ERIKA WAGNER y LILLIAM ARVELO

LA PREHISTORIA Y PROTOHISTORIA DEL ESTADO , Y SUS AREAS DE INFLUENCIA

Una tendencia reciente en la arqueología venezolana que está tomando auge es el énfasis en desarrollar proyectos de arqueología regional para obtener información más sistemática y completa de su historia cultural, con una base de datos que permita ofrecer alternativas de interpretación acerca de los modelos que han prevalecido hasta ahora (por ejemplo la Dicotomía de Cruxent y Rouse, los Modos de Producción de Sanoja y ). El objetivo general de nuestro proyecto de investigación a largo plazo es la reconstrucción pre y protohistórica del Estado Yaracuy sus áreas de influencia, un área estratégica, ubicada en la región centro occidental de Venezuela. Dicha región ofrece acceso fácil desdé y hacia los Llanos, los , la Depresión -, la Cuenca del Lago de Valencia y la costa noroccidental e islas adyacentes. Esta zona no había sido objeto de estudios sistemáticos previos y sólo contamos con las valiosas investigaciones pioneras de J.M. Cruxent e Irving Rouse (1958-59), quienes establecieron para la región del Valle del Río Yaracuy los estilos Aeródromo de la serie Tocuyanoide y San Pablo de la serie Tierroide y para la región costeña circundante el Complejo Meso-Indio El Heneal y los estilos Neo-Indios El Palito y Taborda de la serie Barrancoide; Ocumare, Aroa, Palmasola y Taborda de la serie Ocumaroide y Cementerio de Tucacas de la serie Valencioide. Los yacimientos asociados a estos materiales han desaparecido en su casi totalidad en la actualidad por las actividades económicas desarrolladas en la zona. La prospección extensiva del Valle del Río Yaracuy, del Macizo de Nirgua, del Valle y la Sierra de Aroa y más recientemente de la zona costeña de los valles fluviomarinos entre Puerto Cabello y San Juan de los Cayos, nos ha permitido localizar un total de 60 yacimientos de diversos tipos: asentamientos indígenas prehispánicos, incluyendo una posible cueva funeraria, yacimientos indohispanos, un fuerte español, así como varias estaciones con pretroglifos (Fig. 1). Realizamos recoleccciones no controladas aleatorias de superficie, excavamos varios pozos de sondeo en el sitio de Boraure en el valle del Río Yaracuy (el yacimiento de mayor extensión espacial) y levantamos planimétricamente los petroglifos sitados. La región de estudio consiste de valles fluviales, sistemas de montaña (el Sistema Orográfico de la Costa) y valles fluvio-marinos. Los valles fluviales comprenden los valles medios y altos de los ríos Yaracuy y Aroa. El primero consta de una fosa tectónica originada por el desplazamiento de las Fallas de Boconó y Morón (Schubert 1983), mientras que el Valle de Aroa presenta la típica forma triangular de los valles intermontanos. Ambos valles consisten de sedimentos del Guaternario. Predomina un clima tropical lluvioso y cálido. La vegetación en las áreas no intervenidas por la acción humana consiste básicamente de herbizales y bosques tropófitos. La región montañosa incluye el Macizo de Nirgua, la Sierra de Aroa y el Cerro Misión, hacia el noreste. En estas regiones el clima es tropical lluvioso y cálido del tipo monzónico, con precipitaciones abundantes y uniformes durante casi todo el año, salvo entre los meses de febrero y abril. Predominan los bosque húmedos y subhúmmedos tropófitos. En la Sierra de Aroa se encuentran localidades con características de selva nublada. El relieve está por debajo de

