolau, hizo a costas de éste importantes reformas en la masía sanjuanista catalana de la Torre de Sant Joan del Clot de la Mel, 1704/1705: cf. Joan FUGUET SANS, Templers i Hospitalers, IV, Barcelona: Rafael Dalmau, 2005, pp. 60-62. Por otra parte, y desde Barcelona, Frey Don Josep nombró procuradores suyos en Mallorca a los malteses Michele Pizzinga y Carlo Borg, 1710: ARM, Prot., 6799, f. 129. 143 Cf. vgr. las cartas de Circuns al comisario de canjes de los sitiadores, Barcelona, 14 y 16 ag. 1713, apud CASTELLVÍ, NH, III, pp. 830 #94, 832 #98; IV, p. 413 #54. 144 ARM, MTORRE, 64 M, 14/1. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 50 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

El hecho es que no hay gazapo, pero hay misterio. En efecto, conservamos un documento en el que consta que, en enero de 1714, los procuradores generales de Don Joan en Mallorca efectúan un pago a Joan Torrens, jurado de Alcúdia, por lo que allí gastó per lo señor Don Sureda145. Pero ¿qué hacía éste en Alcúdia en ese momento? Ni idea: pero es seguro que esta escapada, tan fácil desde la vecina Ciutadella, fue brevísima porque no duró más de tres días. Fuese lo que Sureda fuera a hacer allí, la connivencia de los jurados carolinos con este botifler es evidente –y, precisamente, Torrens destacaba por su austracismo. En aquel término municipal, Sureda criaba yeguas en su predio Son Poncet en lo lloch de la Punta, y las hacía llevar a pasturar a la vecina montaña de la Victòria, cuyos pastos arrendaba al efecto a su dueño146. Pero eso no me parece que tenga que ver a fortiori con lo que nos ocupa. A cualquier intención, el Port d’Alcúdia era (y es) el lugar de enlace más directo entre Mallorca y Menorca via Ciutadella. Pero por ahora sigo sin dilucidar qué cuestión relacionada con Sureda merecería el gasto de los jurados de Alcúdia… Quizás fuese sólo porque era un noble muy conocido y con muchas y ancestrales relaciones con la ciudad y sus habitantes –y nada más.

• Barcelona, 11 diciembre 1713. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)147. Sobre la muerte de Frey Don Nicolau Cotoner i Sureda. El remitente ha visto al comendador Don [Josep] Circuns (que ha sucedido interinamente a su hermano Don Jaume como responsable de canjes de presos de guerra). Éste le ha dicho que “en el inventario [del difunto Frey Don Nicolau] no puso palangana ni jarro, ni lo que reconoció era de la Casa [i.e. la Orden de Malta]; y que espera orden de VV. SS. de lo que se deve hazer, y [de] qué han de hazer los criados [del difunto Frey Don Nicolau] porque de esto no escrivió Vª Sª cosa alguna”. La infausta noticia del accidente mortal de Frey Don Nicolau llegó enseguida a Mallorca. El 24 de diciembre ya se celebraron solemnes funerales por su alma en la capilla de la Puríssima de la iglesia de Sant Domingo. Como era generalmente habitual en este tipo de cuestiones, los Cotoner registraron los gastos correspondientes: Aquí aparexerà lo gasto […] fet […] per mi señora Dona Bàrbara Nunis de Santjohan y Cotoner per la ànima del qº Frey Don Nicolau Cotoner, de la Religió de Sant Joan, son cuñat, qui morí en la ciutat [sic] de Cataluña de una desgracia per haver caigut de un balcó o finestra al 19 9bre. 1713 […]. Allí se montó un túmulo hecho por el carpintero Mre. Jaume Sanxo, que costó 3 £ 10 s (¡caro!). Constaba de tres pisos –grades– y era molt sumptuós y aparent: contenía 2 atxes de 8 ll de peso cada una; 30 cirios de 1 ll cada uno; 32 papers de las suas armas y 20 papers de cap de mort pintados por Jaume Blanquer. Bajo el armatoste se colocó un altar con 4 cirios de 1 ll cada uno y dos altres al lado [sic!]. Y

145 ACV, 366, f. 27. 146 En 1716, y, debido a su pasado austracista, será destituido de su cargo de almostacén –mostassaf– por el comandante general marqués de Lede (cf. Pedro VENTAYOL SUAU, Historia de Alcudia, I, Palma: La Última Hora, 1928, p. 440). Acabará siendo rehabilitado porque le encontraremos como regidor en 1719 (cf. Id., III, p. 195).– El dueño de los pastos de la Victòria era el médico Dr. Pere Bennàsser, a quien Sureda por ello pagaba 18 £ aquel mismo año. ACV, 5321, ff. 56, 111v-112. 147 ARM, MTORRE, 64 M, 19/3. ISSN 1885-8600 51 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER se pagaron 2 £ 5 s por la tela con que se entoldó el monumento funerario: 42 canes de friseta per entoldar lo túmulo148.

• Barcelona, 13 diciembre 1713. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)149.

a) Una hermana del virrey de Mallorca le ha dicho que se ha entrevistado con Don Roque [Fernández de Heredia], quien solicita protección y desea que Montenegro influya a su favor. Ella asegura a Plasencia que el virrey dará “cumplida satisfacción” a lo pedido. Por su parte, Plasencia espera que Don Roque “logre el alivio que necessita ahora más que nunca”. b) Don Roque aprovecha la ocasión para escribir a Montenegro. Le pide, y no duda de que lo hará, que favorezca al Dr. Don Francesc Balançat [i Rosselló] porque “lo merece y necessita de algún socorro crecido” –se le deben más de 14 meses.

Don Roque debía de estar verdaderamente muy apurado, ya que nos consta que había salido al exilio junto con sus hijos Don Roque y Don Pedro150. Por eso resulta casi emotivo que él mismo estuviese preocupado por el Dr. Balançat –¡como si no tuviese bastante con lo suyo! Ahora debemos explicar quién era éste151. Pues bien: si el conde de Zavellà, plenipotenciario de Don Carlos, estaba bien informado por medio de sus parientes de lo que se tramaba en Mallorca, también lo estaba de lo de Ibiza a través de su capellán personal, el ibicenco presbítero Dr. Pere Tur i Martí –de una conocida familia corsaria152. De modo que sabía que, allí, el adalid de los carolinos era ese Dr. Balançat. Por cierto, una vez conquistada Mallorca, el conde hará que el Gran i General Consell conceda la naturalidad mallorquina –afiliació–a su secretario Josep Gutiérrez y a nuestro Dr. Tur (octubre 1706)153. Gutiérrez, que expresó “la dicha” que sentía de haber venido con el conde, se presentó como “vecino de Madrid domiciliado en Barcelona”, adujo que los administradores de los bienes de los condes de Zavellà en Mallorca siempre fueron catalanes naturalizados mallorquines, y afirmó querer “vivir y morir” en la isla. En cuanto al jurista Dr. Balançat, es un personaje complejo desde muchos puntos de vista. Hijo de un ciudadano militar ibicenco, los Balançat tenían muchas pretensiones porque la tradición les consideraba de una estirpe no sólo antiquísima en Ibiza, sino la más antigua como anterior a la conquista cristiana de 1235. Se trataría de mozárabes sobrevividos bajo la dominación musulmana y “reencontrados” por los

148 AMP, Cotoner, 1349. 149 ARM, MTORRE, 64 M, 19/4. 150 Figuran en la “Relación de los Aragoneses que dexaron el Reyno de Aragón para seguir al Rey Nuestro Señor” (= Narciso FELIU DE LA PEÑA Y FARELL, Anales, III, cit., p. 627). 151 Prosopografía en Antonio PLANAS ROSSELLÓ, La Real Audiencia de Mallorca, cit., p. 308, cit. como “aragonés”. 152 1681-1764. Hijo del patrón corsario Pere Tur i Ferrer alias Boto (1644-1693). Éste protagonizó un ruidoso asalto corsario tan injustificado que acabó condenado a remar en las galeras de Cerdeña (1690). Cf. Joan PLANELLS RIPOLL, “El cognom Tur i els seus sobrenoms”, pp. 97-100, Eivissa, 50 [2011], pp. 93-103. 153 ARM, AH, AGC 73, ff. 60-61 (19 oct. 1706). MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 52 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 conquistadores. Otros analistas prefieren creer que fueron cristianos islamizados que “regresaron” al cristianismo en 1235. Es igual: sociológicamente, lo definitivo es que eran tenidos por cristianos a natura –¡y desde cuándo! Ahora bien, si ya estaban en la isla antes de que la isla cayese en poder de los musulmanes en el año 902/903, ¿cuál sería su origen? Nadie sabría decirlo –nadie. Lo que es seguro es que se ubicaron en la élite insular ya en el siglo XV y que proporcionaron numerosos jurados en cap entre 1501-1692154. Reinando Felipe V, el Dr. Balançat había sido nombrado asesor interino de la Governació de Ibiza el 1 de septiembre de 1704 y siguió siéndolo hasta el 19 de febrero de 1706, fecha en que fue cesado tras haberse fugado para pasar al bando de Don Carlos. Enseguida se incorporó al servicio de Zavellà, quien se lo llevó consigo cuando se embarcó en la Armada Anglo-holandesa comandada por Sir John Leake. En la noche del 8 de octubre de 1706, encontrándose frente a Ibiza, le desembarcaron para que promoviese el apoyo a la conquista de la isla que iban a emprender de un momento a otro:

