ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

El románico en la Obarenia

Sobre el perfil de la iglesia de San Román en Villaseca, se han sobrepuesto los reyes del ábside de Castilseco (a la izquierda) y el rey del ábside de (a la derecha), como representantes del románico en la Obarenia.

1.- Introducción

Transcurría el año 1000 y hacía más de 400 años que el Imperio Romano de Occidente había caído. Europa estaba saliendo de aquellos siglos de profunda depresión y tenía la necesidad de realizar grandes obras, para lo cual, sistematizó las mejores técnicas constructivas que conocía la humanidad, las técnicas constructivas que llevaron a los romanos a sus mejores realizaciones, utilizando el arco, la bóveda de cañón o de cuarto de esfera, o cubriendo las techumbres con cúpulas de media esfera, como en los edificios que todavía estaban en pie en Roma y en otras partes del antiguo imperio. Con estas premisas nació el arte románico en Lombardía, y rápidamente se difundió por toda Europa superando con creces las realizaciones de los romanos, ya que encontramos hasta en los rincones más apartados de Europa, esas construcciones con arcos, bóvedas de cañón o de cuarto de esfera, construidas en piedra, ladrillo, u otros elementos, que hoy conocemos como arte románico.

De esta forma los pueblos de la Obarenia se jalonaron de construcciones románicas que total o parcialmente han llegado hasta nuestros días, y que constituyen la base de la riqueza patrimonial de esta comarca. La mayoría del patrimonio románico de la Obarenia podemos englobarlo dentro del románico tardío salvo la nave central y el pórtico de la Iglesia de Fonzaleche. A continuación describiremos las realizaciones del románico que existe o han ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón existido en , Fonzaleche, , Villaseca, Sajuela, , Galbaruri, Ternero, Castilseco, , y en las proximidades de .

La Obarenia riojana es la parte de estos montes situados en la Comunidad Autónoma de . Va desde San Millán de Yécora a Haro, y desde la orilla occidental del Río Tirón a las cumbres de la serranía, comprendiendo las Sierras de Foncea, Cellorigo, Galbarruri, Sajazarra, Villalba y Haro, así como sus estribaciones abarcando los términos de Treviana, Fonzaleche, Villaseca, Castilseco y Ternero.

Este escrito se basa en la conferencia que impartí el 16 de agosto de 2013 en la iglesia de San Martín en Fonzaleche, abriendo las “Terceras jornadas del románico en La Rioja Alta” organizadas por la “Asociación Rioja Románico”. Toda la parte gráfica fue proyectada en dicha conferencia, donde tanto las fotografías como las plantas fueron realizadas por mí. Las plantas las tomé de mis artículos en el diario “La Rioja” en la sección dominical “Patrimonio de la Rioja” publicados en la década de los noventa.

La Obarenia es la comarca riojana con mayor densidad en románico en la Comunidad Autónoma de La Rioja, particularmente del románico tardío. Todas sus poblaciones cuentan con restos románicos de mayor o menor entidad, y esto sucede en muy pocas comarcas en España. El románico en la Obarenia lo agrupamos en torno a cuatro escuelas fundamentales:

- La influencia del monasterio de Santa María de Herrera se dejará ver en Sajazarra, Cillas, Galbarruri, Cellorigo y Sajuela. - La escuela surgida de la construcción de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, puede seguirse en las mejores construcciones de la comarca en Castilseco y Villaseca. - En Treviana aparecen dos iglesias de corte burebano: Nuestra Señora de Junquera, y la Concepción, posiblemente realizadas por artífices que trabajaron para los Condes de Haro en ambas comarcas (La Bureba y La Obarenia). - El monasterio de San Millán de la Cogolla tuvo importantes intereses, dejando huella en sus realizaciones románicas, como la iglesia de Fonzaleche, cuyo ábside, nave y pórtico son los únicos ejemplares del románico clásico en la Obarenia.

En el desarrollo de las siguientes líneas nos guiaremos siguiendo estos cuatro grupos.

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2.- El período clásico: la iglesia de San Martín en Fonzaleche, nave central y pórtico

Vista del ábside de la iglesia de Fonzaleche antes de su restauración. Capitel de una de la columnas exentas de ábside desparecidas en el siglo XIX. Canecillo del ábside representando el Sol y la Luna.