729 1.500 m en ambas montañas y en este sistema orografico tienen sus cabeceras los ríos Aroa, Yaracuy y Oriental. El Cerro Misión está formado por cadenas de montañas bajas, colinas y lomas, que son prolongaciones o contrafuertes de frentes montañosos que separan depresiones. Los valles fluviomarinos consisten en una faja de amplitud variable que se ensancha y penetra profundamente en el continente a travéss de los valles de los ríos Aroa, Yaracuy y Tocuyo. Muestran paisajes bien diferenciados: aquellos inmediatos al mar consisten de estuarios, albuferas y salinas; los valles penetrativos fluviales, en los cuales hay problemas de inundación; y las terrazas que forman paisajes de lomas, mesetas y terrazas propiamente dichas (FUDECO, 1984). Finalmente, las formaciones cársticas de la región costeña contienen una serie de cuevas con restos culturales, objeto de estudio de la Sociedad Venezolana de Espeleología, cuyo inventario y estudio sistemático se espera completar en el futuro. Cada una de estas subregiones presenta una amplísima variedad de ecosistemas y geosistemas, condicionados por la altitud y el clima, que ofrecen, y ofrecieron, un potencial de recurso biológicos y minerales muy ricos. Actualmente, la región es predominantemente agrícola, aunque la ganadería, la expansión urbana y el turismo han tomado auge en años más recientes. Los cultivos comerciales más importantes son la caña de azúcar, el café y los cítricos. En los conucos campesinos predominan el maíz, la yuca, el quinchoncho (Cayanus cajarí) y gran variedad de árboles frutales. La región centro-occidental ha sido muy intervenida por la acción humana. Los bosques que aún quedan, existen porque han sido protegidos por su ubicación en sitios inaccesibles para se explotación, por su topografía irregular o porque no existen vías de acceeso. Se ha estimmado que la región ha perdido más de tres millones de hectáreas de bosques, y el espacio que ahora ocupan ha sido destinado a pastizales y a diversas formas de agricultura y más recientemente se ha incrementado una actividad turística febril, no planificada, generando la consecuente alteración y contaminación ambiental. En la zona costera entre Puerto Cabello y Tucacas, la actividad industrial, la construcción de carreteras y el turismo han literalmente obliterado del mapa los yacimientos arqueológicos, sobre todo los concheros de la época Meso-India. Esta es otra de las razones por las cuales nos parece urgente realizar este proyecto de arqueología regional en el área. En forma preliminar ofrecemos el análisis de los materiales analizados hasta ahora.

DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL CERÁMICO PREHISPANICO

El material hasta ahora analizado en el laboratorio se clasificó según las dimensiones de forma, pasta y decoración. Establecimos tres clases de alfarería: CLASE A (encontrada solamente hasta ahora en el Valle del Yaracuy); CLASE B (localizada en el Macizo de Nirgua); y CLASE C (también encontrada en el Macizo de Nirgua).

730 Clase A:

Características. Desengrasante: Arena gruesa, roca molida o arena fina. Superficies: alisadas y en muchos casos pulidas. Formas: 1 Ollas con borde levantado y engrosado externamente (Fig.

2a Decorado con muescas (Fig. 2b), aplicaciones mamelonares (Fig. 2c; Fig. 2d), e indisiones cortas, líneas. 2 Ollas simples; (Fig. ) 3 Botellas simples; (Fig. 4) 4 Boles de paredes rectas (Fig. 5a), globulares (Fig 5b), carenadas (Fig. 5c), de labio saliente (Fig. 6) Engrosados externamente (Fig. 5d); decorados con mamelones, incisiones lineales, espirales y bandas. 5 Budares de gran tamaño (60 cm de diámetro) (Fig. 7a-b) 6 Aripos o platos de base irregular (Fig. 7c) 7 Base: las bases pueden per planas (Fig. 8a), anulares (Fig. 8b y d), de pata y anillo (Fig. 8c) decorados con pintura, y patas simples (Fig. 8e). Estas últimas pueden se globulares huecas, decoradas con punteado y aplicationes mamelonares, alargadas macizas hendidura central e incisiones cortas.

También hay panzas con decoración incisa ancha curvilineal combinada con tiras apliccadas, e incisión lineal fina (Lam. I: A-C, F-l, M-Ñ).

Material asociado:

a Cerámico: figurinas (Lam. I:S), majaderos (Lam.l:U,X), pesas de red (Lam.l:Y), pintaderas (Lam.kV.Z), y discos (Lam.l:W).

b Fragmento de loza post-contacto europeo: que no han sido analizados aún (Douglas Armstromg, comunicación personal, los ubica en los siglos XVIII y XIX).

c Lítica: manos, metates, morteros, machacadores, lascas, tampoco analizadas aún.

Comparaciones: LA CLASE A se ha encontrado en una serie de sitios en el Valle de Yaracuy, algunos muy extensos como Boraure, Camunare, Los Chucos, San Ramón y San Pablo. La alfarería de la CLASE A se relaciona con el Estilo San Pablo (Cruxent y Rouse 1958-59) y con la Fase Boulevard del área de Quibor del Estado Lara (Molina y Toledo 1985; Sanoja y Vargas 1987) por la presencia de patas, bases de anillo, el trabajo de aplicaciones (cadenetas, muescas y protuberancias). La pintura se encuentra solamente en el material fino. La Fase Boulevard ha sido fechada en 300 D.C. para la zona de Quibor. En el Valle del Yaracuy el estilo San Pablo se extiende hasta los períodos IV y V de la cronología

731 regional de Cruxent y Rouse en base al hallazgo de materiales de procedencia europea relacionados con este material. Las excavaciones sistemáticas y extensivas de los sitios de Boraure y San Ramón, programadas para las etapas siguientes del proyecto, aclararán las lagunas existentes sobre las asociaciones de esta alfarería, su cronología real y sus contextos precisos.