[D]ispatched Don Francisco Balanzat […] ashore to excite the people to declare for King Charles, upon the appearence of the fleet: and he effected his buissness so well with the Governor and the inhabitants, that the next morning, when the fleet anchored before the place, and sent a summons, the castle saluted him with all their guns; and the Governor and magistrats came on board the Prince George to tender their duty and allegiance to His Majesty.

Ibiza fue enseguida tomada y Don Carlos fue jurado rey. Sir John no cabía en sí de entusiasmo y escribió al príncipe Anton-Florian de Liechtenstein, primer ministro de Don Carlos, contándole todos los detalles y recomendando a Balançat to His Highness favor con la propuesta de que se le restituyese la asesoría de la Governació ibicenca, vacante por la huída del titular filipista. Al mismo tiempo recomendó al también ibicenco capitán [corsario] Pere Riusech, que había colaborado con Balançat y con el piloto del almirante, solicitando que se le nombrase guardián del puerto de Ibiza:

As also Captain Pedro Ruiseck [sic], who had been his companion in all this affair and was the Admiral’s pilot; desiring His Highness would intercede with His Majesty, that Don Francisco Balanzat might have the employement of assessor to the Governor and auditor, the gentleman who then enjoyed it at that time being not very well affected […]; and that Captain Ruiseck might have the place of ‘guardian del Puerto’155.

Zavellà, reconociendo a Balançat “todo amor y çelo en la reducción de la Isla de Ibiza”, le dio mayor premio del esperado: le nombró abogado fiscal-patrimonial de

154 Joan PLANELLS RIPOLL, “Jurats en cap i regidors majors d’Eivissa i Formentera”, Eivissa, 22 [1992], pp. 356-359. 155 Stephen MARTIN-LEAKE, The Life of Sir John Leake, II, cit., pp. 119-130. ISSN 1885-8600 53 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

Mallorca en octubre de 1706156, cargo entonces vacante tras la destitución de su titular filipista Dr. Don Bernardo de Leiza-Eraso y Arróniz de Punzano que ese mismo mes y año había salido “encartillado” al destierro como botifler157. A poco, Balançat se henchía de gozo: el 23 de enero de 1707, desde Valencia, Don Carlos en persona le agradeció por escrito una remesa personal 50 qres de cebada enviadas allí para aprovisionar a sus tropas158. Pero tanta felicidad se desvaneció rápidamente porque empezó a resultar sospechoso de irregularidades y le suspendieron de su cargo en enero de 1710, substituyéndosele por el Dr. Miquel Fullana i Rabassa159. Éste no sólo era un jurista mallorquín muy carolino sino, al parecer, más fiable que él. Por enojosa coincidencia, eso le ocurrió mientras se le estaba tramitando un Título de Nobleza en premio a sus méritos contraídos por la causa carolina en Mahón e Ibiza. Pero Balançat era un especialista en artimañas: lo obtuvo, expidiéndose en Barcelona el 21 de enero de 1711160; y consiguió ser profesionalmente rehabilitado en septiembre. Precisamente ese año, su esposa igualmente ibicenca Dona Margalida Riambau i Arabí testó en la Ciutat de Mallorca161. A pesar de los pesares, Balançat no escarmentó. Siguió conspirando y será nuevamente cesado en 1715. Volvieron a nombrar al Dr. Fullana en su lugar, que ya debía de ser una figura habitual en sus pesadillas. Así las cosas, los borbónicos reconquistaron Mallorca, encontrándole “melancólico” al entrar en la capitulada capital el 9 de julio de ese año. Aún se las ingenió para endilgarles un memorial debidamente certificado el anterior día 5 con el que hacía constar que los austracistas le habían castigado por su “buen comportamiento” a favor de la causa filipista. En total, según él, padeció seis años de “persecuciones”162. La treta no surtió el efecto deseado: acabó siendo detenido el 5 de mayo de 1716, y fue enviado a la prisión de Fuenterrabía el 31 del mismo mes163. Pero este encarcelamiento fue breve porque, contra todo lo previsto, todavía consiguió ser indultado. Regresó a Mallorca, y en 1717 le hallaremos habitando en unos entresuelos en la calle de Els Apuntadors de Palma164. Habitáculo modesto, sí –pero él estaba libre.

• Barcelona, 15 enero 1714. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)165.

156 Nombramiento firmado en el Real Palacio [i.e. l’Almudaina], 9 oct. 1706. ARM, AH, LR 97, ff. 390- 391. Confirmación por el rey, Valencia, 5 dic. 1706: Id., ff. 426-427v. 157 Que lo ocupaba desde 1695. Prosopografía: Antonio PLANAS ROSSELLÓ, La Real Audiencia, cit., p. 316. Su hermano entero también muy filipista Don José, caballero de la Orden de Alcántara, fue sucesivamente regente de los Consejos de Aragón, Italia y Castilla, y Felipe V le creó marqués del Alcázar [en Aragón], 1702. AHN, CTR, II, pp. 236-237. 158 ARM, LR 97, f. 456. 159 Prosopografía: Antonio PLANAS ROSSELLÓ, La Real Audiencia, cit., p. 313. Refiriéndose a este cese, el rey dirá “jubilación” –técnicamente sí, pero en la práctica un cese. Cf. ARM, AH, LR 97, f. 523 (27 ene. 1710). 160 Registrado y transcrito en Mallorca, jul. 1711. ARM, AH, LR 97, ff. 535-538. 161 ARM, Prot., LL-345, f. 245. 162 ACV, 374. 163 CrM, p. 510, mal cit. “D. Francisco Balanzar/Balanzart”. 164 AMP, LN 2178/18. 165 ARM, MTORRE, 64 M, 19/8. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 54 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

a) Escribe sobre quienes, ante el inminente asedio borbónico, han optado por abandonar Barcelona, e indica que han resultado represaliados por las autoridades carolinas: “Lo que puedo asegurar a Vª Sª [es] que los caballeros que se salieron desta Ciudad, que no están muy bien admitidos porque no les dexan gozar enteramente su hazienda”. b) “Al conde de Fuentes […] le enviaron a Tolón, y […] ha muerto allí”. Es un evidente error. El carolino aragonés Don Jorge Fernández de Heredia y Fernández de Híjar, XIV conde de Fuentes y III marqués de Mora de Rubielos, creado Grande de España por Don Carlos (1707), virrey de Cerdeña (1710-1711), fallecerá en Nápoles en 1728166. Equivocaciones de este tipo son frecuentes en la documentación epistolar y gacetillera del momento. c) “Aquí [en Barcelona] lo passamos con salud, aunque con alguna escasez de mantenimientos, y por esto cansé a Vª Sª me favoreciesse para mi Casa con un lechón”. Se lo pagará cuando le diga a quién ha de entregar el dinero. Además, está seguro de no habrá inconveniente mayor para realizar el envío: “Que no dudo que el Señor Virrey, diziéndole que es para mi Casa, que dará licencia; y de algunas pansas [i.e. pasas] o higos, tàperas [i.e. alcaparras] y azeytunas negras, y algunas dos o tres cargas de vino”. Todo lo pagará, insiste: “y perdone Vª Sª el enfado [i.e. la molestia]”. Todo eso le resulta necesario por la escasez que se padece en Barcelona por causa del bloqueo borbónico. Aun así, confía en que los asediados superarán el problema: “Lograremos, no obstante, se cojan carneros, ovejas, cabras y cabrones, con vacas, terneras y bueyes; y no falta[rá] abadejo y otra pesca sin la que pescan aquí los pescadores, que algún día es con abundancia”. d) De todos modos, se siente animado porque se dice que “que el Duque de Anjou está enfermo con calentura y lamparones, que está muy acabado”. A todas luces, sus informadores estaban muy desinformados: hartamente consta que, en esos momentos, Don Felipe gozaba de muy buena salud.