La iglesia de Fonzaleche se compone actualmente de tres naves, presbiterio y torre. Pero ahora nos vamos a centrar exclusivamente en la nave central, ya que fue el origen y fundamento de esta iglesia. A pesar de las muchas transformaciones sufridas por el templo, subsisten hoy en día todos los elementos originales de la iglesia primitiva de una nave de comienzos del siglo XII. El ábside en su parte exterior estuvo dividido en tres tramos mediante dos columnas exentas apoyadas en plintos y rematadas por sendos capiteles, los tres tramos se remataban por bellos canes, sólo relacionables con los que el maestro Sancho realizó en otra obra emilianense en a finales del siglo XI o comienzos del XII. Las columnas exentas desaparecieron cuando se restauró la parte inferior del ábside en el siglo XIX. Gaya Muño hizo referencia a los plintos sobre los que se apoyaban las columnas en la década de los cuarenta. Ahora puede contemplarse que la bancada inferior que decoraba el ábside permanece soterrada bajo el pavimento, al haberse elevado más de un metro el nivel de la calle. ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

Arriba interior del ábside de San Martín en Fonzaleche y las tres naves de la iglesia. Abajo capiteles del arco triunfal del lado del evangelio y de la epístola respectivamente.

Solamente el tramo central del ábside presenta una aspillera para la iluminación. Interiormente el primer tramo del ábside se cubre con bóveda de cañón de medio punto, y se remata con bóveda de cuarto de esfera de diámetro ligeramente inferior. El arco triunfal es doblado y de medio punto, sustentado en dos capiteles de motivos geométricos sobre toscas columnas adosadas. La decoración interior de la iglesia, si la hubo, estaría reservada a la pintura, de la que no ha llegado nada.

Al pórtico de San Marín en Fonzaleche se accedía por dos arcos que se conservan en la actualidad: el arco norte (izquierda) cobija la portada actual dentro del pórtico de la torre, mientras que el arco meridional (derecha) se tapió cuando se levanto la torre. ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

Pero nos vamos a fijar exclusivamente en cómo fue aquella iglesia del siglo XII. Se trataba de una iglesia de una nave rematada por un presbiterio, a la que se accedía desde un pórtico con dos arcos de medio punto hacia la calle. La fachada occidental se remataba con una espadaña de tres huecos al modo románico, cuyos restos han quedado embutidos en la torre actual.

A lo largo de la vida del edificio, la iglesia fue modificándose para aumentar su espacio útil. De esta forma, el pórtico fue incorporado a la nave central hacia finales del siglo XIV, destruyendo el muro hastial occidental y, construyendo la nueva portada de arco de medio punto de grandes dovelas casi al nivel de la arcada septentrional del pórtico.

Este pórtico de San Martín fue el elemento más singular de la Iglesia, y no conocemos otro pórtico similar en el románico riojano o burebano. Además en el pórtico de San Martín en Fonzaleche tuvo lugar el Concilio de Fonzaleche el año 1240, en el que don Gonzalo de actuó como notario de los hechos a tenor de las dos actas que se hicieron. En el dibujo recreamos la iglesia del siglo XII, con sus tres partes bien diferenciadas: pórtico, nave y presbiterio.

En las fotos vemos los dos arcos que daban acceso al pórtico de la Iglesia y que todavía existen. El arco meridional se encuentra tapiado en el exterior de la Iglesia, mientras que el septentrional forma parte de la portada. Pero vemos claramente que los dos arcos presentan el mismo despiece de las dovelas románicas y que formaron parte del mismo elemento constructivo.

Recreación de la iglesia de San Martín en Fonzaleche de comienzos del siglo XII. De izquierda a derecha: ábside, nave, pórtico y espadaña.

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3.- Período tardío. Románico cisterciense. Monasterio de Santa María de Herrera

Monasterio de Santa María de Herrera. Plano: en torno al claustro y en negro la iglesia y el refectorio. Derecha arriba, vista meridional de los edificios monásticos y del muro meridional de la iglesia. Abajo: Interior del refectorio, usado ahora como iglesia, y exterior del muro occidental del refectorio.

Como consecuencia de la instalación de monjes cistercienses primero en Sajazarra y luego en Herrera, donde fueron a ocupar la parte superior del Cenobio que dirigió San Felices de Bilibio, se instaló en la zona oriental de la Obarenia un románico de corte cisterciense relacionado con este monasterio, que veremos en las iglesias de Sajazarra, Galbarruri, Cillas, Oreca y Tironcillo, estas dos últimas localidades despobladas fueron incorporadas a y Cuzcurrita respectivamente. El modelo de Herrera se extendió también por asimilación y proximidad a Cellorigo y Sajuela.