Clase B:

Características. Desengrasante: Roca molida o arena muy gruesa. Superficies: alisadas y en algunos casos pulidas. Formas: 1 boles globulares decorados con corrugaciones (Fig. 9a). 2 boles con bordes engrosados externamente, con impresiones digitales (Fig. 10d). 3 boles de labio saliente sin decoración (Fig. 9b). 4 ollas globulares simples (Fig. 9b). 5 Budares de labio levantado (Fig. 10 a-b). 6 aripos con base irregular (Fig. 10c).

Decoración: Aparentemente casi no se decoraban las vasijas; cuando hay decoración se emplean técnicas plásticas: corrugado, incisiones cortas, impresiones digitales.

Material Asociado: Loza europea o de fabricación criolla, vidrio, metales (aún sin analizar).

Lítica: lascas, martillos, morteros y metates.

Se han encontrado tiestos de comercio de la CIASE B, en el sitio de Los Chucos en el valle del Yaracuy. Comparaciones: La alfarería de la CLASE B se puede relacionar con la alfarería de la Serie Memoide (Cruxent y Rouse 1958-59), y en especial con el Estilo Guaribe por la ausencia de pintura y el predominio de la corrugación con impresiones digitales, incisiones y punteado. En base a esta información preliminar, asignamos esta clase a los períodos IV y V de la cronología regional.

Clase C:

Características. Desengrasante: arena fina o gruesa. Superficies: generalmente pulidas. Formas: 1 boles globulares (Lam.hR). 2 ollas globulares con labio saliente engrosado, probablemente pertenecientes a urnas con decoración pintada negra sobre natural, con motivos curvilíneos con bandas (Lam.LD). También encontramos panzas pintadas en negro natural y blanco sobre negro. Los motivos son curvilíneos y en bandas; en algunos casos las bandas están delimitadas por incisión ancha (Lam.LO­ CI, E.J-L).

732 Comparaciones: La CLASE C ha sido encontrada hasta ahora solamente en la Cueva Las Minas de Lagunetica en el Macizo de Nirgua. (Hay muchas cuevas en el área de estudio que prometen aportar datos adicionales sobre contextos arqueológicos hipogeos, aunque el impacto del culto de María Lionza ha afectado fuertemente a estas cavidades). Por la presencia de pintura negra sobre natural en diseños curvilíneos asociados a incisión ancha curvilineal, en ollas globulares, posiblemente urnas, hemos relacionado la CLASE C con la Tradición Lagunillas y en particular con el stilo Santa Ana del piedemonte de los Andes Trujillanos y por ende lo ubicamos en el período II de la cronología regional (Tarble 1982, Arvelo 1987).

PETROGLIFOS

En el marco del proyecto, uno de los objetivos ha sido la localización, ubicación precisa y el levantamiento planimétrico de los petroglifos. Hasta la fecha hemos levantado planimétricamente siete piedras con petroglifos, localizados en el Valle del Río Yaracuy, en el Macizo de Nirgua y en la Sierra de Aroa. Aún no hemos localizado esta manifestación cultural en el valle de Aroa. Los petroglifos levantados son: tres en Los Cerritos, en la Hacienda Padilla (Figs. 11 A-C), cerca de la población el Diamante, en el Valle del Yaracuy: dos en El Picacho Ariba (Fig. 11 E y Fig. 12 A) también llamado Patas de Tigre o Pies de Santo Tomás, y el Picacho Abajo (Fig. 20) o Las letras, ambos ubicados en el cerro El Picacho, cerca de la población de Nirgua; Campoamor (Fig. 123 D) en el caserío del mismo nombre; Las Vegas (Fig. 12 B) en el Municipio Temerla y Las Carmelitas (Fig. 12 E) al norte de Salom; todos estos últimos en el Macizo de Nirgua. Hay trece petroglifos adicionales reportados para nuestra área, pero aún no han sido levantados. Todos estos petroglifos se encuentran en zonas de topografía irregular como cerros, colinas o cauces de quebradas. Los elementos de diseños más comunes son figuras humanas, manos o pies, patas o rostros de tigre, geométricos o constituyen depresiones. Los petroglifos generalmente han sido reportados en la arqueología americana como un rasgo misceláneo, de difícil interpretación y alrededor de ellos se han generado muchas especulaciones. Una de nuestras metas es relacionar estas manifestaciones culturales con los otros aspectos de los sistemas socioculturales prehispánicos ya que representan sistemas de transmisión de baja technología1.