• Barcelona, 15 enero 1714. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)167.

a) Ha conseguido licencia del virrey [de Mallorca] “para embarcar lo que Vª Sª tuviesse gusto de enviarme”. ¡Asombra la rapidez! b) Hace referencia a “un papel que me alabó mucho [el difunto] Don Nicolás Cotoner [i Sureda]: en tener ocasión lo remitiré a Vª Sª, que gazeta esta semana no ha salido”. De esto se desprende que el carolino Plasencia y el botifler Frey Don Nicolau, cuya amistad mutua es segura, se intercambiaban documentación. Y añade: “De Don Juan Sureda deseo saber noticias porque después que salió de aquí no ha sido para escribirme dos rayas”.

Por lo que respecta a Sureda, Quadrado escribió que “por temor de los disturbios fuése […] de Barcelona á Menorca” (1888)168. Más adelante, Porcel dirá

166 Pedro MORENO MEYERHOFF, “Los condes de Fuentes: la Casa de Heredia (siglos XVI-XVIII)”, pp. 636-637, ARAMHG, 8/2 [2004], pp. 615-639. 167 ARM, MTORRE, 64 M, 19/8. ISSN 1885-8600 55 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER que se marchó a refugiarse a Menorca “alocado de miedo” (1921)169. Contra lo que se creía, Sureda no se fugó de Barcelona, ni mucho menos de la cárcel170. Yo no dudo que estuviese asustado, pero no se fugó. Tras haber permanecido en la angustiosa situación de encarcelado condenado a muerte, el 29 de junio de 1713 liquidó repentinamente 24.000 pesos que tenía depositados como fianza entregándolos al virrey Guido von Starhemberg171. Con ello quedó redimido de la pena capital y libre de prisión, recibiendo además un pasaporte para trasladarse desde Barcelona “con su familia [i.e. criados] a Mallorca o Menorca”. En palabras del cronista Castellví, fue así porque el rey Carlos actuó “por efecto de piedad”; pero también “teniendo presente que era caballero de la Orden de Calatrava y ser aparentado con las primeras familias de aquel Reino [de Mallorca] y de Cataluña parciales a su partido”172. No obstante, me parece que eso es inexacto porque cuesta creer que Don Carlos se sintiese movido “por piedad” en ese momento, cuando el dinero resultaba acuciantemente necesario con los borbónicos a las puertas de Barcelona. Y tampoco creo que influyese en ello el parentesco de Sureda con nobles carolinos de Mallorca y de Cataluña, pues considero que, en esos momentos, era muy improbable que éstos se estuviesen interesando por la suerte del filipista mallorquín conspirador convicto. En mi opinión, Starhemberg actuó con prevaricación: ese modo de obtener no sólo la excarcelación sino la redención de la condena a muerte fue a todas luces irregular. La explicación de Castellví es absurda. En aquellos momentos, el trono español de Don Carlos acababa de pasar oficialmente a la historia (salvo en lo que respecta al Reino de Mallorca). En efecto, ese mismo mes se había comunicado oficialmente a las autoridades de Cataluña que se procedería a iniciar la salida de las tropas austracistas en aplicación del Tratado de Utrecht, firmado el 11 de abril. El 21 de junio, prácticamente una semana antes de librar el pasaporte a Sureda, Starhemberg ya había acordado secretamente con los borbónicos en l’Hospitalet la incondicional evacuación de Cataluña con la previa entrega de Tarragona y de Hostalric sin condiciones, la aplicación del armisticio a partir del día 23, e inmediatamente la rendición de Barcelona. En todo ello, y es muy importante advertirlo, el virrey había actuado sin consultar con las autoridades catalanas. La Diputació se enteró el 25 y, en reacción, proclamó oficialmente la resistencia de Barcelona el 9 de julio. Ese mismo día, Starhemberg se embarcó secretamente en el Besós sin nombrar lugarteniente y dejando una guarnición de sólo 1.500 hombres. Con los borbónicos a punto de entrar

168 Pablo PIFERRER / José Mª QUADRADO, España. Sus monumentos y artes –su naturaleza é Historia: Islas Baleares, Barcelona: Daniel Cortezo y Cª, 1888, p. 554 n1. 169 Fernando PORCEL ZANOGUERA, Mallorca durante el primer período, cit., pp. 281-282. 170 Cf. vgr. Jaime SALVÁ, “Rendición de Mallorca a Felipe V”, p. 328, BSAL, 38 [1981], p. 327-351: “Ignorando que [Don Joan] había logrado escaparse y buscar refugio en Menorca”. 171 El conde Guido von Starhemberg era estirio (1657-1737). Llegó a Barcelona como generalíssimo el 30 abr. 1708, y fue uno de los carolinos más influyentes en la corte barcelonesa de Don Carlos. Cf. Narciso FELIU DE LA PEÑA Y FARELL, Anales, III, cit., p. 602. Morirá siendo gobernador de Eslavonia. Su biografía clásica sigue siendo la de Alfred ARNETH, Das Leben des kaiserlichen Feldsmarschalls Grafen Guido Starhemberg, 1657-737: Ein Beitrag zur Österreichischen Geschichte, Wien: C. Gerold und Sohn, 1853. 172 CASTELLVÍ, NH, III, p. 238. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 56 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 en Barcelona, partió hacia Génova y abandonó el Principado a su suerte173. Parece obvio que, ante su inmediata fuga de Cataluña, hizo que Sureda le pagase para obtener su libertad. Por lo que respecta a éste, carecemos de datos exactos sobre qué hiciera al salir de la cárcel. Es más, de momento incluso desconocemos la fecha exacta en que lo hizo, pero es seguro que sería inmediatamente después de recibir el documento en cuestión. En palabras del historiador catalán Josep M. Torras i Ribé resulta veritablement patètic constatar la “veneración” que las instituciones catalanas seguían mostrando no sólo a un Don Carlos que se había desentendido del futuro del Principado desde su elección como emperador en septiembre de 1711; sino incluso a Starhemberg, desleal a la causa catalana y tan envuelto en “secretos”174. De hecho, los maulets sufrieron una tremenda decepción por los engaños de este último, que influyeron muchísimo en la “depresión de los catalanes”175 –pero, contra lo que suele afirmarse, no de todos ellos sino de los austracistas, quienes en absoluto representaban a toda la sociedad catalana porque también había muchos catalanes que era botiflers.

• Barcelona, 20 enero 1714. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)176.

a) Vuelve al tema de Don Roque Fernández de Heredia: “En lo tocante a los 149 rs/8 de Don Roque creheré que Fèlix Massiques habrá escrito lo que pudo lograr con los patrones que se hallavan aquí, porque me dixo que vería de que algún patrón diesse aquí el dinero, y que Vª Sª se lo daría ahí. No he visto a Massiques, que si él cobró de algún patrón el dinero no dudo que lo habrá sacado a pagar a Vª Sª. Yo le veré antes que parta esta [carta], y en postdata avisaré de lo que huviere, que a mí los patrones no me vienen a ver sino el patrón Lladó alguna vez”. Fèlix Massiques era un platero barcelonés muy rico y bien relacionado. Fue quien, precisamente, prestó aquellos 24.000 pesos a Don Joan Sureda i de Villalonga para que pudiese depositar la fianza al ser detenido en Barcelona –dinero que quedó en poder del tesorero general Zambrana (28 febrero 1712). A lo largo de 1712 y 1713, Fèlix realizó frecuentes pagos “por cuenta y orden” de Don Joan y le facilitaba parte del dinero que necesitaba para mantener a los criados –família– que había traído consigo de Mallorca y que tenía instalados en una casa de su propiedad en la calle de Santa Anna de Barcelona (9 hombres y 4 mujeres). Esos gastos están muy documentados177, y son francamente dignos de atención porque nos muestran hasta qué punto un noble de la categoría de Don Joan consideraba inexcusable exteriorizar su status aún encontrándose encarcelado. Por ejemplo, en enero de 1713, Massiques entregaba 287 £ a Don Joan, una cantidad llamativamente importante. Era, escribe Don Joan, para pagar a un sastre “para vestirme y vestir a mi familia [i.e. criados]”.