Hace 20 años realicé este plano en el que podemos ver cómo fue el monasterio, con una iglesia de una nave, transepto y cabecera de cinco ábsides rectos al sur del claustro. Del primitivo monasterio del siglo XIII se conserva parte de la fachada meridional de la Iglesia, y el refectorio, que es utilizado actualmente como iglesia por los ermitaños camaldulenses.

Las características de este románico ya tardío, son la utilización de ábsides rectos, bóvedas apuntadas con arcos fajones, que a veces parten de ménsulas y que exteriormente refuerzan los arcos fajones con ligeros contrafuertes.

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3.1 Iglesia de la Asunción en Sajazarra

Iglesia de Sajazarra: en negro las dos naves románicas, la nave central es la más antigua, y la nave de la derecha fue agregada posteriormente. Posiblemente operaron como iglesias diferentes durante algún tiempo. Arriba panorámica de la iglesia desde occidente, en el centro se dibuja el hastial de la nave románica central. Vista interior de la nave central. Abajo las dos puertas de la iglesia, a la nave meridional se accede directamente por la portada románica de la derecha de la foto.

La iglesia de la Asunción en Sajazarra consta de tres naves, pero nos vamos a centrar en la nave central y la meridional, ya que la septentrional es posterior al período románico. Como en el caso de Fonzaleche la nave central de la Iglesia de Sajazarra fue también el elemento matriz. Esta nave que fue la Iglesia primitiva está dividida en tres tramos, cubiertos con bóveda de cañón apuntada y separados por dos arcos fajones sobre capiteles con motivos vegetales al estilo cisterciense que parten de ménsulas. La cabecera es recta, también al modo del monasterio de Santa María de Herrera, ocupa el primero de los tramos.

El arco apuntado no es un paradigma del gótico, sino que fue una creación del románico, utilizada durante el periodo gótico con gran difusión. ¿Por qué se utilizó el arco apuntado durante el periodo románico? Es muy común justificar en la literatura que se incorporó el arco apuntado por razones mecánicas, pero eso no es así exactamente y muchos especialistas en arte no lo tienen claro. La razón está en su geometría. Fijémonos por ejemplo, en el arco triunfal de la Iglesia de Sajazarra. Si cerramos este arco con uno de medio punto, tendríamos una bóveda más baja. O leído de otra forma, si queremos hacer una bóveda de esta altura, con un arco de medio punto, los capiteles y el muro estarían más altos que con un de arco apuntado, y por tanto los esfuerzos transversales se aplicarían en un punto más bajo permitiendo aligerar el grosor de los muros y de los contrafuertes.

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Izquierda arriba capitel y ménsula de apoyo de un arco fajón de la nave central. Izquierda abajo capiteles del arco triunfal de la nave de meridional. A la derecha los arranques del arco triunfal de la nave meridional, hoy dentro de la sacristía.

La nave meridional de la iglesia de Sajazarra fue otra iglesia añadida posteriormente y de menores dimensiones. Esta iglesia consta de una nave románica cubierta con bóveda de cañón apuntada, y rematada por un ábside de poligonal para adaptarse a la muralla. La escultura del arco triunfal puede relacionarse con los capiteles estrechos de la nave de Santo Domingo de la Calzada, y de Santa María de Palacio en Logroño, lo que permitiría datarla hacía finales del siglo XIII. Se conserva la portada tardó-románica de esta capilla.

Se desconocen las razones por las que Sajazarra disponía en aquellos tiempos de dos iglesias adyacentes diferenciadas en tamaño y categoría. Posteriormente se hizo la tercera nave y se unieron los recintos.

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3.2.- Nuestra Señora de Cillas

Izquierda planta de la iglesia de Nuestra Señora en Cillas. Arriba vista del oriente y de la fachada meridional. Abajo el presbiterio y la nave.

La Iglesia de Santa María en Cillas es del mismo tipo que las de Sajazarra. Se trata de una iglesia de dos cuerpos: la nave y el presbiterio de planta rectangular, separados por un arco triunfal apuntado, y cubiertos con bóveda de cañón apuntada. El arco triunfal no presenta decoración. La nave se divide en dos tramos por un arco fajón sobre ménsulas.

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3.3 Iglesia de San Esteban en Galbarruri

Izquierda plata de la iglesia de San Esteban con sus dos fases constructivas bien diferenciadas (el presbiterio y la nave), y uno de los canecillos de la fachada meridional representando un monje predicando (esta iglesia dependió del monasterio de Herrera). Derecha arriba, fachada meridional, abajo vista interior de la nave y presbiterio.