RESULTADOS PRELIMINARES Y SUGERENCIAS

En base al análisis y comparación de las clases de alfarería prehispánica establecidas y a la revisión de la bibliografía arqueológica existente para nuestra región de estudio podemos ofrecer las siguientes conclusiones preliminares. 1) La región del Yaracuy fué habitada desde por lo menos el final del Período I (5000-1000 A.C.) representado por el Complejo El Heneal (3800-3400 A.C.) hasta el momento de la conquista europea en el siglo XVI por diferentes grupos humanos. Los valles fluviomarinos fueron probablemente los primeros en ser

733 ocupados. Las evidencias indican que desde el Meso-Indio, la zona costera fue habitada por grupos recolectores y pescadores marinos. Para finales del Periode II (aprox. 300 D.C.) poseemos las primeras evidencias de ocupación de grupos sedentarios ceramistas Neo-Indios asociados con la Serie Ocumaroide. El Valle del Río Yaracuy fue ocupado desde el Período II (1000 A.C.) por grupos Tocuyanoides (Estilo Aeródromo), y entre 1200 y 1400 D.C. fué densamente poblado por grupos asociados al Estilo San Pablo'de la Serie Tierroide, inferencia basada en la abundancia y extensión de los nuevos yacimientos localizados. Para el Macizo de Nirgua la información disponible es aún fragmentaria, pero podemos señalar que posiblemente existió una ocupación temprana correspondiente al Período II, relacionada con el Estilo Santa Ana de los Andes Trujillanos. Entre 1200-1400 años D.C. esta zona estuvo ocupada por grupos emparentados con los Memoides de los Llanos del Guárico al sur. Por otro lado, para la región de Aroa hay evidencias de la presencia de elementos Malamboides (observados en colecciones privadas de la zona) que indican contactos con la Cuanca de y el norte de . La presencia de elementos Malamboides (observados en colecciones privadas de la zona) que indican contactos con la Cuanca de Maracaibo y el norte de Colombia. La presencia de alfarería de la zona de Nirgua en los sitios del Valle del Yaracuy tiende a confirmar la existencia de relaciones comerciales entre estas dos zonas. Los contactos con la región de los llanos se infieren por la presencia de pintaderas cilindricas típicas de esta zona sureña. 2) como aun no hemos realizado excavaciones sistemáticas, es difícil inferir de las colecciones de superficie, las posibles variaciones en los sistemas de subsistenica. Sin embargo, por la presencia de budares de gran tamaño (60 cm. de diámetro) y el hallazgo de un instrumental lítico relacionado con el procesamiento de productos vegetales, como el maíz y otros granos, podemos señalar que la agricultura fue la base de subsistencia de los diversos grupos ceramistas. Una parte importante a desarrollar próximamente son los aspectos etnohistóricos del proyecto. Es necesario que los historiadores orienten su interés hacia nuestra región, la cual casi no ha sido estudiada sistemáticamente. Una excepción reciente es el trabajo de Pedro Rivas (1989) sobre la etnohistoria de los grupos indígenas del sistema montañoso del noroccidente de Venezuela. Para nuestra región de estudio, Rivas analizó criticamente la lengua, etnografía, cultura material, comercio, organización socio-política y sobre todo las relaciones inter- étnicas de los grupos de la Sierra de Aroa y la desembocadura del Río Tocuyo y del Macizo de Nirgua. En la región de Aroa se asentaron para la época del contacto los Ajagua, Chipa e Itoto y en el Macizo de Nirgua los Camago, Jirajara de Nirgua, Nivar, Noara y Tarias. El hecho de que existió desde hace milenios un gran potencial agrícola y minera en esta región no fue ignorado por los españoles. Las complejas relaciones entre estas poblaciones aborígenes y su interacción con los europeos y posteriormente con los africanos, se podrán aclarar con un equipo multidisciplinario para documentar en forma realista este segmento de la historia regional. La arqueología puede ser un auxiliar poderoso en este aspecto. También se debe documentar mejor otro aspecto. No debemos olvidar que es muy probable que las sociedades que los españoles conquistaron en el territorio que hoy es Yaracuy y sus áreas de influencia, fueron producto de un largo proceso de mestizaje entre diferentess grupos indígenas que llegaron a la región en distintas épocas. Lo mismo por supuesto sucedió con los últimos conquistadores de esta región, los propios españoles, quienes también fueron el resultado de un largo