173 Cf. vgr. Josep M. TORRAS I RIBÉ, La Guerra de Successió i els setges de Barcelona (1697-1714), Barcelona: Rafael Dalmau, 2001, p. 347. 174 Id., pp. 310-311. 175 Cf. Carlos PIZARRO CARRASCO, “El discurso de la resistencia a través de El Despertador de Catalunya”, p. 346, Pedralbes, 18/2 [1998], pp. 345-355. 176 ARM, MTORRE, 64 M, 19/19. 177 ACV, 364 y 368. ISSN 1885-8600 57 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

Aquel mismo mes también libró 49 £ como “resto de pago” por confección de libreas para criados de Don Joan. Exhibiendo su blasón en sus uniformes, serían identificados por las calles cuando fuesen o viniesen de la cárcel para cumplimentar necesidades de su señor (!). Al mismo tiempo, el marqués de Bellpuig178 actuaba como procurador general de Don Joan en Mallorca, desde donde ordenaba pagos per carta de Fèlix conforme a órdenes de aquél. Pero no todos los gastos eran gestionados por él. Por ejemplo, en septiembre de 1713, Bellpuig enviaba a Barcelona 400 peces/8 para saldar una cuenta corriente con el sastre Miquel Croses, y en 1714 todavía habrá más pagos a ese sastre (se ve que trabajaba mucho para Don Joan)179. Detalle interesante: en noviembre de 1706, Bellpuig había sido nombrado miembro de la Junta de Secuestros presidida por Zavellà junto a carolinos tan destacados como los susodichos Don Guillem Abrí- Dezcallar i de Serralta y Don Tomàs Burgues-Zaforteza i d’Oleza180. Ya se verá cómo acabará encarcelado por filipista. Es evidente que Massiques también era botifler, y más adelante le encontraremos ocupando el cargo de receptor del Santo Oficio de Barcelona (1717- 1719) tras la muerte Don Jaume Circuns –el que se cayó de un balcón. Además negociaba y era prestamista. Por otra parte, era suegro de Josep Brichfeus, de familia de burgesos comerciantes de Castellterçol, quien obtendrá de Felipe V el Real Título de ciudadano honrado de Barcelona181 a pesar de que en 1705 se habían certificado los servicios prestados a Don Carlos por el coronel de caballería Don Jaume Brichfeus i Fels, que para más inri había sido recompensado con el caballerato en 1708182. Es más: el también coronel de caballería Pere, hermano de Jaume, morirá exiliado en Viena en 1724 –muy beato, se había hecho militar influido por unas proféticas visiones de un ermitaño catalán183.

b) También escribe: “Sentiría mucho que fuesse verdad que a Don Juan Sureda le han confiscado toda su hazienda, y el motivo que dan es que el Virrey le llamó [que] fuera a Mallorca y que no ha querido ir. No entiendo las máximas de Don Juan, porque él llevaba passaporte de Starhemberg para Mallorca, y me dixo iba con un navío inglés, y que en llegar a Menorca enviaría [a] por una fragata para passar luego a su casa, que me parece era lo mejor. Dios quiera no sea verdad”.

178 Don Albertí Dameto i Espanyol (1658 ALM-1727 SC), IV titular del marquesado. 179 ACV, 366 y 377. 180 Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, cit., p. 133-134 181 1748. Cf. Pere MOLAS RIBALTA, La burguesía mercantil en la España del Antiguo Régimen, Madrid: Cátedra, 1985, pp. 169-170. 182 Albert GARCÍA ESPUCHE, Barcelona entre dues guerres: economia i vida quotidiana, 1652-1714, Vic: Eumo, 2005, p. 365 n306; F. J. MORALES ROCA, Próceres, I, cit., p. 166; Id., Privilegios nobiliarios del principado de Cataluña. Dinastía de Austria: gobierno intruso del archiduque Don Carlos, 1704-1714, Madrid: Hidalguía, 1978, p. 19; Id., Armoria Catalana: concesiones heráldicas otorgadas a los caballeros del Principado de Cataluña. Dinastías de Austria y de Borbón, 1515-1836, Barcelona: Stemmata, 2003, p. 34. 183 Josep M. TORRAS I RIBÉ, Felip V contra Catalunya: testimonis d’una repressió sistemàtica, Barcelona: Rafael Dalmau, 2005 [4ª ed.], p. 62; F. Xavier HERNÁNDEZ / Francesc RIART, Els exèrcits de Catalunya (1713-1714): uniformes, equipaments, organització, Barcelona: Rafael Dalmau, 2007, p. 202; Agustí ALCOBERRO, L’exili, cit., II, p. 404. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 58 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715

Lo cierto es que el propio Sureda contará que pasó a Menorca, y que allí permaneció hasta que Claude-François Bidal, chevalier de Asfeld, le convidó a que se trasladase a Alcúdia para acompañar a las tropas de Felipe V en su reconquista de Mallorca: –Passí a Menorca, ahont estiguí fins que les armas de mon amo entraren [a Mallorca]184. Así pues, al salir de su prisión, Don Joan había decidido exiliarse en aquella isla tras haberse entrevistado en Barcelona con Don Guillem d’Olives i de Martorell, un importante noble menorquín y botifler que le ofreció hospedarle en Ciutadella. Él era un muy rico hereu –y, muy curiosamente, sin ser primogénito. Cuando en otoño de 1705, ante el temor de un alzamiento carolino, Jean-Jacques- Pierre de Taffanel, chevalier de la Jonquière, desembarcó con sus hombres enviado por Luis XIV e inmediatamente se dedicó a hacer negocios con las élites locales, Don Guillem se avino a ello sin ambages185. Comprensiblemente, su abierto filipismo causó disgustos y preocupaciones a sus parientes, que temían posibles represalias carolinas – ya nos ocuparemos de él. c) “También dizen mal de la Nobleza de ese Reyno [de Mallorca], entanto que dizen han puesto presos [a] algunos cavalleros por algunas intelligencias que halló el Virrey en algunas cartas que cogió a cierto sugeto. Todo me sirve de mucho disgusto, por tener ahí tantos parientes y que tanto estimo, […] que huviera alguno mesclado, lo que no puede persuadirme”. d) “Tengo escrito a Vª Sª, [al] Marqués de Bellpuig, [a] Don Antonio de Pueyo [i Dameto] y [a] Don Ramon de Puigdorfila [i Despuig] suplicando a todos que socorran de lo que fuere posible […] de leña y carbón, y de lo demás que fuere dable, y porque no haya dificultad en embarcarlo escrivo en pliego de Vª Sª al Virrey para que dé el permiso”. Todos ellos eran botiflers. e) Ha repartido las cartas que le envió Montenegro, y viceversa, para que las entregue a destinatarios: “la que venía para el Comendador Circuns ya se la he enviado, que ahora es comisario de canges por su hermano que murió de la misma cahída que hizo Don Nicolás, pues juntos cayeron: Dios les tenga en el Cielo”186. f) No se le ocurre otra cosa que filosofar sobre la política del momento. “Nunca puede ser malo el prevenirse, porque no es razón que ese Reyno sólo porque lo quieren en Utrecht se entregue sin resistencia a los Herejes. Es cosa lastimosa ver a la gente tan amedrentada en un negocio de Religión, de fidelidad, de libertad, y el procurar no caher en una perpetua esclavitud”. Por ello, vota por la defensa del Reino y espera que se actúe “aunque no fueran sino quatro hombres” para hacerlo. Tiene muchísimas esperanzas: “Todo el país está en armas contra los enemigos, y han degollado la guarnición de Villafranca del Panadés; en Moya han cogido unas compañía de cavallos; en Mataró se crehe degollarán la guarnición; y, después, a los que nos tienen bloqueados”.