Galbarruri perteneció en aquellos siglos al monasterio de Herrera, y la iglesia de San Esteban se construyó con los mismos patrones que Herrera y Sajazarra. Consta de dos cuerpos: nave y presbiterio recto, pensados para cubrirse ambos con techumbre de madera. Se accede por la puerta meridional con arco apuntado y guardalluvias. Los canes de las fachadas meridional y septentrional son de escultura en bulto y popular, que permiten datarla hacia finales del siglo XIII.

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3.4.- Ermita de Santa María de Barrio en Cellorigo

Planta de la iglesia de Santa María de Barrio en Cellorigo, en negro sus construcciones medievales, con la nave mozárabe y el presbiterio románico. Interior del presbiterio, el arco de la ventana central del ábside se construyó utilizando las dovelas de un arco mozárabe del presbiterio más antiguo.

Fue hacia mediados del siglo XIII, cuando se renovó en la cabecera de la que hoy llamamos iglesia de Santa María de Barrio en Cellorigo, construyendo un ábside románico de planta rectangular cubierto con bóveda de cañón apuntada, apoyada en la franja que recorre los muros laterales del ábside a la altura del arranque de la bóveda.

Para construir la ventana oriental que ilumina el ábside, se retallaron las dovelas de un arco mozárabe. Recordemos aquí que la nave de esta iglesia conserva elementos mozárabes, y que los capiteles del arco triunfal mozárabe de esta iglesia, se conservan en la iglesia parroquial de Cellorigo.

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3.5.- Ermita de Santiago en Sajuela de Yuso (desaparecida)

Planta de la desaparecida iglesia de Santiago en Sajuela de Yuso. En la década de los sesenta la iglesia sirvió de cantera para levantar una cochera en Villaseca. En el centro vista meridional, interior del presbiterio y canecillos del muro septentrional. A la derecha la portada meridional y detalle de la misma.

Estas fotografías de la iglesia de Santiago en Sajuela de Suso las hice cuando tenía alrededor de 15 años, posteriormente la Iglesia fue utilizada como cantera y sus piedras forman parte de algunas construcciones en Villaseca. Se trataba de una iglesia formada por una nave rectangular, y una cabecera más estrecha con la misma geometría. El presbiterio se cubriría mediante una bóveda de cañón apuntada. La portada meridional presentaba dos arcadas de medio punto derramadas.

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3.6.- Ternero

Vista de la iglesia de Ternero. Derecha talla de la Virgen de la Pera.

Terminamos este grupo de influencia cisterciense en la Obarenia haciendo referencia a la iglesia de Ternero, donde se conserva la imagen de la Virgen de la Pera.

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4.- Románico tardío. Románico Calceatense. Santo Domingo de la Calzada

Catedral de Santo Domingo de la Calzada. Exterior e interior de la capilla central de girola donde se utilizó por primera vez en España la cubierta del cascarón del ábside apoyada en nervios que descansan en la clave de bóveda por una parte, y en columnas de la otra. Este sistema de cubierta se utilizaría después en el ábside de San Román en Villaseca. Sus apoyos de columnas dobles también fueron replicados en Villaseca y Castilseco.

Pero el románico más brillante de la Obarenia fue realizado por maestros que tuvieron relación con el mejor románico riojano, es decir el románico de la cabecera de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, que fue trazada por el maestro Garsión. Este románico llamado languedociano, hace referencia a la comarca francesa del Languedoc. El románico calceatense lo caracterizamos sintéticamente por dos cosas: por la utilización de columnas dobles en los apeos de arcos fajones, y por la aparición por primera vez en España de bóvedas de cuarto de esfera apoyadas en nervios que convergen en la clave de bóveda por una parte, y se sustentan sobre columnas adosadas al hemiciclo absidal por la otra, dividiendo el ábside en un número impar de tramos. El románico languedociano apunta así hacia la geometría de los ábsides góticos.

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4.1.- Iglesia de San Julián en Castilseco

Planta de la iglesia de San Julián en Castilseco, que tuvo dos fases y dos maestros bien definidos. El primero levantó el elegante ábside (uno de los más armónicos del románico riojano), mientras que el segundo hizo la nave. Arriba vistas del hastial de poniente y del ábside. Abajo detalles de canecillos del ábside y del capitel de los reyes en una de sus columnas absidales.

La obra cumbre del románico calceatense en la Obarenia fue la Iglesia de San Julián en Castilseco. Se trata de un pequeño templo formado por una nave y un presbiterio rematado por un ábside semicircular. El anteábside se cubre con bóveda de cañón apuntada, y se remata con bóveda de cuarto de esfera. El arco triunfal que separa el presbiterio de la nave, es también apuntado, apoyándose sobre dos pares de columnas adosadas con capiteles, uno vegetal y otro con los rostros de cuatro reyes.