734 proceso de mestizaje, cuyos ingredientes incluían entre muchos otros a los celtas, romanos, godos y moros. Finalmente, la fuerte influencia africana y el posterior mestizaje de los últimos siglos también deben ser tomados en consideración para escribir la Historia del Yaracuy.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos el apoyo logístico y facilidades de alojamiento durante la prospección de cammpo de la Fundación CIEPE en San Felipe, del Dr. J.J. Arvelo en Nirgua, de la Dirección de INPARQUES en el Parque Minas de Aroa y de VENEPAL en el área de Morón-Tucacas. Carlos Quintero y Raymar Montes realizaron los dibujos de las figuras 1-12, la Unidad Fotográfica Científica del IVIC fotografió los materiales de la lámina I y llevó a cabo la reproducción de todas las ilustraciones que acompañan este trabajo. Rafael Gassón leyó críticamente una versión preliminar de esta ponencia y Morelba Navas realizó el trabajo mecanográfico.

BIBLIOGRAFÍA

Arvelo, L 1987 Un Modelo de Poblamiento Prehispánico para la Cuenca del Lago de Maracaibo. Tesis de Maestría. IVIC-CEA.

Cruxent, J.M. e i. Rouse 1958-59 An Archaeological Chronology of Venezuela. Pan American Union, Social Science Monographs, N° 6, (2 vols), Washingtong, D.C.

Fudeco 1985 Análisis Ambiental de la Región Centro Occidental de Venezuela, .

Molina, E. y .I. Toledo 1985 Wachakaresai lo Nuestro. La Historia que Duerme Bajo Tierra. Cromotip. .

Rivas, Pedro J. 1989 Etnografía de los Grupos Indígenas del Sistema Montañoso del Noroccidente de Venezuela. Etnohistoria y Arqueología del Sitio Arqueológico Cueva Coy Coy de Uria, Sierra de San Luis. (2 vols.) Universidad Central de Venezuela, Escuela de Antropología, Tesis de Grado, Caracas.

Sanoja, M. e I. Vargas 1987 La Sociedad Catacical del VAIIe de Quibor (Estado Lara, Venezuela). En: "Chiefdoms in the Americas", Eds. R.D. Drennan y CA. Uribe, pp. 201-211, University Press of America, Lanham, N. York, London. Schubert, C. 1983 La cuanca de Yaracuy: un estudio neo-tectónico en la región Centro Occidental de Venezuela. Geologia Norandina 8: 3-11.

Tarble, Kay 1982 Comparaciones Estilísticas de Dos Colecciones Cerámicas del Noroeste de Venezuela: Una nueva Metodología. Caracas, Ernesto Armitano Editor. IVIC, Ediciones Unidad Prehispánica "Juan Lovera".

NOTAS:

1. Para ello incorporaremos a Inés, quien está interesada en las representaciones simbólicas de cultura material y creemos que con el concurso de las técnicas de la etnohistoria y etnoarqueología podremos eventualmente reconstruir las interrelaciones entre los diversos sistemas antes citados.

736 Fig. 1. Mapa de localización y ubicación de principales yacimientos.

737 Centímetros

Fig. 2. Alterarla de la Clase A. U) es Fig. 3. Ollas simples de la Alfarería de la Clase A. ve Fig. 4. Botellas simples de la Alfarería de la Clase A. Centímetros

Fig. 5. Boles de la Alfarería de la CLase A. Centímetros

Fig. 6. Boles de la Alfarería de la Clase A.

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Fig. 8. Bases de la Alfarería de la Clase A. Fig. 9. Boles y ollas de la Alfarería de la Clase A. ZZZZI'SS&ZZZZZZZZZZZZZZZZZL Q

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Fig. 10. Budares, aripos y boles de la Alfarería de la Clase B. « W Fig. 11. Petroglifos: A-C: Los Cerritos, Hancienda Pandilla, Valle del Río Yaracuy. D: El Picacho Abajo, Macizo de Nirgua. E: El Picacho Arriba, Macizo de Nirgua. Fig. 12. Petroglifos: A: El Picacho Arriba, Macizo de Nirgua. B: Las Vegas, Tumerla, Macizo de Nirgua. C: Area del Valle de Yaracuy. D: Campoamor, Macizo de Nirgua. E: Las Carmelitas, Macizo de Nirgua. Lam. I. A-C, F-I, M-Ñ, S-Z, Alfarería A D-E, J-L, O-R, Alfarería C

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