184 ACV, 395. 185 Micaela MATA, 1705-1713, Menorca: franceses, ingleses y la Guerra de Sucesión, Mahón: Ateneo, 1980, p. 152; J. L. TERRÓN PONCE, La Guerra, cit., p. 23. 186 Cf. vgr. Copia de carta que de orden del Excmo. Gral. Comandante D. Antonio de Villarroel escribió D. Frey José Circuns, Comisario de Canges en Interin de este Ejército, al que lo es de el enemigo en las tropas francesas, Mr. de Rives, Barcelona: s.e., 1714. ISSN 1885-8600 59 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

La situación es grave para el enemigo porque se está buscando el enfado de Dios, ya que se burla de las continuas rogativas que se hacen en Barcelona. Y, de nuevo, afirma que Don Felipe no tiene futuro porque sus horas están contadas: “El Sr. Duque de Anjou […] está inútil con calentura y lamparones, en tanto que las órdenes que vienen de Madrid sólo vienen en nombre del hijo y [de la] Srª Duquesa de Anjou: esto me ha asegurado quien los ha leído. E incluso papel es carta del Marqués del Poal, que se mantiene con su hermano Don Manuel en Cardona; y es cierto, y se puede creher, que toda Cataluña dará contra el Enemigo, y que saldremos con el amparo Divino bien con victoria y gloria de la nación del Imperio”. El autor de ese “papel” es Don Antoni Desvalls i de Vergós, I marqués del Poal por merced de Don Carlos (1706). Encargado de mantener la rebelión carolina en los aledaños de Cardona para dificultar el avance los borbónicos en 1714, acabará huyendo y, con sus bienes expropiados, se exiliará en la corte de Viena. Regresará a Cataluña tras el Tratado de Viena de 1725, recuperando títulos y propiedades. Más aún, su hijo será particularmente beneficiado por Felipe V, que incluso reconocerá el marquesado concedido a su padre. g) Para acabar en tono patriótico y con no poca autosuficiencia, Plasencia asegura a su querido amigo Montenegro: “Vª Sª esté constante en una cosa, que es que el Sr. Duque de Anjou no es ni pude ser ni será Rey de España porque en manera alguna le pertenece. Y en mi opinión es traydor y mal hombre quien en su defensa toma las armas, pues van en contra del legítimo Rey y Señor natural de todos los Reynos de España”. Posiblemente, tras el triunfo definitivo de Felipe V, Plasencia se arrepentirá mucho de haber escrito esto.

• Barcelona, 26 enero 1714. El conde de Plasencia al de Montenegro (Ciutat de Mallorca)187. Barcelona sigue bloqueada por las tropas de Felipe V. El conde ha entregado a [Fèlix] Massiques unas cartas para el de Montenegro, pidiéndole que las entregue al primer patrón que parta para Mallorca. Con ellas le remite versos. Está apurado, pero “entre tantos parientes no dexarán de socorrerme”. Sobre todo está esperanzado: “No dude Vª Sª que Carlos III de Austria será y ha de ser Rey de España”188. ¿Pero es posible que Plasensia, a esas alturas, ignorase que Montenegro era filipista? ¿Y por qué éste conservó el presente documento, tan comprometedor? Podemos imaginar el trastorno que sentirá el remitente cuando, ganada la guerra por Felipe V, recuerde que había escrito estas palabras.

• Ciutadella, 28 mayo 1714. Don Antonio Capurro al conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)189. Don Antonio era un comerciante genovés establecido en Alicante, donde había sido cónsul de su país. Cuando los borbónicos conquistaron la ciudad en 1709, salió de allí y vino a Mallorca con su familia. Aquí establecidos, su hija Doña Josefa Capurro y Caffarena se fugó de su casa paterna y se casó sin su

187 ARM, MTORRE, 64 M, 19/7. 188 ARM, MTORRE, 64 M, 19/6. 189 ARM, MTORRE, 64 M, 31. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 60 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 permiso en 1712 (SJ) con Don Juan-Bautista Visconti y Beretta, vecino de Santa Creu: ella, alicantina de nacimiento, de 22 años de edad; él, genovés de 33 años190. La boda se celebró en Sant Jaume y fueron testigos el marqués Don Joan de Tàrrega y el Sr. Llorenç Ballester i Camps. Se ve que Visconti quería estar a bien con maulets y botiflers. El primero era el valenciano Don Joan de Tàrrega i Guitart, un carolino refugiado en Mallorca e incluido por el cronista maulet Feliu de la Penya entre “los principales que concurrieron con las armas en servicio del Rey [Don Carlos]” en el Reino de Valencia191. Tanto sirvió a Don Carlos que le creó marqués de Almudaina, un pueblo inserto en tierras de los Tàrrega en la actual provincia de Alicante. Los borbónicos acabarán recluyéndole en prisión en Pamplona (1718-1725). De su efímero marquesado no se hablará nunca jamás –sic. En cuanto a Ballester (1664-1724), era todo lo contrario. Rico mercader mallorquín muy filipista, había colaborado con los conspiradores de la Sinagoga (1706-1711). Tras acabar la guerra será cónsul de Génova y se asociará al propio Visconti en la Compañía Mallorquina arrendadora de diezmos e importadora de grano192. El mismo año de la boda nació hija Apollonia y, fue apadrinada por los abuelos maternos –lo que indica que enseguida habían perdonado la escapada de Doña Josefa193. En 1714, y previendo que Felipe V reconquistaría Mallorca muy pronto, Don Antonio se trasladó a Menorca, entonces ya territorio británico. No obstante, enseguida debió de convencerse de que el rey no encontraría motivos suficientes para represaliarle, ya que regresó en cuanto aquello ocurrió al año siguiente. Dos años después bautizarán a su nieta Doña Juana Visconti y Capurro (1716 SJ). Sus padrinos serán nuevamente la abuela materna y su tío carnal materno, el Iltre. Don Felipe- Antonio Capurro y Caffarena, canónigo de la Colegiata de Alicante también refugiado en Mallorca194. Las relaciones familiares estaban, pues, muy normalizadas, entre otras razones porque Don Antonio y su yerno ya se habían asociado en la susodicha Compañía Mallorquina –¡que quebrará muy poco después! (1717). Don Antonio morirá en Palma (1728 SJ). En cuanto a Visconti, su caso merece unas líneas como buen ejemplo de aquel conjunto de “contemplativos” que describió un comentarista austracista en 1707: aquéllos que, durante el conflicto, compaginaban autracismo y filipismo para poder justificarse políticamente según sus conveniencias andando “con gran tiento con ambos Partidos, en público con los Anjoinos, y à puertas cerradas con los Imperiales” –o viceversa, diría yo, según las circunstancias. Para él, contrastaban con los “imperiales”, que eran “los verdaderos amantes de la Patria”; y con los “abiertamente apassionados por la Francia, ò por dictamen sincero y desapassionado, y éstos eran pocos; o por dependencia, […] y estos eran muchos”195. Como su suegro, Visconti era un italiano que comerciaba en Alicante al iniciarse la guerra. Decidió luchar en el bando carolino al caer la ciudad en

190ADM, Fugues. 191 Narciso FELIU DE LA PEÑA Y FARELL, Anales, III, cit., p. 589. 192 GSM, #87d [P. de Montaner]. 193 Doña Apollonia se casará (1739 SJ) con Don Joaquín de Orbegozo y de Murcia de la Llana, natural de Billar/Calahorra. 194 SJ. 195 La Paz Octaviana, cit., pp. 4-5. ISSN 1885-8600 61 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER poder de los aliados. El 30 de julio de 1710, y desde el “campo de batalla” de Almenar, Don Carlos recompensó sus servicios concediéndole en propiedad el arriendo de la explotación de las Salines de Ibiza y Formentera196. Como tenía que instalarse y vivir en Ibiza y eso le incomodaba, consiguió del rey “la Real Palabra y salvoconducto” para él y su familia, el grado de capitán y el disfrute de los privilegios de los naturales de la isla. Pero la concesión de ese arrendamiento supuso un gravísimo atentado contra los privilegios de la isla que el mismo Don Carlos había jurado respetar. Inmediatamente se le enviaron síndicos que fueron, vinieron, volvieron a ir… Las autoridades locales consiguieron alargar tanto la discusión del asunto que la merced a Visconti no llegó a ejecutarse197. Como vimos, Visconti ya andaba por Mallorca en 1712. Llegado el momento oportuno, se cambiará al filipismo –etcétera.

a) Don Antonio comunica a Montenegro que a partir de ahora, y desde Menorca, se ocupará de su correspondencia con Génova, Malta, Marsella, etc. Como vemos, el carolinismo oficial de Don Antonio no tenía nada que ver en la práctica con sus relaciones botifleres. De momento le dice que su hijo Don Pablo-Francisco Capurro le ha escrito desde Génova acusando recibo de aceites llevados de Mallorca por un patrón mallorquín. Ya los ha vendido, y el dinero que le han pagado lo ha remitido a Mallorca mediante el “bergantín del sardo”. Esta información es interesante: se refiere obviamente a aceites exportados por Montenegro, y así vemos cómo, a pesar de la guerra, resultaba posible continuar esta actividad incluso por parte de filipistas con problemas en una Mallorca carolina –como en este caso. Es evidente que, para hacerlo, contaban con la necesaria complicidad de patrones de barco. Todavía no sé ni cuándo ni cómo ni por qué Don Pablo-Francisco pasó a Génova –desde luego, todavía estaba en Mallorca en 1709198. En cambio me consta que, una vez llegado allí, compaginaba servicios a filipistas y a carolinos. He aquí un ejemplo de lo segundo: el mismo año de esta carta –1714– Don Juan-Francisco Ferrer, coronel del Regimiento de Infantería Española, otorga poderes en Mallorca al ausente Don Pablo-Francisco, vecino de Génova, para que cobre de Don Bartolommeo Mariconi las 7.233 £ 10 s que, con letra de cambio, le fueron libradas por Zambrana por orden del rey199. Ferrer era oficial del ejército “de su real Majestad Católica el Señor Don Carlos III”; Zambrana, a quien ya conocemos, era tesorero general del mismo monarca; y Mariconi era agente imperial en Génova (en la práctica, ese cargo equivalía a embajador). Tras la reforma del ejército carolino de Italia en 1713, muchos oficiales quedaron sin “asistencias fijas” por no haber sido incluidos en regimientos españoles. Por ello entre 1714 y 1716 “vivían esparcidos por Italia en gran número”, no pudiendo trasladarse para gestionar ayudas a la corte de Viena porque no sólo carecían de