En esta obra intervinieron dos maestros de diferente entidad. El maestro que hizo la cabecera conocía la armonía de las proporciones, la belleza derivada de ellas, así como el dimensionado adecuado de los muros y bóvedas. Mientras que el que dirigió la obra de la nave, dimensionó excesivamente los muros para soportar una techumbre de madera. La escultura de los canecillos y de las columnas del ábside aunque son de taller y, de buena y bella factura.

En la restauración recientemente realizada del interior y del exterior de la Iglesia, se ha recuperado la cubierta de madera, lo que permite contemplar el templo y su cabecera en sus auténticas dimensiones.

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Vistas de la nave hacia oriente y occidente después de la restauración.

Capitel meridional del arco triunfal, o capitel de los reyes. Cuando miran a la nave y a la gente lo hacen como reyes (a la derecha y centro), mientras que cuando miran a Dios o al altar son simples hombres (a la izquierda).

Ya hace años tuve la oportunidad de exponer en la iglesia de San Julián, la relación de sus dimensiones con las razones áureas y otras medidas armónicas. Sin duda, el primero de los maestros de Castilseco estaba familiarizado con este tipo de diseño, ya que desde muy antiguo se conocía su relación con la belleza y armonía. Esta conferencia fue difundida y reproducida por diversas publicaciones, y está a disposición de ustedes en diversas fuentes de Internet. Presentamos a continuación el resumen publicado en una revista riojana e internet. ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón http://www.amigosdelarioja.com/revista_siete_rios/26/26Armonia%20Castilseco.htm

LA ARMONÍA DEL ÁBSIDE ROMÁNICO DE CASTILSECO

PULSAR SOBRE LAS FOTOS NÚMERO DE ORO PARA AMPLIAR

Cuando en el año 2000 publiqué el libro “Rutas Románicas en La Rioja”, puse como portada el ábside de la iglesia de San Julián en Castilseco. No lo hice porque Castilseco fuera el pueblo de mi abuela Gregoria, sino porque este ábside tiene algo, “algo especial”, que lo diferencia del resto de los ábsides románicos riojanos.

Llevo estudiando y midiendo esta iglesia desde hace más de quince años y su ábside me ha inspirado a escribir en más de una ocasión sobre la belleza y armonía de sus proporciones. Pero ¿qué tiene de especial este ábside? ¿Qué es ese algo?

Si lo contemplamos desde el exterior vemos que el espacio entre el alero del tejado o tejaroz y el banco inferior está dividido horizontalmente por una imposta (pequeño saledizo) desde la que arrancan las ventanas, siendo la división vertical cuatro columnas adosadas, que configuran tres tramos de iguales dimensiones, cada uno con su ventana.

Cada tramo, enmarcado por tejaroz, banco y columnas, es un cuadrilongo, figura muy común en la geometría sagrada, que consiste en un rectángulo que mide el doble de largo que de ancho y cuya diagonal, por tanto, es la raíz cuadrada de cinco veces su lado menor. Esta ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón figura ha sido muy utilizada desde la Antigüedad por su relación con el número de oro, el número Φ (se lee “fi”).

El número de oro, o sección áurea, se define como el cociente entre dos longitudes, de forma que la razón de la mayor con la menor es igual a la razón de la suma de las dos con la mayor. Su valor es 1,618… y se ha utilizado desde la antigüedad por considerarse una proporción ideal, de hecho también se la conoce como “la divina proporción”. Como ejemplo podemos indicar que la usaron los griegos en muchos edificios, como el Partenón, los artistas del renacimiento (Leonardo da Vinci y otros) y numerosos arquitectos y pintores de todos los tiempos.

Pues bien, en el ábside de Castilseco la imposta está situada en la sección áurea de los tramos absidiales, es decir, al dividir la altura de los rectángulos (cuadrilongos) entre la distancia de la imposta al tejaroz obtenemos el número de oro.

Además la altura de las ventanas es también la sección áurea del rectángulo que las acoge y, por tanto, la razón entre la longitud de las columnas y la altura de las ventanas es el cuadrado del número de oro.

No hay duda, este es un ábside dimensionado con proporciones áureas; vemos claramente que sus elementos se relacionan con la armonía del número de oro ¿cómo no va a ser hermoso un ábside así?