196 GSM, #174 [P. de Montaner], con la absurda errata “Almansa” por Almenar. 197 Cf. vgr. Isidoro MACABICH, Historia de Ibiza, I, Palma: Daedalus, 1966, pp. 452 sq, 507; Eduardo PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, cit., pp. 145-148; Josep JUAN VIDAL, “El austracismo en el Reino de Mallorca”, pp. 186-187, Cuadernos dieciochescos, 15 [2014], pp. 165-193. 198 El 3 sept., él y su hermana Doña Josefa apadrinan a Josep Rosselló i Moncadas (SJ). 199 ADM, Protocols notarials [Bartomeu Terrers], año 1714, f. 114. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 62 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 suficiente dinero para hacerlo, sino incluso porque no conseguían los imprescindibles pasaportes. Ante esa situación, y desde Génova, el agente imperial Mariconi “a muchos asistía con subsidios […] por acto de conmiseración, porque no viviesen oprimidos de la miseria”. Y no sólo eso: también se preocupaba muy personalmente de los problemas de otros tipos que les pidiesen acaecer. Baste un ejemplo: en 1715 conseguirá que el capitán Don Pascual Ximénez de Cisneros sea liberado de la prisión en que se encontraba por habérsele hallado portando espada. La condena había desencadenado un peligroso reguero de quejas entre estos militares que tan desatendidos se encontraban. Mariconi demostró que Don Pascual tenía derecho a portar su espada y que, por tanto, había sido detenido “con tropelía y exceso de ignominia”. Así consiguió que su causa llegase hasta los senadores y que, finalmente, fuese exculpado y liberado200. En 1715 seguirá como agente imperial y se ocupará de hacer cumplir órdenes del emperador para que los oficiales que, tras la caída de Barcelona, lleguen a Génova sean trasladados a Mallorca para incorporase a las fuerzas de defensa de la isla201. Verdaderamente, el insultado por los filipistas como “cónsul Maricón” fue un hombre íntegro y muy preocupado por la suerte de los carolinos en Génova. b) Don Pablo-Francisco se ha dado por enterado de que Montenegro ya ha entregado a Don Francesc de Montaner i de Comelles202 una carta que, fechada en Roma, le había escrito su hijo Don Francesc de Montaner i Dameto203 –carta que el conde había recibido por medio de Don Antonio Capurro. De paso, Don Pablo- Francisco envía “cariñosas memorias” a Don Joan de Salas i de Berga, de quien nos consta que fue desterrado por botifler. Los Montaner también lo eran. Pero ¿qué hacía el joven Don Francesc en Italia? Lo sabemos. En la noche del 19 de julio de 1713, él y Don Ramon Despuig i Cotoner –hijo de Montenegro– habían huido de Mallorca. Así lo consignó el doncel Agustí de Torrella i Truyols en su diario: S’embarcaren ab un pinco inglès: no’s sap encara quin rumbo [h]an pres204. Resulta extraño que un par de filipistas se largasen de Mallorca en un barco inglés (cuya Corona era aliada de Don Carlos) y que se ignorase su destino. ¿Tan poco control se ejercía en el muelle? ¿Cuestión de sobornos? ¿Era una nave fantasma? Es seguro que antes de ir a Italia habían pasado por Menorca: en agosto ya se encontraban allí, y veremos que no lo pasaban mal.

• Ciutadella, 22 julio 1714. Don Antonio Capurro al conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)205. Don Antonio le envía unas cartas que su hijo Don Pablo- Francisco Capurro le ha remitido desde Génova. Allí, éste ha prestado 1.000 £ genovesas a Don Francesc de Montaner [i Dameto], que se las pidió para “su viaje”.

200 CASTELLVÍ, NH, IV, p. 541. 201 Id., pp. 326, 510. 202 1655 ALM-1724 SJ. Usa el apellido Amar de Montaner desde 1682, año en que sucedió al fideicomiso Amar. 203 1690 SJ-1761 SJ. Antepondrá el apellido Amar al de Montaner a partir de 1724, al suceder al fideicomiso Amar tras la muerte de su padre. Creado marqués del Reguer por Felipe V (1739), obtendrá una regiduría perpetua de Palma. Vid. GSM, #91-92 [Maria José Massot]. 204 TORRELLA, OP, p. 228. 205 ARM, MTORRE, 64 M, 31/1. ISSN 1885-8600 63 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER

Don Antonio comenta: “Quánto estimo al Sr. Don Francisco [de Montaner i de Comelles], su padre, a quien doy este aviso de lo que dicho mi hijo ha pagado al Sr. su hijo”. Este viaje a que se refiere Don Antonio no es el de la precipitada huída, sino otro que a continuación realizaron desde Génova a diversos lugares de Europa. Don Ramon, cabe decirlo, era ducho en fugas. En 1706 ya había logrado escapar de su destierro de Alcúdia, había pasado a Madrid e inesperadamente se había presentado en Menorca en octubre de 1707 “sin permiso del rey”, donde obtuvo mando de regimiento en el ejército del conde de l’Alcúdia y permaneció hasta que, conquistada la isla por los británicos el 29 de septiembre de 1709, salió expulsado el 6 de octubre con destino a Cartagena, dominio de Don Felipe206. De nuevo en Mallorca, acabamos de ver cómo se escapó de los carolinos –recordemos que tenían la isla desde 1706. Es obvio que las andanzas de Montaner no podían beneficiar en nada a su padre. Pero la excusa legal para represaliarle no la brindó el caso de su hijo sino su propia esposa Dona Maria Dameto i Rossinyol, de una Casa tan botiflera como la suya207. Fue así: el 21 de julio 1714 –i.e., sólo un día antes de escribirse esta carta– el virrey le había hecho detener, y le hizo encarcelar al día siguiente en Bellver (por lo que supongo que no llegó a recibir ese día la noticia relativa a su hijo transmitida por Capurro). Con él fueron encarcelados otros ilustres botiflers: entre ellos, el marqués de Bellpuig, también caballero calatravo a quien ya conocemos como administrador del entonces todavía procesado Don Joan Sureda i de Villalonga; el veedor Don Antoni de Pueyo i Dameto208; Don Nicolau Dameto-Simonet i de Pueyo, que era veguer desde el 3 de noviembre de 1713, electo por el virrey marqués de Rubí209. Todos fueron castigados por la curiosa “alteración de las señoras”210. Había ocurrido que sus esposas se habían burlado públicamente de un predicador que, en misa, había pedido preces por el rey Don Carlos en la iglesia de Santa Margalida de la Ciutat de Mallorca. El 22 de agosto, y sin duda por presiones debidas a sus rangos, Bellpuig pasó a prisión domiciliaria en Artà, en cuyo término radicaba su marquesado; y Montaner lo hizo a su possessió Son Amar, en el término de Bunyola.

• Ciutadella, 18 y 24 octubre 1714. Don Antonio Capurro al conde de Montenegro (Ciutat de Mallorca)211. El 18 le comunica la partenza de Génova de su hijo Don Ramon Despuig i Cotoner –de cuyas circunstancias ya hemos dicho. De momento ignora si su propio hijo canónigo Don Pablo-Francisco Capurro también se

206 Micaela MATA, 1705-1713, pp. 61121, 154, 248; J. L. TERRÓN PONCE, La Guerra, pp. 87, 100, 102, 98 [con errata “1707” por 1709]-102. 207 A veces, este episodio se ha atribuido erróneamente a Dona Beatriu Zanglada i de Puigdorfila (vgr. P. de MONTANER, Una conspiración, cit., p. 40; E. PASCUAL RAMOS, Poder y linaje, cit., p. 182). Esa señora es la futura nuera de Dona Maria, pues se casará con Don Francesc de Montaner i Dameto (1723 SJ). 208 1659 ALM-1725 ALM. Veedor general de fortificaciones de Mallorca sucediendo a su padre (1689 sq). Creado marqués de Campofranco por Felipe V (1718) y regidor perpetuo de Palma (Id.). Cf. GSM, #88 [Maria José Massot]. 209 TORRELLA, OP, p. 234. 210 TORRELLA, OP, p. 242; CrM, p. 495; GSM, #91 [Maria José Massot] (pero la figura femenina que aparece en el retrato múltiple que se publica, hoy en la Fundación Jakober, no es Dona Beatriu Zanglada i de Puigdorfila, sino su hija Dona Maria de Montaner i Zanglada). 211 ARM, MTORRE, 64 M, 31/2 y 31/4. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 64 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 ha marchado de allí, pero cree que ambos se dirigirán a Menorca. El 24 le cuenta que se ha enterado de que Don Ramon se fue a la corte de Turín al salir de Génova: así pues, estaba mal informado cuando le escribió la carta anterior. Además, ahora, Don Bernat-Josep d’Olives i de Nadal le ha dicho que ya hace más de un mes que recibió carta de Don Ramon desde Marsella diciéndole que pasaba a la corte de París. Por tanto, su partenza era un mes anterior a la noticia que Capurro había dado. ¿Pero qué hacía un botifler como Don Ramon dando detalles de su fuga a un maulet como Don Bernat-Josep? Don Bernat-Josep es un personaje muy digno de atención212. Pertenecía a una de las principales familias de la nobleza menorquina y su inquietud intelectual le había llevado a realizar un largo grand tour por Europa (1699-1701)213. Se declaró carolino al estallar la guerra, momentos en que quería ser sacerdote. En 1706 contactó en Mallorca con el virrey Zavellà y organizaron una sublevación carolina en Menorca. Volvió otra vez a Mallorca ese año y fue huésped –habitual porque hacía tiempo que solía serlo– de Don Guillem Abrí-Dezcallar i de Serralta, creado marqués del Palmer por Don Carlos según dijimos. Don Guillem le hospedó en su possessió Massanella. Aunque el planeado levantamiento austracista será abortado en 1707, Don Bernat- Josep regresará a Ciutadella en 1708 más convencido que nunca del glorioso porvenir que le esperaba bajo el cetro carolino. Ese mismo año todavía volverá a Mallorca varias veces más. Una de ellas fue en escala en viaje a Barcelona, donde tenía que personarse en la corte y entregar ciertos documentos al secretario real Don Ramon de Vilana-Perlas i Camarassa. En esa ocasión no deja de ser interesante –e irónico– que el viaje de vuelta de Barcelona hacia Menorca via Mallorca lo hiciese a bordo de la “barca grande” de Don Joan Sureda i de Villalonga, que se encontraba atracado en el puerto de Barcelona y preparado para partir patroneado por Honorat Gelabert214. Especialmente nos llama la atención porque Don Joan era botifler, como harto sabemos; y de Honorat, uno de los más activos patrones mallorquines, resultaría absurdo pretender ignorar su también partidismo borbónico dadas sus habituales relaciones con él, tanto personales como profesionales mediante los negocis per mar del propio Don Joan. En otras palabras: encontramos a Don Bernat-Josep viajando con importante documentación destinada a Don Carlos en un barco de un caudillo filipista conspirador. Pero, en esta ocasión, la “barca grande” de Don Joan sólo viajaba hasta Mallorca. Al llegar, pues, Don Bernat-Josep tuvo que desembarcar y buscar otra embarcación para viajar a Menorca. Volvió a entrevistarse con el virrey Zavellà, a quien debió de surtir de frescas noticias políticas aprehendidas en la corte. De hecho, se ha deducido que la represión de botiflers menorquines llevada a cabo aquel mismo año por Zavellà se debió a que había descubierto “algún foco subversivo [en Menorca] entre la Nobleza y los monjes de la isla al ser halladas recientemente en casa de un

212 1678, Ciutadella-1715, Ciutadella. Hijo del jurista Dr. Don Marc d’Olives i Martí (†1692, Madrid) y de la rica catalana Dona Francesca de Nadal i Despujol (†1695, Ciutadella), casados desde 1676 (Barcelona). 213 José Luis AMORÓS / Mª Luisa CANUT, Lo que vio Bernardo José en su viaje por Flandes, Holanda y Sur de Inglaterra, Madrid: Ministerio de Asuntos Exteriores, 1995, passim. 214 José Luis AMORÓS, Al creuer de la història: l’època i la vida de Bernat Josep Olives de Nadal, Palma: IEB/IME, 1999, p. 273. ISSN 1885-8600 65 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER herrero cantidad de cajas llenas de sables y espadas”215. Por mi parte, no considero aventurado relacionarlo con esa visita de Don Bernat-Josep. El 2 de agosto de 1713, este último, que ya era presbítero, casará encantado a su hermano Don Jaume con Dona Marianna Squella i Gomila. En ese tiempo, los Squella andaban proclamándose carolinos –¡pero se desdirán más tarde! Hizo obras de reforma en Can Olives para mejor celebrar las nupcias: básicamente, en la denominada alcova nova. Se trata del mismo espacio que en Mallorca se conocía como cambra nova, y se llamaba “nueva” porque se redecoraba periódicamente: o sea, cada vez que un heredero se casaba. Don Bernat-Josep anotó en su diario que la boda resultó muy lucida, asistiendo un numeroso acompañamiento de parientes, otra gent de distinció de Ciutadella y convidados forasters. Entre estos últimos se contaban Sureda y los jóvenes Montaner y Despuig216 –los fugados de Mallorca en julio de 1713. Despuig ya había estado antes largo tiempo en la isla y conservaba amistades que pudiesen acogerles –aunque también tendría enemigos porque, como ha escrito J. L. Terrón, no era una “hermanita de la Caridad”217. En noviembre, Sureda escribirá desde Ciutadella diciendo con pena que Montaner y Despuig se han ido al Toro y pasarán a Mahón, donde se embarcarán en un navío inglés con destino a Livorno con intención de llegar a Roma y Venecia218. Sabemos que regresarán a Mallorca con el chevalier de Asfeld, asistiendo a la reconquista filipista de julio de 1715. Pero ¿por qué Sureda, tras salir de la cárcel de Barcelona, no había regresado a su casa y había preferido el exilio en Menorca? Recordemos que a Plasencia le dijeron que “el virrey le llamó [a Sureda que] fuera a Mallorca y que no ha querido ir”. Tiene explicación lógica: mejor que volver al lugar donde se encontraría con un virrey carolino que le había hecho detener y juzgar, consideraría más seguro ponerse bajo la Corona británica que regía en Menorca desde la firma del Tratado de Utrecht el pasado 13 de abril. No obstante, allí, y aunque con vida placentera, siempre consideró que vivió en el exilio. Es cierto que recibía de Mallorca cuanto se le antojaba mediante embarques ordenados por Jaume-Antoni Picó i Pomar: por ejemplo, mucho tabaco219. Pero Sureda se consideraba un exiliado, y llevaba razón. Mientras tanto mantenía abierta su casa principal en la Ciutat de Mallorca, Can Villalonga Gran [actual Can Vivot], donde ya no había Senyora que la administrase porque su esposa había fallecido en 1714, estando ya él preso en Barcelona220. Ahora, y desde Menorca, se ocupaba directamente de la servidumbre de su casa. Sin ir más lejos, ordenaba pagos de 4 £ 10 s mensuales al mozo que se ocupaba de sus preciados caballos frisones – prácticamente el doble que el resto de sus criados221. A esas bodas menorquinas también asistieron los cabos anglesos y varios nobles valencianos refugiados. Las fiestas duraron una semana. Entre muchos otros