Pero hay más. Las ventanas cuelan la luz por una aspillera protegida por una moldura en funciones de guardalluvias, pues bien, la longitud de la aspillera es también la sección áurea de la altura del guardalluvias.

No es de extrañar que el exterior de este ábside sea armónico y bello. Ya hemos encontrado ese “algo especial” que mencionaba al principio: la relación áurea de los elementos arquitectónicos del ábside. Ese algo que se percibe a través de la armonía de la ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón proporción de sus elementos. Ese algo de que le dotó un sabio maestro medieval. Ese algo que cala en el alma, que no se sabe qué es y que produce la paz del ánimo. Ese algo que no es fruto ni del azar ni de la casualidad, sino de la maestría y sabiduría de un hombre, el primer maestro de Castilseco.

Pero hay más. Si pasamos al interior del templo podemos seguir encontrando la proporción áurea en las medidas, alturas y formas de diversos elementos: presbiterio, arco de acceso, bóveda, cornisas…

Las relaciones áureas descritas son, por tanto, sólo una muestra de la singularidad de este edificio, de su armonía exterior e interior, de su belleza; y puesto que son pocos los edificios medievales trazados en base a la proporción áurea, éste merece figurar dentro de la Geometría Sagrada como ejemplo de obra armónica y bien realizada.

Este artículo es un extracto y adaptación de la conferencia del mismo título impartida en Castilseco el 20 de agosto de 2005 por Don F.J. Ignacio López de Silanes Valgañón RESUMEN: Fernando Díaz de Cerio

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4.2.- Iglesia de San Román en Villaseca.

Planta de San Román en Villaseca, y su avanzada cubierta del ábside. En la nave hay que diferenciar dos arquitecturas: el primer tramo y los dos restantes. Arriba exterior del ábside. Abajo detalle de los canecillos. El capitel de una de sus columnas absidales se ha transformado para mostrar las herramientas e insignias de una cofradía de constructores.

Si la iglesia de Castilseco posee el don de la armonía, la de San Román en Villaseca es el mejor ejemplar y el más completo que tenemos en La Rioja del románico calceatense. La contemplación exterior del ábside produce una sensación de pesadez, a pesar de ser un ábside realizado con los mismos elementos que el de Castilseco. En uno de los capiteles de sus cuatro columnas absidiales encontramos la firma de una hermandad medieval de constructores simbolizada por el pico que devasta la piedra bruta hasta convertirla en otra cúbica. El mundo medieval se recrea también en los canecillos de la iglesia con el hombre de la cuba, o la mujer de bellas facciones y vestimenta medieval.

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Interior de San Román. Arco triunfal apuntado que descansa en columnas apareadas. La bóveda de horno reposa sobre dos nervios como en Santo Domingo de la Calzada. En el centro las dos columnas del arco fajón de tránsito entre el ábside y anteábside, más la ménsula desde la que debería haber arrancado el nervio de la bóveda cuatripartita del anteábside y que el maestro de obras no se atrevió a ejecutar. Derecha las columnas apareadas septentrionales del arco triunfal, y otra ménsula para el arranque de un nervio que nunca se utilizó.

La caracterización más importante del templo reside en su interior, donde encontramos tres parejas de dobles columnas soportando arcos fajones, uno de ellos el arco triunfal, siguiendo el modelo calceatense. La bóveda de cuarto de esfera del ábside se sustenta mediante dos nervios de sección rectangular que, por una parte convergen en la clave de bóveda, mientras que por la otra descansan en dos columnas, que dividen interiormente el ábside en tres tramos. Cada uno de estos tramos posee una ventana para iluminar el presbiterio.

Hay que fijarse en los cuatro grupos de tres capiteles del presbiterio, donde en cada grupo un capitel está huérfano y sin nervio, debido seguramente a que el maestro no se atrevió a cubrir la techumbre del anteábside con bóveda nervada, recurriendo a la solución tradicional del románico utilizando la bóveda de cañón. Hay una iglesia en Talamanca de Jarama (Madrid) con un presbiterio hermano al de Villaseca, aunque posterior, donde ya se cubre el anteábside con bóveda cuartipartita, y el ábside con otra similar a la de Villaseca pero de cinco paños. Otras iglesias de tipo calceatense en la Rioja son las de Santasensio Los Cantos, y los restos románicos en la parroquial de Baños de Rioja.

Así el anteábside y el primer tramo de la nave se cubrieron con bóveda de cañón apuntada descansando en arcos fajones sobre pares de columnas adosadas, todo al estilo calceatense.