215 Micaela MATA, 1705-1713, cit., p. 154. 216 José Luis AMORÓS, Al creuer, cit, pp. 322-325. 217 J. L. TERRÓN PONCE, La Guerra, p. 87. 218 Ciutadella, 3 nov. 1713: carta de Sureda al conde de Montenegro. ARM, MTORRE, 64 M, 14. 219 Tabach en pols: ACV, 366 y 5108. 220 Dona Joana de Salas i Espanyol (1665 SC-1712 SE). Don Joan contraerá nuevas nupcias (1717 SE) con Dona Isabel de Togores i Gual (1689 ALM-1724 SE). 221 Vgr., pagos a Antón Pereira cotxer dels frisons entre 171 -1715: ACV, 366. Morirá sirviendo a Don Joan (18 nov. 1718 SE). MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 66 ISSN 1885-8600 Una convivencia políticamente incómoda pero inevitable: filipistas y carolinos en Mallorca, 1700-1715 manjares, se sirvieron refresch de confitura genovesa y ayguas gelades de llimó y de aurora, éstas con nieve importada de Mallorca en un barco que la cargó en Alcúdia. Y resolís –rosolí– importado de Francia, mazapanes, coques, diversa dulcería de almendra y avellana, pavos mallorquines, pollos, cordero, cabrito y cerdo. Se bebió vino blanco llegado de Pollença, y a los postres se sacó la exquisita pasta reial, también traída de Mallorca222. Tiempo atrás, Sureda y los otros conspiradores botiflers habían querido contar con la ayuda de Don Bernat-Josep, entonces tenido por filipista. Su conjura era conocida como la Sinagoga por la parte muy activa que en ella tomaban varios ricos chuetas, cuyo colectivo no podía más que desear la restauración de Don Felipe, en principio nada proclive al Santo Oficio, y dar el definitivo adiós a la Casa de Habsburgo, bajo cuya dinastía había sufrido tantos rigores inquisitoriales. A raíz del descubrimiento de la conspiración en 1711, algunos de ellos fueron castigados. Entre los Pinya hubo quienes sufrieron prisión y embargos de bienes; e incluso quienes huyeron y se mantuvieron malamente embarcados “no por sus negocios, y sí para no llegar [a Mallorca] hasta que esta Ciudad haverse restituido a nuestro Rey y Señor Don Phelipe V”223. Cabe señalar que sus relaciones comerciales con Sureda eran importantes: por ejemplo, en 1708, Gabriel Pinya de Gabriel, armador en corso, le había vendido una simba llamada La Paloma. Tras ser extraditado Sureda a Barcelona en 1712, Gabriel quedó en la isla como criado-pagador suyo, y de los bienes secuestrados de “su señor” entregaba mensualmente 300 £ para el “gasto ordinario” de su Casa; y también, si era necesario, libraba dinero a terceros procedente de arrendamientos de sus fincas224. Regresemos a Don Bernat-Josep. En 1706, los conjurados de la Sinagoga habían renunciado in extremis a pedirle colaboración al darse cuenta de que no debían fiarse de él. Por sorpresa, Joan-Miquel Saura i Morell, amigo personal del conde de Zavellà, sublevó a Ciutadella contra el gobierno filipista en octubre de 1706. Aprovechó que, ese día, el gobernador había ido a realizar ciertas gestiones a Mahón225. Contra la imagen popular que ahora algunos vociferan de Saura, diremos que era un caballero. Por su padre pertenecía a la denominada segona branca de una importante familia; y sus Morell maternos eran caballeros de origen mallorquín. Sociológicamente, no tenía absolutamente nada que ver con los intereses de los campesinos que ahora algunos dicen que protegía como carolino. Demasiado confiado en el éxito de su conspiración, se autoproclamó gobernador de la isla “por el rey Carlos” y se erigió en general de un pequeño ejército. Eso causó mucho ruido, pero resultó un estrepitoso fracaso. Enviado directamente por Luis XIV, el mariscal Louis- Hector de Villars desembarcó en la isla el 1 de enero de 1707. Fue fatal para Saura: el 5 de enero, Claude le derrotó en Biniatap. En las capitulaciones del siguiente día 12 leemos que éste, calificado por los propios carolinos como “caveça del error en que nos hallamos”, se encontraba huido junto con su hermano Gabriel, motivo por lo que

222 Cf. José Luis AMORÓS, Al creuer, cit., p. 234. 223 Enric PORQUERES / Francesc RIERA, Xuetes, nobles i capellans, segles XVII-XVIII, Palma: Lleonard Muntaner, 2004, pp. 121-122; GSM, #83-85 [P. de Montaner/Maria José Masssot]. 224 ACV, 368/12. 225 El gobernador era Don Jerónimo Pérez de Nueros y de Pueyo. ISSN 1885-8600 67 MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 P. DE MONTANER quedaban exceptuados de la rehabilitación. En efecto, se habían fugado a Mallorca. Comprensiblemente, los borbónicos expropiarán sus bienes226. Y lo mismo harán con Don Bernat-Josep227, ahora convicto de austracismo: así pues, el tiempo dio razón a los botiflers de la Sinagoga. Poco después le tocó el turno a su primo y cuñado Don Guillem d’Olives i de Martorell, ya más arriba citado: se declaró “a favor de la Augusta Casa de Borbón [y] fue uno de los bravos y acérrimos defensores que no reparó en encerrarse en el castillo de San Felipe por [servir a] la causa de su rey, y sufrir no sólo las resultas del sitio [etc.]”228 –confiscación de bienes y destierro en 1708, tras la caída del régimen borbónico229. En esa ocasión, Don Guillem firmó ante Sir James Stanhope230 “una cesión voluntaria de todos sus bienes” a favor de Don Bernat-Josep, lo que por Real Decreto se convirtió después en “traspaso o real donación” (1709)231. En realidad era un acuerdo familiar: Don Bernat-Josep, sacerdote y sin hijos, cedía el usufructo vitalicio a su hermana Dona Francisca232, la esposa de Don Guillem, y testaría a favor de su sobrino, el hijo de éstos. De ese modo, el patrimonio continuaría en la familia. Otros ejemplos similares tenemos en Mallorca, y muchos en la Península. Éste no es lugar para detallarlos, pero sí es ocasión para recordar que en esa guerra internacional de Sucesión que en la práctica fue civil, imperaban los sentimientos familiares, intereses económicos y perspectivas de oportunismos.

Abreviaturas utilizadas

ACM = Arxiu Capitular de Mallorca (Palma); ACV = Arxiu de Can Vivot (Palma); ADM = Arxiu Diocesà de Mallorca (Palma); AGS = Archivo General de Simancas (Simancas); AHN, CTR, I-III = Archivo Histórico Nacional, Catálogo alfabético de los documentos referentes a Títulos del Reino y Grandezas de España conservados en la sección de Consejos Suprimidos, I-III, Madrid: Archivo Histórico Nacional, 1951-1953; ARAMHG = Anales de la Real Academia Madrileña de Heráldica y Genealogía (Madrid); ALM = parroquia de l’Almudaina (Palma); BRABLB = Butlletí de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona (Barcelona); BSAL = Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana (Palma); CASTELLVÍ, NH, I-IV = Francisco de CASTELLVÍ, Narraciones históricas, ed. Josep M. Mundet i Gifre / José M. Alsina Roca, Madrid: Fundación Francisco Elías de Tejada y Erasmo Pèrcopo, 1997-2002; CrM = Álvaro CAMPANER Y FUERTES, Cronicón Mayoricense, Palma: Ajuntament de Palma, 1984 [ed. orig. Palma: J. Colomar y Salas, 1881]; GSM = P. de MONTANER et al., La Guerra de Successió a Mallorca, 1700-1715: una aproximació als protagonistes, Palma: Ajuntament de Palma, 2006 [= Rúbrica, 16]; MAMEG = Memòries de l'Acadèmia Mallorquina d'Estudis Genealògics (Palma); TORRELLA, OP = Joaquim GUAL DE TORRELLA TRUYOLS / Maria GUAL DE TORRELLA MASSSANET, eds., Llibre de notes manuscrites d’Agustí de Torrella: Olla podrida, Palma: Consell de Mallorca, 2010; SC, SE, SJ, SN = parroquias de Sta. Creu, Sta. Eulàlia, St. Jaume y St. Nicolau (Palma).

226 Cf. Micaela MATA, 1705-1713, cit., pp. 149-151. 227 Id., p. 151 228 Juan RAMIS Y RAMIS, Varones Ilustres de Menorca y noticia de los apellidos que más se han ilustrado en ella, Mahón: Serra, 1817, p. 154. 229 Micaela MATA, 1705-1713, cit., p. 300; J. L. TERRÓN PONCE, La Guerra, cit., p. 79. 230 Para Stanhope y Menorca cf. Basil WILLIAMS, Stanhope: A Study in Eighteenth-Century Diplomacy, Oxford: Clarendon Press, 1933, pp. 72-85. 228 Micaela MATA, 1705-1713, cit., p. 300; J. L. TERRÓN PONCE, La Guerra, cit., p. 98; José Luis AMORÓS, Al creuer, cit., p. 300. 232 1688, Ciutadella-1709, Ciutadella. MRAMEGH, 26 (2016), 27-68 68 ISSN 1885-8600