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5.1.- Románico tardío. Capilla de los Ocio en Santa María la Mayor en Treviana

Planta de la Santa María la Mayor, donde tras la cabecera de la nave septentrional se conserva la Capilla de los Ocio como único vestigio de su pasado románico. Interior de la Capilla de los Ocio, de pequeñas dimensiones está cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada.

El único resto románico de la iglesia de Santa María la Mayor en Treviana es una pequeña capilla en el lado septentrional del altar mayor, que fue utilizada para sus enterramientos por la familia Ocio, ya que durante el siglo XV y XVI esta familia disfrutó de un mayorazgo en Treviana.

Se trata de una capilla de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón apuntada del siglo XIII, que no fue derruida cuando se construyó la iglesia actual, posiblemente por acoger precisamente los restos mortales de los miembros de la citada familia, que en aquellos años era importante en Treviana.

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5.2.- Románico tardío. Ermita de la Concepción en Treviana

Planta del ábside de la iglesia de la Concepción (hoy capilla del cementerio de Treviana). Arriba vista del exterior del ábside y del triple encapitelado del haz de columnas. Abajo interior del ábside y ventana meridional del anteábside.

La Iglesia de la Concepción se construyó en el pago de San Pedro, donde antiguamente estuvo el pequeño Cenobio del mismo nombre. Hacia los años 30 del siglo XIX fue convertida en capilla del cementerio trepeanense, cuando por decreto los cementerios hubieron de ubicarse extramuros o fuera de las poblaciones. Solo se conserva el presbiterio de la antigua iglesia amén de que su muro septentrional forma parte de la tapia del camposanto.

Par la tipología decorativa se puede relacionar este templo con otros en la Bureba, donde los contrafuertes del ábside se decoran también con haces de tres columnas, estando la central circundada por otras dos de menor diámetro, y por el uso del arco polilobulado en el interior de las ventanas. El presbiterio está formado por un anteábside cubierto por bóveda de cañón apuntada y el ábside por otra de cuarto de esfera. El arco triunfal también es apuntado.

Lo más interesante reside en la decoración escultórica de los capiteles y de los canes, mostrando abundantes arpías y otros animales mitológicos, todo ello producto de escultura de taller.

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5.2.- Románico tardío. Ermita de Nuestra Señora de Junquera en Treviana

Planta de la iglesia de Nuestra Señora de Junquera en Treviana, en negro su cabecera románica. Arriba exterior mostrando sus fachadas oriental y septentrional. Abajo ventana del ábside, y la ventana meridional del anteábside parcialmente cubierta por construcciones posteriores.

En la iglesia de Nuestra Señora de Junquera solamente se realizó en estilo románico su cabecera. Se trata de un presbiterio donde su parte recta se cubrió con bóveda de cañón apuntada y el ábside con otra de cuarto de esfera. La tipología decorativa y constructiva está íntimamente relacionada con la de la Concepción de Treviana, teniendo también en el exterior del ábside, dos haces de tres columnas que lo dividen verticalmente en tres tramos. Sin embargo estas columnas que se apoyan en plintos carecen de basas y capiteles, además el trazado de los tramos es asimétrico respecto a la única ventana del ábside. Se utiliza también el arco polilobulado en el trazado interior de las dos ventanas del ábside. En el tramo recto del presbiterio hay una ventana al sur cubierta parcialmente por construcciones posteriores.

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El elemento más singular de la iglesia de Junquera es su arco triunfal formado por cinco arcos en derrame, que configuran este arco como una portada tradicional románica, y que fue debió ser el punto final de la obra románica en Junquera a finales del siglo XIII o comienzos del XIV, obra que quizás auguró su cercano despoblamiento. Arriba encapitelado septentrional del arco triunfal. Centro encapitelado meridional. Abajo capitel del arco triunfal y, capitel de la ventana central del ábside.

Lo más característico de la iglesia de Nuestra Señora de Junquera es su arco triunfal que cierra el presbiterio mediante cinco arcadas en derrame, como si de una portada se tratara, alternando columnas entregas con pilastras hasta llegar al arco triunfal central. Los capiteles conservados del arco triunfal y de las ventanas describen motivos relacionados con la lucha contra los pecados.

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6.1.- Románico tardío. Románico emilianense. Santa María de Arce en Foncea

Ahora solo se mantiene en pie el lienzo septentrional de la nave de lo que fue el monasterio de Santa María en Arce, estuvo cubierta por bóveda de cañón apuntada que partía desde una moldura horizontal y apoyada en dos arcos fajones que enmarcaban las portadas.

Cuando se rehízo la cabecera de la ermita del Cristo en Foncea, se reutilizaron los materiales de la construcción románica anterior.

En Foncea solamente se han localizado algunos pequeños restos románicos, consistentes en piezas sueltas en la iglesia, y en un muro de la ermita del Cristo.

Sin embargo a principios del siglo XX las ruinas del monasterio de Santa María de Arce se reproducían en los libros de los seminaristas, para familiarizarles con el arte románico. La iglesia del monasterio emilianense de Santa María de Arce estuvo formada por una nave cubierta con bóveda de cañón apuntada, dividida en tres tramos por dos arcos fajones, también apuntados, que desembocaba en un presbiterio de ábside semicircular. De todo ello, hoy sólo restan tres paramentos del lado septentrional de la nave, con la portada del mismo lado. ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

6.2.- Románico tardío. Románico emilianense. Las naves de San Martín en Fonzaleche

Recreación de la iglesia de San Martín en Fonzaleche a finales del siglo XIII o comienzos del XIV. A la iglesia románica anterior se añadieron dos naves románicas, una a cada lado de la iglesia, desde el retranqueo del ábside hasta casi el final del pórtico, convirtiéndola en una iglesia de tres alteres (el ábside más las dos cabeceras de las naves), ya que entonces había en Fonzaleche una nutrida comunidad de monjes de San Millán de la Cogolla, y en cada altar no se oficiaba más que una misa al día. La incorporación de la mayor parte del pórtico a la nave central no se llevó a cabo hasta finales del siglo XIV o el XV.

Vista de la nave septentrional a través de los arcos abiertos en el siglo XIX en los muros del románicos originales para unificar los espacios.

A finales del siglo XIII o quizás ya en el XIV el Monasterio de San Millán amplió la iglesia de Fonzaleche de una a tres naves; añadiendo una nave a cada uno de los costados del presbiterio, nave y pórtico de la iglesia de San Martín del siglo XII. Ignoramos las razones de la ampliación, pero posiblemente estuvo relacionada con la estancia en Fonzaleche de varios monjes del monasterio de forma permanente. La comunicación entre las tres naves se hizo utilizando las puertas septentrional y meridional de la primitiva iglesia. De esta manera, las tres naves funcionaban como iglesias independientes. Esto fue así hasta el último cuarto del siglo XIX, cuando se unificaron los espacios de las tres naves practicando tres grandes arcadas en los muros de la nave primitiva. ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

Nave meridional de la iglesia de San Martín. La cabecera de la nave fue segregada como sacristía en el siglo XVIII, levantándose entonces el retablo que acogía la talla gótica del Cristo de la Salud.

Canecillos con perfil de nacela en la ampliación de las naves de San Martín de Fonzaleche.

Las dos naves se levantaron con muros de sillería de cantería románica, con tres ventanas aspilleras en cada uno de los costados, y utilizando canes lisos de perfil de nacela para sustentar el tejaroz, u otros canes procedentes de la primitiva iglesia. A mediados del siglo XIX se rehízo la hoja exterior del muro septentrional, y se abrieron ventanas adinteladas.

Estas naves tuvieron cubierta de madera, y se decoraron con canes de perfil de nacela con cuadrados, aunque algunos llevan también tallados animales de bulto de realización tosca. Es posible que esta ampliación de la iglesia fonzaletense se corresponda con la pretensión del monasterio de San Millán de elevar este templo a la categoría de abadía, para hacer frente a las pretensiones del obispado de hacerse con sus tributaciones, elevación que nunca se llevó a cabo. Sin embargo Fonzaleche tuvo una nutrida comunidad de monjes hasta el siglo XIX, que residían al lado septentrional de la iglesia primero, y luego en el mayor edificio de la localidad en la C/ Doctor Fleming.

ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

Vista de las tres naves románicas de San Martín en Fonzaleche con el ábside al fondo. Aunque fueron levantadas para tener cubierta de madera, en el siglo XX se cubrieron con bóveda de arista. En la segunda mitad del siglo XIX se practicaron grandes arcadas en los muros para unificar los espacios de las tres naves.

Planta actual de la iglesia de San Martín en Fonzaleche, en negro la iglesia del siglo XII, en rayado la ampliación de las naves, en cuadraditos el pórtico de San Martín, y punteado la torre. A la derecha alzado de la iglesia actual, incorporando las cuatro construcciones anteriores.

F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón Fonzaleche, Agosto 2014

ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón

ANEXO.- VÍRGENES ROMÁNICAS EN LA OBARENIA. ROMÁNICO EN LA OBARENIA F. J. Ignacio López de Silanes Valgañón